Por fortuna llegaron las lluvias a Bogotá y con ellas algo de tranquilidad pues si hay invierno en el centro del país, la situación mejora en materia de embalses y por esa vía podría descartarse un racionamiento de energía o ampliar el ya existente en suministro de agua potable. A los colombianos les pasa de todo y entre tanta cosa está la lucha que hoy libra el sector eléctrico que hoy depende como lo dijera una funcionaria de San Isidro. Es oportuno recordar que el santo alguna vez fue a una fuente de agua en una sequía cruel y luego de orar y rogar por el preciado líquido en breve del nacimiento empezó a salir agua de manera generosa. Por este favor los lugareños creyeron en la virtud y santidad de San Isidro de Merlo y Quintana un labriego nacido en Madrid, España, en los umbrales del siglo XI, persona que se convirtió en el patrón de la agricultura y en el protector de las cosechas.
Este hombre santificado fue agricultor casi toda su vida, los que le conocieron dijeron que otro milagro que exacerbó a sus seguidores fue cuando en un día de sol extremo un señor llamado Iván de Vargas le pidió agua para calmar la sed, al saber que el líquido se había terminado de inmediato tomó su báculo haciéndolo sonar contra el suelo a tiempo que decía, “cuando Dios quería, aquí agua había”, de inmediato salió agua fresca del punto impactado.
Pues bien esta historia la recogemos para hablar del sector eléctrico que hoy como nunca está dependiendo de las lluvias y del favorcito del beatificado Isidro que al perecer tiene la oportunidad de ser reverenciado por las generadoras y toda la cadena eléctrica, igual por los acueductos y embalses pues le tocó a él obrar ya que el Estado al parecer durmió en los laureles y hoy tiene al país al borde de un apagón que terminará desde luego siendo un caos económico y un castigo a fuetazo limpio a la calidad de vida.
El país sin duda falló en el tema de generación, las electrificadoras envejecieron y no se adelantó un plan ambicioso para remozar el sistema que requería de mucho más oferta ante el desbordado crecimiento de la demanda, mucho se habló de las fuentes no convencionales de energías renovables, pero los proyectos no lograron una necesaria consolidación más allá de la gran apuesta hecha por energías alternativas.
El analista económico, consultor e ingeniero industrial Aurelio Suárez Montoya le dijo a Diariolaeconomia.com, que infortunadamente la gran expansión del sector eléctrico ha sido Hidroituango así como energía solar y eólica. Agregó que la tremenda apuesta que fue la energía eólica en la Guajira y algunos proyectos de obtención de energía solar no se afianzaron por distintas razones.
A criterio de Suárez Montoya, en el país se vuelve supremamente costosa la expansión hidroeléctrica teniendo en cuenta que en Colombia la matriz eléctrica proveniente de esas estructuras alcanza el 70 por ciento. Recalcó que un plan de propagación hidroeléctrica es demasiado costoso pues basta con ver el valor de Hidroituango con ocho turbinas para generar 2400 megavatios, una inversión muy grande en un proyecto que no se sabe ni cuánto costó para que brinde soluciones ínfimas frente al capital inyectado.
Anotó que las opciones de generación solar y eólica siguen reportando mucha demora pues hay problemas en las líneas de transmisión luego el país puede pensar que no hubo una expansión acorde con la demanda, la verdadera expansión de la oferta que fue hidroeléctrica, subrayó, terminó siendo muy costosa, el desarrollo de generación eléctrica solar y eólica no ha podido consolidarse debidamente.
“Yo no sé cuánto tiene instalado en capacidad el sistema, pero la cobertura podría alcanzar el 97 por ciento de la población lo que sugiere una capacidad instalada de 20.000 o 21.000 megavatios, posiblemente algo más con Hidroituango, pero no han logrado tener la capacidad suficiente para transformarse en gigavatios hora-día al ritmo que está requiriendo el sistema. Teníamos un sobrante que se exportaba a Ecuador y en una época a Panamá, pero hoy ya no hay remanente y Colombia retiró la exportación de electricidad al pueblo ecuatoriano”, señaló Suárez Montoya.
