Sábado, 16 Abril 2022 03:15

McCormick, la marca de calidad que le pone sabor a la economía

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El mercado de las especias y salsas sigue creciendo y la marca americana continúa con un marcado liderazgo en medio de las vicisitudes geopolíticas.

Aunque parezca increíble las especias han marcado toda una historia, con el fin de llegar a ellas algunos exploradores del mundo antiguo optaron por la aventura y llegar a sitios ignotos, una travesía que costo vidas humanas y demasiada adrenalina. Todo empezó según los arqueólogos en el año 50.000 a.C. en pleno paleolítico medio, cuando el hombre primitivo descubrió que algunos vegetales y hojas aromáticas les daban mejor sabor a las comidas.
Quizás los estudios más cercanos son los que rotulan al neolítico como el punto de partida del uso racional de condimentos, unos 6.000 años a.C.

Mucho se habla del manejo de las especias y la utilización de ciertas hierbas como albahaca o milenrama, que tuvieron estrecho vínculo con las culturas de Oriente por allá en el siglo III a.C. Estas plantas aromáticas fueron utilizadas en las cocinas de China, India, Egipto y Sri Lanka, sin embargo, este tesoro del gourmet vino de muchos países, incluyendo los ya citados.

Hay que decir que se conoce como condimento las sustancias alimenticias ideales para sazonar y optimizar el gusto de las comidas. Se trata sencillamente de realzar aromas y sabores para hacer de los platos preparados, arte culinario apetecible y con la posibilidad de alargar el tiempo de conservación.

Es de alguna forma lamentable que, por semillas, hojas, bayas, raíces, cortezas y minerales, los hombres más soberbios propiciaran batallas, dejaron muerte y se lanzaran a verdaderas cruzadas, totalmente vertiginosas. La ruta de las especias morigeró los precios de los productos de sazón, los hizo invariables hasta el siglo XVII. Los condimentos llegaron exclusivamente es esos tiempos a las clases sociales más pudientes.

Los productos de mayor uso en esta línea fueron pimiento, pimentón, comino, clavo, nuez moscada y canela. Los más suntuosos por precio también en tiempo pretérito se llamaron azafrán, cardamomo y vainilla. Como son ideales para sazonar y conservar, las especias extraídas de los vegetales tomaron con los siglos enorme valor. Su notorio poder aromatizante y facultad para crear sabores, hace que su uso sea en pequeñas cantidades, en algunos casos son mezcladas y las combinaciones arrojan un tremendo toque en cada preparación gastronómica.

 

 

Cabe anotar que las especias no solo mejoran el sabor de las comidas, sino que optimizan la digestión y producen sensaciones espectaculares en el mundo de la alta cocina. Generalmente las especias, telas y sedas venían de las Indias orientales, pero muchas otras plantas con poder aromático, curativo y culinario llegaban desde las Indias Occidentales, lo que hoy es América.

En el antiguo Egipto no solo resaltaban el sabor de las comidas, las especias fueron claves en la aromatización de cosméticos y en algunas soluciones utilizadas en el complejo y gélido arte de embalsamar.

Los condimentos dieron un giro en su comercialización en el segundo milenio que comenzó el día uno de enero de 1001 d.C. y culminó el 31 de diciembre de 2000 d.C. La compra y venta de especias, así como de hierbas tuvo múltiples canales de penetración en diversas regiones del planeta. En principio y a gran escala se dio el marítimo con barcos que partían de China a India. Una vez allí los empresarios árabes exploraron trayectos terrestres para luego exportar los productos a Europa Oriental. Fueron los fenicios los responsables de esparcir las especias en plena transición del siglo II al I a.C. a todo el eje costero del mediterráneo, de todas maneras, el mercado era controlado en oriente por los árabes.

