Las grandes civilizaciones fueron amigas de la buena mesa, aún se habla de las estrictas, condimentadas y abundantes cenas en la Roma imperial, igual en Grecia, Egipto y en la China milenaria en donde la variedad era el común denominador. En cada región era usual ver lugares que ofrecían bebidas o comidas, pero eran muy elementales, según los arqueólogos fueron los romanos los primeros en dejar la casa para buscar un platillo y por eso Herculano fue referenciada como la urbe para darle gusto al paladar, lamentablemente esta ciudad quedó sepultada por el volcán Vesubio en el año 79 después de Cristo, atrás quedaron los quesos, el higo, el vino, las nueces y las recetas salidas de las cocinas.
Fue la Roma de los césares la pionera en adaptar lugares para vender alimentos preparados, aún se tienen datos de los tres tipos de negocio para calmar el hambre y la sed, la caupona, la cómoda y amoblada papina y la taberna en donde las comidas eran rápidas y se comía de pie o sentados en grandes butacas. De todas maneras el debate sigue abierto ya que algunos afirman que las tabernas ya existían en 1.700 a.C, empero hay registros de este tipo de negocio en el 512 a.C en donde se ofrecían en los platos aves silvestres, cereales, cebolla, frutas y dátiles, entre tantas opciones. A juzgar por los hallazgos egipcios, este tipo de solución supera los 3.700 años.
Con el paso de los siglos la venta de comida fue creciendo y los lugares se fueron especializando, dejaron de ser simples mesones o posadas, sin embargo con la Revolución Francesa que le abrió paso a la opulencia, igual a los flujos de capital y a los emprendimientos que para el caso gastronómico fue la consecuencia de cocineros cesantes por el deceso de sus nobles patrones que optaron por ofrecer sus especialidades.
La palabra restaurante es francesa, tiene su origen en la expresión restaurant con la que fue identificada una taberna que ofrecía a sus clientes sopas en diversas presentaciones. Los sitios dejaron la simplicidad y pasaron a negocios de hospedaje en donde había la posibilidad de disfrutar una buena comida en lugares aperados con mesas, manteles, vajillas de todo tipo y desde luego de una carta o menú que invitaba a escoger las más deliciosas ocurrencias.
En un comienzo, en 1765, el propietario de uno de estos negocios parisinos, ubicado en la Rue Des Poulies, Dossier Boulanger, un cocinero conocido por sus caldos potentes y reparadores decidió adicionar más alternativas gastronómicas para complacer a su cada vez más numerosa clientela. No solo era inquieto preparando platos, igual apeló a una frase que funcionó como estrategia de mercadeo, “veinte ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos”, en español, “venid a mi hombre de estómago cansado y yo os restauraré.
En ese tiempo fue fundada una casa afamada en buena cocina, que con una atrayente frase puso un timbre muy particular, adoptado luego por nuevos negocios que decidieron seguir los pasos del ingenioso Boulanger, en el apogeo de la Revolución Francesa. Sin ir tan lejos los caldos restaurativos le dieron forma al término “Restaurant”, expresión que alcanzó una rápida expansión por Europa, siendo muy fuertes las opciones de casas acreditadas en Polonia, Alemania e Italia.
A punta de caldos restauradores en mesas individuales, Boulanger fue sin duda alguna el precursor de la industria gastronómica, sin embargo tiempo después abrió sus puertas un restaurante de propiedad del Conde Antoine Beauvilliers, quien a su vez escribió el libro “Lart du Cuisiniére”, algo así como un texto en donde se plasmaron las reglas de la gastronomía como un arte. Uno de los destacados comensales, Jean Anthelme Brillat-Savarin, enfatizó cuatro requisitos vitales en el negocio, ambiente elegante, servicio amable, cocina superior y selecta bodega.
Los restaurantes entraron en boga y fueron la mejor apuesta de los inversionistas pues de los 100 negocios que operaban a comienzos de la Revolución Francesa se pasó a 2.000 cuando apenas arrancaba el siglo XIX.
