Sábado, 19 Noviembre 2016 00:35

Fogafín, tranquilidad en el sistema financiero, confianza en ahorradores

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Esta entidad estatal le imprime sosiego al sistema financiero y les garantiza a los usuarios de ahorro y crédito verticalidad y respaldo en caso de eventuales contingencias.

En la década de los 80 el mundo, Latinoamérica y el país fiscal no la pasaban bien porque se experimentaba un estrés complejo por diversas circunstancias como la crisis económica de Latinoamérica, región que superó los niveles coherentes de deuda externa y en donde sus ingresos no cubrían semejantes obligaciones. Es así como Brasil, Argentina y México queriendo financiar planes de industrialización quedaron literalmente empeñados con prestamistas internacionales dándole origen a un capítulo para el olvido en asuntos económicos.

El problema se venía gestando desde las décadas de los sesenta y los setenta y como referente está el hecho que en 1975 la deuda regional superaba los 75.000 millones de dólares, pero ya en 1983 las obligaciones estaban cuadruplicadas hasta alcanzar los 315.000 millones de dólares. El escenario no era halagüeño porque se hablaba de una deuda que representaba el 50 por ciento del PIB regional. Entre 1975 y 1982 el servicio de deuda pasó de 12.000 millones de dólares a 66.000 millones de dólares.

El tema no era menor y en 1982 el gobierno mexicano salió a reconocer que no estaba en capacidad real de cumplir con las acreencias, anuncio que alborotó el avispero.

En la famosa “década Pérdida” o “Década Muerta” de América Latina vino un estancamiento de la economía, creció preocupantemente el desempleo y la inflación devoró el ingreso de los trabajadores, pero básicamente de la clase media. En síntesis el caos estaba encima y para completar Estados Unidos depreció los tipos de cambio aumentando el valor de la deuda y fue así como entre 1982 y 1985 Latinoamérica canceló 108.000 millones de dólares.

El caso de México hizo replantear los desembolsos de los bancos comerciales con destino a América Latina y el incumplimiento redundó en la negativa de refinanciamiento y por consiguiente en mayores problemas en vista que las obligaciones tenían la característica de vencimiento inmediato.

Para evitar el pánico financiero los bancos reestructuraron deudas y fueron apoyados con nuevos empréstitos, pero bajo la férula del Fondo Monetario Internacional.

En Colombia vinieron los líos con el inexpugnable grupo de Jaime Michelsen quien colapsó y obligó al aparato estatal a liquidar entidades financieras a replantear créditos y a caminar por derroteros de dificultad económica y social. Esa coyuntura de dificultad le dio vida a una entidad que hoy no solo blinda a un sólido sistema financiero sino que les entregó un activo esencial a los ahorradores basado en la confianza y en la credibilidad. Hablamos del Fondo de Garantías de Instituciones Financieras, Fogafín, autoridad financiera adscrita al ministerio de Hacienda que hace parte de la red de seguridad del sistema financiero.

El Director de Fogafín, Jorge Castaño Gutiérrez, le dijo a Diariolaeconomia.com que si bien las crisis son cíclicas y no dan aviso, lo cierto es que Colombia se ha sabido proteger porque aprendió de las crisis pasadas como la de la “Década Muerta” de los 80 y la posterior caída de los mercados con el “Efecto Tequila” de México que estalló en 1994 en el comienzo del mandato del Presidente, Ernesto Zedillo.

La crisis mexicana que implicó una aguda devaluación de la moneda del país azteca hizo colapsar a otras economías y dejó muy expuesto al sistema financiero con el famoso “Efecto Dominó”, es decir que una economía caía y se llevaba a otra y así sucesivamente.

Todo ese pasado le dio cartilla a Colombia y por eso se tomaron medidas de choque y fueron adoptados planes de salvamento de entidades financieras, pero igual, para evitar mayores inconvenientes fueron avaladas algunas privatizaciones y en casos complejos adelantadas las liquidaciones del caso.

