Domingo, 29 Octubre 2023 01:07

Colombia, región y mundo abocados a una economía de guerra: FITAC

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Los países están sobre aviso, hay una coyuntura geopolítica que puede afectar el buen comportamiento de los mercados. Soplan fuertes aires de guerra y es necesario tomar medidas.

El mundo, lamentablemente, maneja ciclos para todo, pero muy especial para situaciones adversas, confrontaciones bélicas, pandemias y crisis en las economías. Hoy el escenario no dice nada distinto y sí preocupa que las nuevas guerras se desarrollen en un plano totalmente distinto ya que la tecnología de avanzada y la evolución digital para aniquilar gente inocente se muestra como la gran amenaza. Atrás quedaron los tiempos de conflictos y bombardeos a domicilio, mostrados a los lectores de la época en sepia o blanco y negro, hoy en caso de una guerra mundial, los daños pueden ser de magnitudes inimaginables porque los ataques son teledirigidos en tanto que los objetivos están en todo el globo, básicamente en potencias que otrora eran intocables, en este momento, todos, absolutamente todos deben confesarse y encender velas.

Duele reconocerlo, pero las ofensivas exacerbadas por el odio, con un ánimo casi demencial por matar al prójimo, muchas veces sin conocer los orígenes del problema, son la consecuencia de errores, abusos, saqueos, intolerancia y pobreza en conocimiento porque basta con una voz diferente o un credo distinto para activar los misiles, todo en medio de la desinformación porque hay aliados perversos desde algunos medios de comunicación que acomodan versiones, circunstancias y hechos. La prensa, diferente a su papel vergonzante, debería propender por un diálogo franco y honesto entre bandos, apelando a la contundencia de la historia, de lograrse esa misión, los comunicadores estarían construyendo y tejiendo con filigrana los detalles más delicados de esa imponente joya llamada paz.

Paralelo a la tragedia humana viene el daño económico y de suministro porque ante un apremio de semejantes magnitudes el comercio y el abastecimiento tendrán serias dificultades y por consiguiente los pueblos.

Es desconsolador, pero la humanidad por apego a poder o el querer arrebatar lo ajeno para afianzar imperios o supremacía, ha utilizado la guerra y con ella la muerte como herramienta de pavor y sumisión, junto a ello las generaciones vieron todo tipo de enfrentamientos en donde el odio, la envidia y la conducta criminal llevaron a las guerras mundiales, las dos con unos saldos sumamente graves por la pérdida de vidas, economías y países.

 

 

Sencillamente nacimos humanos y al parecer esa condición de seres racionales supo alimentar el desprecio por la vida, la conservación de especies y la preservación delo planeta, a ello se suma la ambición por el oro, las especias, la seda y últimamente el petróleo. Para algunos, las gentes del mundo fomentaron sin razón alguna, desprecio por la manera diferente de pensar, gobernar o creer, el mismo color de piel sirvió de pretexto para auspiciar violencia y actos ominosos.

La historia no miente, la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra inició el 28 de junio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, el conflicto lo originó el asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando quien era el sucesor de la corona austrohúngara, ese mandato entró en guerra con Serbia, pleito que apoyó Rusia.

La guerra como fue apenas consecuente puso tropas en el mar, en los cielos y artillería en tierra, al término del conflicto se contaron más de ocho millones de decesos militares y un número superior a 6.6 millones de víctimas civiles. Según los historiadores el enfrentamiento resultó tan intenso e ignominioso que le costó la vida al 60 por ciento de los soldados en contienda. Ese hecho dejó personas desaparecidas y unas pérdidas multimillonarias.

Como si la primera no hubiese dejado una estela fatal, después de un respiro vino la Segunda Guerra Mundial, el conflicto bélico más tenaz del siglo XX. Empezó en 1939 y finalizó en 1945. En ese tiempo el bloque conformado por Alemania, Italia y Japón enfrentó a la fuerza aliada, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia, conjunto de países que fue recibiendo el apoyo de otras naciones.

Esa fue una guerra cruenta desde la misma invasión a Polonia hasta el Holocausto, pero con algunas marcas en particular como Dunkerque, Stalingrado, Iwo o Berlín, batallas muy duras y sangrientas que adicionaron otras sin pasar por alto, desde luego, el ataque con bomba atómica a Hiroshima y Nagasaki.

