Domingo, 03 Octubre 2021 00:21

Con los TLC, Colombia vende lo mismo que en los años ochenta: Patprimo

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Con los TLC, Colombia vende lo mismo que en los años ochenta: Patprimo Imagen-de-Ranjat-M-en-Pixabay

El elevado e impagable costo de los fletes marítimos y la devaluación encarecieron la materia prima, a tal punto que hubo necesidad de retomar la vieja, pero experimentada industria de la confección.

La industria textil-confección es tan añeja como muchos no se imaginan, pues para el capítulo Colombia, arrancó en pequeños talleres o factorías en 1870, aunque hay que precisar que desde antes las familias dependían de la aguja, el buen ojo, los dedales y el ingenio para fabricar prendas elementales y algunas fastuosas de enorme creatividad para las clases sociales más altas.

Hay un fabuloso punto de referencia y es Coltejer, empresa que nació en 1907, en las primeras de cambio del siglo XX, la empresa vanguardista y el comienzo de la rica historia. Antes de la pandemia de Covid-19, la industria textil y de las confecciones les dio trabajo a más de 450.000 personas, las mismas que producían en promedio 950 millones metros cuadrados de telas por año, teniendo en cuenta que hubo 500 fábricas textileras y unas 10.000 industrias de la confección.

Sin duda alguna, todo pasado fue mejor, y en textiles y confecciones, la historia no miente, entrega cifras y realidades que hoy, al confrontar el antes y el después, desnuda una cruda realidad, que, sin exagerar, da para sentarse a llorar. A tal punto que los industriales reconocen que los TLC han sido un saludo a la bandera porque muy pocos están exportando por esa vía.

 

Guillermo Elías Criado

 

En charla con Diariolaeconomia.com, el Gerente General Comercial de Patprimo Guillermo Elías Criado, indicó que a la fecha y en medio de las vicisitudes, el sector ha tenido una recuperación rápida, lo que muestra el talante de los empresarios que tiene la industria, pero igual la voluntad y el compromiso de salir adelante, todos con sus empleados y colaboradores empujaron y sacaron avante un renglón económico trascendental.

Aparte de todo, explicó el directivo, la falta de mercancía proveniente de los países asiáticos por la escasez de contenedores y los sobrecostos logísticos que dispararon a niveles imposibles el costo del flete, ayudó de manera importante a que el producto hecho en Colombia, haya salido favorecido en este inicio de fin de año, la gran temporada.

 

“Eso también demuestra que Colombia si es capaz de atender la demanda interna y que cuando llega poca mercancía del extranjero, sobre todo del Lejano Oriente, el empleo, la provisión y el bienestar de los colombianos se beneficia”, expuso el señor Criado.

 

Como ha sucedido en pasadas ocasiones, el país tuvo que recibir una bofetada para despertar y darse cuenta que tiene insumos de calidad, que los suelos producen un algodón de enormes atributos y que hay capacidad visible desde el sector primario hasta la fabricación de telas y paños, finalizando con inmejorable confección de prendas.

Afirmó que bien vale recordar los buenos momentos de la agricultura cuando Colombia, a mediados de los años 70, tenía 400.000 hectáreas sembradas con algodón, las mismas que generaban alrededor de 1.2 millones de empleos, posiblemente un poco más. Hay que precisar que en ese tiempo el país contabilizaba 24 millones de habitantes, es de decir que, de haber mantenido unas buenas políticas para beneficiar el agro colombiano, el sector industrial tendría a disposición cerca de 800.000 hectáreas de fibra, y desde luego mucho más empleo.

Otro dato de referencia, dijo Guillermo Elías Criado, es que, en aquella época, la Compañía Colombiana de Tejidos, Coltejer, tenía 16.000 empleados, hoy lamentablemente, una empresa de más de 100 años como es la textilera ícono de Medellín y Antioquia, cuenta con escasos 800 trabajadores o eventualmente menos, lo que lleva a reflexionar que sí vale la pena cuidar el aparato productivo nacional ya que lo único que ofrece bienestar, ingresos y crecimiento económico, son las empresas de manufactura como las textileras, hilanderías y los confeccionistas, que consolidan un empresariado preparado para ofrecer más de 1.6 millones de empleos en el país.

 

“Tenemos una buena tarea que hacer en lo sucesivo, para mantener los puestos de trabajo y recuperar los que se han perdido además”, puntualizó el Gerente General Comercial de Patprimo Guillermo Elías Criado.

