Martes, 17 Octubre 2017 22:08

Recuperación económica ya no se dará en 2018 dice Fecolfin

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Los cambios normativos, los efectos tributarios, la incertidumbre y las elecciones no serán aliados propositivos de la enderezada de la cual urge la economía colombiana.

Las cooperativas financieras de Ahorro y Crédito reunidas en Cartagena reconocieron que la situación por la que atraviesa el país no es muy alentadora, empero manifestaron que al interior del cooperativismo y sus entidades hay bastante optimismo porque pese a tantas dificultades, el sector cooperativo no ha pasado por tantas complicaciones como el resto de la economía, empero no ven claro ni halagüeño el inmediato futuro.

El presidente de la Federación Colombiana de Cooperativas de Ahorro y Crédito, Fecolfin, Enrique Valderrama Jaramillo, habló con Diariolaeconomia.com y precisó que contrario a lo que se esperaba, la recuperación de la economía no vendrá en 2018 porque hay una serie de factores que aplazan preocupantemente la reactivación de los mercados y de una demanda que sigue deprimida y sin confianza.

Al platicar sobre la economía nacional, Valderrama comentó que es incomprensible ver un caudal que crecía hace cuatro o cinco años a tasas del seis por ciento en promedio, creciendo hoy al 1.6 por ciento según las proyecciones de las autoridades en la materia. Manifestó que sin lugar a dudas esa situación debe tener un efecto de índole económico y social porque las cifras ratifican que habrá más desempleo y con este fenómeno encima vendrán los incumplimientos en el pago de los créditos y muchos no podrán acceder a un préstamo porque no tendrán el debido respaldo. El experto recalcó que con una cartera morosa y con otros inconvenientes como los de demanda y desconfianza, menor será el crecimiento porque sencilla y llanamente la economía experimenta retraso y al contraerse golpea fuertemente el consumo haciendo que el mal abarque otras aristas y agudice los problemas para los empresarios, los consumidores y para el mismo estado.

La situación se hace aún más compleja, explicó, si se tiene en cuenta que no solamente viene un cambio en las normas sino en el gobierno, en el Congreso y en las entidades territoriales. Bajo esa premisa, las cooperativas de ahorro y crédito en cabeza de Fecolfin anhelan que por fin lleguen mentes que las entiendan y las escuchen pues son el instrumento válido para acompañar a cualquier gobierno con el fin solucionar problemas económicos y sociales teniendo en cuenta que el cooperativismo es incluyente, participativo y opcional.

Solo así, expuso el presidente de Fecolfin será posible cambiar ese vergonzante indicador Gini que muestra un lánguido coeficiente, haciendo pensar que las cosas se vienen haciendo muy, pero muy mal.

Anotó que la ley de garantías que paraliza toda la contratación pública, impactará también la economía y agregó que para colmo de males el indicador de confianza en la gente es supremamente bajo lo cual se agudiza por las restricciones que se avecinan teniendo en cuenta que la actividad más importante para países como Colombia está en la contratación por cuanto es un motor que mueve la economía y que al pararse afecta absolutamente todo. Además hay una incertidumbre adicional y es la que desprende del tema político porque los nacionales no saben quién gobernará y como pensará hacerlo porque hay cansancio en el electorado y una pérdida preocupante de la fe y de la credibilidad.

“Un asunto adicional es que las inversiones que estaban previstas para el próximo año tendrán que aplazarse porque muchos están esperando que se desate el nudo porque nadie movilizará capital a ciegas y si saber quién será el nuevo Presidente de la República. La gente quiere saber cuál será la nueva filosofía en la Casa de Nariño, luego viene un ciclo bastante complicado”, apuntó Valderrama.

El vocero dijo que la invitación que hacen las cooperativas es a replantear la economía, es decir a manejarla con mayor inteligencia, consecuencia y equidad porque el país sigue siendo propiedad de unos pocos en tanto que la gran mayoría convive con la pobreza, con los problemas y con la miseria. Manifestó que es hora de repensar el país adoptando modelos económicos exógenos de mayor eficiencia y justicia porque no es comprensible que los bancos sigan enriqueciéndose con cargo a la tragedia social. En ese sentido expresó que la banca es un negocio legítimo el cual debe morigerar su usura y los tipos de interés que a la fecha siguen siendo extremadamente elevados.

Aclaró que cuando un colombiano decide asociarse a una cooperativa está haciendo una acción de doble vía porque en primer lugar éstas entidades son serias y creíbles en vista que desde la crisis financiera de 1998 que arrasó con las cooperativas, no ha habido ni un solo siniestro lo que demuestra que el sector cambió, que se ordenó y que en él se puede invertir.