La Segunda Guerra Mundial no es precisa en cifras, pero se calcula que perdieron la vida entre 50 y 70 millones de personas, un hecho que además generó la división europea. Ese conflicto registró pérdidas económicas desproporcionadas, en opinión de algunos más de 1.5 billones de dólares, sin dejar de reportar que la producción primaria e industrial se derrumbó hasta alcanzar entre el 40 o el 50 por ciento en buena parte de Europa.

Hoy los ruidos de guerra aumentan, en el momento presente sigue la disputa entre Rusia y Ucrania, estalló Oriente Próximo, incentivando espaldarazos a israelitas y palestinos y se habla de entre 55 y 65 guerras declaras, todo un escenario deplorable que invita a la reflexión, el buen juicio y a fomentar mesas de diálogo y puentes de entendimiento, la época actual no hace prever una guerra de 70 millones de personas muertas sino de miles de millones de víctimas habida cuenta que el armamento evolucionó y creció tecnológicamente la manera rápida y eficaz de segar vidas. Hay alertas encendidas, temores y prevenciones porque si la guerra trasciende, quienes no estén en ella deben explorar las fórmulas para sobrellevar la adversidad.

 

 

En charla con Diariolaeconomia.com, el presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional, FITAC, Miguel Ángel Espinosa, dijo que en definitiva y ante los hechos bélicos en el mundo, los países deben prepararse para una economía de guerra por cuanto hay demasiados ingredientes que hacen prever que el mundo podría llegar a una Tercera Guerra Mundial, factor que obliga a los gobiernos a crear las contingencias y a adoptar los mecanismos para evitar menores impactos que de todas maneras se van a sentir.

El asunto geopolítico, agregó, es bien delicado y lleva a pensar en la necesidad de poner en marcha cadenas regionales de valor porque un conflicto de grandes magnitudes, dejando claro que hay entre 55 y 65 guerras declaradas, pone palos en la rueda al comercio y en consecuencia al desarrollo en mediano y largo plazo. En opinión del dirigente gremial, el tema de la Franja de Gaza no pinta nada bien, puesto que un problema que involucra a Israel y a una región estratégica para el flujo de mercancías puede afectar una ruta marítima esencial para el comercio como el Canal de Suez e donde pasa gran parte de tráfico y del comercio mundial, todo un apuro para el suministro de bienes y materias primas. Este canal artificial, ubicado en Egipto une el mar Mediterráneo con el golfo de Suez en el mar Rojo. Este istmo es vital para el comercio internacional y para la región del Sinaí, península que traza las frontera entre Asía y África.

 

“Estamos hablando de un tema muy complejo porque donde llegare a desatarse algún tipo de confrontación, sencillamente vendría un caos en comercio por represamiento importante de contenedores y buques, un escenario que llevaría a repensar el flujo global de mercancías con el potenciamiento de las cadenas regionales de valor, no solamente apuntalándole a mecanismos como fidchore y frenchcore de los que se habla para relocalizar nuevos centros de producción y garantizar una proveeduría más cercana a los puntos de consumo”, expuso el presidente Ejecutivo de FITAC.

 

Recalcó que la cercanía de Egipto, la proximidad de Israel y de la Franja de Gaza con el Canal de Suez en donde existe un tremendo tráfico marítimo entre el mar Mediterráneo y el Golfo de Suez, hace que sea mucha más compleja la situación.

 

 

Actualmente la región y el mundo, aseveró Espinosa, están pensando en una economía de guerra porque no se puede descartar que ante un movimiento bélico por parte de las partes en conflicto surja en mala hora una Tercera Guerra Mundial, nada deseable y todo una hecatombe económica por el freno al comercio y los inconvenientes en proveeduría ya que en otras épocas el planeta no estaba tan interconectado comercial y económicamente. Hoy en día, detalló, si llegase a suceder algo en ese sentido, obviamente se resquebrajaría toda la cadena global de suministro lo que llevaría a pensar de manera perentoria no solamente en abastecimiento regional sino local lo que llevaría a recobrar un importante valor todo el tema de reindustrialización del país para no tener que depender en una magnitud tan alta de otros países para generar, no solamente provisión de insumos, productos y materias primas que no se elaboran en Colombia, sino también de recursos e ingresos generados a través del comercio internacional.

A criterio del conocedor, es bueno que el país empiece a revisar su estructura productiva y económica para ver de qué manera se puede reaccionar frente a una situación catastrófica y si es posible lograr suficiencia y auto-sostenibilidad con recursos propios, evitando al máximo estar en manos de economías exógenas.

