Domingo, 01 Septiembre 2024 06:15

Andeg: La Niña vendrá con algunos síntomas de debilidad

Por
Andeg: La Niña vendrá con algunos síntomas de debilidad Imagen-de-Vilius-Kukanauskas-en-Pixabay

El país ha tenido que generar un poco más de energía con el sistema térmico, algo cercano al 20 o el 25 por ciento del total que consume el país. Vienen tiempos no muy tranquilizantes.

La gente dice en las calles que el clima está loco, el país por lo menos dejó de lado algunas temporadas puntuales como el verano de mitad de año y el de inicios de año en enero que se alargaba hasta marzo, los agricultores no saben si se cumplirá con abril lluvias mil y la temporada de aguaceros comunes entre octubre y mediados de diciembre, hoy no hay certeza de absolutamente nada.

Este comportamiento atmosférico tiene a muchos penando, de hecho, la serie de aguaceros que se dieron casi por espacio de tres años afectó vías, acabó vidas y destruyó la agricultura, el invierno acabó y se vino un fenómeno de El Niño que acabó con el café, impactó el nivel de los embalses y conminó a las autoridades a implantar un racionamiento de agua en Bogotá que inició el pasado 11 de abril.

El tema no ha sido fácil, por fortuna las contingencias adoptadas al amparo del apagón de 1992 blindaron el sistema y con la entrada de las termoeléctricas, el país dejó su total dependencia de la generación hidráulica. Mucho ha pasado a través del tiempo, las inversiones se hicieron y se sacó provecho del cargo por capacidad para robustecer la estructura eléctrica de Colombia, una medida que la Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG, creó en 1996 para que entrara a regir en 1997.

 

 

Amén de todo lo hecho el clima sigue desafiante, los sistemas de generación eléctrica están llamados a robustecerse porque en la eventualidad de un verano demasiado prolongado, serán los sistemas alternativos los que tendrán que responder, sistemas que deben adicionarse cuanto antes a la oferta energética del país lo cual demanda inversiones y verdaderas reglas del juego ya que los capitalistas quieren inyectar capital en las soluciones eléctricas, pero piden seguridad jurídica puesto que a la fecha es más la incertidumbre que reina, factor que resulta un palo en la rueda para el desarrollo del sector eléctrico, tan urgido de nuevos y más versátiles complementos.

Prácticamente la atmósfera se ha visto expuesta a las emisiones, este tema no es exclusivo de la revolución industrial, del movimiento de máquinas a vapor o la era del petróleo, no, el calentamiento global puede decirse es un asunto de toda la vida.

Los expertos dicen que el fenómeno de “el Niño” es un evento atmosférico que se produce en tiempos determinados como respuesta al calentamiento del océano Pacífico, impactando con todo tipo de secuelas el norte de la región Pacífica, la región Andina y los países del Caribe. No se trata de nada nuevo en vista que algunos dicen que esta manifestación del clima se viene dando desde hace 47.000 años, aunque muy seguramente puede ser de mucho antes pues si el estiércol de las vacas produce metano, qué decir de las miles de toneladas por día producto de la digestión de mamuts, bisontes y mastodontes.

 

 

Es tan de vieja data el asunto climático que inclusive el gran imperio Romano colapsó por los cambios bruscos de temperatura, Roma que gobernó no solo dentro de sus límites, sino que extendió sus dominios por el Mediterráneo y el Norte de África disfrutando de un clima llevable y permanente que empezó en 250 antes de Cristo hasta el 450 d-C, el conocido Periodo Cálido Romano, una dicha que cambió desde el año 167 cuando el emperador era Marco Aurelio.

Los planetas se unieron, Roma padeció la Plaga de Galeno, una epidemia de viruela que cobró cinco millones de vidas humanas, la situación fue aprovechada por las naciones germánicas que invadieron de inmediato provocando con el nuevo escenario un cambio en las condiciones ambientales que inició en el siglo II. Desde ese momento el clima fue inestable y la agricultura sufrió las consecuencias un asunto que se replicó en Eurasia, haciendo que los pueblos de las estepas migraran al occidente.

