Domingo, 13 Agosto 2017 00:01

Unaga dice que Colombia debe duplicar su hato ganadero

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Ante las expectativas de exportación a países como China y otros de oriente próximo, es muy factible que el rebaño crezca para poder cumplir con los despachos sin descuidar la demanda interna de carne. La aftosa, “qué problema”.

Por fortuna el problema sanitario que desprendió de los brotes de fiebre aftosa en Arauca y en Yacopí, Cundinamarca, está siendo superado y le permitirá a Colombia adoptar medidas más drásticas en materia sanitaria y fortalecer los métodos de vigilancia y control ante la llegada masiva de venezolanos a territorio colombiano.

El asunto es que luego de superar este inconveniente, el país debe pensar a futuro en como fortalecer y garantizar unas exportaciones de calidad en mercados como China, Oriente Medio, Rusia y otros de la región que vendrán creciendo muy seguramente ante la escasez de proteína animal, básicamente de la bovina.

Las perspectivas de Colombia en el comercio de carne son de tal proporción que los expertos en el tema aseguran que al país le tocó apostar por doblar el rebaño nacional para garantizar ventas internacionales a los países que reconocen la calidad de la carne que ofrece la ganadería colombiana.

El presidente de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas de Colombia, UNAGA, Ricardo Sánchez Rondón le dijo a Diariolaeconomia.com que en ese orden de ideas se hace necesario aumentar la productividad por lo que es perentorio que el gobierno genere políticas que incentiven la cría de bovinos en todo el país.

Indicó que el programa financiero de retención de vientres dio lugar a que se redujera el sacrificio de hembras y permitió darles un oxígeno a los productores que invirtieron en suelos, forrajes y suplementos.

“Indiscutiblemente es un reto aumentar nuestra productividad para lograr generar un mercado sostenible frente a la demanda internacional de carne porque si bien es cierto que hoy se suple con el hato el mercado interno, lo cierto es que hay que fomentar excedentes de exportación lo cual exige mucho trabajo, transferencia de tecnología, reducción de costos de producción y una cultura ganadera que dé lugar a incrementar la producción de kilos de carne y de litros de leche por hectárea”, señaló el dirigente gremial.

Sobre la producción lechera, UNAGA, apunto que esta es estacionaria y en el momento hay una oferta muy grande en el mercado internacional que impacta el mercado nacional pues son 6.500 millones de litros que produce Colombia y de los cuales tan solo 3.200 millones son transformados, es decir el 50 por ciento de la producción. Precisó que el 56 por ciento de esa transformación la realizan cinco empresas que se convierten en formadoras de precios.

Para Sánchez, en el tema lechero existen una cantidad de variables endógenas y exógenas que obligan a la ganadería a repensar la producción de leche sobre la base competitividad, menores costos de producción y una oferta que permita pensar en grande de cara a garantizar la seguridad alimentaria nacional e internacional.

Con los tratados de libre comercio, expuso el presidente de UNAGA, lo que viene es un traslado a la especialización que incremente productividad porque por momentos el país es ligero en medir y el negocio ganadero urge de una visión empresarial porque solo haciendo buenas mediciones se es susceptible de mejorar.

Otra clave para ser exitoso en leche, aseveró, está por el lado del valor agregado por lo que hay que focalizar la comercialización de manera diversa porque es triste revisar las cifras del consumo de proteína y encontrar que en ese frente el país es altamente deficitario cuando las ganaderías tienen altísimos excedentes.

UNAGA testificó que al problema de los excedentes se suma el contrabando pues no en vano se encontró un sobre-inventario de quesos y allí el problema, aclaró el gremio, no fue de la gran industria sino de la mediana que le compra el 80 por ciento a los pequeños productores con el agravante que esa mediana industria no cuenta con un gran portafolio por cuanto solo genera queso doblecrema o queso costeño.

“En Colombia, un bloque de queso doblecrema se le vende al consumidor a un precio de 25.000 pesos y ese mismo bloque de queso entra de Venezuela a razón de 8.000 pesos, de allí pasa a un intermediario que lo compra en 15.000 pesos y este lo traslada al consumidor final a un precio de 20.000 pesos lo cual impacta fuertemente la demanda de queso y es por eso que hay un sobre-inventario de queso doblecrema y de queso costeño. Eso se nota en la Central Mayorista de Corabastos y en otros grandes comercializadores en donde se ve la reducción del precio de enero a la fecha en más del 15 por ciento con cargo a la sobreoferta”, especificó Sánchez.