En Colombia el primer restaurante fue fundado en 1816, aún existe y se conoce como “La Puerta Falsa”, este sitio experimentó todo tipo de sucesos en el tiempo que van desde incendios hasta movimientos telúricos, el “Bogotazo” y la toma del Palacio por citar algunos.
La historia, es axiomático, ha pasado por la cocina y esta a su vez rubricó su propia memoria en una mixtura de fragancias, sabores y preparaciones en donde el campo y la agricultura abastecieron creatividad, combinaciones y un arte que se califica exigentemente con el sentido del gusto.
Por estos días los restaurantes colombianos, los que sobrevivieron a la pandemia porque cerraron más de 100.000, siguen en su proceso de recuperación gracias a la innovación, el excelente servicio y el potenciamiento de carta, algunos empresarios pudieron retomar el negocio y seguir adelante en un mercado que en medio de las vicisitudes sigue siendo próspero. Todos han hecho la tarea, no paran y caso opuesto continúan con el pie en el acelerador como consecuencia de la resiliencia, la valentía, los desafíos y el empuje.
El país recibió una grata noticia y fue la distinción hecha a al punto de venta de Leños & Carbón del Centro Comercial Plaza de las Américas con la certificación Leadership in Energy and Environmental Design, LEED, todo un reconocimiento al compromiso de la marca con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental. Los encargados de calificar el conocido restaurante, destacaron peculiaridades como el uso de materiales reciclados y energías renovables, también le dieron su visto bueno a la conservación del agua, la mejora en la calidad del aire y la reducción de residuos.
Cabe anotar que dentro de la certificación LEED existen cuatro categorías, Platinum, Gold, Silver y Certificate. En esta ocasión a Leños y Carbón le fue otorgada la dignidad Gold.
La Gerente de Mercadeo de Leños y Carbón Pilar Rodríguez, aseveró en Diariolaeconomia.com, que la certificación LEED es motivo de mucho orgullo ya que va en línea con los objetivos de la marca que generalmente hace presencia en la construcción de compromiso social y ambiental, pero de igual manera aportando con el desarrollo del país. Explicó que un restaurante LEED muestra bondades y adeudo desde su construcción que se logra con materiales sostenibles y reutilizados que disminuyen la inversión prevista.
En medio de la operación, sostuvo la vocera, la estructura genera beneficios en consumo de electricidad, agua y gas que suman en sostenibilidad y bajan los gastos desde el primer día, impactando con el visible retorno de la inversión ágil y medible, el ejercicio económico de la empresa.
En un comienzo se diseñó un restaurante que se acoplara al espacio contemplado en la ampliación del centro Comercial Plaza de las Américas en Bogotá. En ese sentido, expuso Rodríguez, fue prioridad el diseño bioclimático por cuanto se pretendía la circulación del aire apropiadamente, todo sin ventiladores o calefactores.
El plan concibió una cocina dotada de equipos eléctricos con el sistema “Energy Star”, un método más eficiente de extracción que consume menos energía, unas neveras con enorme capacidad de ahorro y unas máquinas freidoras que reducen el consumo de aceite y por consiguiente su contaminación.
Cabe precisar que en un local de grandes proporciones y con todas las comodidades, la iluminación es tipo leed en todo el ambiente, también hay ahorradores de agua en la cocina y en el bar. El compromiso fue tal que hasta en la compra de materiales fueron incorporadas prácticas sostenibles. Es de señalar que este tipo de edificaciones tienen aproximadamente 34 por ciento menos emisiones de CO2, consumen 25 por ciento menos energía y 11 por ciento menos agua.
Según los expertos, los proyectos LEED ganan puntos al estar dentro de los estándares y las medidas para construir excelencia desde el diseño integrador hasta la salud humana, pasando por el uso de materiales adecuados. Colombia tiene hoy más de 500 edificaciones con certificación en variadas categorías y sectores de la construcción. Para el caso de restaurantes, Leños y Carbón fue el primero en hacerse acreedor a tan encomiable distinción.
La marca de restaurantes leños y Carbón nació en Cali en 1998 y su ganadora propuesta gastronómica a la parrilla le ha permitido abrir 25 locales en las más importantes ciudades colombianas.