 

Exportar en Colombia es muy difícil y los TLC no han sido útiles

 

 

A los ojos del reconocido Gerente, el país lleva quizás uno 15 o 20 años donde el mercado se ha vuelto complicado porque la competencia es con países que pagan salarios de hambre como Bangladés, Vietnam, Laos, Camboya y China entre otros, que han hecho de la industria textil-confecciones, una fortaleza, entonces, sostuvo, no solamente dan subsidios y practican todo tipo de dumping, sino que generan una política pública para amparar a quienes dan empleo.

Por citar un ejemplo, quien monta una fábrica nueva en Vietnam, paga un impuesto de renta, ya no del 25 por ciento sino del 10 por ciento, tienen a disposición créditos baratos, energía de bajo costo y como si fuera poco, el predio en el que se encuentra ubicada la factoría está totalmente libre de tributos. Eso muestra que en el sudeste asiático los gobiernos rodean a los empresarios, los ayudan y van creando políticas públicas en pro de quienes manufacturan, producen empleo y exportan. Caso opuesto, en Colombia, el empresario paga con cada reforma tributaria más impuestos, para no ir tan lejos, la pasada modificación al estatuto tributario aumentó el impuesto de renta para las empresas, sin importar su tamaño ni su condición económica actual, del 30 al 35 por ciento, un despropósito como lo dijeron muchos sobrevivientes de una pandemia que aún no termina.

Países vecinos como Panamá están generando unos incentivos poderosísimos para que la gente monte fábricas allá, empresas que en Colombia ya están erigidas y con el tanque de oxígeno en las últimas. Este tema, analizó Guillermo Criado, es delicado porque a la partida de compañías que se ha venido dando para mejores destinos, se suma uno más que podría disparar el éxodo empresarial.

 

“Creo que con esto es consecuente hacer una buena reflexión y aprovechar el momento para que Gobierno, empresa privada, gremios y trabajadores, nos unamos todos sin reparos en aras de defender el empleo local, de lo contrario vendrán tiempos aciagos y de mucha dificultad. Solo vinculando cadenas productivas, haciendo de la alianza un gran puente de entendimiento y solidez, habrá oportunidad de ser mejores, aprovechar los compradores que tenemos y capitalizar el mercado latinoamericano que representa cerca de 650 millones de habitantes, algo estimable que al sumar el otro gran mercado, el norteamericano dispara las opciones de crecimiento y éxito, toda vez que se trata de 331.4 millones de consumidores de bienes y servicios, solo en Estados Unidos”, agregó Criado.

 

Imagen de Peggy Dyar en Pixabay

 

Fue tajante al decir que los tratados de libre comercio están subutilizados porque con la llegada de la Apertura Económica en 1991, aquella previsión que mostraba a Colombia como un país que iba a potenciar las exportaciones, especialmente las no tradicionales, no se ha dado porque la industria nacional está despachando casi lo mismo en productos y diversidad a los años previos a 1990. Hoy, explicó, hay cuatro o cinco productos más como aguacate Hass, piñas y otros, pero en cantidades muy pequeñas.

Ante ese panorama, Guillermo Elías Criado, reconoció que los TLC, además de que no se han aprovechado a cabalidad, le están haciendo un profundo daño al aparato productivo nacional. Es increíble, exteriorizó, que a Colombia le iba mejor con la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga, ATPDEA, rubricada por el Presidente de Estados Unidos George H. W. Bush, que en su momento se llamó ATPA e incluía menos productos cobijados con la eliminación de aranceles.

Para Criado el ATPDEA era un instrumento maravilloso por cuanto había cero aranceles y los productos colombianos, parte del capítulo de la Ordenanza, tenían acceso preferencial al mercado americano sin tanto requisito, ahora con el TLC en vigencia, los hilos deben tener criterio origen y como el país no tiene algodón no hay hilo con esa característica suficiente para aprovechar las ventas que brinda el mercado de Estados Unidos.

Debido a semejante situación, Guillermo Elías Criado, manifestó que con esa realidad hay una labor pendiente que demanda acción para mejorar el aparato productivo, optimizar el empleo y poner en marcha un plan de expansión de los negocios colombianos sobre la base de políticas de respaldo empresarial porque las fábricas, esencialmente las de la pyme, generan el 85 por ciento del empleo. Solamente, declaró el vocero, la industria garantiza caminos de crecimiento para la economía.