Los líos no acabaron, las temperaturas bajas se agudizaron y para colmo de males en el siglo IV el Imperio Romano es atacado por los hunos, pero asimismo por otros ejércitos con armamento más avanzado. En el año 479 la historia le puso punto final al Imperio Romano de occidente.

 

 

En el siglo VI bajo la orientación del emperador Justiniano se reporta otro episodio que obnubila el deseo de recuperar el terreno perdido, en la primavera del año 536 tras su éxito en el norte de África, camino a casa se encontró un fenómeno que ya era preocupación en el mundo oriental, así como occidental, el cronista bizantino Procorio de Cesarea habló de un sol con luz sin brillo, semejaba una luna, evento que sirvió de preámbulo para el invierno interminable, ese que se prolongó por espacio de 18 meses.

Con ese fenómeno que hizo descender las temperaturas en el hemisferio norte vinieron guerras, enfermedades y hambrunas, un enfriamiento súbito que fue causa de investigación. Tras hacer pesquisas en el hielo, en las burbujas y en los casquetes de hielo, los científicos de las universidades de Harvard y Main revelaron que la causa del fenómeno fue una tremenda erupción volcánica en Islandia. Lo cierto es que, entre sequía, hambre y otros males apareció como una estaca la plaga de Justiniano que se llevó 10.000 vidas por día, un hecho registrado en 541, los brotes no pararon y por eso en la época se produjo la aniquilación del 25 por ciento de la población, una tragedia que acabó y llevó a la desaparición a lo poco que quedaba del memorable imperio.

Esta referencia es esencial si se tiene en cuenta que el clima es y seguirá siendo el gran protagonista del universo, un punto que invita a la reflexión y a tomar medidas para evitar que nuevos sucesos se presenten por el simple hecho de no haber hecho nada.

 

 

En charla con Diariolaeconomia.com, el presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas generadoras, ANDEG, Alejandro Castañeda Cuervo aseguró que tras el final de la extensa sequía que llevó a racionar el agua en Bogotá y poner en dificultades la economía regional, se esperaba un segundo semestre con unas lluvias mucho más intensas, de hecho, recordó, las agencias internacionales hablaron de un fenómeno de la Niña relativamente fuerte algo que hasta el momento no se ha materializado a tal punto que los expertos y centros de estudios atmosféricos han dicho que de llegar a darse una Niña sería muy suave tanto así que los estudios apuntan que hacia los meses de octubre, noviembre y diciembre, el país volvería a condiciones neutras, ya sin el fenómeno de la Niña sino en escenarios normales.

En este momento, apuntó el directivo, evaluando los aportes de lluvias y aguas que han llegado a los embalses de energía, puede decirse que está cayendo en promedio el 55 por ciento casi el 60 por ciento al cierre del mes de lo que históricamente llega de agua a los embalses en el mes de agosto, luego sí, hay un 40 por ciento por debajo del registro esperado en condiciones normales.

En consecuencia, explicó el presidente Ejecutivo de Andeg, el país ha tenido que generar un poco más de energía con el sistema térmico, algo cercano al 20 o el 25 por ciento del total que consume el país para aguantar los embalses e impedir que se vuelvan a disminuir y por esa vía lograr una recuperación necesaria para enfrentar el verano que arranca en el mes de diciembre y el primer trimestre del siguiente año.

Si bien el panorama sigue siendo retador, Castañeda Cuervo manifestó que en medio de las complejidades climáticas para eso está la generación térmica hecha con el fin de ayudarles a los embalses a recuperarse cuando no cae el agua suficiente y garantizando disponibilidad eléctrica cuando se requiera.

 

 

El dirigente gremial expresó que los precios del diésel siendo altos, no alcanzan a afectar la generación térmica de electricidad porque afortunadamente con ese derivado del petróleo es muy poco lo que se produce, un tema que pasa a un plano inferior con la planta de regasificación de Cartagena con la cual se logra abastecer gran parte del parque térmico que utiliza gas. Aclaró que en el fenómeno de El Niño solamente se utilizaron combustibles líquidos esporádicamente, en promedio el uno por ciento del total que fue energía para exportar a Ecuador más no para el consumo interno.

 

“Es bueno tener en cuenta que tenemos buena disponibilidad de gas, pero solamente por la planta de regasificación no por que tengamos gas nacional sino porque estamos importando el gas requerido para las plantas térmicas”, precisó el señor Castañeda Cuervo.

