Estudios adelantados por antropólogos y hombres de ciencia dicen que los primeros humanos en utilizar el cuero y ver en este una especial materia prima que permitió sobrevivir fueron los Australopithecus, homínidos que según otras teorías habitaron Etiopía hace 4.2 millones de años. En ese momento evolutivo los homínidos en mención cazaron, se alimentaron con carne y manipularon pieles o cueros gracias a las primeras herramientas afiliadas de piedra que les permitió extraer otros subproductos de los animales sacrificados.
Con el paso del tiempo fueron mejorando las técnicas y los instrumentos, no solo de caza, sino de curtido y manejo del cuero que llevaron a que las sociedades lejanas o primarias fueran identificando usos lo cual llevó a la transformación de los cueros en vestido, abrigo, construcción de tiendas o viviendas versátiles, fáciles de transportar así como en la fabricación de sacos muy necesarios para recoger y mantener seguras las pertenencias lo que incluía objetos de primera necesidad.
Según los estudios el hombre hizo uso de todo lo que pudo, de hecho dicen que la piel del peligroso y agresivo oso se utilizó para proteger el cuerpo del frío hace 300.000 años. El Homo Sapiens u hombre inteligente resulta un buen referente evolutivo sobre el uso de pieles. Las exploraciones paleontológicas dicen que hace 40.000 años, el hombre de Cro-magnon en lo que hoy es Francia, hacía uso de armas y herramientas que fabricaba con piedra, cuernos y huesos. Ya en se momento tenían organizaciones sociales que vivían de la caza.
Los investigadores anotan que el Cro-magnon usaba un lenguaje para su comunicación, era una colectividad amiga de la pintura y los grabados que hoy han sido descubiertos en cuevas, esta especie inteligente atendía a los enfermos o heridos y sepultaba a sus muertos a los que despachaban al otro mundo con armas, comida y flores, una herencia que después vimos en las américas toda vez que el destino final se realizaba en medio de la mayor generosidad.
El hombre, como lo hemos anotado, en su afán de sobrevivir acudió a la caza, la pesca y la recolección, pero con el tiempo se dio cuenta que con un sedentarismo útil y altamente productivo podía mejorar su calidad de vida, proveerse de alimentos e inclusive guardar o almacenar para los tiempos difíciles. Hace 12.000 o quizás 10.000 años nació la agricultura y con ella la domesticación de animales. En pleno neolítico no solo se sembraron algunos predios sino que fueron domesticados los primeros animales de granja. Inicialmente fueron domados cerdos, cabras, asnos y ovejas, casi que de inmediato, en ese periodo el ser humano se hizo a la ganadería bovina aunque en la parte norte de China se conocieron las vacas y sus favorables ofertas hace 8.500 años aproximadamente.
Hace 10.000 años, dicen los investigadores, la tierra pudo estar habitada por cinco millones de personas aproximadamente las cuales dieron el gran paso con la labranza y la cría de animales esenciales en la obtención de carne, leche, cueros y desde luego fuerza de trabajo.
La historia del cuero o piel tiene un periodo oscuro que inicialmente escribió y detalló en el siglo V antes de Cristo el historiador y geógrafo Heródoto ya que los terribles escitas, un pueblo nómada que apareció entre los siglos VII y III a.C en un espacio geográfico importante que partía de Tracia en Europa Oriental, pasaba por la estepa de Asia Central hasta llegar a Mongolia en los montes Altai, utilizaban la piel humana de sus enemigos para múltiples usos, especialmente para los carcajs o cilindros de cuero en donde se depositaban las flechas. Esta cultura sembró el pánico en su época, tenían por costumbre igualmente, beber la sangre del primer sujeto al que mataban. La ciencia logró comprobar esta narración griega luego de analizar unas bolsas tipo carcaj descubiertas en Ucrania.
La caza de algunos animales fue la responsable, o por lo menos gran parte de ella, de la extinción de animales como el Mamut que desapareció de la faz de la tierra hace 3.800 años, aun cuando se ha probado que su caos comenzó hace 21.000 años. Con el mamut lanudo se fueron otras especies de gran tamaño como el rinoceronte lanudo, el mastodonte y otras variedades de cérvidos igualmente de considerable tamaño. Del mamut se aprovechó la carne, la piel y los huesos para fabricar armas.
