Ucrania, un enorme país de Europa del Este vive momentos de angustia tras los enfrentamientos con la Federación Rusa. El espectacular sitio erigido durante siglos a orillas del mar Negro y protegido naturalmente por montañas boscosas, atiborradas de diversos árboles, empezó a escribir su historia en el año 882 cuando fue instituida la Rus de Kiev, un territorio que paulatinamente afianzó economía, cultura y poder militar por las heterogéneas sociedades tribales, una base eslava en oriente en donde predominaron los rutenos.
Hay que decir que la Rus Kiev llegó a ser el estado más poderoso y con mayor tamaño en Europa, tuvo como capital a Kiev, una urbe muy extensa y la de mayor población en su momento. Los historiadores dicen que los detalles de la Rus Kiev no son más generosos, debido al infortunado paso de los mongoles que invadieron el país en 1256 devastándolo y haciéndolo añicos.
Actualmente el miedo se apodera de Ucrania y de su capital Kiev, en donde se teme por la integridad de la población a causa de los bombardeos que amenazan un patrimonio histórico, el cual cuenta con la catedral de Santa Sofía, la bella construcción de cúpulas doradas en donde reposan obras de arte y frescos del siglo XI.
En la parte alta, en donde se comparte vecindario con el rio Dniéper, se erige el Monasterio de las Cuevas de Kiev, un lugar destinado a la peregrinación cristiana en donde abundan las reliquias expresadas en tumbas escitas, registros añejos de las culturas euroasiáticas nómadas con raigambre iranio, así como unas catacumbas o grutas de monjes ortodoxos momificados.
La República Socialista de Ucrania, RSS, fue uno de los países fundadores de la Unión Soviética, luego de rubricar el Tratado de Creación de la URSS, un periodo oscuro para este país, ya que hubo las llamadas limpiezas étnicas que le pudieron costar la vida a cuatro o doce millones de ucranianos tal y como quedó sentado con el Holodomor o genocidio de 1933, hecho que borró de paso el idioma de la nación eslava.
Reconocida por combatir y repeler la invasión nazi, la RSS de Ucrania fue uno de los miembros fundadores de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
Es de anotar que Ucrania logró su independencia el 24 de agosto de 1991 con la disolución de la Unión Soviética en aquel diciembre. Ucrania ha mostrado oficio, su economía es boyante, la cual se ha basado en un potencial agrícola, minero e industrial, su moneda, el grivna, sigue en plena vigencia, potenciada por un Banco Central que ha hecho la tarea apalancando la estabilidad y solidez económica en diversas actividades productivas, las que parten desde el sector primario.
Ucrania un importante proveedor de materias primas, es fabricante de vehículos y naves espaciales. El país exportó aviones Antónov y camiones KPa3, industria que intenta superar los problemas tras el frenazo en los despachos desde 2015. Los productos ucranianos tienen como destino la Unión Europea y sostienen la Agencia Espacial Estatal de Ucrania, AEEU.
Los ucranianos han lanzado sus propios satélites y mantienen liderazgo en la producción de misiles y tecnología destinada a este tipo de equipos bélicos.
Los tiempos han vuelto a ser complejos, Rusia sigue avanzando en la toma de Ucrania y el mundo por esa condición de globalización ya siente pasos de animal grande, sin duda a la crisis logística y la devaluación, se suma una mayor escasez y la consecuente carestía, por cuanto hay en conflicto dos países de manera directa y uno adicional, Bielorrusia, otro jugador importante en hidrocarburos, sin dejar de lado que Europa y el resto del mundo experimentarán serios líos de abastecimiento.

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el analista económico Aurelio Suárez Montoya, aseguró que hay de por medio dos hechos, en primer lugar, los efectos que se tienen por cualquier conflicto bélico, pero igual unos impactos combinados con la situación que está viviendo el mundo en materia de precios, productos básicos y logística.
“Vamos a partir de un hecho y es que tanto Ucrania y sobre todo Rusia, juegan papeles muy importantes en los mercados globales, el uno en productos agrícolas y el otro en bienes muy básicos. Ucrania es el quinto exportador de trigo en el mundo, vende a clientes externos más del 50 por ciento del girasol y su principal derivado, el aceite, también es transcendental en áreas productivas como el maíz y otros países agrícolas. Los ucranianos exportan metales, oro, así como maquinaria, y el hecho que de que haya una restricción que evidentemente impone el conflicto, impactará seriamente en los precios, pero agravado con algo, no solamente con la crisis logística y de cotizaciones internacionales, sino que esto se vuelve un motivo para forzar especulación en los mercados de futuros de estas materias primas”, expuso el señor Suárez Montoya.
