Durante años el tema petrolero ha dado de qué hablar, unas veces por reservas, en otras ocasiones saltan a la palestra las regalías, contratos de asociación, prebendas y eventos como la extracción y comercialización de crudo, verbigracia el condensado que salió de Colombia en condiciones de pérdida para la Nación, según las denuncias que otrora hiciera el ya desaparecido Senador Hugo Serrano Gómez, enorme vacío en la Comisión Quinta del Senado en donde no solo se apagó una voz sino un líder y conocedor del siempre espinoso asunto minero-energético.
Fueron muchas las advertencias del respetabilísimo congresista y una de las tantas fue que la política petrolera terminaría brindándoles gabelas y concesiones leoninas en perjuicio del país a los llamados inversionistas. El Senador Serrano partió con la seguridad que en materia petrolera el país no iba a ser exitoso, porque todo lo hecho daba para hacer las más crudas conjeturas. Amaneció y vimos.
Por fortuna, cerca de Serrano Gómez, fueron apareciendo nuevos profesionales y doctos en petróleo, quienes también develaron unas verdades, algunas ya decantadas, algo así como la “Crónica de una muerte anunciada”, en el por momentos turbio, sector petrolero. Lo cierto es que para el capítulo América Latina, cada vez son más recurrentes las reformas que pretenden una mayor participación estatal en la renta de los recursos naturales.
El Coordinador académico de la Escuela de Petróleos en la Universidad Industrial de Santander, UIS, Oscar Vanegas Angarita, le dijo a Diariolaeconomia.com, que en materia petrolera urgen tres cambios significativos en Colombia, uno en términos del contrato de exploración y producción, es decir un acuerdo gana-gana, regresar al contrato de asociación que tuvo Ecopetrol o a un modelo de producción y ganancias compartidas. Igual estimó necesario considerar un modelo que le genere más renta petrolera al país, pues el patrón concesionario es colonialista en donde se configura un saqueo de la riqueza nacional.
Le dijo al nuevo Gobierno que es perentorio crear una Superintendencia para la industria petrolera que la vigile, de tal forma que las compañías en su conjunto entren por el camino de las buenas prácticas, no solo desde el punto de vista ambiental sino social, dado que las petroleras hoy en día están atropellando a las comunidades bajo el pretexto que son de utilidad pública, que tienen un contrato firmado y una cláusula de autonomía, luego no hay quien las vigile, los supervise o los sancione.
Denunció que las empresas entran a las fincas como Pedro por su casa, atropellando a los propietarios, violándoles sus derechos que tienen como poseedores privados, pasando por encima el debido proceso por decir algo.
Ese, precisó Vanegas Angarita, es un cambio que debe hacerse, desde luego articulando la responsabilidad ambiental porque hoy las normas son muy laxas, en Colombia, aunque parezca mentira, indicó, se contamina legalmente, un ejemplo son las aguas residuales que solamente son tratadas hasta el nivel tres, sin que alcancen la potabilidad y por eso las vierten a los afluentes. En Estados Unidos la industria petrolera purifica el agua, la deja potable y la lleva al acueducto local.
La normatividad ambiental debe ser mucho más exigente y es necesario pedirles a las multinacionales que mejoren las relaciones con la comunidad porque están estigmatizadas, nadie quiere que las petroleras lleguen a las haciendas a hacer exploración o sísmica, la gente las ve con reserva porque imponen servidumbres y si no hay acuerdo con las gentes de la ruralidad promueven la expropiación, una lucha desigual que hace ver la industria como arrasadora e invasiva.
“Eso no nos sirve, por ejemplo, en mi caso, coordinador académico de la Escuela de Petróleos de la UIS, la disyuntiva es, cómo formo nuevos profesionales en una industria que es catalogada como devastadora, maltratadora de comunidades, algo cercano a la delincuencia, eso lo tenemos que corregir y el buen ejemplo hay que darlo”, declaró el señor Vanegas Angarita.
Otro correctivo a juicio del experto, debe darse en el frente impositivo porque las empresas petroleras hoy disfrutan en el Estatuto Tributario de un número que supera las 200 prebendas y deducciones tributarias. Le dijo al Presidente electo Gustavo Petro que en aras de hacer una reforma tributaria con equidad y sin mayores cobros, lo correcto sería quitar todas las deducciones tributarias porque los 50 billones que busca el nuevo Mandatario es precisamente lo que dejan de pagar las petroleras por impuestos perdonados.