Los paleontólogos han descubierto que los neandertales en el paleolítico medio tenían al mamut y al rinoceronte lanudo como fuente de alimento principal, pero igual fuente que suministraba materia prima expresada en cuero para combatir los gélidos climas. El mamut fue muy útil en la vida del hombre pues lo llevó a lugares inexplorados en donde la abundancia estaba a la orden del día. Lamentablemente una tenaz mixtura los acabó, cambió climático, caza y posiblemente algunas epidemias.
La edad del Hielo sin duda marcó un hito, empezó 110.000 años atrás y terminó hace 10.000, justo cuando el hombre debutaba en las labores agropecuarias.
El ser humano en la prehistoria, al parecer vivió de la carroña pues se alimentó con la carne hallada en los cementerios de mamuts, una práctica que lo alejaba del peligro que implicaba cazarlo puesto que eran animales de cuatro y hasta cinco metros de altura con pesos superiores a las diez toneladas.
La manufactura en cuero no tiene un periodo puntual, sencillamente con las primeras cacerías fueron aprovechándose las materias primas hasta que en las grandes y milenarias civilizaciones, la piel de los animales fue curtida y utilizada para fabricar ropa, calzado y para garantizar abrigo, así se hizo en Egipto, Roma y Grecia.
Los antepasados dejaron grandes lecciones en materia de curtido si no lo hubiesen hecho los problemas pudieron ser agudos pues sin un proceso la piel podría degradarse, pudrirse y enfermar a las personas. La primera técnica conocida fue el ahumado pues ayudaba a conservar el cuero, después vino una técnica a base de humo y grasa, los homínidos acudieron al curtido vegetal que mezclaron con ceniza. En pleno neolítico y estrenando labores agrícolas, los humanos curtieron con la ayuda de algunos cereales, luego pasaron a la técnica con minerales y otro tipo de sustancias, entre ellas la sal.
La humanidad al parecer lleva toda una vida curtiendo cuero, es por eso que se habla de una especie curtida en el oficio que adelanta desde hace más de 5.000 o 7.000 años, sobre esta práctica hay registros y pruebas de la actividad en el antiguo Egipto. Existen estudios arqueológicos que dan cuenta de agujas y materiales para coser cuero que superan los 40.000 años. Los análisis han demostrado que hace 25.000 años ya había procedimientos muy avanzados para elaborar prendas en cuero y calzado de acuerdo al entorno, prácticamente una etapa especial también para la moda pues hubo costura en esas creaciones.
El hombre moderno definió animales para su dieta y desde luego para la utilización de pieles, allí entraron bovinos que incluye bufalinos, caprinos, ovinos, porcinos, equinos, nutrias, peces, ciervos, gamos, renos, reptiles y chinchillas. La manufactura en cuero llamada marroquinería viene de la expresión “marroquí”, un cuero delgado, esplendoroso y sumamente costoso. Del cuero el hombre ha hecho no solo prendas de vestir o calzado, igualmente produjo y produce bolsos, herramientas, muebles, armas, escudos y muchas prendas de vestir de muy especial diseño y color.
El gran mercado de cueros está focalizado casualmente en los dos países con mayor población mundial, India y China. Hoy la manufactura en cuero hace parte de micros, pequeñas y medianas empresas, asimismo de algunos emprendimientos que dieron el paso hacia el sector real con el diseño de distintas soluciones en piel. Hay gente en el capítulo Colombia, ese que da para llorar por horas, que empezó prácticamente de la nada, con las uñas, tocó el cielo y el olimpo, pero con la apertura económica y el boom del contrabando que no acaba, desaparecieron no solo miles de fábricas o ejes productivos, verbigracia El Restrepo en Bogotá, sino cantidades exageradas de empleos, totalmente atomizados que al esfumarse les cerró la puerta a la vida digna de grandes maestros y artesanos.