“Nuestra función principal, el valor agregado que damos como autoridad financiera es que estamos promocionando y contribuimos a generar confianza en el sistema financiero. Nosotros no somos una entidad privada, no somos un gremio; afortunadamente somos una autoridad que hacemos parte junto con la Superintendencia Financiera, el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda, del comité de seguimiento del sistema financiero que como cuerpo colegiado busca que en momentos de estrés podamos reaccionar de manera adecuada para que no se generen los efectos negativos de una crisis financiera como los hemos visto en otros países, básicamente lo que hace Fogafín es contribuir en la confianza de los colombianos, en su sistema financiero a través de medidas que protegen y fortalecen el sistema en general, eso es básicamente lo que nosotros hacemos”, explicó el señor, Castaño Gutiérrez.

Del pasado Colombia aprendió la lección

A criterio del directivo, el Fondo tuvo un rol protagónico en tratar de ayudar y en contribuir con la solución de los problemas de la crisis financiera de los años noventa. Agregó que el Fogafín tiene un expertiz pero recalca que el valor agregado y lo que ha generado confianza es que el sistema financiero, las autoridades y todos en cadena aprendieron realmente el costo que implica una crisis.

Esas lecciones, precisó, se han logrado identificar, se han logrado incorporar en todas las entidades, no solamente las entidades financieras sino también en las autoridades.

“Hoy afortunadamente hemos aprendido de eso, hemos iniciado un proceso de convergencia hacia estándares internacionales, hoy nuestro sistema financiero es reconocido no solo por las entidades sino también por las autoridades por la forma en que se maneja, en la forma en la que se supervisan los estándares que tenemos, es una gran industria que aporta mucho al crecimiento del país y desde esa perspectiva, claro, Fogafín ha hecho una transición a tratar de estar, digamos, respaldando en el momento que se llegue a presentar un problema con una entidad de manera individual o en un caso mucho más extremo en donde se presenten otro tipo de problemas con el sistema financiero”, comentó.

Descartó en el corto o mediano plazo una expectativa de dificultad y señaló que por el contrario, lo que hace Fogafín es acompañar con la Superintendencia, con el Banco de la República y el ministerio de hacienda la confianza del público en el sistema financiero.

Dijo que la misión del Fondo es entender cómo se comporta la banca y apoyar al sistema financiero, no solo como plan de contingencia sino ejerciendo un acompañamiento permanentemente.

Fogafín, más que respaldo y blindaje

Para el Director de Fogafín, una cualidad de gran valía de la entidad y que se adoptó tras la crisis de los años noventa es que tuera de la capacidad financiera de reaccionar, el fondo lleva aproximadamente después de la crisis unos catorce o quince años generando un valor agregado. Aclaró que Fogafín no administra recursos públicos sino recursos que aportan las entidades financieras con una finalidad especifica la cual es generar garantías para pagar el seguro de depósito u otros mecanismos de resolución en el momento en que se llegue a presentar un problema con una o varias entidades del sistema financiero.

Cabe precisar que la reserva que tiene Fogafín ha venido creciendo de manera importante como proporción de los ahorros del público y cerca del 98% de las personas que se encuentran en el sistema financiero tienen protegidos sus ahorros a través del seguro de depósito que administra Fogafín.

“Estamos mejor preparados, en esto uno nunca puede cantar victoria totalmente porque jamás sabemos por dónde salta la liebre, pero lo que sí sabemos es que estamos mejor preparados desde el punto de vista técnico, por supuesto desde el punto de vista de recursos financieros llevamos unas buenas épocas en las que hemos venido ahorrando y en esa medida hoy el fondo tiene unos recursos importantes para poder soportar la eventual crisis que se pueda presentar en una o en varias entidades financieras, no lo vemos en el corto plazo, no lo vemos en el mediano plazo, sin embargo, estar preparados es la mejor estrategia para enfrentar una crisis”, dijo Castaño.

Hoy la reserva del seguro de depósito está cercano a los 16 billones de pesos que pueden utilizarse igualmente para cualquier apoyo que necesiten las entidades financieras en caso de presentarse inconvenientes o algún nivel de estrés.
El ejecutivo ha definido que la plata que tiene en Fogafín es una suma importante, pero no lo suficiente si llegase a haber una crisis financiera, por tal motivo está diseñando una estrategia para lograr cumplir en los próximos cuatro años y alcanzar el monto necesario para enfrentar una crisis. En este capítulo se habla puntualmente del porcentaje del total de los depósitos.

