Sábado, 01 Enero 2022 01:38

Colombia no ganó con los TLC, acuerdos deben renegociarse: Acolfa

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Los empresarios siguen haciendo de tripas corazón, intentan continuar en el mercado, pero el desplome en las ventas hizo que muchos prescindieran de buena parte de su personal.

La situación económica en Colombia sigue dando tumbos, algunos hablan de reactivación, mejores ventas y un escenario de amabilidad que produce envidia en cualquier escenario, lo real y palpable es que muchas empresas se fueron del mercado, que demasiados negocios tuvieron que decir adiós y que en la calle quedaron muchísimas personas esperando una nueva oportunidad laboral. Alienta el dato, muy confiable de las cajas de compensación familiar, que da cuenta de la recuperación del empleo de salario básico, algo importante, pero igual con dificultades en otras franjas altamente demandantes de bienes y servicios. Es de tener en cuenta que la mayoría de las compras se hicieron al debe, es decir que los bancos están a la espera que la cartera rote y tenga normal recuperación.

Las cifras de la economía nacional, sin necesidad de lupa son aterradoras, mal en balanza comercial, terrible en deuda externa, un caos la cuenta corriente de la balanza de pagos y un desempleo extremadamente alto, habida cuenta que el país pensó que sin agro y sin empresas, todo sería de maravilla, pero caso opuesto, el modelo colapsó, el mundo convulsionó, el aprovisionamiento quedó en el limbo, llegó la gran inflación mundial y mientras muchos determinaban volver al campo, en Colombia la tierra sigue sola, sin relevo generacional, desperdiciada, con trabajadores echados a perder, pues les arregló la vida un subsidio llamado “Familias en Acción” y una serie de políticas burocráticas, así como equivocadas, que dejaron al país en precaria situación.

Es la hora de decir verdades y la de Colombia produce pena, mal genio y desilusión, muchos de los que pasaron por el ministerio de Hacienda y otros despachos, equivocaron el camino, subieron tarifas, atiborraron el país de gravámenes y legitimaron la informalidad, lamentablemente resultó más rentable, pues muchos emularon la evasión de los grandes contribuyentes. La idea era y es abaratar el país, cerrarle caminos a los evasores, fortalecer las penas y declarar la guerra frontal contra la corrupción.

De otro lado quienes marchan y exigen la reivindicación de sus derechos, hacen uso de una herramienta constitucional valiosa, empero los violentos, los autodenominados primera línea y los que bloquean vías, igual atacaron la economía, arruinaron empresarios, propietarios del común, productores del campo y transportadores. Pensaron que haciendo daños y destruyendo la infraestructura ocasionaban detrimento, pues tremenda equivocación en la que estaban, pues su escaza educación les impidió leer que los deterioros al distrito los paga una o varias aseguradoras, como quién dice, hicieron el mal, pero terminaron gastando pólvora en gallinazos. Santo Dios.

Tenemos un país de equivocaciones recurrentes, desde antes de la Guerra de los Mil Días estábamos en problemas, Colombia supo del asesinato de Rafael Uribe Uribe, el conocido “Mirada de Águila”, vio un país desmoronarse con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, luego vino la equivocación del Frente Nacional, la puerta a los malos manejos administrativos de hoy, y después todo un cúmulo de malas acciones que condujo a una economía narcotizada, apertura económica a la brava, quiebras, acuerdos comerciales, más y más Enfermedad Holandesa y medidas exageradas, en síntesis, hemos vivido en un escenario de errores, pero lo incomprensible es que NO aprendimos.

Eso sí, el país ha sobrevivido a todo, a lo malo y a lo muy malo, tanto así que adoptó el agotado término resiliencia, un consuelo o una pomadita Doloran para muchos de los que han salido aporreados con tantas equivocaciones, la gran mayoría en materia económica. Insisto, Colombia la casa del Divino Niño y el Sagrado Corazón.

Hay tiempo de corregir, de hacer bien la tarea, pues el territorio es tan grande que todos cabemos, aún no me explico por qué el gusto por las miles de hectáreas si finalmente nos entierran en un hueco pequeño o si hay cremación en una pequeña caja y después en un cenizario.