En su parecer, las empresas del sector petrolero deberían pagar un impuesto de renta del 31 por ciento, pero con los descuentos y deducciones, terminan asumiendo tan solo el 8,82 por ciento de impuesto y recordó que las compañías del ramo no pagan IVA. Dijo que mientras a los nacionales colombianos les dan tres días sin IVA a las multinacionales petroleras les aprueban el beneficio por 365 días. No todo termina allí porque la industria puede importar maquinaria y equipo sin pagar aranceles, aparte se pueden llevar tranquilamente sus utilidades a las casas matrices sin pagar impuesto de remesa, solo por citar tres prebendas de un universo absurdo.
En petróleo hubo malas decisiones
El reconocido analista y catedrático expuso que la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, en 2004 con el decreto Ley 1760 de 2003 que hizo la escisión a la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, para crear la mencionada agencia, le dio un cambio en la modalidad contractual a la exploración y producción pasando de un modelo de contrato de asociación más conocido a nivel mundial como el joint venture, en el cual Ecopetrol era socio del inversionista, a uno de concesión que ya el expresidente Alfonso López Michelsen, en 1974 lo había prohibido con el decreto 2310.
En ese modelo concesionario, especificó Vanegas Angarita, la filosofía es que el Estado no es socio, razón por la cual no tiene participación en la producción, simplemente canaliza regalías e impuestos, haciendo que prácticamente el país se desprenda de manera importante de la renta petrolera, un mecanismo conocido como el Government Take, un concepto utilizado por la industria petrolera para calcular en términos de impuestos, el valor que debe pagar una firma por llevar a cabo un proyecto de producción de hidrocarburos, lo que sugiere un cálculo interno de las compañías, a modo de simulación, que para el entorno colombiano dependerá del tipo de proyecto.
Sobre ese particular enseñó que Colombia pasó de un Government Take del 76 por ciento como mínimo a uno del 27 por ciento, un desasimiento muy grande, prácticamente una cesión al inversionista del 60 0 70 por ciento de la renta petrolera que estaba a favor del país, un golpe a los ingresos del fisco nacional.
Como si fuera poco no solo se cedió en participación en producción sino en regalías porque de manera increíble fueron reducidas con la Ley 756 de 2002 del 20 por ciento a un promedio del siete por ciento, también una pérdida del 60 por ciento en supuestos privilegios para los colombianos por la actividad petrolera, todo con el pretexto de atraer la inversión extranjera directa, pero en lo que lleva la ANH como administrador del subsuelo, comentó Vanegas Angarita, se ha visto que en 18 años las petroleras que se comprometieron con 16.000 millones de dólares en exploración, tan solo se hicieron efectivos 6.500 millones de dólares, lo cual significa que las más de sesenta compañías que han recibido un número superior a los 500 bloques en convenios hechos desde 2004 a la fecha, adelantaron operaciones nada significativas.
“Por encima de eso, ni siquiera han acatado los compromisos, hay un nivel de incumplimiento en esos encargos por el orden del 65 por ciento, es decir que en 18 años tan solo invirtieron en exploración 6.500 millones de dólares, una cifra que al dividirse en ese tiempo no alcanza los 350 millones de dólares por año, en pocas palabras cinco millones de dólares anuales por empresa, una lánguida perspectiva en descubrimientos porque quien no busca, no encuentra”, puntualizó el señor Vanegas Angarita.
El versado agregó que Ecopetrol, en las áreas que reservó con el decreto Ley 1760 de 2003, invierte en promedio 500 millones de dólares al año, es decir que al comparar la inversión de la estatal petrolera que tampoco ha encontrado algo significativo, con los cinco millones de dólares de los privados, se ve que la gestión y política petrolera heredada del entonces Presidente Álvaro Uribe, fue un rotundo fracaso en capitalización y en descubrimientos por cuanto el país subsiste gracias a los llamados campos maduros, a unas reservas remanentes de yacimientos petrolíferos como Rubiales, hallazgo hecho en 1982, Chichimene, manifiesto en el Meta entre 1968 y 1969, Castilla, tiro en el blanco de 1976, Caño Limón, acierto petrolero en 1983, Cusiana júbilo de 1989, Cupiagua, 1991 y otros que en su declive siguen sumando barriles de crudo.