Hoy llegan productos en cuero de todo lado, básicamente de China y con ese mercado hay que tener mucho cuidado porque con 1.409 millones de habitantes en promedio lo que se mueva va al plato. La oferta del gigante asiático le puso fecha de caducidad a la vida salvaje porque entre moda, marcas y tendencias, el hombre fue acabando con diversas especies, a tal punto que hoy tienen casi borrados tigres, leones, leopardos, jaguares y otras especies que incluyen elefantes, ciervos y aves, toda una calamidad natural. Es tan delicado el tema que de ese exterminio no se salva literalmente ni el gato porque aparte del consumo casi exótico de carne de perro y mininos, las pieles tienen valor y son procesadas. Ojo, a América Latina lo que incluye Colombia, llegan juguetes y prendas con piel de canes o felinos caseros que posiblemente aún su sueño esté buscando en la provincia de Sinkiang, por decir algo.
Claro está que la crítica y el dedo acusador no se queda en China y en otros países del Sudeste Asiático, por ahí se habla de algunos chorizos de oferta callejera en Bogotá y otras ciudades colombianas que se hacen con carnes tan baratas que podrían venir de las curtiembres con los raspados, pero también de algunas calles o casas en donde no aparece la mascota.
En este medio hemos hablado de la transformación industrial y del siempre recordado barrio El Restrepo, otrora una fábrica de calzado y marroquinería de la buena, pero hoy tomado por la oferta de calzado chino y otros accesorios, según algunos en cuero, otros dicen que en la sintética y plástica cuerina, esa que no dura nada y obliga a comprar zapatos cada mes, en fin una excusa para no hacerle el gasto al fabricante colombiano que vende directamente de la factoría a precios muy posibles o pone producto en el aún centro comercial a cielo abierto como se conoce el vetusto Restrepo.
Hoy hay otro eje que vende productos en cuero de comprobada calidad, el sector del Siete de Agosto, allá en las esquinas de la Carrera 23 con calle 63 D, un sitio ideal para adquirir moda en cuero, totalmente certificado de buena calidad y con unos diseños de ensueño, una inmejorable inversión y todo un lujo para el bien vestir.
El cuero es no solo calidad, representa distinción y buen gusto, las más bellas decoran sus rostros y estampas con prendas en cuero, esta materia prima le da un plus al confort de los automóviles, al pulso de un espectacular reloj y a demasiados accesorios que solamente lucen con un cuero bien trabajado, transformado en la piel actual de la globalización.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, la empresaria Praxedis Piña Sánchez afirmó que hay una gran preocupación en Colombia con la mano de obra, especialmente en el sector de curtiembres, pero igual en calzado y marroquinería porque nadie quiere trabajar, fenómeno que causó un tremendo apuro porque arrinconó a los empresarios que deben pagar salarios muy por arriba de lo usual. En el problema influyen muchos aspectos, más exactamente por el asistencialismo y las migraciones.
En opinión de la fabricante hoy la juventud que hace unos años llenaba las plazas de trabajo no quiere saber del tema y decidieron apartarse del oficio e irse a buscar la vida en otros países. Actualmente las curtidoras la están pasando mal porque no encuentran personas para trabajar y por eso los mismos dueños tuvieron que retomar el oficio, ponerse las botas y meterse de nuevo a sus curtiembres para hacer todo el proceso.
Atrás quedaron los años en los que la gente con ilusión hacía fila con su hoja de vida en la Compañía Colombiana de Curtidos, Colcurtidos, y otras empresas dedicadas a producir cueros con los mejores atributos. Dicho de otra forma el problema del campo se trasladó a la ciudad porque allá en la ruralidad tampoco hay mano de obra disponible para trabajar, todos se están yendo por baja rentabilidad, importaciones masivas, inseguridad, créditos caros, opaco fomento y casi que inexistente infraestructura. Hoy, lamentó la empresaria, no hay entusiasmo ni por el campo ni por la ciudad, los colombianos jóvenes están mirando y llegando a otras latitudes.
Como si la caída en la demanda de artículos esenciales no fuera suficiente, las importaciones chinas siguen presente y haciendo mucho daño en el empresariado legal que está bancarizado, genera empleo y paga impuestos.