 

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Después de estos dos años de dificultad por Covid-19 hay temores en la economía, porque reina la incertidumbre, el país sigue enfermo, los demás estados toman nuevas medidas sanitarias y reactivan cierres y confinamiento. Podemos estar asistiendo al gran fracaso histórico mundial, las vacunas, que jamás lo fueron, tan solo resultaron unas inyecciones que sirvieron como paliativo y bálsamo global, lo alarmante es que hay personas con el bilógico que están contagiando comunidades y ocasionando mayores problemas. Un año que arranca en reversa en temas médicos y puntualmente de infectología, por supuesto con las debidas consecuencias económicas.

Hago una salvedad, de nada sirve inyectar al mundo, si este sale, se desprotege, abandona el tapabocas, se aglomera y hace de la indisciplina un común denominador sin que importe el de al lado, el que se cuida, quien cree que la solución empieza por las buenas costumbres de higiene y prevención.

En la pandemia no se vio una, para rematar salió un carnet excluyente, innecesario y peligroso porque muchos de los “inyectados” tenían Covid-19 y entraron a los negocios a diseminar el mal, que horror, adicionalmente, repito, se están muriendo por el virus personas con dos y tres vacunas, la tesis que no puede funcionar lo que es de humo.

Muchos queremos creer, pero no se ven los resultados, la mal llamada vacuna aún no se afianza ya que no hay desarrollo total, esperamos que pronto de consiga. Un tema que debe concitar el interés de todos es que con el caos sanitario encima, NO podemos entrar en la guerra fría de los biológicos, pues si Rusia tiene la solución, bienvenida, lo propio con Pfizer, Moderna y todas.

El aparato económico sigue haciéndose preguntas, toma la calculadora y hace cuentas, el 2022 no pinta bien, hay elementos para proyectar una nueva vigencia pasada por medidas y exhortando la ausente disciplina de los nacionales que siguen asistiendo a fiestas, a días sin IVA, a conciertos y a todo lo que se conoce en Colombia como “guachafita”.

El sector automotor dice que tal y como van las cosas, con los precedentes en asuntos comerciales y medidas, el futuro no es el mejor y no descartan un revés en materia de inversión, teniendo en cuenta que en el país hay fabricantes destacados de automóviles, motos, camiones y autopartes.

 

Alberto Macias

 

El Vicepresidente de la Asociación Colombiana de Fabricantes de Autopartes, Acolfa, Alberto Macías, le dijo a Diariolaeconomia.com, que una tarea pendiente y que posiblemente deba abordar quien gane las elecciones presidenciales será la revisión y renegociación de los TLC, firmados sin tener en cuenta la inmolación de sectores de la economía básica, industrial y pyme.

Para Acolfa es prioritario revisar y renegociar los tratados de libre comercio porque a criterio del gremio hubo enormes falencias y capítulos que prácticamente le entregan el mercado a Estados Unidos o a Europa en desmedro de la producción local de bienes, lo cual incluye industria, agro y medicinas.

Al estar comprometido el futuro de varios sectores en Colombia, Macías anotó que sería ideal y justo darle una mirada a los acuerdos para corregir y quitarle el Inri a muchos sectores que están viendo complicado seguir en el mercado con una competencia que avasalla.

 

“Los hechos y las cifras lo han demostrado, Colombia no ha sido ganadora en estos TLC, caso contrario resultó perdedora. El ministerio de Comercio muestra unos dígitos que de lejos no son reales, son números acomodados y que, al depurar y sacar productos como petróleo, carbón y las exportaciones tradicionales, vemos que no hemos ganado absolutamente nada. Si vale la pena mirar al detalle los TLC, leerlos con lupa y observar en que sectores hemos triunfado y en cuales estamos en el peor de los mundos para renegociar esos convenios”, no hay otra opción coherente.

 

No es para menos la preocupación, hay, según analiza el gremio, un daño en el empresariado y en el campo que ya enciende las alarmas. Aparte de la seguridad y la soberanía alimentaria, hoy en entredicho por aspectos logísticos, está el empleo de muchas personas, es decir un detrimento social que llevó tristeza a un país otrora alegre.