Para no ir tan lejos, expresó el catedrático, el 80 por ciento de la producción petrolera del país proviene de campos viejos, pues los descubrimientos nuevos son muy pocos ya que lo descubierto con contratos de la ANH en reservas probadas, no supera los 800 millones de barriles en 18 años, una cifra que desconcierta porque el país extrae aproximadamente 800.000 barriles por día, unos 320 millones de barriles lo que significa que la gestión de la ANH y de los inversionistas que rubricaron contratos, redundó en el descubrimiento de escasamente las reservas para cubrir las producción de dos años y medio, es decir 800 millones de barriles. “Digámoslo así, estamos para los perros”.
Recalcó que la política petrolera del expresidente Álvaro Uribe Vélez, fracasó totalmente en vista que la producción actual viene de campos descubiertos bajo el esquema de contrato de asociación, todo en la administración de Ecopetrol.
Bajo las actuales circunstancias, manifestó Oscar Vanegas Angarita, al Presidente electo Gustavo Petro, le tocará mantener la exploración y exportación de crudo, un anuncio que ya hizo el designado ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo Gaviria, quien llevó un mensaje tranquilizador por toda la coyuntura de recesión económica mundial y desde luego para enfrentar el hueco fiscal que deja el saliente Presidente Iván Duque, que solo en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles registra un vacío de 20 billones de pesos que al siete de agosto, fácilmente puede llegar a 22 billones.
En opinión del invitado, el precio de la gasolina debería ubicarse hoy en 15.000 pesos para subsanar ese faltante. Aseveró que el Presidente Gustavo Petro tendrá que gastar la mitad de los recaudos de la reforma tributaria y así cubrir ese déficit con cargo al precio de los combustibles. La situación es tan imperiosa que entre julio y agosto la gasolina tendrá que ser ajustada muy por arriba de los 14.000 pesos.
En su análisis, Vanegas Angarita indicó que frente al escenario de recesión económica, una deuda externa que equivale al 67 por ciento del producto interno bruto, PIB, una desinversión y posible fuga de capitales, devaluación del peso, trepada en los tipos de interés, iliquidez financiera y aumento de la inflación, el nuevo mandatario no puede darse el lujo de ponerle palos en la rueda a la actividad petrolera, ni en exploración y menos en exportaciones pues, el contexto da para sentarse a llorar y lo que el país necesita es plata, tan sencillo como eso.
Transición energética, una utopía
Subrayó que la situación del país es crítica y Colombia depende del petróleo, habida cuenta que la transición energética, desde su punto de vista, es una utopía, ello, porque esa evolución implica cambiar una energía por otra, por ejemplo, reemplazar el carbón por gas o cualquier otro energético.
El Coordinador académico de la facultad de Ingeniería de petróleos de la UIS, señaló que las energías renovables son alternativas, no son una fuerza para hacer transición y por eso se llaman así, alternativas.
Dejó claro que una transición no se puede dar por muchas razones, en principio, porque las energías son necesarias para ciertos usos ya que, a un avión no se le pueden llenar los tanques con gasolina corriente, extra o ACPM, la aeronave demanda gasolina jet que es un derivado del petróleo, en síntesis, el aparato productivo mundial fue diseñado y construido para los combustibles o energías convencionales que actualmente existen en el mercado y pretender una transición energética exigiría una transformación en todo el engranaje industrial o empresarial, es decir décadas, uno 50 o 100 años. El proceso obligaría a cambiar el parque automotor de gasolina y Diesel para alcanzar eficiencia con automotores eléctricos.
“Hay que decir que el 80 por ciento de los componentes de un carro eléctrico son derivados del petróleo, pues, no en vano lleva mangueras, llantas, cojines, fibra de vidrio y las partes, vienen del crudo. Por ejemplo, las plantas de fertilizantes que propone el Presidente Petro para impulsar la agricultura, demandarán urea y otros químicos que vienen del gas natural, igual fungicidas, insecticidas y otros, es decir el petróleo no lo podemos acabar”, precisó el experto.