Así las cosas, anotó, las políticas del gobierno deben ir enfocadas hacia la mediana industria que necesita el incentivo al almacenamiento que le permita tomar aire y poder seguir con las compras al pequeño productor.

Aftosa tiene una factura grande

Un factor que contribuyó a que los brotes de fiebre aftosa que llegaron a Colombia empezaran a ceder y a que la autoridad sanitaria pudiera darle celeridad a un problema complicado fue el trabajo que se hizo de manera articulada con la institucionalidad.

UNAGA precisa que habrá de hecho un impacto por la enfermedad y eso invita a tener una ponderación justa más no a magnificar el inconveniente porque se genera una especulación en el mercado y una reducción en el consumo de la carne o de la leche, es decir un pánico que no se podría ni se debería incentivar.

“Si le damos el tamaño menor, estaríamos pasando por alto una realidad que debemos enfrentar con altura y sobretodo con responsabilidad técnica. El impacto se reflejará en la reducción del hato por el sacrificio de animales y por la veda en el transporte que no permitirá ingresos por lo que se debería hacer la medición en un tiempo no inferior a cinco meses para tener la cifra real del costo de los brotes”, comentó el dirigente ganadero.

El segundo nivel de impacto, dicen los ganaderos, se dará por el lado de las exportaciones, pero con el trabajo hecho existen razones para pensar que las ventas de ganado al exterior pronto se retomarán porque el 95 por ciento de las reses que salen en pié o despostadas para exportación son sacrificados en cinco departamentos del país del noroccidente, hoy aislados de los sitios afectados y con la fortuna que están en zonas de una elevada cultura sanitaria.

Colombia estaba exportando 94 millones de dólares en carne y hubo países como Perú y Rusia que compraban cifras interesantes en vista que desde Lima llegaban 1.5 millones de dólares y Moscú absorbía el 40 por ciento de la oferta exportable en carne.

De todas maneras sigue el mercado y es así como hace 30 días partió un buque para el Medio Oriente con 5.400 cabezas de ganado. Cabe indicar que Colombia exportó el año anterior 84.000 bovinos en pié y 132.000 en canal los cuales fueron sacrificados en plantas colombianas.

En los cálculos de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas sumando la caída en el consumo porque muchos se pasaron al cerdo y al pollo, la aftosa le costará al país entre 250.000 y 300.000 millones de pesos en promedio, cifra considerable frente a la situación económica del país.

“Aquí hay dos cosas por hacer y es que luego de enterrado el último animal que se supone debe darse entre el 15 y el 16 de agosto en Yacopí, en donde se presentó el mayor impacto, contados 28 días después del último sacrificio, si no hay un brote de aftosa debe solicitarse la recertificación ante la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE. Lo cual está plasmado en un acuerdo. Al organismo le tomará unos días verificar, pero si todo está bien vendrá la recuperación del estatus sanitario máximo en tres meses”, sostuvo Sánchez.

En este momento el hato bovino se mantiene en 23 millones de cabezas por el plan de retención de hembras y el menor consumo, situaciones que de manera directa ayudan a sostener el inventario. Un aspecto a tener en cuenta es que a los seres humanos no los afecta la aftosa por cuanto esta no es una enfermedad zoonotica y aquí es oportuno recordar que Colombia comió carne con aftosa por décadas sin ningún tipo de consecuencia en la salud humana.

Venezuela es una pesadilla sanitaria

La condición de frontera suele acarrear problemas en todos los países y en asuntos sanitarios Colombia sufre con Venezuela toda vez que se trata de más de 2.200 kilómetros fronterizos con el hermano país que suele ser endémico y en donde no hay certeza sobre la erradicación de aftosa y en donde no hay reportes de presencia de la enfermedad, escenario aún más complejo y de permanente alarma por lo permeable que es esta frontera con el ingreso de múltiples productos de ese país entre ellos carne, leche y ganado en pié.

