Por el momento que se está viviendo en el mundo y particularmente en Colombia en donde se hace necesario tener un país mucho más justo y más próspero, es perentoria la participación del sector privado y de las empresas porque el solo concurso del gobierno y de las ONG no es suficiente para alcanzar los niveles de desarrollo que todos anhelan puntualmente en un escenario de posconflicto en donde es mandatorio que el empresariado participe activamente, colabore y entre por la senda del valor compartido.
En charla con Diariolaeconomia.com, el Asociado Principal de la Escuela de Negocios de Harvard Business School y profesor asociado de la Escuela de Administración de la Universidad de los Andes, Jorge Ramírez Vallejo, aclaró que la propuesta de valor compartido no consiste en decirle al sector privado que abandone su característica sino que por el contrario le pide que siga con su filosofía y razón de ser, pero resolviendo los problemas sociales y ambientales del entorno.
Según el catedrático por el escenario de paz y posconflicto, Colombia urge de hacer alianzas entre el gobierno o sector público con el sector privado para trabajar y atacar los grandes problemas sociales económicos y ambientales de Colombia.
Lo anterior, explicó, quiere decir que por ejemplo desde el ministerio de Comercio se trabajen y se incentiven las iniciativas de cluster porque son oportunidades determinantes de generar trabajo colaborativo de todos los actores que finalmente removerán cuellos de botella en favor de todas las empresas que están localizadas en Bogotá, Medellín, Cali y en los distintos escenarios geográficos.
“Debe haber sin duda alguna, un matrimonio entre el sector público, el sector privado y la academia desde su perspectiva de universidades, capacitación, educación e investigación que dicho sea de paso coadyuvará a resolver problemas sociales y ambientales, pero todo con miras a que tengamos unas actividades sostenibles que económicamente sean viables. Esa es la gran bondad del valor compartido y es que como son factibles económicamente, entonces las empresas van a continuar con esas tareas y van a hacer que sean replicables, es decir que las van replicar las factorías con los mismos competidores que van a ver en esas iniciativas oportunidades interesantes de generar ganancias”, comentó el señor Ramírez.
El asunto es bien interesante porque en una nación como Colombia en donde hay deberes y derechos constitucionales así como amparos de la ley, una apuesta al unísono entre el gobierno y el empresariado podría meter a Colombia por el derrotero de un mejor país que es en donde finalmente viven todos los actores que con unas buenas estrategias de valor compartido, no solo disfrutarían de un mejor territorio, sino que sacarían todo el reducto económico en favor de la economía y de todos sus escenarios.
Ramírez anotó que lo que resulta interesante, reiterando que el tema no es exclusivo de Colombia, es que el sector privado de varias partes del mundo le delegó al gobierno la construcción de ambientes de negocios lo que en otras palabras dice que hasta ahora el sector privado no se ha metido en ese trabajo, pero con la salvedad que ya empezó a hacerlo y por eso el valor compartido es una invitación a que eso continué. El experto dijo que en el pasado hubo un sector privado realmente apático frente a los ajustes del ambiente de negocios es decir a trabajar en temas educativos, a mejorar la calidad de la educación, a tener una oferta laboral mucho más pertinente que atienda las necesidades de las empresas, que impulse toda la mejora en infraestructura y que revise con juicio así como con criterio todo lo atinente a reglas de juego.
“Como se puede dar cuenta hay todo un abanico de posibilidades de factores externos a la empresa, que están por fuera de esta, pero que afectan la competitividad y ratificando que la mejor manera de ayudar es trabajando colaborativamente entre los sectores públicos y privado de la mano con la academia así como articulados con otros actores y otras instituciones”, apuntó.
El valor compartido, insistió el catedrático, será uno de los pilares fundamentales del posconflicto por cuanto el proceso de paz en marcha, Per se, es una oportunidad única por la que está pasando Colombia y en donde todos deben contribuir, recalcando que hay que invitar al sector privado para que ponga esa máquina empresarial, no a manera de ángel de la caridad sino actuando como sector privado que busca utilidades, pero que de manera paralela resuelva problemas esenciales, es decir del entorno social y ambiental, aprovechando muchas oportunidades como se ha visto. Este tema, expuso Ramírez, arroja varios ejemplos afortunados en Colombia porque muchas empresas lo están haciendo, labor que si bien se está adelantando necesita fomentar una ola importante para darle sostenibilidad a un escenario de posconflicto.
Como los problemas de los que se habla son más a nivel de empresa en donde se manejan temas puntuales, hay todo tipo de experiencias que se pueden traer a colación como es el caso de las empresas farmacéuticas que trabajan para mejorar los sistemas de salud en países en desarrollo.
Un caso, especificó, es el de Novartis que mejora admirablemente el sistema de salud en la India Rural, optimizando sus condiciones económicas, es decir generando utilidades, pero regenerando la oferta de salud en esa parte del mundo. Añadió que igual caso se reporta en la China con la farmacéutica Novo Nordisk que apoya todo el sistema de salud alrededor de la diabetes que es uno de los problemas más graves de salud que enfrenta ese país asiático, de nuevo actuando como empresa, generando muy buenas utilidades, pero en alianza con el gobierno con campañas educativas, mejorando la infraestructura de salud y logrando un cambio importante en la prosperidad de los chinos.
