Las flores en Colombia generalmente tienen un tiempo y ese tiempo se llama San Valentín, fecha especial de los enamorados que demanda una parte importante de la producción de todo tipo de flor que llega de manera muy especial a las manos y a los corazones de quienes las regalan o las reciben.
Si bien estamos apenas iniciando diciembre, ya se pueden hacer algunos comentarios sobre el gran mercado de las flores y esto hace que traigamos a colación la frase aquella del poeta brasilero Paulo Coelho, “Es bueno hablar de flores en otoño. Nos da la esperanza de la primavera”.
Para hablar sobre la actualidad del sector, Diariolaeconomia.com, habló con el presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores, Augusto Solano Mejía, quien dijo que en materia de cambiaria las cosas no puede ser mejores en vista que el dólar sigue mostrando niveles superiores a los 3.200 pesos lo que resulta fundamental para todas las exportaciones así como para la producción nacional que le permite blindarse contra las importaciones ya que una tasa de cambio competitiva, es beneficiosa y sana para toda la economía.
El mercado de las flores colombianas, apuntó Solano, es muy pequeño, pero aclaró que ha venido creciendo porque la gente ha empezado a apreciar las flores, el valor de las flores y el impacto emocional que tienen lo cual en la medida que muchos en el mundo comienzan a saber que tienen acceso a las mejores flores que se consiguen en el mundo, en Colombia se pueden disfrutar inclusive a mejores precios.
Solano comentó que el principal mercado de las flores colombianas ha sido y seguirá siendo Estados Unidos, pero reveló que el año anterior el sector logró llegar a 97 países, es decir que incursionó en los principales mercados del mundo, especialmente buscando nichos de alto poder adquisitivo.
Los productores exportan algo más de 250.000 toneladas anuales lo que puede representar unos 5.000 millones de flores que son exportadas casi que en su totalidad porque más del 95 por ciento del delicado, perfumado y especial producto, hace parte de la oferta exportable. Los cultivos se hacen en 7.300 áreas de producción.
Uno de los líos indicó el presidente de Asocolflores es el cambio climático que ya hace mella en otros sectores de la agricultura por todo aquello de la resistencia en las plagas y el manejo de unos ciclos complejo e impredecibles que obligan a enfrentar el inconveniente con nuevas herramientas y tecnologías.
“Es suele ser un reto grande porque los cambios de clima afectan la producción de flores porque en la medida que haya más lluvias y menos sol, salen por consiguiente menos flores. Hay que decir que el exceso de precipitaciones o la sequía total también hace que aparezcan plagas que afectan el cultivo y que hace más costosa la actividad floricultora, de tal manera que ese es un reto grande, en eso estamos trabajando, pero creo que aún hace falta mucho por hacer”, declaró el señor Solano Mejía.
Sobre las ventas que genera el mercado de San Valentín, el dirigente gremial manifestó que éste demanda entre 500 o 600 millones de flores lo cual puede representar entre el 12 y el 14 por ciento de las exportaciones anuales. Cabe precisar que las ventas por año a Estados Unidos vienen creciendo y la idea es que 2018 cierre con despachos superiores a los 4.000 millones de dólares, de ese total el 14 de febrero el día de San Valentín hace un aporte bastante considerable, aunque las flores igual son pedidas para el día de las madres y para ocasiones especiales.
Colombia, el segundo mayor exportador de flores en el mundo, siembra y cosecha con una calidad excelsa rosas, claveles, lirios, alstroemerias, hortensias y crisantemos.
En 2017 Colombia exportó 246.000 toneladas de flores lo cual frente al ejercicio de 2016 representó un crecimiento del cinco por ciento. El mercado deja ver que por volumen las flores más vendidas son la rosa con el 20 por ciento y el clavel con el 18 por ciento, aunque todas, dueñas de una belleza y un aroma espectacular tienen mercado y admiradores en gran parte del planeta.
El tema de fertilizantes y agroinsumos sigue reportando un precio elevado, pero lo importante es que el sector siga contando con una buena tasa de cambio para vender las flores y lograr reducir de alguna manera los costos de producción que incluyen también transporte y mano de obra.