Otro aspecto complicado es pretender reemplazar el carbón en China en donde su uso representa el 57 por ciento de la canasta energética, luego entrar en la era de la descarbonización y pasarse a otro energético menos contaminante como el petróleo, no es tan sencillo porque el gigante asiático utiliza 16 millones diarios de crudo, sin duda, el mayor importador de petróleo, no el mayor consumidor que es Estados Unidos que absorbe 20 millones de barriles al día mientras que los chinos llegan a 16 millones de barriles cada 24 horas.
El avezado precisó que pasarse de carbón a petróleo para hacer una transición energética significa que el país interesado y con esas dimensiones en productividad tendría que consumir 49 millones de petróleo por día adicionales a los que ya consume, para no ir tan lejos, China pasaría a 65 millones de barriles para descarbonizarse y el mundo produce 76 millones de barriles, una situación compleja porque los chinos no tendrían el recurso petrolero para esa misión, simplemente la ecuación no da.
Según Vanegas Angarita, la demanda de energía en el planeta crece exponencialmente, al ritmo del 1.8 por ciento anual, a la par con la explosión demográfica, pues, en la medida que aumenta la población se dispara la necesidad del recurso energético pues cada bebé que nace llega a consumir energía por el tetero, sonajero, luces y adecuaciones para su cuidado.
Ante este contexto, afirmó el catedrático, las energías convencionales no alcanzan a satisfacer la demanda porque crecen linealmente, al orden de 0,8 o 0,9 por ciento anual. Expuso que la producción y oferta de fuentes como petróleo, carbón y gas natural, no suplen la necesidad del mercado y por ello, hay unos faltantes que pueden cubrir las energías alternativas que deben llamarse complementarias, necesarias para cubrir una demanda insatisfecha más no a desplazar los hidrocarburos o las rocas sedimentarias ricas en carbono.
Al mirar las estadísticas históricamente, aseveró Vanegas, desde que el petróleo empezó a utilizarse en Pensilvania, Estados Unidos, en 1859, cada vez el hombre consume más petróleo y en el mundo, siguen creciendo las reservas petroleras, luego no es cierto que el hidrocarburo se acabará. De manera jocosa, dijo que con el crudo pasa como el aviso añejo de “Cristo Viene”, un cuento que llevan echando hace 2000 años y aún el mecías no llega, así le pasa al recurso energético, que en algún momento se agotará por ser un recurso natural, pero lo cierto, acentuó, es que la demanda crece y las reservas probadas igual.
Recordó que desde 1956 el geofísico estadounidense, King Hubbert, empezó a hacer pronósticos sobre el Cenit del Petróleo, más exactamente el pico o agotamiento del crudo, una teoría que llevó a presagiar que en los años 70 el aceite de piedra empezaría a declinar, una tesis que no se dio, empero, la fecha fue subida tiempo después al nuevo siglo, exactamente al año 2000, no ocurrió, y el plazo se trasladó a 2008, lo real es que la humanidad sigue esperando el declive, ese que no se dará.
Un tema cierto es que el hombre vive en función de desarrollar nuevas tecnologías, pues, en sus inicios, la industria petrolera perforaba con el sistema de percusión o con los martillos, en 1901 se llegó al taladro de perforación rotatoria una técnica que permitió excavar a mayor profundidad, llevando a nuevos horizontes, amplió las fronteras y condujo a más descubrimientos. En 1970 apareció el famoso y eficiente sistema offshore o costa afuera, la industria entró al mar para ampliar las reservas de crudo. Con menor edad está el mecanismo Top Drive un método impulsado por un motor eléctrico o hidráulico que se puso en marcha en 1983, luego los franceses inventaron la perforación horizontal que llevó al fracking.
A criterio de Vanegas Angarita por innovación, tecnología e investigación, los pronósticos sobre el agotamiento del petróleo se aplazan, un fenómeno que se verá en el año 2050 cuando habrá nuevas técnicas y formas de buscar y encontrar hidrocarburos. Hoy, resaltó, se habla de yacimientos no convencionales y seguramente vendrán más y más soluciones.
