El incentivo al almacenamiento, dinero que entrega el gobierno a la agroindustria arrocera con el objetivo de generar estabilidad en esta y normalizar los niveles de oferta nacional, incentivar la prolongación en esta actividad productiva así como fortalecer la competitividad, recibió total rechazo de la industria molinera que demostró que los agricultores son la parte baja de la cadena que menos debe ganar.
El presidente de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, Rafael Hernández Lozano, habló con Diariolaeconomia.com y manifestó su descontento por la posición de la industria la cual traerá en su opinión, unas implicaciones muy graves para el sector arrocero y para los agricultores toda vez que quedó demostrado que en el país está mal visto que los que siembran alimentos ganen plata y les vaya bien en tanto que lo único que se ve de maravilla es que los labriegos siembren a pérdida.
“No estamos de acuerdo con eso porque el arroz es un negocio como cualquiera en donde la gente invierte dinero y trabaja duro para ganar y obtener una justa rentabilidad y no para perder por el capricho de unos cuantos”, declaró el señor Hernández Lozano.
El dirigente gremial explicó que el gobierno tiene los fondos disponibles para el incentivo al almacenamiento, pero dijo que el mecanismo cambia ´porque el arroz que guarden los productores se pagará con instrumentos financieros a través de los repos sobre CDM y la venta bursátil de facturas con el fin de que el agricultor se financie mientras lleva su arroz a términos de blanco.
Según Hernández, esta figura ayuda a los arroceros grandes y pequeños, pero advirtió que ese agricultor no muy grande que no tiene suficiente musculo financiero puede salir perjudicado.
A criterio de Fedearroz, en este pulso dado en el Consejo Nacional Arrocero, la industria hizo lo que quiso lo cual es también el resultado de la gran concentración que hay en la comercialización del arroz que hoy está en pocas manos. Consideró que el monopolio o concentración Per se no es un delito, pero indicó que lo que no se puede tolerar es el abuso de dicha posición dominante.
Este tema que genera gran inquietud en los arroceros hizo pensar a los dirigentes de Fedearroz que si bien el cereal comprado a más bajo precio por parte de la industria no se traduce en menores precios, igual el control a la inflación no puede hacerse a costillas de los productores.
La situación es tan compleja, expresó, que con un panorama poco rentable habrá un sector de menos siembras a futuro con resultados deficitarios que a fuerza de oferta y demanda volverá a subir los precios lo cual es un círculo vicioso que se ha presentado en otros tiempos.
“Nosotros desafortunadamente no hemos contado con el apoyo de la industria para incrementar el uso del programa de Adopción Masiva de Tecnología, AMTEC, por falta de ese respaldo no hemos podido aumentar la gráfica de crecimiento del proyecto en mano de los agricultores para bajar los costos. La industria dice que no hemos hecho nada en investigación y si la hemos hecho, aseguran que no ha habido acción para bajar los costos y si hemos actuado en ese frente”, anotó el presidente de Fedearroz.
Agregó que desde hace dos o tres años la industria y los productores de arroz venían trabajando conjuntamente y remando para el mismo lado, pero lamentó que este año la molinería haya resuelto remar para otro lado con lo cual se rompe preocupantemente la unidad de la cadena.
Para el total del año los arroceros esperan recolectar unas tres millones de toneladas, de momento el ejecutivo ya tiene los 26 mil millones de pesos para remunerar el almacenamiento con una figura que se dará a conocer la próxima semana. En principio esos dineros los manejaría la Cartera Agropecuaria a través de la Bolsa Mercantil de Colombia con el procedimiento que mande la resolución, la cual será con precios en el arroz similares a los de 2016.
Una preocupación manifiesta por Fedearroz es que hubo costos de producción muy elevados por los costos en los agroinsumos como consecuencia de la devaluación y la formula de precios semejantes a los del año pasado para soportar de alguna manera el inconveniente económico tampoco fue del gusto de los industriales.
Al final de la jornada quedó un sabor agridulce porque si bien la industria dijo tajantemente no al almacenamiento, el gobierno llegó con el cheque lo que suavizara las cargas.
¿Gobierno débil o industria abusiva?