Macías fue claro y acentuó que el país tiene que mirar ese tópico de los acuerdos comerciales de manera pormenorizada, sectores ganadores, generadores de potenciales de riqueza. Aseveró que con la economía naranja no se ha logrado mayor cosa, pues el teatro, música y otras expresiones artísticas que históricamente se han explotado, no demandan un TLC para exportar servicios, luego hay que poner ojo avizor en los acuerdos, mirar capítulos específicos y luego hacer el balance de la conveniencia o no, para adelantar una verdadera renegociación.

 

Industria automotriz en Colombia es incierta y sigue amenazada: Acolfa

 

 

A criterio del Vicepresidente de Acolfa, la situación para el empresariado es incierta por devaluación, aumento del salario mínimo y ahora el inesperado escenario que está tomando el lío sanitario, un factor que puede impactar nuevamente la demanda interna de bienes y servicios, depende como se manifieste.

El directivo destacó que las medidas del Banco de la República adoptadas hace poco, buscan, precisamente, frenar la inflación, un tema que resulta retador ante los precios elevados que está manejando el globo por el incremento desbordado de los fletes, los altos costos de los insumos y de las materias primas que no llegan o lo hacen a costes imposibles.

 

“En el caso de la industria, dependiendo de las medidas, las inversiones se aprobarán o no y además con un año electoral todo se hace más complicado. Vamos a tener un 2022 muy incierto y difícil también, por cuanto no hay un panorama económico positivo. Un punto que no debe pasarse por alto es que la división política que muestra el país incide de gran manera en la economía nacional. De todas formas, desde Acolfa seguimos comprometidos con el país, las empresas afiliadas siguen apostándole al empleo, no cierran sus factorías y por todo medio buscan no disminuir la nómina, hay una decisión de salvar puestos de trabajo porque no es afortunado ni oportuno afectar a la clase trabajadora. No es lo más acertado permitir que se vayan o expulsar las inversiones de un momento para otro”, dijo el Vicepresidente de Acolfa.

 

Las grandes complicaciones que reporta el sector automotor y de autopartes es más notorio por el lado de las materias primas, porque no solo hubo retrasos, sino mayores costos, los fletes subieron al igual que las estancias y los tiempos, toda una mezcla de factores que terminan subiendo el producto final al público, pues hay que pagar más por producir, sin dejar de lado bodegajes, valor en puerto y otras aristas que pesan en la canasta industrial.

Hay un hecho real, siguen los problemas de escasez de buques y contenedores, como se puede se embarca y el gremio autopartista reconoció que el Gobierno ha hecho grandes esfuerzos por hacer menos traumático el contexto para los empresarios dependientes del comercio exterior.
Externamente, todo es complicado, subrayó Macías, sin embargo, al interior del país se hace hasta lo imposible por facilitar las operaciones.

 

Hoy duele el haber dejado a la deriva la Flota Mercante Grancolombiana

 

 

En estos momentos de dificultad en donde las embarcaciones brillan por su ausencia muchos empresarios reconocen que hoy como nunca antes hubiese sido afortunado tener la Flota mercante Grancolombiana, un error más de los tantos que hemos citado.

Para el Vicepresidente de Acolfa, Alberto Macías, por todo lo que está pasando es imposible no volver al pasado y saber que esa solución se tenía. Es un tema que duele, ya que, de haber contado con esos barcos, el país no hubiese pasado las dificultades de hoy, de haberlos tenido, los buques habrían sido una solución pese a que no eran embarcaciones de alto calado. Ya es tarde e innecesario, dijo Macías, llorar sobre la leche derramada, pero cierto es, indicó, que el nuevo Gobierno debe ser más estratégico en sus políticas de promover la industria y el comercio interno como también externo.