El entusiasmo es total en las directivas de la empresa, todo marcha bien, el mercado reacciona en medio de interrogantes, las metas van cumpliéndose y Leños y Carbón fue el primer restaurante a nivel nacional en recibir el autorizado reconocimiento.
La satisfacción de hacer bien las cosas
A criterio de la también Gerente de Mercadeo y Alimentos al Consumidor de Nutresa Pilar Rodríguez, la buena noticia es que hay muchas más cosas para ofrecerles a los clientes. Expresó que hay júbilo, no solo por los productos que se sirven en los restaurantes sino por todo lo hace la marca por la sostenibilidad del planeta.
Dijo que la empresa se inclinó por el Centro Comercial Plaza de las Américas porque igual tiene el mismo propósito lo que resulta ideal porque muestra que empiezan a juntarse varios agentes económicos para poder seguir trabajando por el planeta y no como hace un tiempo que dicha responsabilidad la asumían unos pocos y bastante solos.
Esta marca del Grupo Nutresa, encontró en sus productos el mejor aval y la más tenaz carta de presentación, de hecho los consumidores reconocen la calidad de los platos allí ofrecidos ya que tienen una maduración demasiado buena pues las carnes, picadas y demás víveres reciben el mejor trato gracias a unos atributos que permiten ofrecer lo mejor en gastronomía.
“Nosotros siempre buscamos la calidad y por eso a cualquier hora del día hay plena convicción que nuestros consumidores siempre se sentirán muy a plenitud, viviendo su consumo como una espectacular experiencia puesto que la comida de Leños y Carbón es deliciosa, jugosa y muy fresca, algo que garantiza los mejores momentos con familiares, amigos y todo tipo de invitados”, declaró la señora Rodríguez.
Los restaurantes son un buen termómetro de la economía y en medio de la incertidumbre así como de los saldos que dejó la pandemia, pero igual la crisis global logística y la guerra entre Rusia y Ucrania, persiste la demanda pues los negocios siguen llenos y recibiendo gente que suele volver porque les queda el sabor de la marca, y como dicen, al que le gusta le sabe, pero en este caso tiene porque gustarles, los cortes en carne son muy buenos y eso se nota en el sabor.
Por fortuna para Leños y Carbón la gente sigue llegando a los restaurantes de la marca, les encanta consumir los productos, compartir y pasar momentos inolvidables. La Gerente de mercadeo apuntó que si bien hay algunas restricciones, lo cierto es que los colaboradores estarán siempre dispuestos y abiertos para que la gente disfrute de la mejor comida y el más cálido servicio.
Un asunto es inobjetable, la calidad de un producto, su frescura, sabor y confiabilidad hacen que la gente lo busque, más allá de los inconvenientes de la economía nacional, el buen gusto y el excelente gourmet hacen que no se note la contracción de la economía, sin duda la gente en Colombia quiere comer lo mejor.
Otra particularidad de Leños y Carbón, subrayó Rodríguez, es que ofrece un producto de parrilla de formidable calidad a unos precios accesibles, por lo que los comensales todos, son bienvenidos para que disfruten los mejores cortes, con perfecta maduración y sienta que su inversión bien valió la pena ya que hay deleite garantizado también en niños y en adultos mayores porque hay platos de toda índole, calentado paisa, ensaladas, empanadas y una amplia variedad en portafolio.
Al mirar la empresa por dentro, es admirable la manera como superaron los escollos que fueron dejando la pandemia, su estrategia y consciencia ayudó a que la marca aguantara y por eso el trabajo en equipo, como dijo su Gerente de Mercadeo, marcó la diferencia y el derecho a seguir en el mercado.
“En pandemia nos sostuvo la gente que dicho sea de paso es lo más importante para nosotros, vimos colaboradores comprometidos y dando lo mejor de sí a los consumidores, sin vacilación alguna, salimos adelante por el arrojo de nuestro capital humano. La pandemia dejó muchas enseñanzas, aprendimos sobre la marcha, nos propusimos no dejarnos vencer por la coyuntura y salir adelante, abrimos muchos canales de venta, quisimos siempre estar con el consumidor, en la casa, oficina o donde estuviera”, puntualizó la Gerente de Mercadeo de Leños y Carbón Pilar Rodríguez.