En opinión del conocedor, el impacto se puede sentir actualmente, pero será mucho más visible en el mediano plazo, es decir, en tres o seis meses cuando los precios de los productos básicos experimenten un espiral alcista muy importante.
Dijo que, al no ser una isla, Colombia no estará por fuera de las consecuencias, porque los inconvenientes geopolíticos suelen golpear las economías a nivel mundial, más cuando se trata de un país casi neto en importaciones, especialmente de granos, cereales y productos básicos, un hecho complicado porque redundará en mayores precios y elevados costos en la producción.
Suárez Montoya aclaró que Rusia, por su parte, tiene una preeminencia en el mercado petrolero, una situación apremiante, puesto que si la Organización Internacional de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, no abre el grifo, el asunto llevará a precios por encima de 100 dólares el barril, tal y como se observó en las cotizaciones del jueves anterior, día en que Rusia hizo las primeras incursiones bélicas.
Otro elemento por considerar expuso el analista, es que Rusia juega un papel muy importante en la provisión de los fosfatos, nitrógeno y potasio para la elaboración de los fertilizantes, tema de grueso calibre ya que ese aspecto angostará aún más el margen de comercialización de esos productos necesarios en la agricultura, labor que demanda un alto consumo de abonos.
Todo el entorno tiene algo demasiado sustancial, explicó Aurelio Suárez, porque no solamente se está hablando de unos precios que vayan a aumentar porque la demanda es superior a la oferta, no, el asunto es que se aborda ese hecho, pero de factores que se refuerzan unos con otros, suscitando un efecto combinado en la inflación y elevación de precios.
Aunque pareciera que la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, no fuese a atacar objetivos rusos o a intervenir en el diferendo, si hay que tener en cuenta, apuntó Suárez, que enfrentamientos como el reportado entre Ucrania y Rusia, son guerras que comienzan, con la particularidad que nadie sabe cómo terminan.
“Yo pienso que Europa y Estados Unidos tendrán que ser muy claros en desistir en ese intento de vincular a Ucrania a la OTAN, igual, Vladimir Putin, tiene que saber que el asunto debe resolverse por la vía diplomática, entendiendo todos los conflictos que ya tienen los rusos atravesados en el territorio, debe tener claro que hay religiones, culturas y zonas que son claramente rusas y que están ubicadas en Ucrania, un conflicto de varias décadas que debe resolverse en favor de la paz y del bienestar de las gentes que allí habitan”, comentó el destacado investigador.
El relicario de sanciones que emitió la Unión Europea y Estados Unidos contra Rusia, explicó el experto, llevará a que muchos negocios se enturbien por cuanto habrá un frenazo a las exportaciones que muchos países hacen al territorio de los zares, entre ellos Colombia con la carne, café tostado, banano y cacao.
Las exportaciones de Ucrania a Colombia que pasaron de 37,4 millones de dólares en 2020 a 232, 8 millones de dólares aproximadamente en 2021, igual estarían afectadas. De ese país llega acero, agroquímicos, abonos y maquinaria destinada al campo.
Para Suárez, la caída de las ventas a Rusia podría impactar la balanza comercial si Colombia decide alinearse con la posición norteamericana y europea, una situación que llevará al país a aplicar restricciones comerciales en desmedro de los negocios hechos con la Federación Rusa.
“Vamos para unos efectos diversos, tanto en flujos de comercio en los dos sentidos, pero cuando sumemos los impactos de esos tráficos mercantiles, va a afectarnos mucho más lo que traemos que aquello que sacamos, todo un golpe a la economía medido desde la balanza comercial con un país que como Rusia empieza a ver con mayor interés los productos colombianos”, señaló el analista.
Aparte de las sanciones, dijo Aurelio Suárez, está la actividad militar y por lo visto, no habrá una presencia física con tropas en territorio ruso, entre otras cosas porque la historia enseña que quienes se meten en esas latitudes, no les va bien, un tema que incluye a Hitler y al mismo Napoleón.
Una guerra hoy por hoy se tendría que desarrollar en territorio ruso, afirmó, lo cual pone a cualquiera en desventaja, ya que no es fácil mover ejércitos en zonas inhóspitas, frías, complejas y demasiado duras para tropas ajenas.
