La Superintendencia de Sociedades admitió en los últimos días en reorganización empresarial a dos sociedades del sector de hidrocarburos.

Por un lado, solicitó ser admitida en reorganización la sociedad West Oil Services SAS, con domicilio en Tenjo (Cundinamarca), cuyo objeto social es la comercialización y promoción de alimentos en casinos de empresas del sector petrolero.

La sociedad se encuentra en cesación de pagos, tras haber incumplido con el pago de dos o más obligaciones con más de dos acreedores por más de 90 días, por un valor que supera el 10% del pasivo total.

Entre los aspectos que menciona la sociedad como causante de su crisis, menciona que “el sector de hidrocarburos, principal mercado de la compañía, se encuentra en un momento crítico, debido a la caída del precio del petróleo más representativa en la historia”.

Agrega la compañía que “la contracción de la actividad de este sector ha impactado la situación de la compañía al disminuir la demanda de sus servicios, lo cual afecta su capital de trabajo y lleva a incumplir el pago de obligaciones adquiridas en ejercicio de su actividad comercial”.

De otra parte, fue admitida en reorganización la sociedad Transmipet SAS, con domicilio en Bogotá y dedicada al transporte terrestre de carga para empresas mineras, infraestructura y petroleras.

La empresa se encuentra en cesación de pagos, toda vez que presenta obligaciones mercantiles por la suma de $537 millones con vencimiento por más de 90 días, obligaciones que representan el 100% del pasivo total a cargo a mayo 31 de 2015.

Vale resaltar que entre enero y agosto de 2015, alrededor de 20 sociedades del sector minero energético han entrado en procesos de reorganización y cuatro más iniciaron trámite de liquidación judicial, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia de Sociedades.

El superintendente de Sociedades, Francisco Reyes Villamizar, recordó que “el proceso de reorganización pretende, a través de un acuerdo, preservar empresas viables y normalizar sus relaciones comerciales y crediticias, mediante su restructuración operacional, administrativa y de sus pasivos”.

En tanto, “el proceso de liquidación judicial persigue la liquidación pronta y ordenada, buscando el aprovechamiento del patrimonio del deudor”, puntualizó el superintendente.