Así como lo hacen algunos países de avanzada que empiezan a ajustar sus aparatos productivos y entornos a una economía de guerra, el presidente Ejecutivo de FITAC sostuvo que Colombia debe hacer lo propio, dejando claro que hay una gran diferencia así como una visible desventaja, en primer lugar, precisó, al estar Colombia y otros países de América Latina en la franja sub-andina del ecuador en donde no hay estaciones, salen cosechas todo el año y están las bondades del trópico que garantiza diversidad en alimentos, la tranquilidad es total por provisión. Las otras regiones que no tienen esa condición, explicó el experto, tienen otras características que a través de su historia y su ADN, encuentran no solo cultura sino el hábito de guardar, ahorrar y prever para afrontar escenarios difíciles lo que incluye situación climática compleja y baja productividad.

Según Miguel Ángel Espinosa, desafortunadamente los colombianos y sus vecinos, al no tener esa cultura de acopio incorporada para enfrentar las épocas de escasez y dificultad, pueden agotar en menor tiempo los alimentos e insumos, una realidad que obliga a replantear el esquema productivo en la totalidad de su pirámide, y desde luego modificar las políticas de repartición y dosificación de dichas obtenciones.

 

América Latina, una región llamada a ser privilegiada

 

 

La posibilidad de una guerra sigue creciendo, están los actores bélicos, las armas y los nuevos desarrollos tecnológicos para destruir. Ante un contexto de confrontación, el número de muertes pasaría los límites de la ponderación y solamente con prudencia, respeto y sin tomar partido, los países de Latinoamérica estarían llamados a ser protagonistas del futuro por las inmensas riquezas en recursos naturales, agua y producción agropecuaria.

Amén de las críticas, apuntó Espinosa, América Latina es una región privilegiada porque no tendría el impacto directo en materia de pérdidas de vidas humanas o situaciones catastróficas, ello porque el conflicto no está tan cerca como otras regiones.

 

“En este caso Latinoamérica y Suramérica están en una posición predilecta en donde los impactos serán inferiores a los de otras regiones, sin embargo con la economía globalizada que sigue matizando al siglo XXI vendrán golpes mediáticos, económicos, sociales con implicaciones muy graves, por fortuna en menor escala para América Latina que está distante geográficamente de los epicentros de conflicto, sea Rusia-Ucrania, Franja de Gaza u otros. Más allá de todo la región experimentará una afectación en materia económica que puede darse en un sentido más amplio si es que no hay preparación y si no se hacen los ajustes que eventualmente se tengan que adelantar”, declaró el señor Miguel Ángel Espinosa.

 

Hoy reina una atmosfera marcial y de contienda, persisten las alertas encendidas y el S.O.S, que conmina a abordar el tema y hacer las cuentas a que haya lugar para que una posible guerra no coja al país fuera de base. Frente a eso lo principal, aseveró el contertulio, es crear y promover mesas diálogo, mecanismos de acercamiento y total cordura sobre el entendido que hay de por medio unos temas que no admiten decisiones ni opiniones en ningún sentido porque pueden redundar en consecuencias demasiado graves. Subrayó que antes de dar un laudo o lanzar una sentencia como empresario o dirigente gremial, lo más adecuado es ponerse en el lugar del ciudadano y el ser humano con el fin de hacer ingentes esfuerzos en favor de la paz, la tranquilidad y la vida.

 

2023, un año duro para el sector logística

 

 

Al preguntar por las cifras de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional, FITAC, su presidente Ejecutivo manifestó que 2023 será sin duda un año complejo lo cual es una lástima porque se venía de dos años muy interesantes porque en medio de los problemas el 2021 fue un periodo muy bueno en el negocio logístico, 2022, afirmó, fue mucho mejor porque cerró con cifra record, pero lastimosamente el 2023 se despide con incertidumbre, expectativas y grandes preocupaciones porque hubo una disminución de la carga, no solo en Colombia sino a nivel mundial, descenso que oscila entre el 50 y el 60 por ciento porque hay unas lánguidas proyecciones de compras internacionales para el final de año, factor que empieza resentir un poco el sector logístico.

El problema no será exclusivamente del año en curso y el complicado cierre ya que se pronostican dificultades en los meses iniciales de 2024, un tema tan apremiante que lleva a pensar que el primer semestre será un poco apretado, todo por recesión y dificultades de la economía, elementos que se espera, den un giro a finales de junio del próximo periodo para poder retomar los temas de crecimiento, ventas al exterior, dinámica comercial y aporte notable al desarrollo económico en donde el frente de logística siempre ha sacado la cara y ha llevado con valentía y compromiso la bandera de la recuperación económica, ello expresado en transporte, almacenamiento y otras labores transversales que abordan varios eslabones de la cadena productiva del país.