El sistema, es visible, no se ha expandido lo suficientemente, a tal punto de convertirse en un nudo gordiano. Hoy, dijo Aurelio Suárez Montoya, no hubo mayor innovación en el sector eléctrico, las autoridades energéticas se conformaron con Hidroituango, no hubo diversificación y lo que trataron de hacer con solar y eléctrica no funcionó, esa es la triste realidad.
La solución es compleja y demanda imaginación, inversión y diversificación, en Colombia dijo el conocedor la oferta eléctrica se quedó corta porque hay muy pocas empresas generando en tanto crece desmedidamente la demanda.
“El exministro de Minas y Energía Amylkar Acosta dice que en Colombia hay como dos tipos de apagón, uno inminente que es cuando la oferta de energía se agrava por fenómenos como El Niño y el otro es inmanente que es a lo que me estoy refiriendo. El país tiene que desarrollar un plan estratégico de expansión eléctrica que contemple fundamentalmente dos cosas, generación y transmisión. La generación vía eólica la estoy viendo sumamente demorada, no la percibo con esa facilidad”, detalló el analista.
En su charla Suárez Montoya manifestó que hay algo muy perverso porque en la Guajira que es como el centro de la generación eólica se cuentan como 17 multinacionales con más de 50 proyectos eólicos. Esas transnacionales inscriben esos planes en su portafolio y de inmediato tienen un aumento en su valor de mercado dentro de lo que se ha convertido el mundo corporativo de energías renovables. Indicó que Iberdrola o alguna de las empresas portuguesas u otras españolas o europeas están haciendo proyectos de energía eólica en Colombia lo que les da un valor de mercado porque están entrando al nuevo negocio de la energía verde o limpia.
Comentó que de los más de 50 parques eólicos, difícilmente 10 tienen licencia ambiental, fue aún más allá, expresó que no cree que diez tengan ese permiso o luz verde para arrancar con los proyectos.
Hay mucha esperanza porque se logre generar con el viento, igual con hidrógeno verde, transmitir por la línea colectora, uno de los proyectos transcendentales del sector eléctrico porque se trata de una línea de transmisión que conectará las energías renovables proyectadas en la Guajira con el sistema interconectado que facilitará la distribución hacia el resto del país, pero infortunadamente todo está en veremos habida cuenta que los proyectos han avanzado a un ritmo mucho menor del que se esperaba.
Hay gente que dice que el problema es de las comunidades que se opusieron, señalan a la consulta previa, cuestionan el consentimiento libre y consciente, igual un conocimiento informado y documentado.
A juicio del analista, las comunidades tienen mucha razón en los argumentos que están exponiendo ya que hay una zona de la media y alta Guajira donde se van a instalar por lo menos 35 de esos proyectos, toda una concentración de aerogeneradores casi que como en ninguna parte del mundo. Apuntó que para esas personas o comunidades durante el resto de su vida o por lo menos por espacio de 25 o 30 años tengan que vivir con unas estructuras generadoras pasando todo el día por donde habitan, en donde trabajan, en el lugar de los cultivos o el sitio de pastoreo de distintas especies animales, sin duda alguna no es fácil que una comunidad acepte esa condición así por las buenas y la verdad es que el gran cuello de botella ha sido el ingreso de los proyectos eólicos y solares porque se fincaron las esperanzas y el proyecto no logró su expansión.
Todo eso conllevó, afirmó Díaz Montoya, a que el gobierno saliera a la carrera para ver de qué manera le meten otras cuatro turbinas a Hidroituango pues al parecer esa tramitación o procedimiento estará primero en servicio que los proyectos que logren realmente expandir la generación en la demanda que hay.
Añadió que existe un punto importante porque los proyectos solares y eólicos son planes inestables porque dependen precisamente de fenómenos naturales como las presencia de sol o viento, entonces tampoco es que se hable de algo muy sólido, el tema recalcó, se ha vuelto muy costoso y problemático.
