El valor añadido es un término que está muy en boga y que finalmente hace la diferencia entre ganar o perder en un mercado globalizado que ya no se conforma con una producción básica de commodities sino que quiere transformación e innovación con una apuesta por productos de calidad y en este caso de bebidas o confitería de incomparable sabor para satisfacción de los paladares del mundo.
El presidente de la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao , Eduard Baquero López, reveló en Diariolaeconomia.com que al interior del gremio ya se piensa en la puesta en marcha de unas tiendas para vender diferentes tipos de cacao, pero más allá de eso para ofertar productos y bebidas que desprendan de esta actividad que se consolida en la agricultura colombiana como una siembra rentable y amiga de la paz.
“Eso lo queremos hacer y ahí tenemos el gran ejemplo que nos dieron los caficultores con las tiendas, Juan Valdez, y la verdad estamos siguiendo esa línea. La idea es que a través de la Federación Nacional de Cacaoteros, podamos apoyar y apalancar todo ese proceso a nivel país y también fuera de él”, declaró el señor Baquero López.
La idea está en diseño, pero hay que decir que hace unos años todo el cacao colombiano se consumía como bebida y allí el país era deficitario por lo que buena parte del cacao era importado, pero con el abastecimiento a las industrias ya es posible pensar en valor agregado.
Un cultivo que pinta bien
Según el presidente de Fedecacao, el sector es promisorio porque está en un crecimiento importante asociado a que los cacaocultores son cada vez más productivos y totalmente sensatos con las recomendaciones que da la Federación. Lo anterior hizo que en el año 2016 se registrara en Colombia la producción más alta de toda la historia pues no en vano fueron cultivadas con el precolombino alimento más de 173.000 hectáreas.
Lo propio viene ocurriendo este año toda vez que al cierre del primer semestre se haya logrado una máxima producción histórica lo que brinda un panorama bastante alentador y lleno de optimismo en un mercado cada vez más competido, pero en el que marca la diferencia la calidad del cacao.
“Hemos tabulado los primeros siete meses del año y ya superamos las producciones que teníamos en los últimos diez años, aquí lo destacable es que en cuatro años de trabajo juicioso hemos superado los records y seguimos avanzando para estar en las grandes ligas del cacao y de los productos con sabor y aroma de chocolate. Lo que hemos hecho en estos meses ha superado las producciones anuales de 2008, 2009 y 2011, lo que dice que en temas de productividad vamos muy bien”, declaró el señor Baquero López.
Un hecho para tener en cuenta y para llenarse de orgullo es la participación de Colombia en el Salón del Chocolate en París al que ya se enviaron las muestras para que concursen en el evento de cacao más importante del mundo al cual llegan más de 40 países productores y en este caso en la preselección de las mejores 50 variedades y en esa instancia hay tres de Colombia lo que hace pensar que el país de los dos mares y las tres cordilleras podría ser la catalogada como la mejor del mundo.
Colombia produjo en 2016 más de 56.785 toneladas de cacao, aclarando que el país tiene capacidad para seguir creciendo, sin embargo en los últimos cinco años el sector del cacao creció a razón del 51 por ciento en productividad que es un factor supremamente importante.
En materia de competitividad, El dirigente gremial aseguró que en algunas vías hubo mejoras en las condiciones para transitar como es el caso de San Vicente de Chucuri en Santander que es la capital cacaotera de Colombia a la cual se le dio una buena vía de acceso y de salida para las capitales y para los municipios vecinos. Lo propio pasa con algunas vías terciarias y secundarias, aclarando que muchas siguen en condiciones lamentables de mantenimiento pese al trabajo de los entes territoriales.
Para el presidente de Fedecacao, el tema de las vías es trascendental porque los productores necesitan sacar sus productos de las fincas a las cabeceras municipales, pero sin perder el foco de las exportaciones las cuales pueden crecer con buen producto, y claro, con buenas vías.