“Como estas empresas hay muchas en el mundo, precisando que los ejemplos puestos se están dando en países con un nivel de desarrollo inferior al de Estados Unidos en donde la cadena CVS de farmacias, una de las más grandes de la Unión Americana, la cual se reinventó con valor compartido, trabajando por la salud de las personas. Más que el tema de ventas, esta firma le dio la vuelta a los programas de capacitación a los clientes en temas de salud enseñándoles como alimentarse mejor lo cual hizo que la prestigiosa cadena cambiara muchos artículos que estuvieron en góndola, y tomando decisiones radicales como sacar de oferta los cigarrillos que le costó acabar con un negocio de más de un billón de dólares, es decir un nuevo concepto de salud que trabaja en función del bienestar de la población lo cual se ha traducido en un incremento importante de las ventas de la compañía. Eso, realmente, es valor compartido, es una empresa repensada hacia la sociedad, procurando una mejor población, pero generando ganancias y un posicionamiento económico mucho más interesante”, subrayó Ramírez.
El analista dijo que poco a poco, América Latina está entrando por ese camino del valor compartido, asunto al que le están dando mucha más importancia y ello porque algunas empresas vieron en esta apuesta era la mejor solución para optimizar las condiciones de vida. Aclaró que muchas de las empresas de la región son extractivas, es decir minería, petróleo y gas en donde hay mucha posibilidad de generar valor compartido y de trabajar con las poblaciones por lo general de regiones apartadas, con un flaco ingreso y una limitante considerable en servicios, educación, salud y otros aspectos vitales para una vida digna.
Estas empresas que operan en Colombia o en cualquier parte del mundo, declaró Ramírez, tienen una oportunidad de oro para propender por el desarrollo local, a mejorar las condiciones económicas y sociales de las comunidades tal y como sucede en el Perú con el sector minero que está motivado, inyectándole al trabajo mayor competitividad y haciendo que muchas empresas estén pensando en llegar allí.
Todo este escenario de mejora empresarial, de paz y de valor compartido invita al optimismo porque puede acercar a Colombia a una ola de innovación hacia el futuro, de búsqueda de soluciones sociales y ambientales.
Las cámaras de comercio son vitales
El Asociado Principal de la Escuela de Negocios de Harvard Business School y profesor asociado de la Escuela de Administración de los Andes, Jorge Ramírez Vallejo, afirmó que la utilización de la capacidad institucional de las Cámaras de Comercio para apoyar a las empresas se constituye en un canal esencial de generación de valor compartido lo que resulta fundamental e inyecta mayor optimismo.
Destacó el trabajo de la Cámara de Comercio de Bogotá que ha desarrollado 13 iniciativas de cluster en 13 distintos sectores en Bogotá Región el cual tiene un trabajo de valor compartido muy sugestivo y para admirar porque apoya y educa empresas sin contar que les imprime innovación y hasta los incentiva con un premio anual de valor compartido que hace que dicha experiencia sea mucho más reconocida.
“Por muchos frentes estas Cámaras de Comercio están trabajando en esa dirección y es la dirección correcta porque es parte de su responsabilidad y de su función cameral que busca mayor competitividad empresarial, pero desde una tribuna que abre espacios, muestra oportunidades, revalidando que trabajando por la sociedad y por un mejor ambiente pueden seguir las empresas actuando como actores económicos con utilidades importantes”, expuso.
Otra herramienta tiene que ver con la banca y con las cooperativas financieras de ahorro y crédito en donde hay muchísimas oportunidades de valor compartido por que es por esta vía como se llega a la base de la pirámide, a las poblaciones de menor ingreso, diciendo también que estos sectores dan acceso a los productos y servicios financieros que nunca han tenido muchos lugareños lo cual jamás dejará de ser un reto, pero este, afirmó, es un aspecto que ya se está viendo en Colombia con casos varios por mostrar como el de la Fundación Social.
Enfatizó que muchas de las entidades crediticias tradicionales se están moviendo en esa dirección, generando recursos económicos, pero atendiendo una población alejada y sin oportunidades. “Casualmente el primer Premio de Valor Compartido de la Cámara de Comercio se lo ganó Davivienda con su producto Daviplata que permite hacer transacciones desde un celular con tal eficiencia que el sistema fue utilizado para girar transferencias y para movilizar dineros del gobierno como subsidios y otros rubros”.
El tema del cooperativismo también resulta muy útil para los nuevos desafíos según el catedrático y hombre de Harvard porque hace parte fundamental del valor compartido.
“La única observación es que ha habido muchas cooperativas que por no tener muy claro que es importante generar recursos financieros, en otras palabras, ganar plata, sacrifican su sostenibilidad, pero aquellas cooperativas que tienen claro que los servicios hay que prestarlos dentro de una ecuación que genere excedentes, le da mayor posibilidad de sostenibilidad, pero aquellos que solamente prestan servicios cooperativos sin dilucidar el ejercicio financiero no serán viables porque deben orientar su ejercicio hacia los excedentes financieros a tiempo que presten beneficios a los cooperados de todo tipo”, concluyó el Asociado Principal de la Escuela de Negocios de Harvard Business School.