A raíz de una depreciación abrupta del peso argentino, una intensa inestabilidad macroeconómica a lo largo del año "ha debilitado dramáticamente las perspectivas de crecimiento en el corto plazo", observó Fitch.
El producto interno bruto de este país austral se reducirá 2,7% en 2018 y 1,7% en 2019, según la agencia de calificación crediticia. Este escenario responde a "un colapso en la confianza y una erosión en los ingresos reales a medida que la inflación se ha disparado", indicó.
Además, el Gobierno de Mauricio Macri reacciona con un "endurecimiento más agresivo" de la política fiscal y monetaria a cuenta del programa renegociado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el mes pasado, observó Fitch.
La calificadora de riesgo situó la inflación de este año en el 47% y en el 27,5% para 2019.
Dudas sobre la economía
La inversión privada que se mantendrá "cautelosa" debido a la incertidumbre política y macroeconómica, según Fitch.
La agencia considera que las necesidades de financiamiento del país austral, que en 2019 serán de 39.000 millones de dólares, podrán atenderse con el desembolso por parte del FMI de 23.000 millones de dólares, a los que se suman préstamos de otros organismos y un traspaso de préstamos del sector público.
El déficit en cuenta corriente caerá del 6,5 al 4,5% del PIB este año, y al 2,1% en 2019, pronosticó Fitch, pero la situación fiscal de Argentina se plantea dudosa, alertó.
"El acceso al mercado externo volverá a ser importante a partir de 2020, a medida que concluyan los desembolsos programados del FMI", indica el comunicado.
En suma, "la calificación 'B' de Argentina refleja la alta inflación y la volatilidad económica que han persistido pese a los esfuerzos por ajustar las políticas en los últimos años, una débil posición de liquidez externa y una pesada carga de deuda soberana muy dolarizada", concluyó la agencia.
El peso se depreció en agosto un 25,4% y al mes siguiente otro 11%, en un contexto de una recesión de la economía y de una inflación que en los últimos doce meses superó el 40%.
El FMI podría acabar con la economía de Argentina y provocar un 'efecto dominó' en la región.