En las antiguas Grecia y Roma los productos aromáticos y todo lo atinente a condimentos fueron inicialmente llevados a rituales y conmemoraciones religiosas. Con el tiempo la demanda por estos productos creció, llevando a la apertura de rutas comerciales por vía terrestre y las dos potencias de gran poderío militar fundaron ciudades en oriente para garantizar suministro de seda y especias, en esa ruta es recordado Alejandro Magno y todo su recorrido a lomo del indómito Bucéfalo, el caballo que tan solo él montó y en dónde instituyó la ciudad de Alejandría, el puerto ubicado en la parte occidental de Egipto en el Mediterráneo.

Al llegar el desplome del imperio romano, Europa experimentó una traba económica y cultural que influyó en el comercio de las especias, el mercado perdió fuerza en el Viejo Mundo, pero la expansión islámica salvó la papeleta con Arabia y todo el norte africano en donde la dinámica por las hierbas creció.

El tiempo no se ha detenido para las especies, los cruzados reavivaron el comercio de los condimentos que entraron por Venecia gracias a las compras que hicieron unos empresarios alemanes. Los precios repuntaron y alcanzaron valores cercanos al oro y la plata. En el siglo XVI, Portugal hace uso de las rutas, logro que alcanzó con el tratado de Tordesillas. Posteriormente los Países Bajos canalizan esa industria por medio de la Indian East Company. Las especias, como vemos, han acompañado al hombre desde tiempos lejanos, brotan de climas cálidos o templados tropicales donde la humedad cumple un rol importante.

Este tipo de productos fueron industrializados, sumaron y siguen sumando en la economía mundial debido a que resulta fácil obtenerlos, procesarlos, acopiarlos y conservarlos. El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón aportó al listado de especias pimentón, pimienta cayena o chile, pimienta rosa y paprika entre otras.

En Estados Unidos hay una empresa que experimentó un interesante plan de expansión después de que naciera en 1889 en Baltimore la ciudad más habitada del estado Maryland. A la edad de 25 años Willoughby M. McCormick, empezó a despachar domicilios con diversos productos, listado que incluía cerveza de raíz, jarabes de fruta, jugos y extractos aromatizantes. Después de siete años de gran movimiento desde una pequeña bodega, el buen olfato en los negocios llevó a que McCormick se hiciera con la empresa F.G. Emmett Spice Company, jugada inteligente que lo matriculó en la movida industria de las especias. En la actualidad la compañía americana de alimentos procesa, vende y hace distribución de especias, mezclas de condimentos y demás obtenciones aromatizantes. Su amplio portafolio llega a factorías dedicadas a la elaboración de alimentos, empresas de servicios de alimentos y cuenta con puntos minoristas de venta.

 

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Gerente de Desarrollo de McCormick para Suramérica David García Orjuela, aseguró que literalmente la marca le puso el sabor a la economía, pues tras la pandemia los resultados fueron tremendamente sorprendentes en cada uno de los productos, quizás porque muchos en el confinamiento demandaron más preparaciones culinarias, tratando de imitar la comida del restaurante favorito, tendencia que llevó a toda una evolución gastronómica y allí Colombia hizo parte de la transformación experimentada desde la multinacional.

Si bien la gente no cambió plenamente el menú, si procuró involucrarse más en lo que come, tuvo en cuenta los atributos que le mete al organismo y en síntesis las personas optaron por comer rico y saber que hay detrás de lo que se prepara, un asunto que impuso cambios y hábitos que a la fecha hacen parte de su día a día.

Las nuevas recetas y el querer innovar en la mesa hizo que a McCormick le fuera muy bien en la región, especialmente en Colombia en donde el crecimiento estuvo por el orden del 25 por ciento, todo muy relacionado con la transformación del consumo en los hogares. García Orjuela explicó que el repunte es satisfactorio y no se dio necesariamente porque las categorías hayan crecido sustancialmente, pero sí a la progresión a mayor ritmo de las marcas que ofrecen un valor agregado.

Como respuesta a la evolución gastronómica de los últimos dos años, el público está incorporando nuevos productos en su canasta y si bien se ha visto que ha habido una afectación en el disponible de la gente para la compra de valor agregado, para ciertos productos hay un esfuerzo por pagar un poco, debido a los atributos y beneficios.