“Reemplazar el petróleo por otro energético es muy difícil desde el punto de vista financiero, porque el crudo tiene de ocho a diez veces más concentración de energía por unidad de más que cualquier otro recurso y además es líquido. Hacer relevos con paneles solares o turbinas de viento, no le compiten al hidrocarburo. Para que el petróleo deje de ser competitivo o las energías alternativas resulten más rentables, tendría que haber un barril de carburante a 400 dólares y está a 100 dólares, sigue siendo barato, luego es sumamente complicado hacer la transición energética con un recurso diferente al hidrocarburo que finalmente tiene menor precio y mayor eficiencia”, puntualizó el coordinador de Ingeniería de Petróleos de la UIS.
Enfatizó que el relevo petrolero no llegará porque los países desarrollados o industrializados no firman tratados ambientales o de cambio climático, no estampan su firma en eventos como Kioto, Copenhague o COP21, porque saben que no pueden cumplir. Además, los países ricos que han impulsado las energías alternativas se han gastado entre Europa, Estados Unidos y China, el 6.5 por ciento del PIB mundial, logrando tan solo el cinco por ciento de la canasta energética.
Vanegas, toda una autoridad en materia energética, afirmó que el biodiesel o el alcohol carburante no son opciones ecológicas puesto que, al quemarse generan CO2, y lo preocupante es que el 70 por ciento de las energías alternativas es biomasa, luego al mirar en detalle los paneles solares y las turbinas de viento, terminan siendo el 30 por ciento del citado cinco, solo el 1.5 por ciento de la energía global.
Los cálculos existentes, apuntó Vanegas, dicen que, si se lograra reemplazar el 20 por ciento de la canasta energética mundial con energía solar y eólica, no habría los suficientes minerales o tierras que se necesitan para fabricar paneles solares y turbinas, luego no habría transición energética por sustracción de materia.
Con los bloqueos a Rusia, a la OTAN le salió el tiro por la culata
El experto sostuvo que los precios del petróleo a nivel mundial que hoy se ubican en 110,76 dólares el barril, dependen más de las cuestiones geopolíticas, básicamente, de la invasión de Rusia a Ucrania y el correspondiente bloqueo por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, a los rusos, obviando que este país es uno de los mayores productores del globo que como es apenas consecuente afecta la oferta de crudo, generando una aguda crisis energética en Europa como también en Estados Unidos.
“Se puede decir que a la OTAN el tiro le salió por la culata, porque al querer disminuir los ingresos de Rusia por venta de petróleo, con el fin de debilitarlo económicamente para que no pudiera sostener la invasión a Ucrania, terminó afectando a los países miembros de dicha organización que hoy tienen el precio del petróleo y de sus derivados por las nubes, crudo por encima de 110 dólares el barril. El tema no es nada menor, puesto que, en Europa el galón de gasolina está aproximadamente en 10 euros, aunque allá como se maneja el litro, éste alcanzó los 2.5 euros, en Estados Unidos el precio repuntó también, lo que generó una inflación espantosa porque en algunos países el indicador supera los dos dígitos, dato que llega infortunadamente acompañado de una recesión económica mundial que, por tener esa característica, impacta a Colombia”, explicó el catedrático y conocedor.
Dijo que infortunadamente Ecopetrol se dedicó a sacar los cunchos, que por la propia energía del yacimiento la estatal obtiene. Deploró que ni siquiera la gran empresa pública colombiana haya invertido en recobro mejorado porque escasamente hace inyección de agua, pero no de CO2, gas natural o vapor.
Cerró diciendo que, en el mundo hay muchas tecnologías avanzadas de recobro mejorado para pasar de esa recuperación secundaria del 16 por ciento a una del 35 o 40 por ciento que es el promedio mundial. Estados Unidos, dijo, ya llegó al 60 por ciento de factor de recobro, es decir que Colombia ha descubierto 65.000 millones de barriles y de eso tan solo han sido extraídos 10.600 millones, nada más, el resto, afirmó está abajo.
“Tenemos un potencial para extraer unos 12.000 o 13.000 millones de barriles más y subir el factor de recobro al 30 o 35 por ciento, extrayendo crudo a un ritmo de millón de barriles diarios del volumen descubierto y que está en el subsuelo, asegurando así crudo para 35 o 40 años, pero a eso hay que meterle plata. El problema es que Ecopetrol es la vaca lechera del Gobierno y por eso todas las utilidades se las transfieren al Estado que es el socio mayoritario, sin que le dejen recursos para invertir”, concluyó el coordinador académico de la Escuela de Petróleos de la UIS, Oscar Vanegas Angarita.