 

Imagen-de-Angel-Glen-en-Pixabay

 

 

Un reto que no admite dilaciones, expresó Criado, es retomar los cultivos de algodón porque países como Bangladés, les está prestando dinero a los agricultores para que tengan su propia hilandería, generando industria, consumo local y oferta exportable representada en prendas de vestir totalmente terminadas, un buen ejemplo a seguir.

Para el representante de Patprimo, más temprano que tarde, Colombia tendrá que darse cuenta que, encareciendo el país, subiendo los impuestos y castigando la competitividad, no logra nada porque aparte de contraer la economía y propiciar quiebras, la gente no cuenta con ingresos para demandar lo que la industria produce, un elemento preocupante y diciente del mal momento de la economía y de los efectos perversos que pasan factura de cobro a agricultores, fabricantes, compradores y a la sociedad como un todo.

Retomando la pandemia que sigue viva y desafiante, Criado con más de 35 años metido de lleno en la industria textil-confección, reconoció que el Covid-19, ha tenido sus ventajas, una de ellas que puso a Colombia a pensar y generó igualmente un efecto clarificador, en el sentido de qué aspectos pedían inversión y modernización en las fábricas, para fortalecer el mercado laboral y darle más impulso al crecimiento económico.

La pandemia, reveló Criado, sepultó cerca de 600.000 pequeñas y medianas empresas y tiene en UCI unas cuantas que aún no dan señales de recuperación, razón por la cual es urgente contar con la mano amiga del Gobierno como también de los líderes palaciegos y del Congreso con el fin de corregir las fallas que se cometieron en gobiernos anteriores y que ya habían llevado a gran parte de la pyme al camposanto.

 

“Repito, tenemos una oportunidad única para que empresarios, ejecutivo y gremios, todos de la mano, empujemos el aparato productivo que produce riqueza, empleo y crecimiento en Colombia, no hay otra salida y el término es sinergias”, subrayó Guillermo Elías Criado.

 

 

Destacó que las empresas que sobrevivieron lo hicieron con resiliencia, acudiendo a la estrategia y la reingeniería, como pudieron salieron, pero el Gobierno las premió en su agonía con un incremento en la tarifa del impuesto de renta, algo increíble, poco razonable, pero como muchos dicen, esta es Colombia, qué le vamos a hacer.

El asunto debe tener al Gobierno muy preocupado porque las empresas están escuchando propuestas, se están enamorando de las condiciones que brindan algunos vecinos, y la verdad para muchos, es mejor ganar lejos que perder en casa.

Otros empresarios consultados por este medio dijeron que un reto grande en Colombia es bajar el IVA pues quitarle a una empresa formal un 19 por ciento es quitarle un porcentaje estimable de su eficiencia que va con camino a la ineficiencia, asistencialismo, corrupción y otros factores de renta cero. Bajar el IVA a 12 por ciento, advierten, abarata el país, hace más fácil el recaudo, la gente lo paga y el país aumenta su flujo de caja, de ahí en adelante es pagar lo que se debe, gastar menos, cerrarle las vías a los corruptos y mejorar los sectores productivos no extractivos.

Al escuchar las inquietudes, Criado enfatizó que esa es una buena manera de ver el tema de la cascada de impuestos que tiene Colombia. Anotó que se vienen por fortuna tres días sin IVA, una prueba contundente de que cuando el IVA y los tributos son flexibles, el consumo se dispara, un favor general porque hay crecimiento, inversión y empleo, mejor dicho, una torta que todos quieren saborear cuando los empresarios y capitalistas entran en el círculo virtuoso de la prosperidad.

Finalmente anotó que Patprimo una empresa vanguardista, innovadora y también emblemática, al igual que todo el sector textil-confecciones, va bien afortunadamente, algo que muestra el coraje de los empresarios colombianos, de qué están hechos y qué son capaces de hacer, aún en medio de una crisis como la experimentada con la pandemia.

 

“Hemos salido adelante y Patprimo es una de ellas, una muestra de arrojo y valentía, los eternos sellos del sector textil-confección”, concluyó el Gerente General Comercial de Patprimo Guillermo Elías Criado.

 

Patprimo nació en Barranquilla en 1957 y tiene una historia admirable para que muchos repliquen. En un comienzo se conoció como Manufacturas Eliot S.A. La fundó el señor José Douer, dueño de la máquina de coser con la que dio inicio un propósito que con los años se transformaría en un grupo empresarial de grueso calibre, dueño de un portafolio admirable en el frente textil y de la confección.

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