Domingo, 23 Julio 2017 09:08

Colombia necesita vías terciarias y no asistencialismo perverso: SAC

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Los agricultores ven en el asistencialismo un mal muy grande que saca a los campesinos del mercado laboral para convertirlos en inútiles cuando pueden venir otros apoyos que les permita ganar el pan con trabajo y arrojo. Así está el campo.

El tema del asistencialismo ha merecido todo tipo de cuestionamientos porque está relacionado con regalar dinero y hacer que la vida de muchos sea muy fácil comparada con la de otros que trabajan duro y contribuyen vía impositiva con las manos caídas de beneficiarios como “Familias en Acción”, conllevando a un total detrimento para la economía agropecuaria que está cada vez más impactada por la falta de mano de obra.

Un caso cercano es el del café, sector en donde recibir la cosecha se convirtió en un dolor de cabeza porque los recolectores o andariegos se fueron para zonas cocaleras, otros envejecieron y los más jóvenes reciben en las capitales unos dineros que los aleja del trabajo pues les llega liquidez sin hacer literalmente nada. El asunto es tan complejo que inclusive resulta muy rentable, a decir de muchos, vivir alicorado y sacándole provecho a cada embarazo, ese que llega después de cada rumba con la plata del colombiano que en verdad se tiene que joder.

Hoy las zonas rurales están pletóricas de inconvenientes y uno de esos pasa por el asistencialismo que se llevó los trabajadores, los nubarrones de los costos de producción y los acertijos del proceso de paz que tiene inquietos a muchos, aunque a decir verdad la paz es sin duda la mejor renta y como diría un viejo amigo del análisis económico, la guerrilla no pesó tanto en el producto interno bruto, PIB, como si la corrupción y los torcidos tristemente reportados desde las tres ramas del poder público.

En esta nueva contienda electoral el sector agropecuario del país les está pidiendo compromisos a los candidatos presidenciales para saber si dentro del vademécum hay una verdadera opción que sea capaz de cambiar los destinos de un país cada vez más pobre, señalado por la terrible desigualdad, violento y carente de educación, salud, vivienda y dignidad, es decir en donde no se cumple a la fecha con el mínimo vital de la Carta Política.

El sector rural es sin duda todo un potencial y como en cada conflicto es en él en donde arrancan los grandes desencuentros, pero tiene la versatilidad de promover acercamientos y afianzar procesos de tranquilidad que finalmente llevan al progreso, verbigracia Europa, Estados Unidos y algunas zonas de Asia en donde se pasó de problemas como hambre, pobreza y desesperanza a una situación de confort y proyección, gracias a la paciencia y a lo logrado en los campos en donde floreció la vida con alimentos y mucho valor agregado.

En esta ocasión qué mejor invitado en Diariolaeconomia.com que el reconocido presidente de la Asociación de Agricultores de Colombia, SAC, Jorge Enrique Bedoya Vizcaya, quien en un marco de sensatez analizó los pormenores y los grandes potenciales de una ruralidad que está llamada a ser protagonista, pero en donde deben primar las reglas de juego y en la cual se reconozca el arduo trabajo del campo hoy amenazado por el libre comercio, el abandono del terruño, los sobrecostos para producir y la falta de vías reales de competitividad.

En el tema del asistencialismo el presidente de la SAC explicó que la mano de obra en el campo está en crisis por el envejecimiento de la población rural, por la migración a la que condujo la violencia, a la pérdida de rentabilidad y el poco apego de los jóvenes por las actividades agropecuarias. Lo anterior se acompaña con una alarmante informalidad laboral en los campos en donde hace carrera la dignificación de los hombres y mujeres que trabajan en los campos.

“Soy un convencido que el asistencialismo lo que genera es pereza porque la gente no hace el cambio mental y siempre está contando con que papá gobierno lo va a sacar del problema. Esto puede ser impopular, pero a mí me trajeron a la SAC para dar conceptos claros de lo que está pasando en el mundo y de lo que vemos en otros sectores, y eso es como el tren que va pasando pues el que no se subió en ese cambio puede quedarse con subsidios, puede quedarse con ayudas que por situaciones fiscales como las que tiene el país llevará a recortes y uno no puede estar sujeto a que otra persona o en este caso el gobierno le haga la tarea, yo prefiero dos billones invertidos en vías terciarias y en bienes públicos y no entregados a sectores específicos subsidiados”, declaró el señor Bedoya Vizcaya.