En materia de hidroeléctricas, razonó el versado, después de Hidroituango, Colombia se va a demorar mucho en ver una central o instalación que genere electricidad a partir de utilizar energía hidráulica tipo Guavio, Hidrosogamoso, Urrao y otras de Antioquia, ninguna en el corto o mediano plazo como Salvajina en Suárez, Cauca, central que entró a operar en 1985, unos proyectos muy difíciles de hacer, no más con Hidroituango se acabó la lista de trastornos que tuvo, luego el país está en una gran disyuntiva y lo cierto dijo el analista y escritor, Colombia tendrá que diversificar aún más su matriz en perspectiva teniendo en cuenta que la demanda sigue creciendo lo que no pasa con una oferta que no repunta al mismo nivel.
Eso, especificó, es lo que está sucediendo y cuando llegan situaciones de estrés como el fenómeno de El Niño, sencillamente se devela esa estreches y el margen que cada vez va siendo menor.
Las termoeléctricas ayudarían mucho
El país se enfrenta a una dura realidad y por eso debe sumar y ampliar su matriz energética para lo cual puede contemplar termoeléctricas a gas, diésel o carbón o si lo prefiere, examinar reactores nucleares, pero todo eso, expresó, requiere de una planeación y hoy Colombia está frente a un gobierno que apagando un incendio lo único que contempla es rezar tal y como lo dijo la ministra de Ambiente.
“Yo creo que el país si tiene que sentarse, libre de todo prejuicio y mirando, como se diseñó en una época porque después del apagón de 1992 vino todo un proceso de diseño, llegó un plan energético que fue creciendo y creo que nuevamente Colombia debe sentarse a trazar un plan energético de verdad que trató se resolverse con estas subastas que se hicieron de energías no convencionales renovables, pero la realidad está mostrando que eso tiene grandes dificultades y el ritmo, insisto, es mucho más lento de lo que se pensaba, vuelvo y le digo, una cosa es el riesgo inminente y otra el inmanente, es decir el uno es el apuro que tenemos en la coyuntura y otro muy diferente por el desbalance entre oferta y demanda”, aseveró Suárez Montoya.
A Colombia se le envejeció hasta su parque eléctrico, algo que evidentemente sucedió, pero la verdad es que se necesitan más soluciones, entre ellas térmicas a carbón, diésel y gas, pero además otros componentes, el reactor nuclear para generar como en los Ángeles el cual se ve desde la bahía y trabaja con toda la eficiencia, lo propio pasa en París y otras ciudades vanguardistas.
A juicio de Aurelio Suárez, el país debe contar con expertos de verdad, conocedores que se sienten a diseñar todo un plan para poder repensar todo el sistema, no solamente en generación sino en transmisión porque de nada sirve generar si no hay manera transmitir.
Por estos días empezó a llover y al parecer el país podrá superar sus vicisitudes hídricas y energéticas, podría pensarse que a la Ministra le sonó el beato llamado el asunto es que deben hacerse los ajustes, es urgente optimizar el sistema energético porque por más que se nombre ministro de Minas y Energía a San Isidro Labrador, el problema puede volver con mayor fuerza pues no hay rezo que valga.
La apremiante situación debe verse como una oportunidad para aprovechar a los mejores planificadores del sistema eléctrico colombiano porque indudablemente hay que repensar absolutamente todo y en esa misma tarea, proyectar futuro. Ahora que se está hablando tanto del papel del Estado es bueno que el gobierno lidere esa iniciativa y la recomposición del sector eléctrico nacional si no hay una iniciativa suficiente.
Precisó que también hay que ver que en el sector se está hablando de inversiones que se han contagiado del dinero fácil, todo un lío porque si hay capitalización, con unos precios que siempre están en ascenso, entonces con eso es fácil buscar un retorno alto de la inversión con un marcado espíritu de retorno rápido y cómodo que en este tipo de proyectos no lo es tanto.
Al hacer su análisis manifestó que hay demasiadas cosas para mirar y así diseñar un plan, por ejemplo hay que identificar si hay sitios apropiados para poder hacer hidroeléctricas, estudiar y definir de qué manera se puede aumentar el parque de termoeléctricas si es necesario, eso no se descarta porque en energía eléctrica hay que detallar cual es la perspectiva cierta de la generación eólica.
