Domingo, 17 Septiembre 2023 01:21

Ley anti-deforestación y otras medidas atentan contra el libre comercio

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Los expertos y analistas, pero igual algunas naciones no quedaron conformes con el nuevo reglamento sobre degradación forestal, aseguran que los bosques y selvas son potestad de cada país.

Por estos días el famoso Pacto Verde sigue siendo noticia, dejando claro que esta propuesta contempla un sinnúmero de iniciativas o decisiones que ubicarán a la Unión Europea en ese complejo derrotero que conduce a la transición ecológica, todo con el objetivo de lograr la neutralidad climática en el año 2050. Este convenio contempla un menor consumo de combustibles fósiles a cambio del uso de energías renovables.

Igual plantea manejos hídricos responsables, ponerle freno a la pérdida de biodiversidad y apostar por una economía circular coherente en donde se mejore la gestión de residuos. Todo suena bien porque se habla de aire puro, agua potable, suelos saludables y preservación y cuidado de la biodiversidad.

Para muchos la intención de enfrentar amenazas climáticas e impulsar un desarrollo sostenible e inclusivo firmando leyes, acuerdos, pactos o como se le quiera decir, es de buen recibo por lo que puede significar para un planeta echado a perder justamente por la gran industria en los países desarrollados, muchas de Europa, Norteamérica y Asia, lo cuestionable s que ese tipo de medidas se rubriquen en Europa, bloque económico que asume las selvas como propias, cuando los verdaderos propietarios son los países americanos, básicamente centro y Suramérica, pero también los ubicados en el oriente y en el eje asiático.

Las noticias verdes son muy buenas, pero el gran inconveniente es que las medidas castigan unos sectores productivos vitales en el desarrollo de las economías y las comunidades de países en vía de desarrollo que se verían abocados a enfrentar problemas absolutamente complejos y sin respaldo alguno. Los encargados de darle forma a la Ley de deforestación de la Unión Europea, tendrán que entrar a considerar algunos puntos, el primero que están legislando de manera arbitraria, sin consulta y por fuera de su jurisdicción, eso sin dejar de lado que muchas empresas europeas han explotado selvas y suelos con la extracción de quina, añil, cacao, caucho, minerales, piedras preciosas y maderas entre tantos bienes del bosque, una doble moral que obliga a crear puentes de entendimiento con los países tropicales que de manera obligada viven de los únicos recursos que tienen, ríos, selvas y suerte porque nadie los tiene en cuenta, un caso real los indígenas de la Amazonía que siguen muriendo de desnutrición y de enfermedades típicas de las zonas cálidas y extremadamente húmedas.

 

 

Al hablar con algunos dirigentes indígenas en el Guainía, “la tierra de muchas aguas”, las leyes sobre el papel se ven muy bonitas, pero en la práctica se deshacen porque la forma de vida necesita guías, orientación y ayuda económica, pero no disposiciones que pueden ser abusivas.

Hoy se habla de geo-localización de la producción para demostrar que los bienes no fueron producto de la desforestación, un tema complejo porque genera sobrecostos y un tremendo malestar ya que de hecho no hay una preparación previa para sembrar diferente o cambiar de actividad económica, cabe recordar que en Colombia se verán seriamente afectados cultivos de café, cacao, soya, carne, bovina y ovina, maderas, caucho y palma de aceite. Para no ir tan lejos los compradores en Europa les han dicho a los vendedores en América Latina que los términos del contrato tienen que cambiar siendo estos los responsables por la información que se suministre, igual notifican que si hay algún tipo de problema este se devuelve totalmente al exportador y a toda la cadena hacia atrás.

Algunos economistas aseguran que los gobiernos están ejerciendo su diplomacia comercial para que se revise la legislación forestal, lamentablemente con muy pocas probabilidades de que ello suceda y por eso, dicen, hay una reacción y formas de responder ante esa realidad.

En diálogo con Diariolaeconomia.com, la ex viceministra de Comercio Exterior Claudia Uribe, actual Jefe de la Oficina para América Latina y el Caribe en el Centro de Comercio Internacional el tema avanza más teniendo en cuenta que fue una Ley aprobada el 31 de mayo de 2023 en donde reglamenta todo lo concerniente a la comercialización al interior de la Unión Europea, UE, y a la exportación desde el mismo bloque comercial de materias primas puntuales así como productos relacionados con deforestación y degradación forestal.