En este frente, explicó la empresaria, todo lo atinente a la imitación del cuero sigue disparado pues calzados y artículos de manufactura en pieles sintéticas invadió el mercado nacional sin doliente en Colombia, un apuro que tiene en serios problemas a muchos países. El problema del artículo chino de bajo costo hizo parte de un furor pues la gente adquirió chaquetas, supuestamente finas en Falabella, defraudaron porque a los seis meses ya estaban precarizadas y por eso muchos dijeron que no cambiaban ni cambian el cuero colombiano y la manufactura local por un producto chino no tan barato pues han ingresado chaquetas de marca por la que han cobrado un dineral y el cliente argumenta que compró la prenda porque pensó que era en puro cuero, un asunto delicado porque en material sintético la chaqueta se degrada porque finalmente lleva un alto componente de plástico.
Los problemas por competencia desleal son grandes, pero muchos colombianos están volviendo a pedir el producto colombiano, pero de manera increíble los empresarios están batallando y sufriendo mucho por la mano de obra porque ya no se consigue gente para la parte de elaboración y máquinas.
“Yo llegué a tener más o menos 15 personas trabajando en la elaboración, sin embargo le hablo de gente grande, de personas mayores, verdaderos artistas del cuero con una experiencia de más de 30 o 40 años, pero como todo en la vida, algunos nos cansamos, nos enfermamos o morimos. Muchos maestros de la marroquinería se fueron con la pandemia y a raíz de todo eso uno sale a buscar gente joven para el tema de manufactura y nadie sabe o no les gusta. Yo pongo aviso en donde solicito personal especializado en confección y manualidades para trabajar artículos en cuero y no hay, no se consiguen, y si aparecen debe pagárseles lo que ellos digan. Anteriormente pagana 50.000 pesos a un confeccionista por solo armar la chaqueta y de un momento a otro llegaron a cobrar hasta 90.000 pesos por la misma chaqueta, un salto muy duro para el empresario. Por fortuna nunca fui tacaña y mantuve muy buena reserva de inventario. Los que estaban nuevos optaron por no volver, otros se enfermaron o quisieron montar su propio negocio lo cual es legítimo, me tocó operar con solo dos operarios y me he sostenido, ya llevó cuatro años en esa tónica, pero sigo”, precisó la gerente y dueña de Cueros Nápoles.
El estrés por falta de trabajadores se da en toda la cadena, curtiembres, fábricas de calzado, marroquinería y otras manufacturas. El tema es grande porque entre importaciones y déficit en mano de obra las empresas del Restrepo y de lugares emblemáticos del cuero como Bucaramanga se fueron diluyendo. Nadie niega, detalló, que hay productos chinos muy bien presentados, pero lo cierto es que son bienes desechables. Los productos chinos desaniman, no solo a Praxedis sino al consumidor. La empresaria lo primero que hace cuando entra a un almacén es ver el producto así sea de marca, observa la etiqueta para saber de dónde viene y dónde lo fabricaron. Muchas veces ha detectado que inclusive marcas colombianas conocidas están maquilando en China o metiéndole al producto insumos chinos, luego acaban con el tejido social y se dedican a importar del gran mercado asiático.
Esta situación tiene nombre propio, apuntó la empresaria, contrabando técnico, directo y lavado de dinero, pero como cosa rara eso no lo nota nadie, solamente el empresario colombiano que nada en un mar de ilegalidad al que le piden todo y lo saturan con tarifas obligándolo a cerrar porque hacer patria solo con honestidad de manera unilateral es muy duro, más cuando campean los casos de corrupción, una serie de irregularidades denunciadas que han pasado de agache. El Covid-19, al parecer quiere irse, se aburrió, pero las empresas dedicadas a las manufacturas en cuero siguieron en UCI e intubados.