Ucrania, un pueblo marcado por las tiranías y la tragedia
También en plática con Diariolaeconomia.com, el ex embajador de Colombia en India y otras regiones asiáticas, Juan Alfredo Pinto Saavedra, lamentó profundamente lo que acontece en Ucrania y en el planeta por cuanto la humanidad llevaba 70 años sin enfrentar un conflicto de grandes poderes, desde que se presentara un hecho como el actual.
Aseveró que el derecho internacional señala que hay tres elementos que podrían justificar la presencia de un ejército extraño en un país, primero que exista un tratado entre dos naciones de asistencia recíproca o de defensa militar, en este caso, puntualmente Ucrania, esa condición no existe, el segundo ítem sería que hubiese una resolución del sistema de Naciones Unidas que autorizara el ingreso de soldados y equipo a un determinado territorio, eso para Ucrania tampoco existe y el tercero sería un ataque marcial como consecuencia de una ofensiva previa de un país en posición beligerante, eso tampoco existe, ya que los arsenales nucleares ucranianos fueron desmontados y en general no hay justificación para una agresión, por lo cual se trata de una invasión execrable que está costando muchos muertos, heridos y la partida de más de 100.000 personas que buscan refugio en Polonia, Eslovaquia y otros destinos de auxilio en la región.
“Económicamente tenemos que preguntarnos, ¿por qué tanto interés en donde existen asuntos culturales y fundacionales, por ejemplo, de Kiev para los rusos?, sí hay algo de eso, pero también hay un interés económico evidente. Estamos hablando de un país que ha sido la despensa de toda esa región del este de Europa. Ucrania es un país extraordinariamente fértil, produce trigo en altas proporciones, también el 60 por ciento de aceite de girasol del mundo y cosechan prácticamente toda suerte de vegetales de estación de muy buena calidad, es un jugador fuerte en los otros cereales, en síntesis, es un gran proveedor y otrora la despensa de la Unión Soviética, inclusive padeció hambre y muerte cuando Iósif Stalin, declaró que ya era hora de pasar del socialismo al comunismo y extinguió la propiedad rural campesina, por supuesto los labriegos dejaron de sembrar y eso coincidió con una gran sequía con terribles saldos entre 1931 y 1932 que llevó a una hambruna que cegó, según historiadores entre cuatro y cinco millones de vidas, fueron tiempos de tragedia, Ucrania ha sufrido las tiranías en todas las modalidades, un contexto lóbrego para un pueblo de gentes buenas”, apuntó el señor Pinto Saavedra.
En su análisis el escritor y ex presidente de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, Acopi, las consecuencias económicas van a ser muy fuertes también en otros planos y latitudes, haciendo la precisión que Colombia no depende mucho de Ucrania, sin embargo, sí de Bielorrusia, país de donde se importan fertilizantes y otras materias primas que igual despacha Rusia. No obstante, indicó Pinto, Ucrania es un productor importante de Urea y de otros fertilizantes.
Por tal razón, sentenció Pinto, habrá una desestabilización de distintos precios sobre bienes representados en materia prima o insumos fundamentales de agricultura, con impacto en agroindustria y aún de producción manufacturera, luego el analista prevé que vendrá un efecto adicional, ello sin dejar de lado que el mundo europeo quedará con una cuota de refugiados y desplazados mayor aún que a la fecha es imposible calcular porque los fenómenos demandan tiempo.
Pinto confió en que Europa Occidental no adquiera el boleto de responder militarmente a nivel continental, lo cual sería grave para el mundo, pero manifestó que se espera, no de forma inmediata, que las decisiones de sanción económica que hayan acordado, no solo los Estados Unidos, sino el conjunto de países de la Unión Europea, muestren su impacto.
Agregó que no se puede descartar que Rusia también sufra las posibilidades de una recesión al perder mercados, opciones y relaciones económicas, pero enfatizó que Europa no quiere confrontar militarmente a un país que le provee el 40 por ciento del gas necesario para mantener hogares, industrias, urbes y campos.
“La situación es difícil, muy dolorosa, ya sabíamos que el siglo XXI no daba trazas de ser un periodo pacífico, pero esperábamos que la guerra tuviera unas batallas posibles de resolver en el campo diplomático y no de una manera en la que se combina la tecnología con la violencia tradicional, ahora con más capacidad destructiva, de manera avasallante y repito, muy dolorosa”, dijo el destacado autor.
Con una pandemia aún vigorosa, la crisis global logística haciendo de las suyas, una inflación que campea, la amenaza de guerra y una incertidumbre atroz, puede decirse sin exageración alguna que los planetas se alinearon como muestra de dificultad, malos tiempos y básicamente enormes desafíos porque con esa mixtura colapsa cualquier expectativa de recuperación económica.
