La agricultura en cualquier parte del mundo es posible con abonos y fertilizantes así como con plaguicidas y herbicidas que coadyuvan con el control de plagas, tema exacerbado últimamente con el cambio climático que se torna como el gran desafío de las labores agropecuarias.
En Colombia sigue prosperando una empresa que en veinte años de existencia les ha entregado todo tipo de soluciones a los caficultores y que ahora, tras el rotundo éxito experimentado, se alista para ampliar la oferta de fertilizantes a otros cultivos claves en el desarrollo de la agricultura y del país en general.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Gerente General de Agroinsumos del Café, Agrocafé, César Cadavid, indicó que la empresa, a través de sus accionistas, que son todas las cooperativas de caficultores del país y la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, tiene un reto muy grande, y es garantizarles a todos los productores de grano en el territorio colombiano productos de altísima calidad a precios justos para que las siembras sean mucho más rentables.
En opinión de Cadavid, ese enorme dolor de cabeza de la agricultura que es la falta de rentabilidad tiene dos factores de peso que tienen que ver con mano de obra y fertilizantes, tema en el que por veinte años Agrocafé ha estado enfocado con un gran aliado, buscando, primero calidad, pero también un muy buen precio.
“Derivado de esto quiero decir que de igual manera el Centro de Investigaciones de Café, Cenicafé, que hace parte vital del gremio cafetero, ha desarrollado por 18 años de investigación y a través de 300 mil muestras de análisis de suelos, una investigación que conllevó a sugerir solamente dos grados de fertilizante, aclarando que un grado es el 25424 sin microelementos porque Cenicafé descubrió que algunos departamentos de Colombia son ricos en microelementos en sus suelos, es decir que no es necesario hacer aplicaciones al café o a las tierras de siembra más fertilizante del que realmente se necesita”, explicó el señor Cadavid.
Agregó que otro grado desarrollado por Cenicafé es el 23420, que lleva como componentes tres grados de magnesio y cuatro de azufre para departamentos que tienen deficiencia de estos elementos químicos. Justamente, pensando en una mejor agricultura, Agrocafé desarrolló esos dos grados que hoy son muy fáciles de encontrar en todas las cooperativas de Colombia y en los comités de cafeteros de Quindío y Caldas.
Estos productos fueron bautizados con unos nombres fáciles de recordar y que generan recordación en el productor ya que el 26422 se conoce como Agrocosecha y el 234203 es identificado como Produkafe-Mg, en las góndolas de todas las cooperativas y los comités.
Hay que decir que los productos de Agrocafé se consiguen a todo lo largo y ancho del país a través de los canales naturales de distribución que son las cooperativas de caficultores, razón por la cual es normal ver los productos en Cafiscosta, en el norte de Colombia, igual en la Cooperativa de Ocaña en Catatumbo, la Cooperativa Nororiente en Bucaramanga y las cooperativas del centro como las del Eje Cafetero, Antioquia, pero también las del Valle del Cauca, Cauca, Huila y Nariño, lo que muestra que el producto hace presencia en todo el mapa cafetero colombiano.
El Agroinsumo que comercializa Agrocafé, tiene una particularidad y es que la firma garantiza la idoneidad de la mezcla a través de la investigación de Cenicafé, centro que de igual manera sugiere cuales son las materias primas que se deben utilizar, es decir urea, Fosfato Diamónico, DAP, el Fosfato Monoamónico, MAP, el Cloruro de Potasio, KCL y el magnesio de Azufre, es decir que la empresa certifica óptima calidad, trabajo juicioso que genera igualmente empleo en Colombia porque quienes fabrican los productos tienen su sede en el país a pesar de que la materia prima es importada, pero que requiere de mezclas a la medida de la agricultura colombiana lo cual exige mano de obra calificada.
Por tener como fuente el gas natural, el amoniaco y el nitrógeno que suele ir en la urea, los fertilizantes tienen buena oferta de materia prima en Rusia, país conocido por sus enormes reservas de hidrocarburos. Por tal razón la Federación Nacional de Cafeteros ha hecho algunos contactos en Rusia para eventualmente importar fertilizantes de ese país, pero el tema va tan solo en acercamientos.
Hay que decir que las materias primas, básicamente provienen de Rusia, Bielorrusia, China y Canadá teniendo en cuenta que Colombia no tiene una producción química especializada para la agricultura, puntualmente de fertilizantes y por ello se hace necesario buscar los insumos de origen para avalar la calidad y las especificaciones requeridas por Cenicafé para que al final la mezcla física que es generada le garantice la rentabilidad al caficultor.