Manifestó que dadas las condiciones, el nuevo reglamento crea normas que dificultan la importación o exportación de productos desde la Unión en donde se haya utilizado materias primas como ganado, cacao, café, palma de aceite, caucho, joya y madera. Así las cosas, sostuvo, la UE busca promover cadenas de suministro totalmente apartadas del daño al bosque o a las selvas.

La connotada jurista expresó su híper preocupación por los resultados de las medidas anunciadas, por los efectos en las economías y por los efectos que puedan traer. Dijo que es perentorio hacer un análisis país por país y evaluar quien cumple con la norma ambiental para incentivar sus producciones e iniciativas, pero expuso que castigar a una región como América Latina y al mismo bloque asiático puede desincentivar el comercio y llevar nuevamente a una gran inflación.

La norma habla de los derechos que tienen los pueblos indígenas sobre el territorio, pero de manera paradójica en el viaje que este medio hizo por la selva notó que el gran depredador de fauna y flora es el nativo, un caso claro se ve a orillas de los ríos Guaviare o Inírida en donde es casi nula la presencia de loros, guacamayas, o monos porque hacen parte del menú permanente de esas comunidades, una situación que invita a intervenir adecuadamente en vista que hay mercados de selva que comercializan carne de todo tipo y lo que resulta peor, la recurrente muerte de jaguares buscados por sus pieles y algunas piezas que potencian la mesa tribal.

 

 

Para los pueblos indígenas e inclusive para algunos colonos consultados, lo primero que debe hacerse es no darle gusto a la Unión Europea porque caso opuesto se ha hecho mucho y no se está deforestando. Los pobladores de Inírida, una parte espectacular de la Amazonía, dijeron que los lugares en donde se produce café, cacao, aceite de palma ganadería y otros productos no están maltratando la selva y manifestaron que, si bien los bosques y las junglas son verdaderamente importantes, la UE no tiene ningún derecho. El presidente de la Asociación de Ganaderos del Guainía y Vichada, ASOGUAVI, Cristóbal Balaguera tildó la medida de arbitraria y aseguró que es una manera atrevida de intervenir en la economía de un país o una región.

Para el líder gremial, los cultivos y la ganadería paulatinamente van mejorando y genéticamente se volvieron más eficientes, es decir que ahora se necesitan menos hectáreas para obtener excelentes rendimientos. Al ganadero le parece que la ley forestal atropella el crecimiento de las economías, el empleo y la sociedad.

 

“Es como si nosotros dictáramos medidas para la Unión Europea desde Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador o cualquier país de Latinoamérica para que ellos morigeren ciertos aspectos, no tendría sentido, sería improcedente y absurdo. Además, Eurocopa no debe pasar por alto que tiene unas ganaderías enormes que eventualmente tendrían que revisar, a nosotros los que trabajamos en estas tierras tan difíciles, lo mejor es que nos dejen quietos y en santa paz, somos conscientes de la importancia de las selvas, de la fauna y la flora, pero esa tarea nos corresponde a nosotros los empresarios, a la sociedad y obviamente al Gobierno, desde otras latitudes las leyes son poco consecuentes”, apuntó el señor Balaguera.

 

 

En línea con el representante de los ganaderos en Guainía, otros empresarios dijeron que la Unión Europea no tiene ningún derecho a ser el árbitro del mundo para decir que ellos son quienes van a controlar los bosques de América Latina.

Los empresarios de la región Amazónica dijeron que Colombia no está deforestando en las producciones y en las cadenas de valor, afirmaron que el país hizo y hace grandes esfuerzos para cuidar y preservar esos bosques.

Al retomar el diálogo con Claudia Uribe, la experta manifestó que el país podrá salir adelante y seguir raudo en el comercio porque productos como café no tumba bosques, caso opuesto, los fomenta, por cuanto ese cultivo demanda sombra. El cacao por su parte es una planta silvestre que les dio la mano a muchos colonos que terminaron fundando pueblos o caseríos con un regalo del generoso monte.

Para la señora Uribe el país sí debe mejorar y básicamente cuestionar que está haciendó el gobierno para lograr que cuando a Colombia la califiquen como país, porque la UE busca graduar a las naciones de bajo, mediano y alto riesgo, luego la meta del ejecutivo es que lo ubiquen en bajo riesgo.

 

 

Los consultados dijeron que a Colombia no le conviene que la califiquen mal, primero porque los europeos no tienen el derecho de hacerlo y manifestaron que hay pequeños productores, los llamados de subsistencia que no estarán en la capacidad de cumplir, y no es un caso expreso de la Federación Nacional de Cafeteros, sino en general de los productores de menor tamaño, los mismos a quienes es urgente darles alguna solución porque de su actividad depende el bienestar de sus familias.