Baquero dijo que Colombia tiene cacaocultura para rato y destacó que esta es una siembra para la paz porque gracias al cacao fue posible erradicar cultivos ilícitos y hacer una exitosa sustitución porque en muchos casos fue reemplazada la coca por el cacao.
“Por fortuna tenemos un conocimiento y una estrategia para que muchas de las áreas sembradas con plantas prohibidas y nocivas como la coca pasen a ser tierras de tranquilidad en donde prospere la labranza de cacao”, afirmó Eduard Baquero.
Los precios han venido bajando
Si bien, el cacao pasa por un inmejorable momento en materia de producción y consolidación de un sector que brinda alimento y opciones de renta, lo cierto es que el precio ha venido disminuyendo en los últimos meses.
Para Fedecacao, el producto viene con precios a la baja porque se trata de un bien agropecuario que se transa en los mercados bursátiles más importantes como Nueva York y Londres.
Indicó que hace año y medio el precio estaba en un momento estelar porque hubo un mercado extraño que hizo que el cacao reportara precios atípicos por cuanto llegaron a 8.000 Y 9.000 pesos el kilogramo. Hoy esas cotizaciones llevadas desde luego al mercado interno se ubican en 4.500 y 5.000 pesos.
En opinión del gremio, el asunto se está contrarrestando con mayor productividad, pero reconoció que la caída en precios es bastante considerable el que se registra en un cultivo de tardío rendimiento.
“En la Federación le dijimos a la gente que había que estar preparado porque en algún momento el precio se iba a desplomar porque el cacao es un cultivo que está muy asociado a la élite y como se sabe es un producto de primera necesidad como lo pueden ser otros en la canasta familiar. En la medida en que las economías del mundo empiecen a recuperar su consumo, Colombia y los productores podrán tener nuevamente un precio óptimo”, aseveró el presidente de Fedecacao.
Precisó que en este momento hay inventarios altos del alimento porque la producción de áfrica que es la más cuantiosa en vista que pone el 75 por ciento del cacao en el mundo puede tener efectos en Colombia y en América Latina porque cualquier cosa que ocurra en el continente africano impacta inmediatamente el mercado nacional. Casualmente Costa de Marfil está recolectando su última cosecha y los que saben del tema hablan de una producción cacaotera extraordinaria y por fuera de los cálculos estadísticos.
El asunto, comenta Baquero, pasa en otros productos del campo como el café, el arroz y muchos alimentos que son cotizados en los mercados de valores y que están sujetos a la ley de oferta y la demanda.
Por lo visualizado por Fedecacao, en Colombia hay hectáreas disponibles y en condiciones adecuadas para ampliar la siembra de cacao, pero indicó que la primera tarea que se hace inclusive desde la Federación Nacional de Cacaoteros es la de recomendar la renovación de plantas porque el gremio reconoce que hay una cacaocultura envejecida que merma la producción. Otro lío en el sector es el fenómeno de guerra porque con cargo al conflicto armado muchas plantaciones fueron abandonadas y cuando los dueños decidieron retornar encontraron las plantaciones en cero.
Los estimativos de Fedecacao apuntan a que en Colombia hay que renovar más de 70.000 hectáreas para mejorar el tema de productividad, reconociendo que con las mismas hectáreas y con las mismas plantaciones el país alcanzó altos niveles de producción y calidad porque los agricultores se movieron con materiales altamente productivos que hicieron que el mundo especializado en cacao les hiciera un reconocimiento.
“Insisto, nuestras recomendaciones están dirigidas a mejorar las plantaciones que tenemos por edades avanzadas y por el fenómeno de la violencia que obliga a renovar cultivos y a recuperar tierra para cultivar este alimento de origen americano”, apuntó el dirigente gremial.
Baquero vio con buenos ojos todos los avances logrados en transformación del cacao como es el caso exitoso de Rivera en el Huila en donde los productores decidieron entrar al mercado de la confitería, puntualmente al de las chocolatinas, dejando ver que el valor agregado es la clave para llegar muy lejos.