Agregó que preocupa el tema de las vías terciarias en donde no estuvo la guerrilla y en donde se produce gran parte de la cuota agroalimentaria del país por cuanto hay regiones en donde hay que durar seis y ocho horas para poder llegar a los centros de consumo y en ese sentido cabe una gran responsabilidad en alcaldes y gobernadores. Bedoya fue muy claro al decir que el país no se puede quedar quieto diciendo que como son más de 350.000 kilómetros de vía entonces no se puede hacer nada pues así solamente se siguen enterrando la competitividad y el progreso.

El gremio dice que las vías 4-G y las autopistas de avanzada son de buen recibo, pero expresó que lo más importante para el agricultor es poder conectar la finca con el consumidor, labor que no se puede hacer con una plataforma de Internet si el costo del transporte vulnera cualquier posibilidad de competencia. Es por ello y por muchos aspectos que tienen que ver con la vida tranquila y bien ganada que los auxilios asistencialistas restan y golpean el devenir de un país.

El agro, todo un reto

El presidente de la SAC sostuvo que recibió su designación y voto de confianza con humildad, satisfacción y compromiso porque hay tantas falencias en la ruralidad que estar al frente del gran gremio del sector primario se convierte en un inmenso reto porque lamentablemente el campo adoleció de una visión empresarial y se quedó en lo que “dio la tierrita”, sin pensar en optimizar la rentabilidad para hacerla sostenible.

Bedoya la tiene clara, recibe el liderazgo de la SAC porque el campo necesita oficio desde la perspectiva gremial en un año muy importante para el país toda vez que se viene la implementación de los acuerdos con las Farc y las elecciones parlamentarias y presidenciales lo cual hace que el desafío se haga más sugestivo porque el gremio se tiene que hacer sentir y por ello se busca el fortalecimiento de la Asociación con el ingreso de nuevos gremios lo cual debe conducir a exigir políticas de estado para el campo y no políticas cortoplacistas e ineficientes de gobierno que se van renovando cada cuatro años.

La SAC aprovecho todo el marco de Agroexpo para escuchar los planteamientos de los candidatos presidenciales y a quienes se les pidió un verdadero compromiso con la economía rural y por los bienes públicos en vista que el campo no solo depende del ministerio de Agricultura sino de carteras como la de Comercio, de Educación, salud y transporte entre otros.

El dirigente gremial demandó de los mandatarios actuales y de los aspirantes a cargos públicos un trabajo serio y decidido en un frente vital para el sector primario y es el que tiene que ver con las vías terciarias porque solo así se puede pensar en productividad y en competitividad por cuanto a la fecha hay muchas regiones que no tienen como sacar sus productos porque las vías son peor que una trocha en donde no tienen dignidad ni seguridad las animadas y fuertes mulas, equinos que en tiempos de extremo invierno han rodado por abismos acabando con su ruda y rústica vida, pero también con el ingreso del campesino que creyó en que la bestia llegaría a la plaza de mercado.

Actualmente Colombia cuenta con algo más de siete millones de hectáreas que están cultivadas, pero la verdad es que hay cerca de 30 millones de hectáreas que pueden ser utilizadas para labores agrícolas, empero el presidente de la SAC aclara que en ese sentido no se puede ser maximalista y decir que de la noche a la mañana las cosas van a cambiar porque una labor perentoria es ver de qué manera y en qué condiciones están siendo cultivadas las hectáreas en explotación para mirar que grado de competitividad tienen, en qué grado de empresarización se encuentran y si los labriegos, independiente de su tamaño, realmente están llegándole al consumidor o si de pronto están dejando su esfuerzo en manos de terceros. Añadió que otra tarea por adelantar es la revisión de las vías de esas siete millones de hectáreas lo cual implica un reto para nada de poca monta que demanda el compromiso por igual de alcaldes y gobernadores.