El listado es largo, dijo la exviceministra y para el caso de madera, entra inclusive la obtención de papel y todos los derivados lo que incluye pulpa y biomasa.

 

“Yo creo que hay que hacer llamados de reflexión y de actuación rápidos para que en caso de que la medida entre, aparte de todo lo que están haciendo los gobiernos en general para que se caiga, se mejore o se aplace la ordenanza, lo ideal es estar preparados”, dijo Uribe.

 

Hay preocupación porque la rectoría y el derecho que tienen los pueblos y las naciones de América Latina sobre los bosques está viéndose seriamente amenazada por disposiciones de norteamericanos y ahora europeos, un tema que para Colombia no debe ser tan alarmante porque el país tiene buenas leyes y la evaluación de los bosques no la puede hacer nadie distinto a quienes tienen las selvas y los bosques, en este caso las culturas milenarias DE América Latina y toda su descendencia.

 

 

Para Claudia Uribe todo lo que aconteció fue especialmente por Brasil, pero no única y exclusivamente por este país, fue la reacción europea a las políticas del presidente Bolsonaro y todo ese entorno de daño a la Amazonía. Indicó que evidentemente se corrió la frontera agrícola, pero reconoció que para el caso Colombia no puede hablarse de quemadores de boque, algo que no se puede decir respecto de los productos que el país exporta, especialmente café y cacao.

Reconoció que infortunadamente para sembrar palma fue necesario tumbar la mitad de varias selvas y que la ganadería tumbó bosques para engordar vacas, pero aclaró que no todos los commodities tienen la misma historia y que medir todos los productos con el mismo racero no es consecuente porque hay países que hacen las cosas bien. De hecho 19 países presentaron una carta a la Comisión Europea quejándose de los impactos ante unas medidas generales para naciones que no son iguales y que producen de forma muy diferente.

La carta precisa que no comparten la serie de condiciones para estar en el mercado basados en lo que considera la UE. El tema para algunos empresarios consultados pasa por la doble moral en vista que hay multinacionales y firmas poderosas de Canadá y Europa que compran madera en cantidades exorbitantes, fruto de acabar con bosques en Latinoamérica.

Hay empresas dedicadas a la comercialización de café en Europa que no quieren complicarse con los productores colombianos de café que pueden sumar 540.000 familias, menos con la debida diligencia y otros aspectos, para una firma el tema resultó mucho más fácil, fueron y compraron la mitad de Uganda y por eso el café que pondrán en el mercado será de ese país africano, algo para revisar, mirar y analizar porque con ese antecedente no hay ningún argumento para legislar sobre los bosque latinoamericanos.

 

 

Los analistas aseguran que la ley de deforestación es tan leonina que de alguna manera está logrando la concentración de la propiedad en los europeos pues resulta llamativo que al ver todo en detalle, es otra manera de promover la inversión extranjera a través de ese tipo de jugadas lo que les permite comprar uno o medio país, en el caso nacional la mitad del eje cafetero.

Para muchos, los países que se ven afectados con la restricción de sus productos dicen que la Ley es violatoria de los compromisos internacionales de la UE, Comisión Europea o como se le llame en la Organización Mundial del Comercio, OMC, pero como todo hay de por medio una denuncia, un proceso y es necesario conocer un fallo para poder tildar la Ley más que abusiva, violatoria. Llama poderosamente la atención el por qué la UE toma ese tipo de medidas sobre productos que vienen de países en donde además ellos han promovido la obtención de los bienes que actualmente castigan.

Al revisar la cooperación internacional europea, es notorio que tiene proyectos de café en todas partes de América, un ejemplo Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Perú y el sur de México entre otras, algo así como que con una mano das y con la otra quitas, es decir nadie sabe qué pasó y muchos se preguntan porque están en ese listado negro esos productos y porque no se miran otros sectores como la minería legal e ilegal que hacen tanto daño pues no en vno Colombia nada en mercurio sin que nadie diga o haga algo.

 

 

Es sorprendente que esas políticas se coloquen sobre unos commodities en los que viven muchos países, un ejemplo es Honduras que exporta seis de los siete productos a la Unión Europea, un país que no es considerado un proveedor importante para la UE, el tema es que para Honduras esas exportaciones de los productos, hoy en el índice de la unión, representa el 30 por ciento de sus despachos al mercado internacional, es decir que si la Ley prospera afectando el comercio internacional de Honduras, el daño será muy grave porque se habla del país más pobre de Latinoamérica, la pregunta que surge es ¿quién va a pagar eso?