Fue clave trazar esa contingencia en el sentido de buscar al consumidor muy a pesar de las limitaciones y de la elevada demanda, pero en equipo se logró un admirable trabajo, remarcó la directiva, por el compromiso de la gente, de toda una planta que vive apasionada con lo que hace, dándole mayor realce a la marca.
La firma enfrentó con inteligencia los problemas que llegaron con el Covid-19 o de manera paralela, de un lado la crisis global logística que agudizó el desabastecimiento y la guerra entre Rusia y Ucrania que puso la cereza en el postre en el capítulo geopolítico que redundó en mayor inflación. Aún con esas novedades la empresa no paró, siguió trabajando y atendiendo al consumidor que nunca vio merma en calidad o en la carta.
La empresa hizo reingeniería y evitó trasladar los precios al consumidor en los tiempos agudos de escasez e inflación, defendió el producto y permitió que una buena oferta platos tuvieran distintos precios, todos competitivos y al alcance de los clientes, todo porque se trabajó en variedad de productos y en descuentos, todo para estimular y acompañar al comprador.
Todas las empresas que son manejadas por seres humanos experimentaron temores, pero estos se fueron disipando en Leños y Carbón por la capacidad de los equipos de trabajo y su permanente encargo, algo que hizo las cosas más fáciles ya que se notó la sinergia entre parrilleros, cajeros, meseros y todos los que hacen posible que a la marca le vaya bien.
Al abordar el tema de impuestos y excesos en tarifas según algunos empresarios de la industria, la Gerente de Mercadeo de Mercadeo de Leños y Carbón anotó que independiente de la política tributaria, la empresa sigue trabajando por el propósito de marca, reconoció que en el ejercicio económico de la industria gastronómica hay algunas cosas que afecta y otras no, pero recalcó que lo importante para la empresa es atender de la mejor manera y con producto superior al consumidor. Rodríguez expuso que hay varios temas pendientes a nivel legislativo para darles tranquilidad a quienes invierten en restaurantes, pero insistió que de momento lo que importa es la marca en favor de los usuarios.
Actualmente hay eficacia con los 27 puntos de venta y claramente la empresa sigue explorando dónde está su consumidor para estar cerca de él. En materia de expansión habrá sorpresas agradables y para ello se pone la lupa en todo el país sin olvidar que la marca tiene una raíz muy grande en Cali, ciudad que vio nacer a Leños y Carbón, pero lo cierto es que la cadena de restaurantes quiere estar en otros lugares de Colombia, advirtiendo que se hizo muy fuerte en Bogotá n donde el crecimiento es exponencial por la calidad de los productos.
En ventas la marca sigue creciendo lo cual produce regocijo porque todo lo que se hace desde adentro se nota y quizás por ello los productos y lo hecho desde la experiencia ha sido valorado de manera importante por el consumidor. Para este año la meta de crecimiento se espera un buen repunte, eso sí, a doble dígito, amén de incertidumbres y tantas preguntas, pero hay algo que ayuda y no tiene objeción, lo rico gusta y se compra, en los restaurantes Leños y Carbón hay por fortuna variedad lo que explica porque las personas son felices frecuentando los locales en donde la marca brilla por calidad.
“Nos encanta ver cuando aquí se pide la mano de la novia, la celebración de cumpleaños, aniversarios y las distintas celebraciones, algo que hace más especial el estar en Leños y Carbón”, precisó la invitada especial.
La empresa ha hecho una interesante apuesta en responsabilidad social, de hecho maneja varios programas, pero desde leños y Carbón se apoya mucho el tema de los niños, recientemente se hizo un trabajo con la Fundación de Abaco en donde se entregaron emparedados a los niños y se llevaron a cabo varias actividades. Adicional al tema social se hacen los cierres de ciclo con el planeta, se adelanta economía circular, son recogidos empaques de los hogares para hacer un cierre de ciclo, y transformarlos en pupitres para los niños del campo.
Leños y Carbón hace todos sus procesos, canaliza empaques y cuida cada uno de los detalles, sigue en el intento de entregarle al país un propósito bien interesante desde las cosas que se hacen desde la marca.