Valderrama fue claro al indicar que cuando un nacional participa en una cooperativa le ayuda al país y le quita ese apetito voraz de enriquecimiento y acumulación que tienen las otras entidades de crédito para ingresar a un modelo totalmente justo y social.

“Esa es la invitación que les hacemos a los colombianos, vengasen para la economía social, participen de nosotros, coloquen sus dineros, capten su circulante de las cooperativas, hagan sus créditos en las cooperativas porque solo así es posible corregir las imperfecciones del mercado”, señaló Enrique Valderrama.

Las cooperativas, las menos afectadas

Según estima el presidente de Fecolfin, la cartera morosa del sector es muy inferior a la de los bancos y aseguró que hay unos indicadores que han demostrado que si bien no ha habido un crecimiento en proporción a como lo hacía la economía, por lo menos no se han reportado los baches que han experimentado las otras entidades del sector financiero, aspecto que se explica por el inmejorable comportamiento de las cooperativas.

En opinión del dirigente gremial el gran inconveniente se ha alcanzado por los efectos de la reforma tributaria, entre otras cosas porque tendrá un efecto a futuro que conlleva a una incertidumbre poco sana que le pone freno a las inversiones, a las compras y a la dinámica económica que tiene a la fecha sigue con acertijos y dudas muy serias.

Agregó que infortunadamente el sector tiene también amenazas permanentes porque en la misma reforma tributaria que dejó al país en medio de una profunda crisis y escepticismo, hay un decreto que reglamentará la misma transformación impositiva y que quiere corregir por esta vía unos aspectos que no están dentro de la norma como por ejemplo el artículo 56 de la ley 79 que es un pilar fundamental del cooperativismo toda vez que con este artículo se construye patrimonio y hasta no hace mucho existía toda la intensión de modificar este capítulo a través de la norma.

“Este fue una especie de mico que se quiso imponer, pero sin ningún fundamento legal. Estamos diciendo también que queremos corregir las asimetrías que han tenido con nosotros como por ejemplo la vivienda, el tema de Fogacoop, los temas de la inversión de las entidades públicas, recopilando que estas no pueden invertir en cooperativas y muchos otros asuntos adicionales que serán abordados con argumentos sólidos para poder así hacer propuestas concretas en el Congreso de las cooperativas en Cartagena”, declaró el señor Valderrama Jaramillo.

Dijo que no entiende como en municipios alejados en donde no hay sino una cooperativa, el alcalde que quiere invertir en la entidad solidaria, debe desplazarse hasta otro municipio en donde hay un banco. Añadió que es muy difícil hacer cooperativismo en un país que solamente sabe ponerle limitaciones porque no hay una regulación igual para todos los agentes de crédito, asunto que deja muy descompensado el régimen cooperativo que nada contra la corriente en Colombia mientras que el modelo prospera en todo el mundo.

A propósito de los palos en la rueda que se le han puesto al sector cooperativo, Valderrama dijo que todo obedece a un temor general en el sentido de que en la medida en que aumenten las cooperativas más angosto será el mercado para los demás y como la lucha es por ese nicho y propender por mucha riqueza, entonces hay medidas y miradas despectivas para con un sector que perfectamente le puede ayudar a un país reconociendo a manera de Perogrullo que el cooperativismo es el mejor seguro de cara a la seguridad.

“Con las cooperativas de ahorro y crédito hay un dilema y es que, o no nos han entendido en los gobiernos o simplemente hay una actitud permisiva para los otros y si es así la cosa es muy grave porque de tratarse de falta de entendimiento sencillamente no saben desde el estado quienes somos nosotros, que estamos haciendo y que podemos hacer por la sociedad, pero lo complicado es que si hay un detrimento provocado, habría que mirar con mucho juicio a que grupos y a que intereses están favoreciendo”, especificó.

El escenario es tan complicado que las cooperativas en la actualidad se enfrentan a monopolios, a grandes empresas nacionales y a poderosas firmas multinacionales de la banca, lo cual es un tema espinoso que Fecolfin espera quede conjurado en el próximo gobierno del que espera tenga una actitud diferente y amable hacia el sector solidario.

Amigos de la paz, mucho tilín, tilín y nada de paletas

El tema de la avenencia y la tranquilidad no fue ajeno a esta grata plática y allí Enrique Valderrama aseveró que lo primero que tienen que hacer los países que dicen ser amigos de la paz en Colombia es hablar menos y hacer más.

Dejó claro que los recursos que se requieren para el posconflicto no son poquitos y precisó que el proceso será supremamente costoso lo que hace deducir que el país necesitará mucha ayuda la cual deben provenir de todos aquellos que están expresando toda su solidaridad para con la paz del pueblo colombiano. Añadió que el canal para llegar hasta los pequeños y medianos propietarios tanto del sector agropecuario como de los otros sectores son las cooperativas que básicamente nacieron en el campo y que como valor agregado han sabido hacer un modelo económico para el progreso tal y como se observa en los países desarrollados.