El término que se ubica de manera indeseable en los indicadores y expectativas empresariales, financieras y agrarias, es incertidumbre, a tal punto que ya las bolsas dejan ver saldos en rojo, una alarma general porque los precarios balances atomizan empleo, destruyen perspectivas y doblegan sociedades.
Hoy posiblemente hay metales que cobran más valor como activos de reserva, pero con cargo a unas inversiones que efectivamente se resienten, el comercio, vaticinó el analista, cambiará en vista de que si estaba rota la cadena de suministros por el problema de contenedores y por ese desbalance manufacturero que ha introducido China en el mundo, ahora hay que decir que además los corredores económicos que estaban reagrupando circuitos parciales y no unilineales en las cadenas de valor, van a sufrir un nuevo impacto porque este conflicto tiene implicaciones para Europa, Norteamérica y por su puesto para el propio mundo asiático.
“Vamos a tener factores de costo, yo no veo que el año pueda liquidar mejores resultados, ya se sabía que el 2021 fue un periodo de repunte para situarnos apenas ligeramente por encima de lo que tuvimos en 2019. Si esta vigencia en la que era más lenta la consolidación ya no tiene este pronóstico, pues hay que decir que los impactos en el crecimiento de las economías, no van a ser de la magnitud deseable y ahí seguramente también América Latina va sufrir como consecuencia de un menor crecimiento relativo en el 2022 frente al 2021, todo lo anterior tiene además unas derivaciones severas para la producción agraria en el globo y creo que la expectativa de precios internacionales también va a tener afectación”, aseveró.
Pinto Saavedra quien hizo un balance de la pandemia entre riqueza y pobreza mostró que la enfermedad en su ciclo álgido hace que las diez personas más ricas del mundo hayan multiplicado su fortuna, su capital, 1.5 veces, hasta llevarla a más de tres trillones de dólares, entre tanto, mientras los ricos se hicieron notablemente más opulentos con incrementos del 30, 40 y hasta 50 por ciento en la magnitud de sus caudales, 163 millones de personas ingresaron preocupantemente por debajo de la línea de pobreza, lo que vale decir que el mundo perdió cuatro años de tiempo histórico con el Covid-19 en términos de superación del hambre, de la pobreza extrema e inclusión, una variable que puede deteriorarse con la incertidumbre que generan los ruidos de guerra.
El conocedor añadió que si ese es el escenario y el balance liquidado en la pandemia con unas tendencias terribles que se agudizan, la humanidad está ante un momento realmente sombrío. Con todo este entorno el mundo volvió a hablar de ese sustantivo tan temido, del hambre, las comidas incompletas, de la imposibilidad de cumplir con los mínimos para garantizar la calidad de vida, de desnutrición y el menor desarrollo infantil.
“No quiero ser ave agorera, pero el propio Bill Gates anunció que en perspectiva de mediano plazo aparecerán nuevas formas pandémicas que también traerán dificultades, luego estamos en un momento muy doloroso. En la historia se dan puntos de inflexión, de retrocesos como tal y pueden ir seguidos de instantes menos críticos, empero la sensación del mundo es de pesimismo. Hay unas actitudes complejas de explicar, por ejemplo Europa occidental intenta manejar con delicadeza la nueva alineación, buscando un poco de autonomismo, pero al mismo tiempo luce muy impotente frente a esta aventura militar violenta y allí uno dice que el mundo se ha quedado sin capacidad defensiva y no queda otra que abogar por que la diplomacia logre profundizar el esfuerzo en lo multilateral y en lo concreto, en lo regional y además para que las sanciones tengan un efecto contundente, al punto de que logren hacer retroceder y buscar un contexto en donde puedan fraguarse los acuerdos para superar este dificilísimo momento”, precisó Juan Alfredo Pinto.
Evocó líneas de su libro “La Adeiocracia produce hartazgo político”, en donde indica que más de 5.000 millones de seres humanos están gobernados por ocho hombres poderosos que tienen sesgos hacia la tiranía. Anotó que los países más poblados del mundo tienden a caer en la tentación de creer que la grandeza y la trascendencia se imponen con actitudes imperiales, de poderes concentrados en núcleos de decisión mínimos y aún en individuos. Algo muy grave.
Sobre ese aspecto, el analista concluyó que la democracia parece lucir poco fluida, obstructiva y floja distributivamente, lo que dibuja un cuadro en el cual toman como cuerpo esas valentías que muchos creyeron falsas y superadas. Insistió que las democracias quedaron perdiendo terreno en el dibujo estático de la historia.