Sobre la leonina intermediación que deja todas las ganancias en los bolsillos de personas que en ocasiones no conocen el campo, Bedoya Vizcaya indicó que como en todo al productor de base le toca defenderse porque el agricultor no puede permitir que otro actor lo apabulle pues el peor error es quedarse quieto y por ello consideró que el campo debe pasar a la ofensiva comercial, es decir que el sector agropecuario entre por el modelo y la mentalidad de producir para vender y no de vender para producir lo que obliga perentoriamente a cambiar de conceptos y estrategias que paralelamente requieren de educación y transferencia de conocimientos para que la gente sepa dónde y cómo vender su producto, para que sepa cuál es el empaque o la marca que le va a poner.

A los productores, recalcó el dirigente gremial, les toca identificar en dónde están las verdaderas oportunidades antes que sembrar por sembrar porque justo allí es cuando llega el del camión y se queda con todo el esfuerzo.

El campo debe trabajar unido

Indiscutiblemente y como en todo, la unión hace la fuerza y el campo es el mejor experimento o la mejor tesis para sustentar este argumento toda vez que la asociatividad y las economías de escala son definitivas en el crecimiento sectorial, experiencia que vivió el presidente de la SAC cuando presidió con gran acierto la Federación Nacional de Avicultores, Fenavi.

“En ese tiempo mucha gente decidió integrarse verticalmente para hacer economías de escala y tener mayor musculo para negociar con proveedores y de igual manera para negociar con los canales de comercialización. No todos lo van a poder hacer porque no todo el mundo quiere, pero lo cierto es que existen las herramientas y las posibilidades lo que hace pensar en que la gente tiene la manera de desarrollar ese tipo de procesos, no hay duda.

En días pasados un documental de Discovery Channel mostraba un campesino de las zonas cocaleras que justificaba su abandono de los cultivos lícitos porque no le daban rentabilidad, un aspecto totalmente ambiguo a la agricultura lícita. Lo que más llamó la atención de esa breve entrevista es que el campesino agradece su presente de techo, ingreso y educación de hijo a Dios y a la Coca.

Sobre esta situación jocosa y lamentable por demás, Jorge Enrique Bedoya indicó que tristemente por años los grupos armados al margen de la ley, entre ellos las Farc y las bandas criminales subyugaron a los campesinos obligándolos a sembrar hoja de coca y precisó que es justo en este punto en donde viene todo el tema de los bienes públicos para resolver esa problemática que implica el control territorial por parte de las Fuerzas Militares y de Policía así como el desarrollo de las vías terciarias que están más diseñadas para lo espurio en desmedro de la competitividad que reclaman los productos lícitamente sembrados.

Otro aspecto a tener en cuenta frente a los cultivos malditos es el enfoque de mercado porque si se hace una sustitución de cultivos únicamente orientada a la oferta y no con cultivos lícitos orientados a la demanda, muy probablemente hará que se colapse para regresar a lo prohibido.

“Eso que cuenta el campesino en el documental pasa igualmente en los cultivos lícitos, no es nada distinto porque si no hay un enfoque de mercado simplemente quedamos en las manos de los comercializadores y ahí es donde vienen los dolores de cabeza con la rentabilidad del agro”, Expuso Bedoya.

Sobre la institucionalidad tan venida a menos, la SAC manifestó que entidades como el ICA, el Banco Agrario y las nuevas unidades creadas para el tema del posconflicto deben caracterizarse por su matiz técnico y no político porque no tiene sentido crear más instituciones con muchas personas trabajando para ellas, deben de existir recursos de inversión para contar con entes coherentes y funcionales y no con “cocos vacíos”.

En opinión del gremio por excelencia de los agricultores, la institucionalidad y sus nuevos componentes tienen que ver con un esfuerzo que se ha venido realizando, que debe fortalecerse y sobretodo que garantice transparencia y la permanente rendición de cuentas con los usuarios de esas instituciones porque el ICA tiene un número importante de regionales igual que el Invima y otras entidades que son transversales al campo que deben operar de cara a la ciudadanía y demostrando una impecable gestión.

El campo necesita crédito diferencial

El presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya Vizcaya, afirmó que en el tema de crédito para la ruralidad hay mucho por hacer porque en primer lugar hay que identificar el tipo de cliente al cual un establecimiento de crédito quiere llegar. Consideró que es necesario modificar un sinnúmero de resoluciones en donde el tamaño del productor es muy diferente a la realidad, no solamente en lo que es hoy un sector específico sino entre los mismos sectores porque a criterio de Bedoya, no es lo mismo un avicultor pequeño que un ganadero pequeño y es precisamente allí en donde deben hacerse las diferenciaciones.

