Domingo, 30 Julio 2017 12:58

En asuntos de aftosa, las vacas no tienen color político: Fedegan

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El gremio ganadero le salió al paso a las afirmaciones que dan cuenta que los ganaderos uribistas fueron los que internaron el ganado contaminado con aftosa.

Los ganaderos colombianos dejaron claro que los brotes de fiebre aftosa que tiene aminorado y amenazado el hato nacional que está perdiendo 50.000 millones de pesos mensuales en promedio, son responsabilidad directa del gobierno nacional que bajó la guardia en vacunación y en todo lo concerniente con protección viral en donde no hubo prevención ni acción de manera contundente.

El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegan, José Félix Lafaurie Rivera, atendió a Diariolaeconomia.com y afirmó que la culpa de la aftosa no tiene explicación en el dolo del que hablan en los corrillos de todas las entidades sino en la negligencia que hubo en el ejecutivo, exactamente en el ministerio de Agricultura que utilizó el contrabando como cortina de humo.

En opinión del dirigente gremial el contrabando siempre ha existido y anotó que este flagelo  se padeció en el gobierno del Presidente Uribe y en el primer mandato del Presidente Santos. Dijo que el contrabando ha fluido con mayor fuerza desde 2004 cuando el entonces Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tomó la determinación de aplicar precios políticos a la canasta básica de alimentos y hacer con ello mucho más barato un animal en Venezuela que en Colombia lo cual sumado al diferencial cambiario que ha desquiciado la economía venezolana, incentivó la ilícita mercadería desde el vecino país.

“El asunto es delicado y va para largo, ojalá el país pueda trabajar de manera rigurosa y con más eficacia, pero la experiencia internacional indica que este es un problema de años”, aseveró el presidente de Fedegan.

Denunció que por precisión de algunos ganaderos, hubo casos en los que llegaron vacunas congeladas, que hubo problemas con la red de frío y que hubo también inconvenientes con la vacuna porque esta no llegó. En otros casos los encargados de vacunar no se hicieron presentes y por eso el país lleva dos campañas con unos procesos muy irregulares que deterioraron los ciclos de vacunación.

Sobre las acusaciones que señalan a un grupo de ganaderos uribistas o adversos al gobierno como los directos responsables de importar la enfermedad de manera inescrupulosa y dolosa, el vocero comentó que en principio las vacas no tienen color político pues hubo irresponsabilidad y corrupción al interior del gobierno en muchos casos en la manera como manejó determinados contratos del sector, puntualmente en el tema de vacunación lo cual redundo en un gran daño que los ganaderos tendrán que sufragar de manera directa y por supuesto con menor precio en el kilo del animal gordo.

Lo único cierto, apuntó el presidente de Fedegan, es que la ganadería está en crisis porque hay un problema paralelo con el tema de la leche con lo cual los ingresos totales del sector se verán afectados en este segundo semestre con un impacto social muy importante en las regiones que dependen de la actividad ganadera y de su dinámica.

“El ministro Iragorri va a dejar en una profunda crisis al sector ganadero del país por dos razones y es que en primera instancia llevamos tres o cuatro meses arrastrando un problema de fondo con el precio de la leche pues las buenas lluvias que han caído este año traen como consecuencia mejores pasturas y por consiguiente una muy buena producción de leche, pero allí la industria aprovecha para bajar los precios al productor y en algunos casos para dejarle de comprar. Todos los productores han venido exigiéndole al gobierno, inclusive hay una carta dirigida al Presidente, Juan Manuel Santos, firmada por todas las agremiaciones del sector lácteo y por 1.500 ganaderos que obligó al Primer Mandatario a pedirle al Ministro conjurar el tema lácteo, lo preocupante es que a ese lío hay que sumarle ahora el problema con la aftosa y con el sector cárnico”, comentó Lafaurie.

Para el dirigente, la actual dificultad es responsabilidad directa del ministro de Agricultura porque evidentemente tomó la decisión final de despojar a Fedegan del Fondo Nacional del Ganado con el agravante que posteriormente liquidaron el Fondo en especial el equipo técnico que durante veinte años adelantó la campaña de vacunación.

Lamentó que esa campaña que anteriormente tenía un equipo de amplia experiencia le fuera entregada a un personaje llamado, Yesid Jiménez, que finalmente terminó por adelantar la operación sin el debido rigor y sin cumplir con los protocolos, con lo cual se perdió inicialmente la certificación ISO 9000 con la cual durante veinte años se adelantó la mencionada campaña de vacunación contra la fiebre aftosa.

Aclaró que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, nunca vacunó porque a lo largo de veinte años cuando arrancó la campaña de vacunación en el año 1997, el que vacunaba era Fedegan. Aclaró que cuando el ICA manejaba las campañas hace treinta o cuarenta años, nunca logró erradicar la aftosa y por eso surgió la ley 89 de 1993 y posteriormente la ley 395 de 1997 que le entregó esa responsabilidad a Fedegan a través del Fondo Nacional del Ganado

Estos brotes de aftosa hicieron que automáticamente se moviera el precio hacia abajo y es por ello que hoy el kilo en pie cayó 300 pesos en promedio a nivel país lo cual en dos millones de cabezas de ganado que muy seguramente serán sacrificadas en el curso del segundo semestre implica una caída de más de 270.000 millones de pesos que dejarán de recibir los ganaderos en desmedro del producto interno bruto de las regiones en donde hay agregación de valor y justo en donde la ganadería contribuye con el buen funcionamiento de la demanda de bienes y servicios.