Sobre el nuevo mandato, Macías dijo que quien lleve su trasteo a la Casa de Nariño, ya en calidad de Presidente de los colombianos, tendrá que llegar con varias soluciones, pero en principio medidas y políticas serias que reactiven la industria, el comercio, las pymes y desde luego la agricultura. Será exitoso, razonó el directivo, quién sea capaz de promover el empresariado y la economía rural, todo para crecer, generar riqueza y mucho empleo, unas iniciativas audaces y eficaces, necesarias, que pongan de nuevo la economía en modo crecimiento.

Un sector que necesita mucho apoyo es el de industria, sostuvo el Vicepresidente de Acolfa, ello porque hace parte de un encadenamiento de varios sectores. Manifestó que el sector de autopartes y vehículos incide en el renglón químico, textil, metalmecánico, en el de caucho, electrónico, eléctrico y en muchos otros, una reacción en cadena, en cascada, aguas abajo, porque si un fabricante le compra a un proveedor de primera línea, este a su vez acude a otro abastecedor y así sigue el ejercicio entrelazando la economía hasta tercer o cuarto nivel, todo un fenómeno de provisión en el que participan muchos y ganan todos.

 

“El nuevo Presidente de Colombia tiene que incentivar los encadenamientos productivos con el fin de mover la economía y generar empleo, todo un mecanismo de políticas que redunden en el tema social, en los beneficios para las familias y en bajar ese elevado indicador de descontento social. Quien salga elegido no puede incurrir en los errores anteriores como incitar el empleo importado, hacerles el favor a otros países, no, el asunto es estimulando y promoviendo lo nuestro, y hablo de campesinos, industriales y trabajadores”, enfatizó Macías.

 

Sobre los nuevos menesteres del Primer Mandatario por llegar, está el empleo capacitado y atiborrado de conocimiento, es decir que se genere una asimilación de la noción y la comprensión en el país, algo realmente importante.

Un provecho que debe sacar Colombia es la cercanía con Estados Unidos más en este momento en que muchos fabricantes están pensando en dejar China para explorar opciones en Latinoamérica. Esa relocalización, afirmó, se podría dar en sectores de industria, farmacia, manufactura, confecciones, textiles, sector automotor, alimentos, bebidas e insumos para calzado. En opinión de Macías de lograrse esa repatriación empresarial bajo la figura de maquila en favor de la región, las opciones para Colombia serían todas.

 

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Una crítica que hace Acolfa es precisamente la de abrir mercados inalcanzables como Asia y África, pues el país ha ganado espacio con Estados Unidos, prácticamente vecino, los países de Centroamérica, Suramérica y Europa. Insistir con el Lejano Oriente, subrayó no ayuda mucho y puede aumentar los problemas económicos de Colombia. No puede obviarse que, para ese fin, dijo, la competitividad es un activo del que adolece la patria.

Macías precisó que lo más consecuente es pensar en los mercados cercanos y conocidos verbigracia México, Estados Unidos, Canadá, Brasil y otros en el hemisferio sur, una manera de ser más competitivos y solucionar todos los problemas que la logística global plantea.

Otros retos de Colombia están por el lado de la innovación, mayor productividad y competitividad, un desafío para el empresariado que conlleva a mayores esfuerzos, fomento, toda una serie de políticas que articulen sociedad, industria, ruralidad, trabajadores y en fin el universo de los actores, porque sin duda alguna en Colombia todo es posible con voluntad, ya que en el país caben todos.

El asunto de innovación manifestó Acolfa, es perentorio y hay que generarla con empresas que quieran buscar mercados, que tienen estabilidad y que deseen apoyar más a Colombia. Por ese motivo el gremio pidió mayor protagonismo del ministerio de la Ciencia que al fomentar alianzas estratégicas con la cartera de Comercio, Industria y Turismo, para aprovechar esas capacidades tanto en recurso humano como en empresas pensando en que las nuevas generaciones son las llamadas a emplazar, alinear y reorientar la productividad colombiana.

Otro trabajo pendiente está por el lado de hacer uso de las nuevas tecnologías y en la industria automotriz vienen nuevas tendencias como los vehículos eléctricos, las pilas para esa nueva empresa y precisamente ahí es donde se hace necesario mirar de qué manera la alta capacidad minera de Colombia puede dar un salto en la explotación de elementos como el litio y otros esenciales en la nueva era vehicular. Allí, dijo Macías, es necesario el liderazgo del ministerio de Ciencia y Tecnología, apoyado desde luego por el ministerio de Comercio y por el sector empresarial.

