En Colombia hay grupos económicos dignos de toda admiración, generalmente partieron del emprendimiento, el trabajo agropecuario y el apego por la industria y el desarrollo de nuevas opciones y soluciones que redundaron en el crecimiento de las líneas productivas o de servicios, todo en marcos admirables de calidad. Los conglomerados colombianos han puesto a prueba su creatividad, ingenio y una enorme capacidad imaginativa que hizo posible lo imposible y sin límites un suspiro o un simple anhelo que actualmente lleva ingreso a cientos de miles de familias.
Uno de esos grandilocuentes grupos es el magdalenense Daabon, que empezó a escribir su historia en 1914 con la siembra de banano, justo en momentos en que el país era conducido por el Presidente José Vicente Concha. Como las grandes marcas, mostró valentía y empuje aun en medio de la adversidad pues era el inicio de la Primera Guerra Mundial, un evento complejo que puso a temblar la economía y crear mecanismos regionales y locales para sobrellevar la situación.
En 1914 el drama fue el común denominador y la geopolítica fuer marcando un nuevo orden mundial ya que las grandes economías como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia cayeron a niveles que superaban el 30 o el 25 %. El país menos golpeado fue Estados Unidos lo que le valió poner su economía en el primer lugar a nivel mundial.
Era complejo el inicio del siglo, Colombia venía de superar la Guerra de los Mil Días que empezó en 1899 y finalizó el 21 de noviembre de 1902. Por fortuna con Estados Unidos hubo intercambio comercial y el siglo XIX marcó una pauta con las exportaciones de tabaco, quina, oro, café y añil. Hubo despachos igualmente de algodón, tagua, sombreros de jipijapa, producto heredado de Ecuador, dividivi y palo de Brasil.
El marco resulta interesante puesto que el país enfrentaba una situación difícil en su reconstrucción y para ese entonces el comercio con la región y esencialmente con Estados Unidos mostraba mejor dinámica y unas oportunidades bastante sugestivas.
En ese contexto nace Daabon, un grupo audaz, lleno de capacidades y con unas metas ambiciosas que fueron cumpliéndose hasta afianzar el imperio empresarial que hoy se erige como orgullo regional, nacional y hemisférico ya que sus productos llegan a los cuatro continentes con la mayor y mejor aceptación.
Actualmente el grupo es muy fuerte por du oferta en agricultura con productos diferenciados como aceite de palma, aguacate, banano, café y ganado, Daabon es reconocido también por su apuesta en energía y obtención de biodiésel. Los servicios se extienden a bienes raíces, proyectos y obras civiles, bienes de capital y zona franca.
El grupo decidió invertir en logística lo que abarca puertos, logística y transporte, desde luego el tema pasa por terminales de graneles y líquidos. Una empresa con enorme liderazgo en semejante estructura empresarial es Elogia, todo un concepto en soluciones que prendió motores con 50 camiones a gas.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Gerente Comercial de Elogia, Reynaldo Franco Torres, indicó que esta empresa del Grupo Daabon nació y crece con preceptos muy bien definidos habida cuenta que hay un compromiso estrecho con la logística a nivel nacional y del área Andina, con un portafolio especial para el empresariado colombiano, en esencia para aquellos que se dedican a las labores agropecuarias.
Hoy como nunca, la logística está de moda, de un lado por la necesidad de almacenar y transportar eficientemente mercancías garantizando abastecimiento a las diversas líneas productivas así como de transformación del mundo, sin embargo y tras la pandemia, el asunto paso a primera plana con el repunte exagerado en los fletes marítimos, un tema grave porque generó un rompimiento en la cadena global de suministro, escasez, sobrecostos e inflación, asunto que no se quedó ahí pues vino la guerra entre Rusia y Ucrania, dos jugadores grandes de las materias primas y entonces, lo que estaba muy mal, empeoró.
Por largo rato, el tema fletes y logística resultó el talón de Aquiles de los fabricantes y productores, toda una disyuntiva y un motivo apenas consecuente de incertidumbre porque la certeza no fue una constante en el agricultor, en quien explota hidrocarburos o sencillamente a ese proveedor que alimenta las fábricas y todo el engranaje de transformación.