Fecolfin dijo que las cooperativas, si bien está en los cascos urbanos y en las ciudades, e igual manera opera en los pueblos demostrando que hay de por medio una enorme y acreditada experiencia, entre otras cosas porque existe la capacidad para hacer bien las cosas y para servirle a una necesitada ruralidad que hoy cuenta con más de mil oficinas en toda Colombia. Aparte de eso se ofrecen desde el sector más de180 corresponsales cooperativos y en sí unas organizaciones sólidas para poder llevar de manera eficiente ese servicio.

“Cierto es que hay que hacer una capilaridad porque en Colombia no podemos pensar única y exclusivamente en el Banco Agrario sino en una red importante que puede transitar por todo el país y que puede ayudar. Nosotros estamos ofreciendo eso, pero reitero, lamentablemente nos excluyen”, sostuvo.

Valderama señaló que de los seis billones de pesos que colocó el ejecutivo en pequeños créditos agropecuarios, las cooperativas no recibieron ni un solo peso porque todo lo maneja el estado a través de otras entidades desestimando una red útil para hacer ese trabajo. Exteriorizó que el sector cooperativo no solamente está demandando sino ofreciendo su experiencia con el fin de canalizar recursos nacionales e internacionales porque de esos menesteres saben y mucho, porque lo vienen haciendo desde hace muchos años.

El lider comentó igualmente que a la hora de hablar de cooperativas hay que saber distinguir y por ello aclaró que las de ahorro y crédito tienen una regulación especial, una supervisión estricta y un seguro de depósito lo cual las hace muy diferentes de las otras cooperativas.

Deploró el hecho que en otras entidades han propiciado el aprovechar la figura cooperativa para hacer una serie de cosas Non sanctas que el cooperativismo formal no comparte, aclarando que esas no son las cooperativas de ahorro y crédito porque éstas no necesitan fondearse ya que tienen su propia financiación a través del ahorro y de los aportes sociales.
Manifestó que cuando a una cooperativa de aporte y crédito se le acaba su aporte social porque no puede captar ahorro, tiene que salir a vender su cartera o tienen que ir a un banco para que les preste. “Hay que distinguir por eso una cooperativa de otra”.

Sostuvo que en Colombia se incurre en un error y es generalizar el cooperativismo porque una cosa es una cooperativa de ahorro y crédito a una de consumo, de salud y de otros perfiles. Le dijo al país que el cooperativismo de ahorro y crédito es tan serio y responsable que desde hace veinte años ha hecho un esfuerzo profesionalizando su gente y potenciando portafolio lo cual ha redundado en buenas prácticas y en buenas disciplinas financieras. Complementó que se es injusto cuando se habla de un tema en general porque no hay corrupción en las cooperativas de ahorro y crédito ya que gozan de vigilancia y control lo cual las hace muy diferentes a las otras.

Colombia tiene 181 cooperativas de ahorro y crédito y cinco financieras que son las que pueden hacer operaciones con terceros y que están vigiladas por la Superintendencia Financiera. El sector cuenta con dos bancos, una compañía de financiamiento comercial y dos compañías de seguros lo que muestra que el cooperativismo tiene un grupo bastante interesante.

Actualmente los activos del cooperativismo de ahorro y crédito pueden costar 20.8 billones de pesos aclarando que la mayor parte de esos activos esta soportada en cartera, aclarando que lo que el sector capta lo coloca, construyendo a su vez el famoso capital institucional que sirve para darle solidez al patrimonio, hoy este capital llega a 1.2 billones de pesos lo que hace que las cooperativas sean muy seguras.

La cartera esta hoy en un promedio de 5.3 en su cartera morosa, muy por debajo de la cartera bancaria. Del total de los colombianos, unos seis millones hacen uso de las cooperativas, pero llevando los usuarios a tres por familia estaríamos hablando de 18 millones de nacionales que están conectados o reciben beneficios de una cooperativa lo que daría una participación del 40 por ciento aproximadamente. Lo anterior muestra que si les permiten, las cooperativas tienen todo el espacio para crecer.

“En Alemania que es una economía tan desarrollada, el sesenta por ciento de las operaciones crediticias las hacen entre cooperativas y cajas populares que son colectivas lo cual es un buen rasero para mostrar pues son entidades muy sólidas y lo cierto es que en donde el cooperativismo es abundante han mejorado los climas de violencia porque la gente tiene satisfechas sus necesidades y por ello no recurren al agiotista sino que pueden solucionar sus problemas de liquidez a través de estas entidades. Esto es para mostrar porque en Estados Unidos para no ir tan lejos, una de cada tres personas pertenecen al sistema de cooperativismo de ahorro y crédito”, concluyó Valderrama.

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