“Hoy aproximadamente, Colombia puede llegar a tener unos 170 billones de pesos en ahorros del público, en cuentas de ahorro, en cuentas corrientes, pero es importante entender que los recursos que están cubiertos son cerca de 40 o 45 billones de pesos porque el monto del seguro de depósito o la construcción del instrumento como tal está hecha es para el pequeño ahorrador. El ahorrador institucional o el ahorrador grande tiene capacidad de moverse de un banco a otro y a él no le va a pasar nada, a él no lo va a tomar por sorpresa la intervención de una entidad, el ahorrador pequeño no tiene esa facilidad, no tiene la misma información y por eso es que él es el que queremos proteger y el que queremos nosotros cubrir”, sostuvo el director de Fogafín.

Las estadísticas que tiene Fogafín muestran que la tasa de cubrimiento que tiene la entidad es del 98%, es decir por cada 100 personas que ahorran en el sistema financiero, 98 están cubiertas, lo que muestra que casi se llega al nivel de cobertura del 100%, ese 2% restante, aclara el ejecutivo, son grandes ahorradores institucionales.

Ojo con los prestamistas o bancos de garaje

El Director de Fogafín advirtió que en medio de los controles y las supervisiones, siguen apareciendo en el mercado financiero entidades ilegales o informales que representan una amenaza para la economía familiar y de quien confía sus ahorros, literalmente en un aparecido.

Expuso que algo importante y en lo que hay que insistirle a la gente es que debe cuidar su ahorro porque si este se esfuma con el van sueños, proyectos y futuro, luego no es conveniente depositar dinero en financieras que aparecen de la noche a la mañana.

“Nosotros con la estrategia que tiene la Superintendencia Financiera o con su campaña, No se deje engañar que de eso tan bueno no dan tanto, hemos recorridos el largo y el ancho del país y con él tratamos de concientizar a las personas de proteger su ahorro, ello ante la posibilidad de que alguien haga la apertura de un negocio, de una pirámide o quien se instala con fachada financiera para estafar. Ese control se hace, pero es muy difícil cubrir todo un país, persiguiendo personas o delincuentes que aparecen súbitamente sin el mínimo aval del estado para operar con las contingencias y los respaldos consecuentes con la actividad crediticia o de captación”, apuntó.

Invitó a los colombianos a corroborar que tipo de entidad es la que ofrece préstamos o manejo de ahorro e insistió en que lo mejor es lo opera al amparo del sistema financiero vigilado.

“Una cosa es Bogotá en la zona norte pero otra cosa es Bogotá en la zona sur, otra cosa son las diferentes ciudades del país donde pareciese que no existiera esa sensibilización, entonces aquí yo utilizaría esa expresión de la campaña que adelanta la Superfinanciera en donde el llamado es persistentemente, No se Deje Engañar, de eso tan bueno no dan tanto”, además porque los esquemas de fraude han evolucionado, hoy ya no es el señor que dice espontáneamente deme cinco y yo le devuelvo diez, hoy hay muchas estrategias muy diferentes basados en redes sociales como Facebook, Twitter o simplemente basados en unos esquemas de compensación que definitivamente esconden para tratar de engañar a las personas con rendimientos rápidos de su plata. Hay un leonino negocio, eso no es cierto, generalmente es algún nivel de estafa que hay detrás de todo esto”, insistió el Director del Fogafín.

Entidad con ojo avizor

El plan estratégico de Fogafín coincide con lo que están haciendo todos los administradores de seguro de depósito tal y como quedó plasmado en la pasada reunión anual de la Asociación Internacional de Aseguradores de Depósitos, IADI, en el sentido de que hay que estar preparados para enfrentar una crisis porque en la actualidad no es suficiente tener plata para pagar un seguro de depósito, hoy los administradores de entidades deben ampliar su portafolio y fortalecer algunos frentes.

Fogafín está moviéndose en el frente de los simulacros y en el diseño de planes operativos para reaccionar rápidamente para enfrentar un evento de crisis.

El Fondo muestra dinámica y por ello le apuesta a un plan estratégico basado en tres pilares fundamentales. En primer lugar está modernizando todos sus esquemas de pago del seguro de depósito. El esquema de Fogafín en cuanto al seguro de depósito ha llevado a revisar si la cuantía es suficiente, si la cobertura está llegando a quien tiene que llegar, porque el sistema financiero está cambiando.

Los ahorradores, anotó, no van a ser ubicados en Bogotá sino que van a estar ubicados en zonas rurales y en ese sentido el posconflicto va a generar una dinámica diferente.