En opinión de Franco Torres, lamentablemente en Colombia la logística está muy fragmentada ya que las compañías aduaneras van por un lado, las navieras por otro y así mismo ocurre con puertos, transportadores e industria lo que evidencia que es perentorio trabajar bajo un mismo techo y con una sola torre de control que lleve y garantice beneficio económico y de oportunidad porque el tema no es vender más económico sino tener la certeza que las mercancías demandadas van a llegar.
Expuso que una de las banderas de Daabon que seguirá ondeando con mayor fuerza es la de protección ambiental, un compromiso genuino y coherente frente a lo que se piensa, se dice y se hace de cara a un beneficio económico, pero también de medio ambiente.
El directivo razonó que infortunadamente los costos de los fletes se están mirando de una manera equivocada en vista que estos se calculan con varios ítems, uno el tema de los precios como tal que hacen posible prestar el servicio, la rotación que se pueda aplicar en la operación transportadora y la capacidad, un análisis que lleva a pensar que es muy necesario salir del esquema de tarifas y valores para entrar de lleno en la eficiencia, haciendo que tanto el generador de carga como el agente logístico porgan su grano de arena para trabajar bajo modelos de planeación estratégica operativa que logre la mayor cantidad de viajes, bajando el costo de capital, eso sí mejorando por rotación o capacidad de arrumaje.
América Latina necesita más barcos
Una lección de la crisis global logística es que no se puede depender de unos pocos jugadores en los mercados y por ello se hace necesario pensar en más buques y navieras a nivel regional puesto que Latinoamérica se vio fuertemente impactada por la falta de disponibilidad en barcos.
A criterio del Gerente Comercial de Elogia, una de las joyas del Grupo Daabon, siempre hará falta las capacidades instaladas en beneficio de las regiones lo cual, desde su punto de vista, debe ir acompañado de especialización, un proceso que no admite dilaciones.
El tema no ha sido fácil y según lo que dicen las navieras, los altos precios en los fletes irán hasta 2023 pues hace parte de un proceso lento, pero efectivo que conducirá seguramente a la normalización. La presión alcista y de capacidad para transportar ha bajado un poco enhorabuena, pero recalcó que se hace muy necesario atender los temas de eficiencia en los puertos y a su vez los desembarcaderos deben mirar de puertas hacia dentro es decir que no es solamente el tema naviero sino la modalidad logística, bien sea modo terrestre, fluvial como e el caso de Barranquilla y Cartagena sin dejar de lado el tren de elevada eficiencia en Santa Marta.
Las mejoras logísticas, especificó Reynaldo Franco Torres, pasan por articular zonas francas, puertos, aduanas y toda la cadena productiva. En su parecer es muy necesario organizar el tema en beneficio de un solo integrador logístico, todo para que un empresario como generador de carga hable con un solo responsable de la capacidad instalada, todo pensando en el uso racional de los embarques de mercancías y ahí pueden entrar, almacenamiento, muelles, transporte terrestre, puertos libres y todo un encadenamiento eficaz que se traduce en beneficio.
Franco acentuó que el Grupo Daabon está concentrado en varias líneas de producción y trabajo, de un lado, orientó, está la parte agrícola y del otro la sección industrial. Ahora, desde luego, se cuenta con logística que se está viendo desde varios puntos de vista ya que más allá de una solución, hay compromisos ecológicos y todo los atinente a sistemas de información que deben ser cada vez más fuertes, confiables y atiborrados de datos, todo con el fin de que los usuarios de la cadena estén plenamente enterados en tiempo real de lo que está pasando y puedan estructurar mejor sus agendas y tiempos.
“Creo que esa ha sido una las apuestas más fuertes del Grupo Daabon en el capítulo logística, no solo a nuestro servicio sino para el beneficio de terceros. Hoy en día nuestra compañía Elogia, no solamente trabaja para el conglomerado, sino que atendemos grandes clientes de la industria nacional e internacional”, declaró el señor Franco Torres.