“Lastimosamente es una realidad y yo invito al gobierno para que de manera articulada con los ganaderos se redoblen esos esfuerzos de control permanente de la frontera con diversas estrategias que den lugar a contener el contrabando, hoy el enemigo número de la ganadería colombiana”, afirmó el presidente de UNAGA.

Actualmente, reveló la Unión Ganadera, ese contrabando impacta el 20 por ciento del ejercicio de la carne lo que puede significar fácilmente un negocio de seis billones de pesos y el negocio de la leche que cuesta cinco billones de pesos es impactado en un cinco por ciento por el contrabando, lo que obliga a fortalecer la vigilancia fronteriza, pero también a monitorear y perseguir el comercio ilegal.

Agregó el vocero que el gran problema que está intentando superar el sector lácteo es precisamente por el ingreso de subproductos derivados de la leche proveniente de Venezuela, país que ha tenido una depreciación del 800 por ciento en su moneda y que sin duda alguna da lugar a que se convierta en un negocio atractivo para los delincuentes.

Dijo que el problema de contrabando y la paupérrima política sanitaria en Venezuela en donde el gobierno se ocupa de todo menos de vigilar su rebaño es tan grande y tan grave que el lío de ese país es una amenaza sanitaria para la región porque fácilmente la enfermedad puede llegar a Brasil, a Perú y a otros vecinos que de hecho ven este problema como un inminente riesgo.

“Insisto, es un problema latente y continuo el tener como vecino un país endémico. Proponer vacunación de expertos colombianos en el hato venezolano es algo absolutamente necesario porque se genera un trabajo bilateral para lograr protegernos de un problema permanente y con la capacidad infortunada de crecer”,

Ante la realidad venezolana, dijo Sánchez, Colombia enfrenta una nueva realidad por la migración de Venezuela que obliga a adoptar tácticas porque paralelo a ello crecerá el contrabando. Ante este contexto, indicó, deben venir estrategias sanitarias diferenciales por regiones respecto a lo que tiene que ver con la introducción de la aftosa o de la persistencia.

Insistió que frente a esa amenaza Colombia debe pensar diferente porque se había incurrido en medidas como vacunar dos veces al año y cumplir con los análisis de muestras que pidió la OIE las cuales no superaban los 5.000 animales.

“Aquí hay que hacer un estudio claro y contundente en regiones sobre cuál es el verdadero nivel de protección de los animales y cuál es el nivel de expansión del virus porque solo así se generan posibilidades diferentes para tratar de mantener sostenibilidad en los mercados internacionales. Es por ello que para contrarrestar el contrabando, que es en donde surge el lío, deben existir unos comités de ganaderos en zonas de frontera totalmente fortalecidos que presten asistencia técnica y que concienticen al ganadero que no es negocio traer bovinos de contrabando sino incrementar la producción, pero para ello deben darse condiciones, crear política de estado para la ganadería y fortalecer los protocolos”, enfatizó el presidente de UNAGA.

Tratados de libre comercio serán devastadores

Los ganaderos colombianos no escondieron su preocupación por los efectos que para la ganadería lechera traerá el libre comercio toda vez que Colombia negocio a la ligera y entregando unos sectores vitales para la economía y para la seguridad alimentaria.

A criterio de Sánchez los TLC serán devastadores porque la preparación de la producción en el campo no tuvo la suficiente planificación lo cual dice que Colombia hizo un mal negocio en donde quedó a la deriva la ruralidad y el medio ambiente.
FNG debe repensarse
Hay una pregunta que aún se hace el país y es qué va a pasar con el Fondo Nacional del Ganado, FNG, que se le quitó a la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegán y que debe ser administrado de manera eficiente, justamente para evitar grandes dolores de cabeza como la precarización sanitaria.

En opinión del presidente de Unaga, Ricardo Sánchez, en medio de que el Fondo Parafiscal está en un proceso licitatorio, lo cierto es que se debe repensar la ejecución de dicho recurso porque debe tener una plataforma que lo soporte que puede ser un Plan Nacional de Desarrollo Ganadero que se ajuste a las necesidades y realidades del sector.

Explicó que los subsectores que mayor crecimiento experimentaron fueron los que mejor uso hicieron del Fondo Parafiscal en temas de investigación y es lo que se puede observar en el cacao, en el azúcar, en la palma de aceite y en café que es la gran lección del manejo de recursos parafiscales desde 1935.

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