Las sinergias son muy necesarias, no de titular o buena voluntad sino, de hecho, pues para Macías es prudente mirar que recursos tiene el país para poder explotar una minería futurista, todo en el marco de la Cuarta Revolución Industrial, un oficio que ocupa a Argentina y a Chile que ya quieren fabricar a escala pilas de litio, de níquel y mirar las tendencias metálicas que demandará la industria automotriz. Colombia, expresó, debería estar haciendo lo propio.

 

La economía estaba mal desde antes de la pandemia

 

 

En opinión de Macías el 2021 cerró con dificultades para el sector de autopartes, ya que el mercado decreció, todo por los problemas generados por la pandemia, segundo, la parte económica y tercero, la falta de varios elementos fundamentales para la producción de vehículos que faltaron en las ensambladoras colombianas.

El 2021 fue un año muy difícil, con mucho sufrimiento y tan solo queda recibir el 2022 con esperanza y anhelos, eso sí en medio de la incertidumbre porque el Covid-19 no se ha ido, caso opuesto se fortalece, hay elecciones, los líos logísticos siguen ocasionando desabastecimiento y los acertijos en el frente económico son muchos.

Según el Vicepresidente de Acolfa, el año viejo dejó el amargo recuerdo de las protestas sociales que subieron de tono hasta causar traumatismos, igual fue reportado en el mundo el rompimiento de la cadena de suministro y la vigencia se despidió con una devaluación agudizada que termino de afectar importaciones y de restarle dinámica a la economía.

 

“La pandemia sin duda golpeó lo económico, no se puede hablar de fiestas en ese aspecto porque no a todos en el sector real les fue bien, la situación global y los fletes castigaron al aparato productivo. Las marchas fueron un estallido que se venía advirtiendo ante mucha promesa y poco cumplimiento, un tema que se unió a variables como desempleo, pobreza, hambre y un relicario de necesidades. El cierre sistemático de negocios, la salida de personal y todo el impacto que estar sin ingreso, llevó a un descontento social que terminó explosionando, algo grave porque no hubo consumo, fue afectado el transporte y castigada la logística, así como las labores del sector primario. En síntesis, unas olas de protesta dejaron ver el descontento de la población y de paso agravó lo económico”, expuso el señor Macías.

 

Un hecho cierto, apuntó Alberto Macías, es que la economía venía pidiendo corrección desde mucho antes de la pandemia, puesto que ya estaba encima el caos fiscal, la deuda externa creció a niveles impresentables y la cuenta corriente de la balanza de pagos espantaba, a eso hay que sumarle que el sistema de gobierno decidió desconectar el campo, debilitar las pymes e importar todo, algo muy parecido a lo hecho por Venezuela, con la diferencia que allá si hay petróleo y de sobra, no viven del recobro o la suerte. Ese manejo dejó a Colombia en un grado alto de vulnerabilidad porque con la pandemia y la crisis logística, quedó demostrado que el país necesita producir sus alimentos, materias primas y ser rentable hacia adentro.

Los problemas pre-pandemia, añadió el Vicepresidente de Acolfa, eran más evidentes en el sector automotor, reconociendo que los males no se veían en otros frentes productivos. Para el caso de los carros, que experimentaron una caída en 2019, el 2020 terminó de ahondar los inconvenientes.

El tema, explicó, no ha sido fácil, la industria nacional está postrada y contra la pared, en tanto las importaciones siguen ganando terreno muy a pesar de los indicadores. Así las cosas, expresó, la fabricación de vehículos en Colombia y la elaboración de autopartes ha sido duramente golpeada con el producto extranjero, ya que es muy fácil ver la forma en que avanzan bienes y vehículos exógenos, por ejemplo los brasileros, mexicanos y argentinos, todo consecuencia de unos acuerdos firmados por el Gobierno con el acompañamiento del ministerio de Comercio, Industria y Turismo, todo desencadenando una serie de problemas que acrecentaron generosamente la crisis en la industria automotriz colombiana.