Castaño Gutiérrez afirmó que hoy hay que pensar no en un ahorrador que guarda una plata en un banco sino en el señor que lleva unos recursos en una cuenta para hacer transacciones, que no va a ser una reclamación por internet y que no va a tener facilidad de acceder a información. Reveló que la entidad quiere que las personas reciban la plata de su seguro de depósito en su casa, a través de una cuenta, a través de un giro electrónico, algo que sea realmente fácil para poder adoptar el esquema. Insistió en que Fogafín está tratando de modernizar el pago del seguro de depósito para hacerlo más versátil, seguro y confiable.

Dijo que debe haber un mejor servicio en la microempresa y reconoció que Colombia es un país d muchas iniciativas por lo que no descartó que el ejecutivo revise la posibilidad de ampliar el seguro sobre la premisa de si es o no suficiente la cobertura porque hay bienes de capital que cuestan mucho más que el seguro y lo ideal es coadyuvar con una economía más dinámica en dónde la confianza reine.

El segundo tema es preparar el país para enfrentar una crisis y sostuvo que el mejor momento para enfrentarse una crisis es cuando no se tiene dicha crisis, escenario en el que está Colombia.

El tercer esquema es asegurar que como fondo y como autoridad pública Fogafín cuente con los recursos suficientes para enfrentar una crisis. A criterio de Castaño, Fogafín no quiere ser una contingencia fiscal para el país, tan solo quiere asegurarse y ser autosuficiente. La idea clara, precisó, es que los recursos de los que pagan impuestos no sean utilizados para salvar las entidades financieras.

Trump no debe preocupar

Sobre el capítulo Norteamericano y el resultado de las elecciones en Estados Unidos que legitimó a Donald Trump como Presidente de esa nación, el presidente de Fogafín dijo después de las elecciones en los Estados Unidos el mundo ha tomado diferentes caminos, pero en línea con el ministro Cárdenas dice que no hay mucho de qué preocuparse frente a lo que pueda llegar a pasar en un cambio de política en el país del norte.

Dejó claro que históricamente, Colombia ha tenido buenas relaciones con gobiernos republicanos y demócratas, aclarando que esa nación viene de dos periodos consecutivos del presidente Obama.

“Creo que para Colombia realmente la preocupación no viene de la tendencia que pueda tomar la política económica de los Estados Unidos sino de retomar el buen camino de la transformación productiva y creo que esa es la transición que estamos haciendo, la inflación ya empieza a tener un control, la productividad va a seguir de alguna forma mejorando, la producción nacional tiene que mejorar para que el consumo interno también facilite un poco la expansión económica, el desempleo sigue estando en un digito lo cual es muy importante para la economía. Los créditos tienen una tasa de crecimiento propia a la situación económica, creo que Colombia ya ha pasado por un ajuste bastante importante, bastante estructural derivado más del precio y del ajuste a los precios de los commodities sin dejar de lado los efectos de la tasa de cambio”, añadió Castaño Gutiérrez.

El abogado especializado en derecho financiero aseveró que indiscutiblemente Colombia debe preocuparse en avanzar y consolidar el proceso de paz y afianzar de igual manera todos los proyectos de infraestructura de cuarta generación (4-G) que sin duda dinamizarán mucho el tema de la economía. No menos importante, estimó, es seguir trabajando en el tema de la construcción de vivienda porque sigue habiendo un déficit habitacional importante.

Coincidiendo con algunos analistas, pasando este 2016 y soportando parte de 2017, a Colombia le vienen buenos tiempos.

Esconder la tarjeta de crédito no es una mala idea

Una realidad del mercado es que la gente está utilizando menos la tarjeta de crédito por los niveles de la tasas de interés, pero esa tendencia a criterio de Fogafín es sana y obedece a la prudencia del público que está definiendo el dilema de si ahorra o gasta.

En expectativas y coyunturas como la actual, exteriorizó, la prudencia nunca sobra y aseguró que es bueno tratar de ser absolutamente conscientes que el país se encuentra en una coyuntura de ajuste.