“En lo que quiero recalcar es que las mezclas que nosotros fabricamos a través de aliados estratégicos en Colombia, certifican siempre la calidad, direccionada por Cenicafé y la estequiometria o la mezcla óptima de NPK o nitrógeno, fosforo y potasio así como los microelementos que se requieren”, comentó César Cadavid.
La empresa no solamente tiene un amplio portafolio en el frente cafetero porque el agro colombiano ha hecho apuestas por otras siembras de muy buen rendimiento y alta demanda interna y externa. En todo el asunto de la diversificación, hay varios cultivos potencialmente exitosos y por ello Agrocafé ya está desarrollando productos para otro tipo de cultivos como por ejemplo plátano porque esta siembra cuenta con grandes extensiones que de manera afortunada da sombrío y como toda planta igual requiere nutrición, también hay en desarrollo fertilizantes para cacao, aguacate y cítricos.
Con este fortalecimiento de portafolio, Agrocafé quiere garantizar fertilizantes para productos que se complementan con el café, aclarando que café y plátano es el matrimonio perfecto por la compatibilidad y la ayuda que se prestan.
Glifosato ayuda al café y no genera alteraciones en la salud
Agrocafé de igual manera está importando glifosato de China que siendo un herbicida que químicamente es una sal de Isopropilamina, es un insumo demasiado cuestionado en el mundo, pero que no debe generar temor.
En su formación como ingeniero químico, Cadavid precisó que lo malo del glifosato es el mal uso que se hace de este compuesto, es decir aspersiones aéreas en donde hay contaminación cruzada y la sustancia llega a cultivos que pueden resultar afectados.
Este herbicida aplicado con los adecuados equipos de protección no permite que pase nada y para generar más confianza, Cenicafé desarrolló unos aplicadores selectivos para que el arvense o mal llamada maleza sea afectada o impactada, pero de manera selectiva.
“En el balance natural, los arvenses o malezas también son necesarias, lo que resulta perverso es que apliquemos de manera discriminada el glifosato, afectando el ecosistema, pero hay unos arvenses que deben ser controlados y esa tarea la hace eficientemente este herbicida”, apuntó el Gerente General de Agrocafé.
Ante los líos que surgen en las siembras, Agrocafé se dio a la tarea de buscar un gran maquilador en China, el que finalmente encontró para traer directamente el glifosato del gigante asiático con la marca propia Tunda. El producto igual se consigue desde ya en todas las cooperativas y en los comités de cafeteros de Quindío y Caldas a un precio especial porque el objetivo de Agrocafé es la rentabilidad del cafetero y del agricultor.
Tunda que es sinónimo de golpiza, es un nombre hecho para la finalidad puesto que el gremio cafetero le dará una Tunda a los arvenses, pero eso sí, a un precio justo.
Al tocar el espinoso tema de los mitos en torno al glifosato, en vista que muchos hablan que es un químico cancerígeno, Cadavid manifestó que sobre el tema no hay pruebas contundentes aunque digan tajantemente que el glifosato es un agente carcinogénico pese a la demanda que recientemente ganó ante los tribunales una persona es Estados Unidos. De todas maneras, anotó Cadavid, no hay pruebas científicas que demuestren que el glifosato produce cáncer.
“Hay que dar un parte de tranquilidad frente a lo que representa el glifosato en la agricultura, de todas maneras es bueno recomendar una aplicación selectiva que se puede hacer con la asesoría de Agrocafé, empresa que está presta a atender las dudas o requerimientos de los agricultores, pues hay expertos que darán las instrucciones de cómo aplicarlo, eso sí, bajo una protección adecuada”, indicó el Gerente.
A manera de ejemplo dijo que en algunas zonas usan el límpido, lo que de vieja data se conoce como decol que es el mismo hipoclorito de sodio diluido, que siendo inofensivo, si es usado sin guantes y sin la protección correcta, con toda seguridad producirá alteraciones y daños. Aseguró que los productos químicos Per sé no son cancerígenos o dañinos como tal, pues el problema se registra con el uso inadecuado de las sustancias. Para la aplicación de glifosato, comentó, es recomendable usar guantes plásticos, tapabocas y un delantal para evitar el contacto.
La contracción afectó las ventas
Como todas las actividades económicas, la venta de insumos agropecuarios se vio mermada por el enfriamiento de la economía que produjo una alarmante contracción de la demanda interna. Agrocafé no fue ajeno al problema y sintió el descenso en los pedidos, a lo anterior se sumó que muchos migraron a otros productos o cambiaron de actividad económica por la coyuntura de precios y clima.