La compañía muestra a la par con el mercado una interesante evolución, básicamente en Colombia en donde arribó en 2013, año en el que se constituyó la filial de McCormick para el país llamada McCormick de Colombia. Desde sus inicios la empresa llegó con una propuesta de distribución sobre todo en supermercados de gran formato, cadenas y almacenes de enorme reconocimiento como Éxito, Cencosud, Alkosto y Makro.

 

“La estrategia para los próximos tres años consiste en ampliar la distribución, porque gracias a las experiencias positivas con algunas de nuestras marcas en Colombia, fue fácil determinar el extender la repartición y comercialización ya que entendimos que el consumidor colombiano estaba resuelto a comprar nuestros productos, y en ciertas ocasiones no pudo acceder a ellas por la táctica que se manejó hasta ahora. En los próximos tres años consolidaremos a McCormick como sello, utilizando una red mayor a la que se tuvo, de manera adicional se abrirá el canal institucional o Food Service para llegar a esos restaurantes que hoy en día piden nuestras elaboraciones y como parte de esa evolución, justo este año iniciamos una nueva fase en la estrategia en donde dividimos los mercados de Suramérica por su rol y Colombia es el único destino que está catalogado como de alto crecimiento, precisamente por los excelentes resultados”, declaró el señor García Orjuela.

 

Para McCormick, Colombia será el foco especial de desarrollo de la marca, de inversión, contrataciones y un plan especial para el perfeccionamiento de los productos y su mayor acercamiento con el consumidor.

 

McCormick, un portafolio en su salsa

 

 

La multinacional americana de condimentos y especias combinadas centra sus objetivos en tres marcas principales, dejando claro que la empresa maneja más de 30 etiquetas a nivel global. En Colombia hay cinco o seis distintivos dentro de las cuales, como se precisó, tres serán el foco. En primer lugar, McCormick que está asociada a la categoría de hierbas, especias, sazonadores y recetas secas, lidera la campaña de posicionamiento.

Luego, dijo el vocero de la compañía, vienen otras calidades, por ejemplo, está la marca French´s, que tiene la mostaza más vendida en Estados Unidos con igual nombre en Norteamérica, un producto con más de 100 años en la industria que abrirá desarrollos especiales en lo que tiene que ver con salsas de mesa, luego French´s es una marca que McCormick Colombia seguirá trabajando.

La salsa en referencia tiene una corta historia en el país, pero ya registra sus anécdotas, pues en tan solo tres años de estar en el mercado, es la más vendida en los almacenes del Grupo Éxito, lo que demuestra que el consumidor colombiano prefiere los productos de alto valor agregado, lo que facilita la estrategia diseñada para Colombia. Un logro que llena de orgullo a los representantes de la firma.

La tercera marca, dijo García Orjuela, tiene que ver con algo que está pasando en el mundo y en Colombia, muy relacionado con la actitud de los jóvenes frente a los sabores actualmente. McCormick encontró después de hacer sus exploraciones que ahora la juventud pide salsas picantes, ya que entienden sobre las diferencias entre un sabor ahumado y una salsa picante, quizás un sabor medio dulce o un picante fuerte como puede ser un chile habanero.

 

“El desarrollo de esa categoría nos estimula a promover la tercera marca que es Frank´s RedHot, que nació siendo la fórmula de las alitas buffalo, negocio que germinó en 1964 nada más y nada menos que en Nueva York. La esencia para la receta original tuvo como base esta salsa que hace parte del portafolio de McCormick”, señaló el Gerente de Desarrollo de la marca en Colombia.

 

 

En la categoría de salsas picantes, McCormick afianzó a Frank´s RedHot como líder en el mercado estadounidense, sin embargo, hace un año la compañía adquirió la centenaria Salsa Cholula, receta mexicana, oriunda de Jalisco, un producto que complementa el portafolio como la propuesta diferente a la que se viene manejando con Frank´s RedHot, la nueva compra hace parte de una receta artesanal que entra a jugar un papel importante en el segmento de salsas picantes.