“Me acuerdo que hace unos ocho meses hable con el director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, Rodrigo Elías Negrete Montes, le pregunté cuántos proyectos de la Guajira tienen licencia ambiental y me contestó que entre cinco o seis, digamos que me haya hecho una broma, que sean 12, nada frente a más de 50 proyectos. Hay que llamar a gente con todo el conocimiento, como el mismo Amylkar Acosta y otras personas cargadas de conocimiento, que entiendan el asunto y digan que potencial hídrico hay para poderle sacar el máximo de provecho y de qué manera se puede desatascar ese tema eólico y solar, pero explorar de igual manera otro tipo de respaldo, una salida hoy en tanto se conforman los sistemas que generen a futuro, pero como le digo una contingencia mientras están las soluciones del mañana. Algo más complejo que amerita un vistazo juicioso”, dijo el reconocido analista económico.
Suarez Montoya propuso para la reingeniería que pide el sector eléctrico una comisión de sabios que le proponga un plan al país y allí el Estado puede jugar un papel determinante a la hora de liderar, de encabezar y promover un proyecto estratégico. No vio con malos ojos que a la iniciativa se sumen actores privados si así lo quieren. ISA por ejemplo es transmisión, es una empresa de Ecopetrol y allí es fácil pensar, según el experto, que ISA se puede diversificar un poco en generación pues están pensando en volver la empresa más de energías limpias como se quiere con Ecopetrol, sin tener en cuenta la dificultad que eso tiene.
Todo este tema hará parte del libro “Transición energética, necesidad negocio y utopía” que presentará este fin de semana Aurelio Suárez Montoya en donde dice que la dicha metamorfosis es necesaria, pero aclara que se volvió un negocio haciéndola utópica en el sentido de que no es posible reemplazarlo todo, pues aún hay combustibles fósiles y derivados del petróleo que no se sustituyen fácilmente con energías no convencionales renovables.
Expuso que en materia energética el país se cansó de tanta charlatanería pues el tema es planificar y darle a la generación eléctrica un manejo apropiado, convertirlo en una política de Estado. El entendido agregó que si el presidente Gustavo Petro le quiere hacer una contribución al país en materia eléctrica, debe delegar y darle todas las herramientas a un plan decenal energético que como se dijo debe ser una política de Estado mas no de gobierno para que el mandato que llegue, la siga y sea constante y persistente en eso. El asunto, acotó, no se arregla llevándoles carro-tanques a las comunidades de la Guajira para que deje hacer los parques eólicos, el tema así no es serio, apuntó, si se tiene en cuenta que se trata de una estructura eléctrica muy grande.
“Hay que aprender de los países y por ejemplo las leyes norteamericanas son dadivosas con quienes invierten en infraestructura, específicamente en ese frente porque los activos de cualquier sector se van envejeciendo, se van volviendo antiguas y debe haber en consecuencia, planes, presupuestos y leyes que vayan en se sentido, en avanzar con nuevas propuestas de desarrollo. Aquí hubo una Ley eléctrica en 1994 y nadie volvió siquiera a sugerir mirarla o revisarla para ver por donde se le mete la mano para mejorar el marco y avanzar en más cosas”,
Parte de la dificultad de hoy es la no colaboración entre países ni entre grupos o estructuras económicas porque todos, dijo Suárez Montoya, están viendo quien controla las minas para los nuevos minerales, quien manejará los nuevos mercados, quien se hace al litio, al hidrógeno verde y toda una rapiña por esas fuentes mas no una actitud de colaboración mundial para poder entre todos sacar adelante la casa, eso es en parte concluyó el experto, uno de los grandes obstáculos que tiene la transición energética haciendo que irremediablemente sea una utopía.
Otro asunto a considerar es el agua que no solamente se agota y hace pensar hasta en una guerra por obtenerla, pero Aurelio Suárez dijo que en algunos territorios de Estados Unidos el agua se ha vuelto un commoditie, algo grave porque están vendiendo bolsas en donde comprometen reservorios de agua como si fueran café, maíz, cacao, petróleo o cualquier producto básico, ya el negocio está inscrito en bolsa como materia prima, con un valor a futuro o nocional.
De toda el agua que hay en el planeta, informó Suárez, la humanidad tan solo utiliza el cinco por ciento del preciado líquido.