 

El sistema necesita más aportes

A criterio del presidente Ejecutivo de Andeg, teniendo en cuenta que hay un sistema eléctrico fuerte y confiable que le sigue respondiendo a la demanda, habría que hacer ajustes ya que se prevé que entre el año 2027 y 2028 con lo que se tiene y las soluciones que llegarían, es decir energías renovables, solares, y algo eólicas ya no alcanzaría para abastecer un mercado que crece día a día, situación que hace pensar en una nueva capacidad de generación ojalá con fuentes térmicas e hidráulicas, que permitan obtener energía firme para garantizarle con ello al país generación y suministro en todo momento y especialmente en los momentos más secos, un gran reto que existe como sector en donde la CREG podría conjurar la petición con una subasta de cargo por confiabilidad para poder adicionar unos 1.500 megavatios nuevos de energía.

 

 

Los 1.500 megavatios adicionales podrían ser muy llamativos para la inversión extranjera o nacional, pero hay un momento complexo y por ello el gobierno tiene que enviar señales o mensajes coherentes y de tranquilidad porque si se dice de manera recurrente que se sacarán las plantas térmicas del sistema, seguramente nadie meterá un solo peso en nuevas plantas de generación térmica, luego los recados deben ser consecuentes por cuanto las plantas de generación térmica se necesitan y se seguirán necesitando inclusive con la entrada de energías renovables para poderle brindar estabilidad al sistema.

Lo bueno de Colombia, destacó Castañeda Cuervo, es que ha entendido que tiene una complementariedad que debe mantenerse hacia adelante para que el sistema eléctrico siga funcionando.

Con las necesidades de inversión así como de erigir nuevas soluciones energéticas, hay obligaciones complementarias como el aporte ciudadano a través del ahorro y el cuidado de ríos, cañadas y quebradas, de igual manera ANDEG dice que debe haber un uso racional de la energía que si bien puede ser complicado por climas extremos, lo cierto es que los aparatos de refrigeración, enfriamiento, aire acondicionado deben manejarse de forma consciente como debe pasar con bombillos y otros elementos de los hogares.

La situación no es fácil, en Bogotá el problema sigue peliagudo y de aquí a los próximos años, 2028, 2029 o 2030, la situación puede ser más difícil por los cambios en el clima y la severidad atmosférica año tras año, algo que corrobora que el país debe prepararse, aumentar la capacidad de generación y hacer ajustes para que los Niños que vengan en adelante no cojan al país fuera de base, sin la energía suficiente y sin manera de responderles a los usuarios, no, la idea es tener el fluido eléctrico de manera permanente, 24 horas al día, siete días a la semana.

 

 

Para lograr la tranquilidad eléctrica, recalcó Alejandro Castañeda Cuervo, hay que hacer la tarea y tener a manera de común denominador la tranquilidad en generación para tener un país encendido, feliz y productivo.

El presidente Ejecutivo de ANDEG, Alejandro Castañeda Cuervo no es pesimista en lo que tiene que ver con inversión en el sector eléctrico, pero no escondió que actualmente hay cierta cautela y defendió el cargo por confiabilidad que es en su opinión un buen mecanismo que se tiene para sosiego de los inversionistas, pero subrayó que los actores siguen circunspectos a la espera de cómo vienen las condiciones y en qué términos se hará la subasta de cargo por confiabilidad, pero igual cómo lo presentará la Comisión de Regulación para empezar a hacer los análisis y mirar si se da el tema sobre el entendido que debe haber un mensaje de tranquilidad por parte del gobierno.

Actualmente Colombia tiene un parque de generación con treinta plantas térmicas aproximadamente y entre 20 y 25 hidráulicas, hablando de las grandes o despachadas centralmente.

 

“Si bien hay necesidades y requerimientos a futuro, el país tiene potencial en agua, viento y sol, pero también en carbón y gas, pero la idea en materia eléctrica es seguir haciendo de todo un poco, actuar con tozudes”, concluyó el economista de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá con maestría en economía en la prestigiosa alma mater Jesuita, igual con maestría en ingeniería financiera en la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

Visto 2490 veces