En resumen, enfatizó García, la empresa se concentrará en tres categorías, hierbas y especias con la marca McCormick, el reto principal, pues no en vano representa más del 50 por ciento de las ventas del grupo, le sigue French´s, que deja una buena experiencia y la ubica como un pilar de desarrollo de la compañía en Colombia y por último la gama de salsas picantes con Frank´s RedHot.

En opinión de García Orjuela, McCormick es de las pocas compañías que puede decir que ha estado más de 130 años en la industria, un recorrido amplio y garante de la consolidación de cada una de las categorías en las que participa, igual afianzó la marca como una compañía de sabor, luego todo lo que le dé sazón a la comida ahí, expuso el directivo, está presente McCormick.

Esta compañía, diferente a otras empresas, tiene dos líneas de negocio, lo que la hace muy especial, puesto que cuenta con retail en donde están los productos terminados, es decir lo que el cliente encuentra en las góndolas de los supermercados y el otro es Flavor Solutions, fragmento que sintetiza la fabricación de sabores para la industria de alimentos, un punto importante porque McCormick crea gustillos dirigidos al top del sector de comestibles, por ejemplo el sabor de los Doritos, papas fritas y otros productos conforman toda una innovación para el paladar y allí el trabajo de McCormick es trascendental.

Aparte de la invención en sabores, la empresa es vanguardista en la innovación tecnológica que conlleva a que los productos tengan una calidad superior, caracterizados por sabores naturales y desarrollados bajo la premisa de etiqueta limpia que permite leer al respaldo de la misma información clara y entendible, un sello de inocuidad.

 

“Hace un par de años McCormick reformuló su misión y allí estableció tres atributos que debe matizar todo lo que hacemos dentro de la compañía. En ese orden de ideas está lo sostenible, lo delicioso y lo saludable, el verdadero ADN de la empresa, algo que aplica para la creación de productos, para el trabajo adelantado y el cómo se realizan las distintas elaboraciones. El año pasado McCormick fue catalogada como la compañía número uno en la industria de alimentos en términos de sostenibilidad. Hay una historia de más de 130 años en donde converge calidad, salud, sostenibilidad, inclusión y tejido social, una empresa totalmente diferente que fue acogida de gran manera en Colombia. Nosotros tenemos un lema que dice el que prueba McCormick se queda con McCormick porque sabemos que el consumidor encuentra respuesta al valor agregado que busca en cada marca”, puntualizó David García Orjuela.

 

Las cifras respaldan un trabajo encomiable

 

 

En el país, los resultados rompieron cualquier expectativa en la transnacional de sabores y especias y por eso tener a Colombia dentro de una estrategia con rol de alto crecimiento para la marca, también está definido por el potencial de progresión económica en los próximos años.

La empresa tiene proyectado que en los próximos tres años crecerá en Colombia entre el 25 y el 30 por ciento, periodo tras periodo, luego son números bastante agresivos, que tienen como base el cambio en el consumidor, la historia que la firma construyó en el país, la adopción de las marcas. Todo, expresó García Orjuela, lleva a un desarrollo muy acelerado comparado con el crecimiento de McCormick a nivel mundial, indicador que ronda el 10 por ciento, que refleja la dinámica de una empresa que vende 6.300 millones de dólares en el mundo.

 

Sin duda la crisis global logística impactó la industria

Con más de 130 años, McCormick ha experimentado de todo, Gripe Española, guerras mundiales, gran depresión y todo tipo de hechos internos por ser estadounidense y exógenos por los temas del globo. La gran conclusión es que la empresa ha logrado sobreponerse a todo y la pandemia de Covid-19 no iba a ser la excepción.

 

 

Con el virus llegó la crisis global logística y el rompimiento en la cadena de suministro, un asunto espinoso que encareció fletes, materias primas y producto terminado. El apuro sigue siendo considerable porque la inflación crece y algunos bienes no se consiguen.