“Frente al tema de las tasas de interés ya llevamos varias sesiones de la Junta Directiva del Banco de la Republica donde no aumentan, la inflación está cayendo y la expectativa que tiene el mercado es que cerrando el año y para el año entrante deberíamos empezar a ver una reactivación económica y seguramente los tipos de interés empezarán a caer, entonces creo que de momento está bien guardar la tarjeta de crédito ,está bien ser medidos en los gastos y saber hasta donde es posible endeudarse”, especificó el funcionario.

La libranza es legítima, hay que saber con quién se toma

El controvertido tema de las libranzas no quedó por fuera de la plática y para Fogafín las libranzas per sé, no son un mal producto y caso opuesto es una oferta financiera óptima que hace parte del portafolio del sistema financiero en dónde opera muy bien, sin descartar cooperativas de ahorro y crédito vigiladas y con experiencia así como con respaldo.

Desde su análisis es muy importante que las personas que invierten en los productos financieros entiendan realmente cual es el riesgo detrás de todo lo que hay en el mercado como servicio.

“La libranza no es el problema, solo que se ha prestado para hacer y cometer conductas delictivas de fraude pero el problema no está ahí, el problema no está necesariamente en las libranzas como tal, una libranza bien hecha es un muy buen instrumento, funciona muy bien y para la muestra pues tenemos lo que está pasando para bien en el sistema financiero, entonces mi invitación es para que el inversionista entienda realmente cual es el riesgo que está asumiendo. Hay una máxima que se le enseña a todo el mundo cuando asiste a clases de finanzas y es la primer regla a la hora de administrar un riesgo, si usted no entiende el producto, sencillo, no lo compre, no se quede con dudas, no se vaya a dormir porque al final la gente ahorra con gran esfuerzo sus recursos y si no entiende el producto se expone a perder su dinero”, dijo.

Ante la duda, expresó el Director de Fogafín, no importa cómo se llame el producto, no importa si son libranzas, repos, acciones o bonos, si hay dudas o no hay entendimiento del tema, lo mejor es no arriesgar.

Finalmente Fogafín vio con buenos ojos la posible conversión de Juriscoop a banco y reiteró que en buena hora el país aprendió de sus reveses, razón por la cual hoy es más maduro a la hora de dar un paso hacia adelante desde el escenario que sea.

Aclaró que siendo mucho más altos los estándares para ser banco, independiente que la entidad provenga del sector solidario debe someterse al control y a las exigencias de la Superintendencia Financiera que es el ente encargado de vigilar que hay un manejo responsable con el ahorro del público.

“No todos los bancos por más de que se llamen bancos hacen lo mismo, todos desarrollan productos diferentes, hay bancos que se especializan en atender empresas, hay bancos que se especializan en atender personas. Aquí mi llamado es a que el consumidor sea un poco más proactivo, a que evalúe si el realmente quiere un producto de ese estilo o quisiera tener un banco más electrónico, mucho más digital, hoy el sistema financiero ofrece todas las posibilidades para que el consumidor se sienta mejor atendido y evalúe finalmente si el banco que tiene es el que le sirve. Hoy existe la opción de moverse entre diferentes bancos”, formuló.

Ante la nueva tendencia en el mundo, todo el tema de la banca, de la economía disruptiva, Netflix y otras opciones en el mercado corroboran que el banco como entidad no escoge el cliente que quiere sino que es el cliente el que opta por una entidad crediticia o por un producto.

En estos tiempos modernos el consumidor puede irse de un lado para otro, hoy los bancos compran cartera, hoy los bancos ofrecen cualquier tipo de producto para comodidad del cliente. Hay cuentas de ahorro donde no le cobra ni un solo peso hasta cuentas especializadas en hacer transacciones en el exterior, giros, etc.

Hoy la banca se mueve en un entorno de diversidad de productos y por eso nadie puede sentirse cautivo como pasó con anterioridad. Hoy, comenta Jorge Castaño, la antigüedad de la cuenta de ahorros no sirve absolutamente para nada porque lo que realmente resulta útil es un buen comportamiento del sistema financiero.

Esta es la amable realidad del sistema financiero, en dónde se trabaja en prevención como lo hacen los buenos médicos y en dónde hay un respaldo, una confianza y un blindaje, todo condensado en una entidad seria y eficaz llamada Fogafín.

Bancos en sepia

Colombia conoció la banca tiempo después de las guerras que le dieron su independencia en 1819. Hasta 1870 eran los más fuertes comerciantes y el clero quienes ejercían la tarea crediticia, aclarando que en esa época no había billetes pues el único circulante eran monedas de oro, plata, níquel y cobre.