El campo es la gran empresa
Uno de los grandes retos del Gobierno y del sistema productivo es de lejos reactivar la ruralidad, sacar adelante unas políticas agrarias apropiadas, justas, nada lesivas y cargadas de compromiso por aumentar la productividad y mejorar la competitividad, un asunto que no se queda solo en dar tierras sino en garantizar bienes públicos, infraestructura, semillas, maquinaria, construcción de silos, cadena de frío y todo lo que implique alcanzar la meta de un campo empresarial y sostenible con un común denominador, valor agregado.
Desde el análisis del experto el reto está dado y plenamente identificado. Argumentó que generar beneficio en la tierra depende de muchos sectores, primero, el sector humano que requiere de capacitación y acompañamiento, segundo de infraestructura porque no tiene sentido trabajar las mejores y más fértiles tierras sin carreteras, pues en el campo tan solo se ven trochas y lodazales totalmente inapropiados que dificultan la salida de los productos en cosecha o el ingreso de fertilizantes, hoy igual de moda.
Otro punto a tener en cuenta son los sistemas de riego para optimizar las siembras aprovechando la riqueza hídrica de Colombia y articular temas políticos y de Gobierno con la academia, las universidades y los mismos compradores, unas iniciativas que, de lograrse, le darán desarrollo y potencial al campo.
En cumplimiento de la XX Conferencia Internacional de Palma de Aceite en Cartagena, Reynaldo Franco Torres, puntualizó que lo importante es motivar y colaborar con logística y asistencia técnica. Consideró que un punto importante para llevar al tablero es el de reducir la incertidumbre de qué se va a hacer con producto y allí se hace importante que vuelvan modelos de vieja data como el Instituto de Mercadeo Agropecuario, IDEMA, en donde había precios de sustentación a la hora de recolectar la producción.
Cuestionó el hecho de que un labriego siembre determinados bienes con unos precios específicos, pero con cotizaciones inexistentes a la hora de cosechar, algo que desmotiva al campesino que se va de la actividad porque no puede seguir en una labor sin derecho a ganar o remunerar su esfuerzo.
El Grupo Daabon sabe que en asuntos logísticos y más puntualmente en el campo lo importante es trabajar a consciencia, sin perder el norte de la seguridad alimentaria, el respeto por el medio ambiente y enarbolando igualmente las banderas de la responsabilidad social.
Destacó que el conglomerado está ayudando a generar empleo de calidad, condiciones de vida adecuada, igualdad en el trabajo ya que en la compañía hay mujeres conduciendo tractomulas, un compromiso fuerte que los hace, no solo vanguardistas, sino líderes.
El tema, subrayó, es que la gran riqueza está en el conocimiento lo cual lleva a la consigna y la cultura del sí se puede.
Colombiano compra colombiano
En el transcurso de una grata conversación alguien dijo que dentro de los consumidores más injustos del mundo está el colombiano que vive seducido con productos y marcas extranjeras pasando por alto la calidad de lo hecho a nivel local.
Sobre eso dijo que Colombia no puede seguir convirtiendo artículos en dólares o dólares en artículos ya que, en calzado, papelería, confitería y en muchos productos hay avances sorprendentes a todo nivel lo que cubre también alimentos, detergentes y otras ofertas que dejan ver una industria sólida que produce calidad a precios todavía accesibles.
Reiteró que es necesario cambiar ese consumismo que favorece el producto extranjero y consolidar el lema, “colombiano compra colombiano”.
Venezuela es un mercado natural
El Gerente Comercial de Elogia Reynaldo Franco Torres, manifestó que abrir la frontera con Venezuela es oportuno pese a que habrá que dar un compás de espera para volver a retomar los niveles de comercio.
Precisó que Colombia y Venezuela son un mercado grande de más de 70 millones de personas, con costumbres afines, sueños parecidos y necesidades similares en sus fronteras, todo un motivo para pensar que los pueblos tiene el derecho a su desarrollo y a seguir apostando por una balanza comercial más nutrida.
Las necesidades, comentó, harán que el capítulo fronterizo y de comercio se supere con los debidos procedimientos y pasos, pero relativamente rápido puesto que se trata de naciones hermanas, bicentenarias, capaces y resilientes.