McCormick se abastece de 110 países aproximadamente y la situación para la empresa es muy difícil por cuanto no se puede predecir e involucra no pocas variables, ya que está el tema del transporte, disparado en precio tanto marítimo como terrestre porque implica unas tarifas que superan el 300 por ciento.

El momento es indescriptible, puesto que impacta la disponibilidad de materias primas, empezando por productos tan básicos como botellas de vidrio, los corrugados, insumos básicos de hierbas y especias que están escazas, todo un fenómeno global que tiene arrinconado a todo el mundo con una inflación generalizada y malsana.

Sobre el asunto, David García Orjuela, anotó que aparte del impacto inflacionario hay un problema gigante con la disponibilidad de producto, todo un reto para la empresa que debe poner en el mercado producto terminado y así satisfacer a sus clientes. El desafío más grande, provisión y despacho, que matizó 2021 y ahora 2022 seguirá de largo, pero hay indicios, según comentó el vocero, que en 2023 la situación estará posiblemente más controlada. La verdad, admitió, el año en curso seguirá siendo muy retador en existencias y adquisición de bienes o mercancías, un contexto nada afable cuando la demanda de especias y salsas de la marca sigue alta.

 

“Históricamente en McCormick hubo dos aspectos puntuales para la compañía, generar interés y demanda por los productos, hoy el reto es poder proveer a la masa que sigue pidiendo las especias y los bienes procesados”, asentó García.

 

Como el problema es de logística y altos costos en los fletes el tema de incremento en los precios es el común denominador de todas las compañías. En fabricación de alimentos y ante las dificultades se está experimentando lo mismo. Experiencias pasadas desde su creación enseñaron en McCormick que ante las complejidades lo más acertado es eliminar costos y gastos sin que ello implique sacrificar la calidad del producto, una estratagema que inclusive los demás empresarios han adoptado para evitar el traslado de precio al comprador final.

La compañía muy a pesar de ajustar el cinturón, de morigerar costos y gastos al máximo posible, en el último año vio una situación muy aguda que llevó a que una porción de esas alzas en materias primas fuera trasladada al consumidor. McCormick hizo por fuerza mayor un ajuste en precios, atendiendo la coyuntura antes que la voluntad de las directivas. En Colombia inevitablemente los incrementos fueron del ocho por ciento, una cifra muy en línea con la inflación local.

Las situaciones globales y las crisis históricamente han servido para aprender, corregir y ganar, pues las oportunidades surgen a la par. La visión empresarial de McCormick es a largo plazo y David García ratificó que la empresa sigue el comportamiento y los requerimientos del consumidor que no se limitan a 12 meses, pues la empresa hace sus proyecciones a 30 años.

 Hay temas que son coyunturales, afirmó García Orjuela, este año a McCormick le tocó vivir las presiones inflacionarias, el Covid-19 aún presente, los conflictos, el proceso electoral para el caso de Colombia y a través de los años ha lidiado con circunstancias muy duras que por lo general tienden a resolverse, sin que esos capítulos de la historia hayan frenado el proceso de construcción, de atención a las comunidades y de llevar felicidad a través del gusto.

 

 

McCormick & Company, es de lejos un líder mundial en sabor, hace presencia en 170 países. Durante años la marca ha procesado especias, condimentos y otros productos para la exigente industria de alimentos. Su sistema de comercialización es variado, pues la firma lo hace a través de canales de comercio electrónico, supermercados, fabricantes de alimentos y empresas de servicio de alimentos.

En materia de especias los principales jugadores son India, China y Vietnam, en América latina la gran oferta es de Brasil y Perú, aunque Guatemala viene repuntando. Según los expertos el mercado mundial de especias y condimentos puede valer más de 16.000 millones de dólares, de todas maneras, calculan que este sector en auge siga boyante y logre los 21.000 millones de dólares en 2024.

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