Algunos acuerdos comerciales terminaron siendo pactos en la sombra porque mucho se habló, mucho se dijo, pero otra cosa muy diferente rubricó el Estado. Si el país hace el ejercicio de leer juiciosamente el texto final del TLC Colombia-Estados Unidos, es posible que termine en el sanatorio, hay muchas cosas que ni los empresarios ni el público conocen, quizás porque faltó orientación y didáctica a la hora de ilustrar cada una de las negociaciones. En alguna ocasión dijo un connotado empresario, que era inexplicable celebrar un TLC cuando la notificación es que muchos saldrán del mercado, algo así como organizar un baile para que al dueño lo saquen al otro día de su casa. Vaya, vaya, qué tenemos aquí, dijo inocentemente Samuelito, un niño muy listo de Popayán.

 

“El Gobierno viene generando expectativas y anunciando a última hora acuerdos como es el caso de Japón, intransigente por demás, Emiratos Árabes, intempestivo, África, de no te lo puedo creer y otros convenios que los colombianos como empresarios no tienen previstos en su plan de negocios y que terminan al final del día golpeando durísimo a varios sectores como el de vehículos, sin duda, gran damnificado”, precisó Macías.

 

Indicó que lo único que los empresarios le piden al Gobierno actual, y al que viene, es que haya claridad para que las factorías puedan planificar, planear, trazar la hoja de ruta y evitar así que se alejen las inversiones, como ya ha pasado, coincidencialmente en el sector automotor. Brille para Mazda Colombia la luz perpetua.

 

Hay empresas que a duras penas se sostienen

 

 

En algunos frentes de la producción fue común denominador el cierre de miles de miles empresas, en solo pequeños negocios la cifra asustaba en 2020 cuando cerraron 509.370, algo grave porque fueron en su momento generadores de puestos de trabajo. La preocupación pasa porque igual en mayo de 2020 bajaron la persiana 33.545 organizaciones en el país, cifra que con abril de 2021 dejaron a muchos con la boca abierta ya que en ese periodo se fueron a bancarrota 15.601, unos referentes para el total de la industria y la economía que dejó a muchos pensando. Los acopiadores de cifras dicen que a mayo de 2021 en Colombia estaban vigorosas para el total de la economía, 469.099 empresas en los principales cascos urbanos del país, Bogotá, que concentra en promedio 56,1 por ciento de industrias, Medellín, 13, 9 por ciento, Cali, 12,2 por ciento, Barranquilla que agrupa el 11,2 por ciento y Cartagena con el 6,5 por ciento.

En vehículos y autopartes las empresas se mantuvieron, pero lamentablemente debieron reducir de manera importante la planta de personal para poder seguir con las operaciones, no hubo alternativa, algo muy duro tal y como pasó en GM Colmotores y varios fabricantes de partes, todo porque las ventas cayeron y los pasivos eran desde luego insostenibles con menores despachos y fuertes caídas.

Un tema complicado, analizó Acolfa, es el macroeconómico, pues el país está sobreendeudado con el agravante de que no se generan recursos diferentes a los de los puestos de la clase trabajadora, un aspecto que, de seguir, llevará a Colombia a pasar años muy difíciles.

Al avanzar con el capítulo fiscal, el gremio de las autopartes consideró que con los aranceles que se han dejado de percibir por importaciones y los TLC, el asunto macro se avinagra, puesto que son dineros que han hecho mucha falta y que resultarán demasiado importantes para el futuro inmediato.

 

“Pienso que renegociar como lo hizo Estados Unidos que aplicó nuevos impuestos para fortalecer su clase trabajadora e industrial es algo que debe replicarse y considerarse en Colombia de la misma manera. Hay una serie de aristas que deben meterse en cintura porque tal y como vamos podemos, fácilmente, colapsar, el tema no es difícil, es tan solo pensar en país, en sus gentes, empresas y biodiversidad”, concluyó el Vicepresidente de Acolfa Alberto Macías.

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