“Otro problema es que no existe una evaluación predial, lo cual dicho de otra manera muestra que el gobierno no sabe en dónde se vacunó, en dónde no se vacunó y en qué parte la vacunación eventualmente se hizo de manera deficiente porque el aparato estatal no tiene la capacidad de identificar predio a predio el número de las dosis que aplicaba y al mismo tiempo confrontarla con los años inmediatamente anteriores para saber cuál es el nivel de protección inmunológica que tiene cada finca y por consiguiente cada región”, explicó José Félix Lafaurie.

Fedegan sostuvo que lograr el estatus sanitario y haber logrado ser libres de aftosa con vacunación costó más de 750.000 millones de pesos lo cual es un costo directo para la ganadería.

Sobre el estatus sanitario, Lafaurie manifestó que el tema no es fácil porque la experiencia internacional indica que Uruguay duró casi tres años y Paraguay dos años largos para salir del embrollo, es decir que Colombia no puede aspirar a salir en dos o tres meses como recientemente se dijo.

El reconocido dirigente gremial dijo que la burocracia es un inconveniente que pasa una factura muy grande a la ganadería porque en principio quitaron las guías lo cual se dio hace cinco años y hoy en día el tema es un verdadero desastre hasta el extremo que parte del ganado de Venezuela puesto en Colombia viene con guías entregadas fraudulentamente por el ICA.

“Posteriormente fue la trazabilidad, también, más o menos, por la misma época hace cinco años. Le entregamos totalmente trazada La zona de alta vigilancia, unos 842.000 animales sobre los que teníamos control absoluto a través de la trazabilidad de ellos, precisamente para tener un nivel de protección en frontera, zona en donde se presentó el primer brote de aftosa en Tame, Arauca, hoy destruida, y finalmente, como se dijo antes, fue el Fondo Nacional del Ganado que se lo despojan a Fedegan y luego lo liquidan. Esa es la retaliación de un gobierno que no ha entendido que los gremios están para defender los intereses de sus asociados y que la negociación de La Habana ha puesto en un grave riesgo la propiedad privada sobre la tierra rural”, expuso el presidente de Fedegan.

A criterio de la Federación Nacional de Ganaderos, la región indudablemente está amenazada en materia sanitaria y evocó que cuando fue creada la Comisión Sudamericana para la Lucha Contra la Fiebre Aftosa, Cosalfa, se creó una alianza en el hemisferio entre las agencias públicas sanitarias y el sector privado para erradicar la patología en todo el continente como se había hecho ya en Centroamérica y por supuesto como lo hizo Estados Unidos hace más de 40 o 50 años.

Aftosa y desmovilización, una preocupación

Finalmente expresó su preocupación por el asunto de la negociación con las Farc porque a criterio suyo, se vienen unos líos muy complicados ya que hay no solamente problemas que se derivan del mismo acuerdo en vista que en su opinión, se puso en riesgo la propiedad de la tierra a través de mecanismos como la extinción judicial y administrativa de dominio sino también por la vía de la expropiación lo que hace que los ganaderos estén con ojo avizor porque ya hubo una ingrata experiencia con la ley 1448 de restitución que tuvo un impacto muy fuerte en muchas regiones, básicamente en la Costa Caribe y en el Magdalena Medio.

“Ahora viene por supuesto el tema de la justicia especial para la paz, y los ganaderos lamentablemente, además de manera injusta, tenemos el calificativo de ser latifundistas y paramilitares, nada más lejos, hemos sido víctimas, sin embargo ya veré yo a la Justicia Especial para la Paz ensañándose con ganaderos de uno y otro lado del país”, concluyó.

Datos de coyuntura

Cabe precisar que el hato ganadero de Colombia es hoy de 22,5 millones de cabezas de bovinos y los productores prenden velas para que la tarea sanitaria se haga de manera juiciosa y así evitar una debacle en un sector que ha crecido en medio de las dificultades, pero que ha puesto una cuota importante en el desarrollo y en el crecimiento del país.

Un punto en el que se debe recalcar es que la aftosa no es una enfermedad zoonotica, es decir que afecte la salud humana, y es tan cierto que en Colombia hubo consumo de carne con aftosa en los complejos años 50, en los sesenta del rocanrol, en los setenta, en los ochenta y hasta en los novena porque el rebaño estuvo totalmente contaminado de fiebre aftosa, pero jamás hubo problemas de salud en los seres humanos que convivieron durante décadas con la enfermedad.

Anualmente Colombia sacrifica cuatro millones de animales y el mayor consumo se registra en el segundo semestre por las fiestas de fin de año. Para esta vigencia el sacrificio estará por el mismo nivel de 2016.

“El país y el gobierno no pueden obviar que el contrabando explica, pero no justifica, pues es como decir que el zancudo explica que haya dengue, pero no justifica que la enfermedad se disemine por falta de prevención de las autoridades médicas. Aquí hay aftosa por delegar la campaña de vacunación en personas incompetentes, que politizaron un trabajo sin mácula, que fueron irresponsables y que cometieron no pocas vagabunderías en detrimento de una ganadería que estaba muy sana y confiada en un gobierno, que hay que decirlo, se equivocó”, concluyó el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie.

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