“Yo creo que el sector financiero y el crédito agropecuario deben también tener unos incentivos para la verdadera comercialización, es decir que si hay un mayor desempeño para llegarle al consumidor, debería haber unos puntos más bajos en la tasa de interés o flexibilidad en el asunto de los plazos que tiene que ver con la mecánica propia de la banca. El sector creditico debería fomentar también la asociatividad y las economías de escala, es decir generar un mecanismo de incentivos con indicadores de desempeño que permitan verdaderamente transformar el crédito que hoy está en manos del Banco agrario y de la banca comercial, y allí también hay que hacer un análisis para que los productores del campo sean verdaderos sujetos de crédito porque la verdad que es que hay poco conocimiento en la diligencia de un préstamo y de otros aspectos atinentes al sector financiero”, comentó Bedoya.

Colombia Siembra está incompleta

Los agricultores agrupados en la SAC agradecen todo esfuerzo gubernamental que apunte a mejorar los ingresos y la comercialización de los productos que brotan generosamente de la madre tierra, pero consideraron que al programa estatal “Colombia Siembra” le faltó un complemento inherente, “Colombia Vende” porque si bien es bueno buscar que el país siembre y haga productivas las hectáreas ociosas también hay que darles garantías a los que invierten en el campo y lo hacen productivo.

Dijo que en se sentido Colombia es autosuficiente en arroz, lo cual es bienvenido, pero invitó a mirar cuales son los precios del arroz que tiene el país lo cual sugiere que ese esfuerzo debe mejorarse para que no sea un programa simplemente de oferta sino también dirigido a la demanda para que no vengan a futuro graves líos de comercialización de leche, arroz y otros productos lo cual se hace con plata del fisco nacional y por ello insistió que la propuesta hay que pulirla para meterla por caminos de mercado y de éxito para que los productos que llegan a las centrales mayoristas no lleguen a los sitios de siembra a precios más elevados.
En las actuales condiciones, la SAC supone que el sector debe propender por una revolución interna porque lo único cierto es que el estado no tiene por qué solucionarle los problemas a los productores y allí es trascendental cambiar la mentalidad para no vivir del estado porque este tiene una plata que no alcanza y porque adicionalmente viene una competencia internacional en dónde ningún sector va a poder tener todas las ayudas y los subsidios que algunos de sus productores quisieran.

El cambio, insistió, debe llevar a los productores a pensar de la mejor manera en economías de escala y en sólidas sociedades para llegarle al consumidor final, pero sobre la premisa de una contundente reinvención de los sistemas de producción. En este capítulo, dijo Bedoya, resulta muy importante la política pública que debe ser acorde con lo que está pasando con los consumidores, con los mercados internacionales y previendo lo que va a pasar en los próximos diez años, escenario que invita a mejorar.

Agricultura antes y después de las Farc

No es un secreto, una ruralidad en paz es totalmente viable, pero en este punto hay algunas inquietudes de los agricultores que ven aún muchos acertijos con la desmovilización de las Farc.

Para el presidente de la SAC es un gran avance el hecho que 7.000 guerrilleros se reconviertan a la vida civil y entreguen sus armas, pero el dirigente tiene claro que esa no es la película completa, reconociendo que la paz es un componente positivo para el país porque el hecho que no haya más heridos en combate, ni más colombianos llevados en condición de discapacidad a los hospitales, así como el cese del reclutamiento de menores de edad a las filas de la guerra o menos, quizás cero, mujeres violadas, sin duda es un hecho beneficioso para el país que cambia la historia de Colombia, pero consideró que aún hay cerca de 180.000 de hectáreas cultivadas con hoja de coca en donde puede agrandarse el problema si no hay un contundente plan de erradicación o de sustitución de cultivos por parte del ejecutivo porque es en ese instante en donde entran a operar las bandas criminales.

“El país puede cambiar y partir la historia en dos si para la desmovilización de las Farc, el estado llega a las zonas en donde los guerrilleros estaban, pero con justicia, educación salud, electrificación y carreteras porque de lo contrario se pude hablar de una tarea a medias en donde faltó mucho. El problema no se va a solucionar de la noche a la mañana es algo que tenemos claro, pero no podemos generarnos la gran expectativa de que todo cambió diametralmente, solamente porque las Farc se desmovilizaron, repito es un avance, es muy positivo, pero esos espacios hay que llenarlos”, exteriorizó el presidente de la SAC.