Hoy existen mayores costos de producción porque hay de por medio una trazabilidad onerosa y otros rubros que valen mucho dinero, el café jamás va a pasar de un dólar a tres por libra para poder compensar todos los gastos adicionales que se vienen verbigracia la geo-localización, una serie de palos en la rueda al crecimiento económico por la vía de la restricción, una medida que castigará y de qué manera la ya endeble rentabilidad.

En algunos corrillos se dice que la Unión Europea está haciendo toda una estrategia diplomática para que Estados Unidos, China, Reino Unido y Japón adopten las mismas políticas, algo grave porque no habría forma de comercializar los productos, tremendo escenario porque con una lánguida productividad, bajo ingreso y una pobreza que sigue creciendo, las propuestas europeas quieren llevar a los países vulnerables al oscuro rincón de la miseria.

 

Efecto contrario

 

 

A criterio de muchos analistas y académicos el atacar la deforestación con restricciones comerciales puede llevar a un efecto contrario porque habría en consecuencia mayor deforestación porque la gente tendrá que producir otras cosas. Hay una carta enviada a la UE en donde se enfatiza en el trabajo hecho en los bosques, en donde se cuestiona que no se ha hecho nada y en donde se dice que si hay bosques es porque precisamente los gobiernos, salvo algunos, los han protegido.

Cabe notar que las medidas no son exclusivas para América Latina, también impactan a Asia y el asunto conlleva al malestar porque el hecho de que aún haya selvas y bosques es porque se han preservado, lo cierto es que la legislación cayó muy mal, fue de pésimo recibo porque además le cae a unos productos esenciales en el desarrollo de los países más pobres. El asunto es tan espinoso que algunos empresarios piden tumbarla o aplazarla, tal y como está hecha no sería viable que tuviera vigencia desde 2025 porque nadie está listo para eso.

El nuevo reglamento contra la deforestación tiene un acápite que acompañan unos recursos para apoyar a los países exportadores de esos productos, luego surge otra inquietud, ¿será fácil encontrar al menos un dólar para ese fin?
Empresas como la Suiza Nestlé debe estar sumamente preocupadas porque a tener inversiones en otros países debe cumplir la Ley europea, de no estarlo es entendible porque a una estructura empresarial tan enorme por obvias razones le cuesta mucho menos acatar una norma de ese calibre que a una pequeña o mediana empresa europea. El no poder cumplir con la nueva carga administrativa genera aún mayor concentración porque mientras las grandes multinacionales lo hacen sin dificultad la pyme europea estaría llamada a sucumbir porque no tienen músculo financiero y como otros están batiéndose en el mercado.

Un asunto que no puede pasar de agache es que al haber menos producción vendrá la escasez de materias primas y con ello una escalada en los precios que puede hacer colapsar la economía ya saturada con tarifas.

 

 

Un hecho cierto es que hay una gran oposición a las medidas que componen el Pacto Verde, pero al mismo tiempo las medidas están tomadas, algunas se están aplicando y otras posiblemente arranquen en 2025. Una de las ya efectivas es la obligación de reportar información no financiera en los estados financieros en manos de los auditores para empresas multinacionales y aquellas que tengas características de empleo e ingresos generados en el mercado europeo.

Los más inquietos dicen que la idea es reducir a un tercio el sector productivo y comercial de Europa o la idea para los analistas es que se acaba el comercio internacional algo que genera nuevas preocupaciones porque si se suman las medidas adoptadas en materia de combustibles para el sector marítimo y aéreo, resultará bastante complejo seguir dinamizando el comercio global porque ante la realidad económica del mundo no hay quien asuma esos elevados costos más si se tiene en cuenta que de aquí a 2030 los buques deben convertirse 80 por ciento en renovables o las empresas deben garantizar que el barco hace una captura hasta del 80 por ciento de las emisiones que genere lo que obliga a invertir en nuevas tecnologías, más inversión y nuevas tarifas, la mayoría impagables.

El análisis es mucho más profundo porque la Ley de deforestación es de inmediatez y lo que más toca a los países afectados, en esencia los de América Latina, pero aparte de eso hay nuevas medidas en economía circular, la polución cero y la biodiversidad, todo un freno al comercio internacional pues hay serias dudas ya que en la medida en que las decisiones entren en vigencia será muy difícil que el