En Colombia, expresó Piña Sánchez, se acabaron los artesanos muchos porque se conformaron con asistencialismo, Familias en Acción y otros bonos que invitan a la pereza porque llega plata por no hacer nada, como se ha dicho hasta el cansancio, en Colombia se remunera la pobreza, se patrocina, pero no hay una iniciativa que cautive para emplear personas y por esa vía dignificarles sus vidas. Muchos en Colombia son de esa vieja, pero espectacular escuela de trabajar o trabajar porque quien no labora no come y el pan se lleva a la mesa con oficio y el orgullo de haberlo ganado, igual la plata se debe ganar para estudiar, vestirse y pagar otras obligaciones, si no hay empleo o una política para la empresa, Colombia, aseveró la gerente, terminará con la totuma en la mano, algo que ya se ve.
Años atrás los padres matriculaban a sus hijos en colegios oficiales y luego de terminar tercero primaria ya leyendo y escribiendo el asunto era salir a trabajar, así se criaron muchos y hoy son grandes personas, dueñas de su casa y con la frente en alto.
Una mujer que nació para emprender y crecer
Es de anotar que Praxedis empezó en el oficio de la manufactura en cuero hace 28 años cuando adquirió Cueros Nápoles, arrancó, manifestó, con todo el ánimo y el deseo de progresar, de salir adelante, su único capital era el empuje y las ganas de alcanzar metas ya que en carta blanca se fundó en ceros. A punta de valentía y credo se ha sostenido muy a pesar que a los cinco años de haber afianzado un negocio más firme y sostenible, fue víctima de los ladrones, llegó una mañana a abrir el local y se dio cuenta que los amigos de los ajeno se lo habían desocupado. Los Malhechores entraron, se refugiaron en el segundo piso que estaba desocupado y salieron con toda la mercancía por la puerta principal, dejando a la empresaria nuevamente en ceros.
En ese momento todo fue trágico por cuanto se debía dinero de los materiales adquiridos y las cosas no eran fáciles corría el año 2001 o 2002. Por fortuna esta aguerrida mujer siguió con su propósito de superar escollos y paradójicamente le hizo honor a su nombre en vista que Praxedis es un nombre de raíces griegas que significa “Activa y Emprendedora”, un acierto de su señor padre que por ese tiempos estaba encarnizado con la lectura.
Después de eso, estimó la empresaria y propietaria de Cueros Nápoles y Taurus, con la ayuda de sus proveedores y con la mano de Dios visiblemente extendida en sus iniciativas empresariales, afortunadamente superó el problema, creció y fue dueña de otros negocios, como buena santandereana es una mujer tozuda, sin pausa y visionaria. Sus negocios abrieron sucursales en El Restrepo, en el Siete de Agosto llegó a sumar tres o cuatro negocios, hoy un poco más acorde con la realidad nacional y mundial se sostiene con dos negocios y la fábrica en donde su hijo Manuel Alejandro Sierra Piña es el diseñador, el cortador, quien se encarga de los moldes y le da vida a las chaquetas, en síntesis, un gran aliado pues incursionó en el mundo del cuero y se quedó trabajando con la notable y amable empresaria que logró hacerse con un capital para educar sus hijos, tenerlos al día y llevarlos por caminos de bien.
Aparte de luchar por su familia, Praxedis resultó muy apegada al tejido social y a esa ayuda al prójimo, un sentimiento muy de sus venas y que le sirvió para que las personas más humildes, algunos que llegaron del campo con las necesidades más inimaginables tuvieran formación, una instrucción juiciosa para desempeño eficiente en el taller o en la parte de ventas para el manejo del almacén y tuvieran una gran oportunidad de ingreso. El negocio, seguramente está bendecido porque de allí han salido preparados muchos jóvenes que aparecieron en búsqueda de una opción laboral para luego crear sus propios talleres o negocios.
Praxedis nació en Guavatá, Santander, en la bella y dulce Provincia de Vélez, un municipio añejo fundado el seis de febrero de 1542 llamado también la “Capital mundial de la guayaba”, y a juzgar por la historia que rodea a la empresaria no cabe duda que está protegida por el Santo Cristo de Guavatá. Este pueblo de origen Chibcha traduce en español “Labranza fuera del cerro” y fue constituido por Gonzalo Jiménez de Quesada y Martín Galeano que ya habían dejado huella fundacional en Vélez en 1539.