No vio lejana la integración comercial latinoamericana pues se trata tan solo de decisión y para ello, expresó, todo está dado, hay deseo, industria, logística y ganas, ya vendrán, conceptuó, asuntos fundamentales, pero de pronta solución como el fiscal, pagos y condiciones de comercio.
En impuestos, la mejor tributaria es la que brinda competitividad
Un tema que no se quedó en el tintero fue el tributario y ello porque Colombia parece no descifrar la ruta impositiva, quizás no hay conocimiento o exceso de temores por hacer del país un fortín de inversión, de creación de empresas y formalidad.
Muchos sugieren eliminar las exenciones, bajar el IVA generosamente, asimismo el impuesto de renta y acabar las tarifas diferenciales, una reforma competitiva, con mayor posibilidad de recaudo y amiga de la formalización. Los países baratos, apuntó Franco, por obvias razones cautivan más inversión e invitan a la legalidad.
“La hipótesis es consecuente porque con impuestos posibles se multiplican los ingresos de la nación, atare inversión, genera empleo y dispara los indicadores de productividad e industria. Necesitamos una reforma tributaria más amigable, que reduzca la evasión, pero que genere una cultura de pago en el contribuyente cuando observe que su dinero se transforma en progreso, llámese educación, salud, infraestructura, logística o calidad de vida”, señaló el conocedor.
Un IVA del 19% es sumamente alto, no se compadece con el tremendo esfuerzo de quienes hacen empresa porque una gran tajada de lo que tanto cuesta generar se la lleva el Estado, algo que resulta ofensivo frente a los ajustes en salario, servicios públicos y otras tarifas. Igual, anotó, piensan los trabajadores que no ganan todo en términos reales porque el IVA les aparece en todo.
El tema da para un debate amigable, todo en procura de mejorar lo presente porque un país muy caro no es viable, aleja inversiones nacionales e internacionales, más con los impuestos municipales que tienen a muchos haciendo cuentas con calculadora en mano.
Colombia demanda agricultores motivados
El presidente del Grupo Daabon, Manuel Julián Dávila Abondano, sostuvo que, en estos momentos de cambios y retos en la política agropecuaria, es necesario dotar y formar al campesino para que logre el éxito en los labrantíos y no colapse en el intento, entre otras cosas porque actualmente el reto global de la agricultura gira en torno al cambio climático, una realidad que tocará a todos en el planeta.
Señaló que hoy Colombia tiene un debate caliente sintetizado en tierras y agricultura, visiblemente desorientado porque el problema no pasa por predios o siembras, sencillamente llega hasta el agricultor y la vocación agrícola.
Afirmó que es determinante enseñar e incentivar a la gente a trabajar el campo lo cual no se hace con garrote sino con estímulos, que deben estar acoplados con claridad en la tenencia de tierras, proveer también claridad en lo que se debe sembrar, acompañar con tecnología y recursos adecuados, una hoja de ruta elemental con la que Colombia fácilmente sale adelante.
“Tierras hay todas las que quiera, pero faltan vías terciarias, sistemas logísticos que permitan movilizar los productos y agricultores porque cada vez hay menos labriegos, es por eso que se debe incentivar a las nuevas generaciones para que vuelvan a las fincas y estén dispuestas a trabajar el campo. De nada sirven reformas y leyes si no hay personas dispuestas a cumplir con las labores agropecuarias, es inaplazable trabajar con los individuos para que se sientan orgullosos de ser campesinos y de sus capacidades para poner a producir los predios en Colombia”, dijo el excelentísimo señor Dávila Abondano.
Agregó que es triste y preocupante escuchar agricultores diciendo que no quieren que sus hijos hagan lo que ellos con arrojo hicieron porque terminan pagando una universidad costosa para que al final del ejercicio, ese muchacho termine manejando un taxi en Bogotá en tanto el campo agoniza.
Esta es una parte del Grupo Daabon, paradigma de trabajo e inventiva, un legado y la mejor herencia para más de tres generaciones que durante 108 años han agregado valor y puesto en marcha nuevos proyectos, todos para llevarle beneficio a una humanidad habida de alimentos, productos agrícolas y soluciones.