Cabe indicar que Bedoya Vizcaya viene de manejar el programa de desmovilización del ministerio de Defensa y dijo que llevar excombatientes a la vida civil y productiva no es tarea fácil porque se trata de personas que fueron reclutadas cuando eran menores de nueve años de edad, no teniendo más apego que un fusil y el amedrentamiento a la población. Según el ex Viceministro de Defensa para para las Políticas y los Asuntos Internacionales, el propósito reviste la importancia de una transición para su bienestar espiritual y para su condición de ser humano lo cual pasa por el reencuentro familiar y la capacitación para poder llevar gente capaz, idónea y comprometida al mercado laboral.

Con la experiencia del petróleo, el campo tomo vigencia

A criterio del presidente de la SAC, tal y como rezan los documentos de política de seguridad nacional de los Estados Unidos, la seguridad alimentaria hace parte de la seguridad nacional lo cual es un tema que debe implementarse en Colombia porque apunta a impulsar el campo que finalmente produce comida.

En ese sentido, declaró, hay que invertir y apostarle al campo porque en él está el futuro de una nación y la seguridad de que hay toda una despensa que garantiza que la ciudadanía no tendrá inconvenientes de hambre o necesidades nutricionales.

A propósito de Estados Unidos y todo el escenario de proteccionismo expresado igualmente en el Brexit de Gran Bretaña, Bedoya dijo que en ese sentido habrá que esperar para ver cuál es la verdadera dimensión de esa política porque si bien hay señales del Presidente, Donald Trump, con México y Canadá, nada puede decirse del devenir nacional, aclarando que de hecho hay un natural nerviosismo en Colombia asunto que puede ser bueno o malo.

Especificó que hay una situación compleja para los colombianos y es el tema de los cultivos ilícitos, factor que en manos de un presidente republicano recién llegado a la Casa Blanca, puede significar presión para Colombia porque para nadie es un secreto que a los americanos en este contexto les interesa el tema de las drogas y el comercial por lo que pueden venir presiones.

Testificó que en todo lo que tiene que ver con el TLC, no hay mayor problema porque ya se respetaron las reglas de juego toda vez que se van a cumplir los cronogramas de desgravación, se dio el tiempo suficiente para que las empresas se prepararan, aclarando que ese punto no quedó bien negociado, pero en opinión de la SAC el paso con el tratado de libre comercio es un hecho que obliga al país a adaptarse para poder competir y salir adelante sin desconocer que será complicado, pero Colombia, manifestó, no puede volver a los tiempos del proteccionismo simplemente por que sí.

“Hay que ver cuál es la reacción, que es lo que pasa en la Unión Europea, analizar qué pasa con el Brexit y con Estados Unidos y si vamos a barajar y a repartir de nuevo, como dicen, yo sí creo que Colombia debe estar atenta a las oportunidades que se abran en ese sentido”, dijo.

Como el campesino es el que trabaja y vive en el campo, lo único cierto es que debe fomentarse una cultura empresarial en la ruralidad y allí, considera la SAC, caben todos, porque no se trata de un tema de tamaño sino de concepción y de mentalidad que permita llevar cuentas, pagar impuestos, remunerar trabajadores, generar opciones de mercado, buscar asociatividad y riqueza para tener derecho a la educación y a la calidad de vida.

El campo según razona Bedoya Vizcaya debe acabar con las preferencias y hacer de los productores del campo unos empresarios con visión, de esos que cuidan el medio ambiente, que acuden a las coberturas por clima y que ganan con justicia al amparo de la institucionalidad.

Es por eso que la Colombia pujante de llanuras, costas, cordilleras, selvas, desiertos y bañada por tantos ríos reclama un campo productivo y competitivo que le dé tranquilidad al agricultor y que le garantice alimento a una población que más temprano que tarde sabrá de las bondades de ser de estirpe campesina, de esa que tiene las manos y las uñas manchadas de tierra, pero el alma rebosante de orgullo y tranquilidad porque un loable trabajo llena las barrigas de un país y las de parte del mundo porque un agro empresarial fomenta oferta exportable y mejores oportunidades de tener un mejor vivir.

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