Esta admirable fémina llegó a Bogotá a los doce años, época en la que ya trabajaba y luchaba por surgir, con casi 50 años y salida de una familia trabajadora que le dio vida a once pequeños, otras lograron superar los quince alumbramientos, los cuales aprendían a caminar a hacer algún oficio y de inmediato dependían de su disciplina pues los padres se desprendían y cada niño crecía tirando azadón y pensando en cómo salía de la finca para ganarse la vida de manera individual. Los que se quedaron aprendieron las labores del campo, pero Praxedis desde muy pequeña tenía en mente llegar a otros puertos.
“Yo soñaba con venirme para Bogotá sin conocer la capital, estudiar, prepararme y gracias a Dios lo logre, no pude hacer una carrera porque no había cómo hacerlo, saqué mi bachillerato, aprendí el arte del cuero y eso es lo que me ha sostenido en esta ciudad, prácticamente me catapultó como empresaria y mujer de éxito porque con empuje lo logré”, manifestó Praxedis Piña Sánchez.
Se matriculó en el entorno del cuero, dijo, por la vida y las necesidades, golpeando puertas y probando en toda la cadena, recuerda que inició como vendedora de un almacén a los 16 años, finalmente terminó enamorada del negocio, de las ventas y de querer algún día tener su propio negocio, por eso también aprendió a fabricar. No le dedicó mucho a la máquina porque su especialidad y fuerte era y es la atención al público, algo que disfruta y hace muy bien, labor que combina con la dirección de la empresa y la compra de insumos y material.
Fue casada, llegó al altar a los 19 años con un hombre que le dejó dos hijos, tristemente partió porque según su exmarido, dejaba el hogar ya que había conseguido algo mejor. Esta mujer llena de coraje y adeudo luchó por su hogar y logró grandes metas y asegura que en su éxito influyó la separación porque de no haber sido así no hubiese hecho nada, estaría estancada, esperando alegrías y pensando que con el amor ya todo estaba listo porque al no haber necesidad en conformismo llegaba como sedante.
La situación fue un empujón afortunado y la ya patentada “Patadita de la buena suerte” de don Jorge Barón, pues encendió motores con un negocio pequeño en donde a duras penas podía moverse, pero en esos dos metros aprendió y siguió sin la mínima intención de parar. Sus hijos son socios de primera clase y aliados incondicionales, todos metidos en la lucha con amor y con afán de querer ser lo mejor en la vida. Menor aprendió otra profesión y Alejandro que ya tiene un hogar y una responsabilidad se quedó a lado de la mamá para meterle duro al negocio e ir hombro a hombro para hacer del diseño y la fabricación diferenciada algo realmente placentero y rentable.
El almacén está atiborrado de todo, allá se le personaliza una prenda al cliente y la imagen que tenga el comprador se hace realidad en cuero, la empresa nació con ese concepto afable de darle gusto a sus consumidores, unas creaciones hechas a la medida y con lo mejor en diseño en donde la firma es vanguardista que mezcla la creación de punta con los mejores cueros y por eso las prendas que ofrece Nápoles y Taurus gustan en todas las edades pues ven exclusividad, variedad y un diseño que hoy es un inmenso sello.
La fábrica trabaja el becerro que es una piel muy fina, suave y uno de los cueros más finos ya curtidos bien sea en textura lisa o en gamuza, ya vienen otras pieles también maleables y delicadas como el ternero, novillo y res adulta a la que se le da diferente preparación para poder trabajar las prendas. También se maneja el cabro o cabritilla que una vez curtida es muy hermosa y suave, el ovejo que también tiene cualidades únicas tiende con el tiempo a rasgarse con mucha facilidad lo que no pasa con los otros cueros.
Los cueros en crudo que vienen directamente de la res se adquieren a precios accesibles, pero lo que encarece la materia prima los químicos que se utilizan para curtir o curar que son productos especiales para darles características de suavidad a las pieles, aparatando malos olores y facilitando la manufactura. Un cuero mal curtido arroja olores nauseabundos y por eso el proceso demanda química de muy elevada calidad. La guerra entre Rusia y Ucrania disparó los precios de los insumos puesto que los químicos que se importaban de las fábricas ucranianas superaron los límites de carestía porque era muy complejo conseguirlos. El kilo se disparó y eso se nota porque el decímetro de becerro se compraba a 520 pesos, pero por ese fenómeno trepó a 950 pesos el decímetro, es decir que el precio se dobló.