La idea es que en el segundo semestre de 2024 haya cifras mucho más esperanzadoras para seguir generando empleo e inversión, empero para que de igual forma retome su senda de crecimiento.

El menor volumen de carga explicó el presidente Ejecutivo de FITAC, se explica por menor demanda de productos a nivel de importación, un problema muy marcado en el entorno local, a tal nivel que para finales de año se habla desde los sectores de comercio exterior de una reducción que puede alcanzar el 50 o 60 por ciento, una cifra raquítica que surge por menor demanda de bienes de consumo y materias primas, pero con cargo a la incertidumbre que aflora del proceso electoral.

El lío, subrayó Espinosa, no impacta solo a Colombia, es un embrollo global y por eso son inmensas las preocupaciones en Estados Unidos y Europa por la desaceleración económica.

 

 

Sobre las elecciones, el directivo señaló que tan solo se esperan las mejores decisiones y el buen desenlace de un proceso democrático para que el sector productivo siga manteniendo la confianza y la certidumbre de que la economía seguirá creciendo y que aumentarán los niveles de oferta y demanda en Colombia y en el mundo.

Unos sectores que no deben dejarse a la deriva, comentó Espinosa, son el transporte que debió asumir los recurrentes incrementos de los combustibles fósiles, tarifa que terminó siendo sopesada en parte por el Gobierno y la construcción que está dando unos síntomas de alerta bastante complejos, asunto serio porque ese sector ha resultado un termómetro muy importante en la recuperación económica, pero que hoy pasa por grandes dificultades con el agravante que golpea el empleo y el desarrollo como tal.

 

La globalización seguirá dinámica

 

 

En respuesta a quienes hablan de desglobalización y problemas de suministro por los sobrecostos en navieras y disposiciones como la ambiental para los países en vía de desarrollo por parte de la Unión Europea, UE, el presidente Ejecutivo de FITAC manifestó que no habrá problemas y que la globalización seguirá campeando independiente de que haya unas nuevas condiciones en materia de descarbonización de la cadena logística del transporte internacional, un tema no de ahora sino que viene de años atrás. Reconoció que desafortunadamente en América Latina los temas apenas están llegando y por tal razón los empresarios empezaron a prepararse.

Sobre internacionalización de los mercados, Miguel Ángel Espinosa precisó que a nivel de proveeduría global, las grandes empresas hacen la tarea y se comprometen haciendo gestión integral o general, prestándole toda la atención a los temas de medio ambiente en donde se hacen esfuerzos para generar menos huella de carbono, una labor estricta y con mediciones de impacto muy fuertes en los informes de gestión para propender por descontaminación y apostar decididamente por la sostenibilidad del planeta.

 

“En Colombia no somos ajenos a eso. Nosotros como gremio estamos emprendiendo acciones importantes para que los empresarios empiecen a tomar conciencia y cumplan con la medición de la huella de carbono, así mismo que analicen de qué manera su gestión empresarial está impactando los ecosistemas, un tema importante que no hace parte de la moda o de las tendencias sino que existe la convicción internacional que si no hay planeta no hay mercado y menos consumo, luego hay responsabilidad y todo un trabajo que ya pesa en las proyecciones empresariales, en firmas locales y multinacionales, nada que pida protagonismo en las redes sociales”, acentuó Espinosa.

 

 

Anotó que la responsabilidad ecológica es tan preponderante que se habla también del impacto que tiene solamente el sector logístico y la cadena de internacional de transporte en los temas de medio ambiente, igual, dijo, hay un adeudo muy grande que viene atado a la digitalización porque a mayor tecnología menos consumo de papel y mayor cuidado de bosques. Esos procedimientos digitales, expresó el dirigente gremial, necesitan del concurso de los estados para que den un paso importante en esa materia y asuman un compromiso muy determinante en la facilitación del comercio, mejor uso de la tecnología y todo un avance con metas claras, ya que el mundo ya cuenta con la inteligencia artificial, una herramienta que le dará celeridad a la digitalización, haciendo que las operaciones sean veloces y que los productos viajen en menor tiempo, a bajo costo y sin daño ambiental, todo un ecosistema que no podría estar completo sin la adecuada preparación del talento humano, una triada muy importante que no se puede descuidar puesto que si no hay personas capacitadas en las nuevas tecnologías, en inteligencia artificial y en diligenciar de la mejor manera la solicitud de información, obviamente no se podrá sacar el provecho que traen los desarrollos tecnológicos.

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