Sobre este particular indicó que amen de los logros y del camino recorrido, lo único cierto es que los mercados y el valor agregado son sostenibles únicamente con la calidad del cacao motivo por el cual hay zonas que deben hacer la tarea en renovación porque en asuntos de chocolate, la calidad marca la diferencia.
Uno de los retos de la cacaocultura es la aparición de plagas, problema muy asociado con el cambio climático y que en el cacao se expresa con daños producidos por la letal “carmenta negra”, insecto que al llegar con el crecimiento de los cultivos, afecta las plantaciones y produce daños económicos de alto impacto.
Actualmente los técnicos de Fedecacao y todo el departamento técnico están capacitando a los productores para contrarrestar el problema, advirtiendo que este insecto no se puede erradicar completamente y del cual se busca que cause el menor daño posible como pasa con otras enfermedades porque el principal problema del cacao es fitosanitario.
En ese sentido, razonó, los productores deben trabajar en prevención y detección temprana de los problemas tal y como pasa con la salud humana en donde llegan males inevitables lo que obliga a que los productores estén preparados y listos a combatir las vicisitudes en este tipo de cultivo.
Por ser el cacao un cultivo reforestador, mejorador y conservador de suelos, el cambio climático se ve como una amenaza que obliga a trabajar en métodos, siembras y prácticas que reduzcan lo menos posible los efectos adversos del intenso e impredecible clima. Para disminuir riesgos, aclara la Federación, es determinante adoptar nuevas técnicas, mecanización y adopción de tecnologías para contar con más y mejores herramientas.
Hablando de costos de producción en cacao, el rubro que más pesa es el de la mano de obra, pero producir cacao vale entre 11 y 14 millones de pesos por hectárea, haciendo la salvedad que este cultivo puede alternar con plátano y maderables, pero igualmente con Maracuyá y otras pasifloras tal y como ocurre en el departamento del Huila.
“Esta es sin duda una inversión alta, pero lo bueno es que se hace una vez y es para toda la vida porque una vez empieza a producir no para y deja una renta importante porque inclusive con los precios de hoy hay ganancia para quienes adoptaron tecnología y le apostaron al volumen como a los que cosechan la tonelada, pero aquellos que sembraron 100 o 200 kilos no pueden esperar rentabilidad no siquiera con valores más altos. Allí es en donde les decimos que hay que renovar y adquirir paquetes tecnológicos para acceder a un negocio que funciona con innovación”. Dijo Baquero.
Un aspecto que no puede obviarse es que en un mundo globalizado, la competencia en cacao y en cualquier producto no es entre municipios sino entre países, allí el reto es contra el mundo que avanza y de manera inexorable deja a los productores que por algún motivo se quedan relegados en tecnología.
Sin tecnología, sustenta Fedecacao, no se aprovechan los precios altos y si por el contrario los precios bajos sacan del mercado a muchos productores que no hicieron su tarea al derecho y que tan solo sembraron por precio sin mirar sostenibilidad y futuro.
Colombia exporta buena parte de su cacao a la Unión Europea, a México, Estonia y muy pronto este cacao estará en los mercados asiáticos en dónde deberá competir con un monstruo del mercado como lo es Indonesia.
Actualmente Malasia, vecino del gran productor, compra buena cantidad de cacao colombiano por la calidad y por el alto contenido de grasa que es visible con la manteca de cacao.
Otro mercado en que incursiona el cacao colombiano es en el de Zambia, pero el gremio no deja de ver oportunidades y opciones de poner el rico cacao colombiano en los puertos más exigentes del planeta incluidos los de Estados Unidos.
Esta es la realidad de la cacaocultura colombiana que camina de la mano con productividad, competitividad y desde luego con María del Campo el gran símbolo de la actividad que incluye género, trabajo y eficiencia.
En Colombia más de 38.000 familia dependen del cultivo del cacao, pero la idea es crecer en hectáreas y en nuevos productores porque con el cacao muchos ven no solo presente sino todo el mejor futuro que no solo se traduce en progreso sino en el mejoramiento de la calidad de vida que para este caso tiene sabor y aroma del más excelso y provocativo chocolate.