Según documentos del Banco de la República, las condiciones para el surgimiento de la banca colombiana se gestaron en la década de 1860 con tres cambios que crearon las condiciones para su desarrollo. El primero, cita el Emisor, fue la desamortización de los bienes de manos muertas, es decir, la puesta en el mercado de aquellas propiedades eclesiásticas que hasta ese momento eran inajenables y de los bienes raíces privados que por estar hipotecados a entidades religiosas no podían ser comprados ni vendidos. Ello permitió el desmonte del sistema de crédito hipotecario que controlaba la Iglesia desde la colonia.

El segundo cambio importante en la década de 1860 que ayudó a que surgieran los bancos fue la promulgación en 1863 de la Constitución de Rionegro, la cual defendió los principios de la libertad para la iniciativa económica privada, incluyendo el negocio bancario, el cual debía ceñirse a un mínimo grado de regulación.

El tercer elemento importante para el surgimiento de la banca privada colombiana en la década de 1870 fue el auge de las exportaciones que se inició a mediados del siglo y que permitió una recuperación y ampliación de la economía nacional, la cual se había contraído como consecuencia de los desajustes institucionales a que llevó la independencia.

Hay que decir que en Colombia, en la década de 1870, nunca se presentó un pánico bancario nacional y aunque hubo uno en Medellín en 1875, debido a la guerra civil, los bancos pudieron superarlo sin demasiados traumatismos.

En 1875 se fundó en la capital el Banco de Colombia el cual, junto con el de Bogotá, fundado en 1870, ayudaron al éxito de la banca libre, ya que fueron bancos muy influyentes y estuvieron muy bien administrados, absteniéndose de adelantar actividades de tipo especulativo. Ello contribuyó a que sus billetes siempre fueran aceptados sin reticencias y a que éstos siempre mantuvieran la convertibilidad por oro. Como resultado, en 1886 entre el Banco de Bogotá y el Banco de Colombia habían emitido el 46 % de todos los billetes de los bancos bogotanos.

El estudio del Banco Central dice que otros bancos que funcionaron en este período fueron el Banco de Antioquia, fundado en 1872, el Banco de Barranquilla, que inició operaciones en 1873 y el Banco de Cartagena, de 1881.

Entre 1870 y 1886, Colombia vivió una era de banca libre muy exitosa. En ese período se crearon un total de 34 bancos privados, más que en cualquier otro subperíodo de la etapa inicial de la banca en Colombia y probablemente más que en cualquier otro período de nuestra historia económica.

Es necesario resaltar que durante el período en el cual operó la banca libre en Colombia hubo estabilidad tanto bancaria como monetaria.

En 1880 el gobierno le da vida al Banco Nacional que tenía como misión promover el crédito público, pero un craso error en la emisión de billetes hizo que el Congreso liquidara la entidad en 1884. Entre 1905 y 1909 funcionó el Banco central el cual debió salir por las mismas razones.

Mediante la Ley 25 de 1923 se creó el Banco de la República, como banco central colombiano. Citan los documentos del Emisor que la entidad en su momento se organizó como sociedad anónima con un capital original de 10 millones de pesos oro, de los cuales un 50% lo aportó el Gobierno y la diferencia los bancos comerciales nacionales, extranjeros y algunos particulares.

A esta entidad se le confió, en forma exclusiva, la facultad de emitir la moneda legal colombiana, se le autorizó para actuar como prestamista de última instancia, administrar las reservas internacionales del país, y actuar como banquero del Gobierno.

La Junta Directiva del Banco, conformada por 10 miembros, representantes del sector privado y del Gobierno, fue encargada de ejercer las funciones de regulación y control monetario bajo estrictos parámetros de ortodoxia financiera. Se le encomendó, además, fijar la tasa de descuento y la intervención para controlar las tasas de interés.

Hoy la banca colombiana ha evolucionado, se ha enfrentado a todo tipo de crisis y de hecho ya entró en la era digital que les permite a los usuarios hacer uso eficiente de los servicios financieros. La banca ya pasó por éxitos y fracasos, por salvamentos y apogeos, pero de todo lo vivido aprendió para hacerse más sólida y enfrentar con musculatura y eficacia cualquier amenaza.

 

 

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