Al término del Consejo Superior del Arroz los productores quedaron con un desconcierto total en donde muchos perciben una desprotección del estado porque por lo visto en la tirante reunión, no hubo compromiso, dicen los arroceros, con los agricultores.
El productor, Libardo Cortés, señaló que una vez más queda demostrado que no hay política de estado para el sector agropecuario lo cual considera evidente con unos arroceros que quedaron a la deriva porque el ejecutivo no tiene mecanismos de presión ante la industria molinera para lograr que esta reaccione y fije un precio razonable para la absorción de la cosecha.
Una conclusión obvia, enfatizó, es que se notó un gobierno débil frente a una industria que prácticamente hace lo que le viene en gana lo que según el agricultor es un terrible precedente para otros sectores que ya no le creen al gobierno y para otros monopolios que pueden ejercer su presión en desmedro del sector primario ante un gobierno que al parecer es enclenque.
“Podríamos decir que estamos ante un gobierno endeble y una industria abusiva en lo que estamos de acuerdo muchos arroceros”, aseveró Libardo Cortés.
El arrocero dijo que con la medida que ofrece el ejecutivo se daría algo más de 28.000 pesos por tonelada los cuáles recibiría un productor por tener su cereal en almacenes generales de depósito para lo cual habría que estar inscrito en el programa que determine el gobierno.
Con esa figura, explicó, los arroceros podrían acceder a los papeles bursátiles o de repos que operan como una garantía para los bancos en el sentido que el agricultor tiene un producto de siembra en consignación con lo cual se facilitan los préstamos.
Afirmó que la garantía la daría la Bolsa Mercantil o el almacén general de depósito a través de una certificación que hace constar que hay cereales o arroz para este caso en la mencionada consignación.
“Estos repos nos sirven de garantía para acceder a unos créditos por medio de unos títulos y aquí la garantía es el producto lo cual es útil para poder pagar agrocomercio, facturas de fertilizantes y otros insumos para no tener esa premura de tener que pagar con la inmediatez del tener que vender YA porque el arroz puede durar hasta seis meses guardado al estar seco”, expuso Cortés.
Las reglas de juego son esperadas porque con la resolución se dará tranquilidad para guardar el excedente de la cosecha arrocera y para eso hay que socializar los montos y los métodos. La tranquilidad, anotó, es que ya el gobierno tiene la plata que llegó de una adición presupuestal entre otras cosas porque ninguna resolución puede rubricarse sin respaldo financiero porque estaría quebrantando la ley al comprometer recursos inexistentes,
“Como la ley no permite pagar de manera retrospectiva, es decir desde que arrancó la cosecha, pues sencillamente eso implica que quienes recolectamos desde el primero de julio hasta hoy no tenemos derecho a nada, tan solo lo que estaba pendiente de los 5.800 millones de pesos que prometió el Ministro Iragorri con vencimiento en junio 30. Aquí en el Tolima y en esta zona está pasando la cosecha y lo que se busca es que por almacenamiento se remunere el arroz a los precios del año pasado, pero con lo que salga a partir de la fecha y hasta diciembre 31”, dijo.
Hace un año la tonelada de arroz se pagó a 145.000 pesos para la zona del Saldaña en el Tolima que es el referente porque en el Meta y Casanare el precio es más bajo y la misma diferenciación se hace en los santanderes y en la Costa Norte.
Cabe precisar que los repos son operaciones de venta en donde existe un pacto de recompra y con las cuales un inversionista que requiere de liquidez entrega a otro capitalista, de manera temporal. la propiedad. Pueden ser bancos o personas naturales.
La figura es algo parecido a empeñar y en donde la garantía son los papeles que certifican la tenencia de activos representados en cosechas para este caso.
El año anterior el jefe de la cartera agropecuaria, Aurelio Iragorri Valencia indicó que el gobierno le apostaba a unas 500.000 toneladas de arroz aproximadamente y aclaró que con el incentivo se buscaban unos acuerdos que permitían a los productores tener un precio justo de referencia y a los molineros unas reglas de juego claras para que pudieran absorber esa cosecha.
La pregunta que muchos se hacen hoy es en donde quedó la renta y el impulso del programa Colombia Siembra.