“Aquí debe dejarse claro que no suben los precios de los cueros sino el de las materias primas para tratarlos y hacerles un buen procedimiento”, declaró la señora Piña Sánchez.
Al mirar con algo de timidez evocó a su Santander del Alma, a su pueblo bello, Guavatá, recordó las buenas arepas, la infaltable de maíz “pelao”, el mute y los quesos, de hecho tiene muy presentes las vacas lecheras de la casa materna, el ordeño y una alimentación sana, todo acompañado de uno que otro fuetazo, rejo puro para el que refunfuñara u omitiera los encargos del día. A Praxedis la salvó que fue una de las menores y por ser una de las consentidas la mano dura no se sintió con tanto rigor, los que llevaron del bulto fueron los mayores.
Hoy esta mujer empresaria y curtida en promover empresariado le pide al gobierno que impulse con prisa la reindustrialización porque hay factorías y ganas de hacer cosas, pero el fomento no se ve y la plata es muy cara para aquellos que pagan salarios y fomentan riqueza. Debe impulsarse con mayor intensidad el bachillerato técnico para que los jóvenes ingresen con ilusión al mercado laboral o creen sus propios proyectos empresariales, pero todo en medio de condiciones, apoyos y acompañados por el Estado pues la industria adolece de una verdadera política que ayude a reabrir empresas, a fundar otras y a sostener las que están por poner el candado.
Hay que tener en cuenta que no todos pueden entrar a la universidad así sea pública, el país necesita técnicos bien formados como los del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, muchos con mejor presente en otros países que quienes llegan con un título universitario bajo el brazo, esos están arreglando jardines o lavando platos. Es importante tener gente joven enamorada de la empresa, con ganas de administrar sus fábricas, pero así como va el país, anotó Piña Sánchez, el país no aguantará mucho entre otras cosas porque es urgente abaratar el país, bajar tarifas de IVA y renta así como desmontar exenciones, una fórmula obvia que hará que muchas multinacionales hagan fila para entrar, un favor para el microempresario que como los mamuts, están en vía de extinción.
“En los 30 años largos que llevo como empresaria y al frente de un negocio, sufriendo por sostenerme, yo no sé qué es una ayuda del gobierno. Hay entidades con dinero que deberían prestar dinero a bajo costo para inyectarle al empresariado para garantizar la sostenibilidad. Hoy tengo un hijo que me ayuda, el otro estudió diseño industrial y está luchando en otro país, pero en medio de las vicisitudes no puedo dar un paso al costado porque no tengo a quien delegar”, afirmó Praxedis Piña Sánchez.
El producto de Taurus o de Cueros El Emperador no ha exportado de manera directa, de todas maneras ha habido clientes extranjeros que visitan Bogotá, van al eje del cuero del Siete de Agosto y le piden diseños y producto para vender en distintos países, les ha surtido y todo marcha porque la manufactura de las firmas vende y convence. En otra ocasión le fue encargada una producción de chaquetas para las Fuerzas Militares de El Salvador, un buen negocio que ayudó a poner el producto en el extranjero, además quedó la satisfacción que la manufactura gustó y llenó de sobra las expectativas.
La gente está dejando El Restrepo, están llegando al Siete de Agosto en donde compran con más confianza, además los barrios con más poder adquisitivo están relativamente cerca y eso también empuja las ventas, una bendición porque mantener un negocio de manufactura cuesta, lo que se factura cubre deudas, salarios, arriendos y materiales, es un trabajo que distrae y entretiene, pero no hace rico a nadie, en medio de todo lo que pasa Praxedis le pide al creador salud para poder ayudar a mucha gente que quiere aprender, llegar y seguir en una lucha interesante, le gusta escuchar de las personas cuando dicen que van a montar un negocio y que lo mantendrán trabajando, como se debe, lo gratis daña el alma, mal enseña y crea seres totalmente inútiles.