Colombia necesita una reforma tributaria
El asunto de moda y que ha generado todo tipo de opinión no fue ajeno a los comentarios del presidente de Asocolflores, y por ello el connotado dirigente expresó que si bien la ley de financiamiento va a tocar muchos productos y a muchos sectores, lo cierto es que los empresarios y el país deben respaldar al gobierno porque resulta grave todo lo que ha ocurrido en torno a esta iniciativa puesto que se pudieron hacer modificaciones y ajustes al proyecto del ejecutivo, pero sin destruirlo casi que en su totalidad como pasó porque ahora lo que va a aparecer puede ser más complejo y el remedio podría ser peor que la enfermedad..
“Nos preocupa mucho, hay que aportar, hay que tener una visión de largo plazo, sobretodo en este país tan informal en donde en algún momento tendremos que dar un salto y tomar las medicinas por desagradables que sean por cuanto hay que consumirlos para curarse de los distintos males”, indicó Solano Mejía.
Las flores hacen parte de un sector que genera 14 empleos por hectárea en promedio, consolidándose como el sector que mayores puestos de trabajo ofrece por hectárea, lo que sumado da entre 140.000 y 150.000 empleos entre directos e indirectos, dejando claro que todos las ocupaciones gozan de plena formalidad, lo que hace parte de uno de los valores más importantes porque el estudio de la Misión Rural dice que el 90 por ciento de empleos en el campo son informales, siendo sin duda, uno de los principales problemas en el país.
Según Solano, las flores desde que llegaron han sido formales, no solo en la generación de empleo, sino en toda la actividad empresarial.
El trabajo de recolección de flores y su empaque tiene en Colombia un trato especial en materia de género porque la mayoría de la mano de obra está conformada por mujeres cabeza de hogar que representan el 60 por ciento de los trabajos, lo cual muestra que el sector cumple con esa política ecuménica de responsabilidad social empresarial, empero, el sector es tan generoso que hoy hay un número casi igual de hombres que laboran en las plantaciones como sucede en Antioquia.
En la sabana de Bogotá la mayoría de empleos son entregados a mujeres que han demostrado eficiencia y compromiso con un gremio que sigue creciendo, llevando un sello de calidad en el producto y abriendo caminos de oportunidad a miles de colombianos que hoy han mejorado sus ingresos y su calidad de vida. Es de tener en cuenta que en materia laboral en el sector floricultor, el 59 por ciento de puestos de trabajo son ocupados por mujeres.
La actividad no ha resultado del todo fácil con todo y el posicionamiento de las flores colombianas porque como todo en la vida hay eventualidades súbitas bien sea por clima o por coyuntura económica que impacta un sector que lucha contra muchos factores adicionales como tasa de cambio y mercados de tal contundencia que algunos empresarios debieron cerrar sus cultivos y salir de sus trabajadores porque les llegó el punto de quiebra, empero, los floricultores nacionales al parecer aprendieron, y mucho, de la religiosa Corita Kent, quien afirmaba con una fe profunda que “las flores crecen a partir de momentos oscuros”.
Los empresarios de las flores han sido valientes, le pusieron en su momento el pecho a la brisa y con su trabajo hicieron aún más especial el amoroso San Valentín, cumplieron con las madres abnegadas del mundo, con las futuras esposas, con las novias y mujeres especiales, son tan exclusivas las flores que los mismos hombres disfrutan de un buen arreglo o de unas buenas rosas, todos quieren ramos, decoros o abigarradas y perfumadas flores, pero eso sí, siempre y cuando sean orgullosamente colombianas.
La otrora Primera Dama de Estados Unidos, Claudia Alta, más conocida como “Lady Bird Johnson”, esposa de Lyndon B Johnson, aseguraba, quizás pensando en Colombia desde su tribuna activista y periodística que “Donde florecen las flores también lo hace la esperanza”.
Por fortuna el sector floricultor colombiano, jamás perdió el impulso y su esperanza es hoy una hermosa realidad llena de fragancias, colores, aportes fiscales, generación de riqueza, empleo y tejido social. A juzgar por los resultados y por todo ese aporte en favor de las comunidades fácilmente se puede decir que finalmente "las flores pudieron hablar".