Ante ese escenario, Cadavid expresó que la caficultura es una parte importante de Colombia porque le dio desarrollo al país desde tiempos inmemoriales, esos que datan desde antes de la colonización antioqueña porque el grano llegó a tierras del Orinoco, según algunos en 1730, pero como siembra de renta dio un paso importante en el Norte de Santander por allá en 1835, en esa bonita cuna cafetera llamada Salazar de las Palmas en donde despegó el negocio gracias a los pecados que cambió por siembras el padre Francisco Romero.
Invitó a los productores a seguir adelante porque en su opinión y en la de muchos, el café es una siembra de vicisitudes porque en unos tiempos el precio del café está bien, pero en ocasiones este se desploma y pone de hinojos a muchos.
“No podemos desanimarnos, la vida tiene ciclos, hay todo tipo de momentos y hoy estamos en una situación de bajos precios del grano que nos tiene en una situación difícil, pero creo que todo unidos lograremos sacar esto adelante ya que el continuar no depende solamente de la Federación Nacional de Cafeteros o de Agrocafé, no, el tema está en las manos de todos los jugadores que deben poner su granito de arena”, aseveró.
En lo que tiene que ver con Agrocafé, César Cadavid expuso que la empresa está buscando los mejores fertilizantes, con la óptima calidad al menor costo lo cual es un aporte a la rentabilidad que también debe buscarse con el mayor consumo interno de café que para el capítulo Colombia es demasiado bajo porque de 14 millones de sacos de café, en el país se queda un millón. Lo triste del caso, añadió, es que Colombia exporta grano de excelente calidad a manera de commoditie y lo recibe a altos valores con valor agregado. Es tan cierto este hecho que los tres países que más exportan café en el mundo, no saben que es producir una mata del bebestible, y ellos son Alemania, Suiza e Italia.
En su análisis el café debe seguir siendo un cultivo insignia, pero con rentabilidad para el caficultor, porque no es justo que mientras se lucran unos pocos con un esfuerzo ingente, una gran mayoría está sucumbiendo en mares de pobreza.
Actualmente y como una contribución estatal para fomentar la agricultura, los insumos para fertilizantes o el producto terminado no pagan impuestos, lo cual es un aporte que sumado a los auxilios por 100.000 millones de pesos para lograr la estabilización de precios, se constituye en una herramienta útil para seguir en el campo.
Agrocafé, como un amplio sector de analistas en el mundo, sostuvo que los combustibles fósiles están quedando atrás y por ello llegó la hora de producir entorno y comida para los seres humanos, labor afortunada para Colombia que es un país de vocación agropecuaria que fácilmente puede llegar a las grandes ligas de la siembra de alimentos. Lo que si preocupa es que de los 24 millones de hectáreas listas para la agricultura, en el país tan solo hay 4.5 millones de hectáreas en producción.
Insistió en que el país no debe pensar mucho sobre algo que es axiomático, pues la oferta de alientos es y será oro, motivo por el cual hay que volcarse a la agricultura, pero de manera rentable y sostenible, dejando de lado las modas y teniendo ofertas permanentes de productos que sin ningún problema encuentre el mundo en Colombia, en donde tanto se habla de inocuidad y buenas prácticas agrícolas y ganaderas.
Con el panorama complejo de la economía, las ventas se verán afectadas, sin embargo y con mucho esfuerzo la empresa logrará la meta de ventas al 100 por ciento, lo anterior teniendo en cuenta que el país demanda 1,8 millones de toneladas de fertilizantes para todos los productos. Como dato adicional y apelando a los estudios de Cenicafé, una hectárea de café que debería recibir una tonelada de fertilizante por año, es nutrida con 350 kilos de fertilizante lo que dice que los cafetos están mal alimentados y por ende con baja productividad.
Esta es la tarea juiciosa de la agroquímica que tiene sus albores a mitad del siglo XIX cuando encontró una oportunidad con el agotamiento de suelos en Europa que finalmente conllevaron a hambrunas y problemas de nutrición.
Allí se inició una exploración intensa por encontrar fórmulas para mejorar la producción agrícola y tras la encomiable labor del químico Justus Liebig, se dio un paso importante para mejorar los suelos productivos luego de estudiar las cenizas de las plantas y determinar en una primera fase que había necesidad de dióxido de carbono y agua, empero, la receta casi manda a muchos a la banca rota hasta que incluyó como base para los abonos el nitrógeno.
Han pasado siglos y las investigaciones, innovaciones y descubrimientos siguen, el hombre en su afán de asegurar su alimentación le apuesta a la tierra y por ello Agrocafé pone en esa babélica misión su grano de arena en nutrición vegetal, a tal punto que hoy es para los productores de la ruralidad, la mano amiga en el agro.