En Colombia el fraude está a la orden del día, una situación que genera alarma en la industria, en el campo y varios sectores productivos. Ahora la carencia de valores y apego por lo ajeno y el cero esfuerzo está sembrando la única una semilla que no puede dejarse prosperar, la de la estafa.
Al iniciar el segundo periodo de siembras de algodón del año 2020, la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología, Acosemillas, lanzó una alerta sobre la creciente piratería en el insumo base para este cultivo.
La temporada de siembra de algodón del segundo semestre tiene lugar en al menos siete departamentos del país: Córdoba, Cesar, Bolívar, Sucre, La Guajira, Antioquia y Vichada. En estas regiones se concentra el 47% de la producción algodonera del país.
El Gerente General de Acosemillas, Leonardo Ariza, advirtió que la vulnerabilidad frente a las plagas es uno de los perjuicios que implica la piratería de semillas de algodón, cultivo del cual todavía dependen cientos de familias, que devengan su ingreso de esta actividad, especialmente en la Costa Caribe. Las semillas de mala calidad, enfatizó, representan un riesgo económico para los productores.
El dirigente gremial consideró que el uso de semillas certificadas contribuye a elevar los márgenes de rentabilidad en la producción algodonera, teniendo en cuenta que se reducen los costos asociados al control de plagas, malezas y enfermedades.
El número de productores de algodón en los últimos 10 años se ha reducido dramáticamente. Según cifras de Conalgodón, mientras en 2010 un total de 3.856 agricultores se dedicaban a esta actividad, al cierre de 2019 la cifra se redujo a solo 805 cultivadores, de los cuales 369 están en la Costa Caribe.
No obstante, el cultivo de algodón ha crecido como proporción de hectáreas por agricultor, al pasar de 13 a 28 hectáreas. Lo anterior, demuestra el esfuerzo de los cultivadores de la fibra por mejorar su productividad.
En este contexto, Acosemillas hace un nuevo llamado a los productores para que en esta segunda temporada de siembras del año utilicen semillas de buena calidad, de modo que el producto se afiance en el mercado nacional y logre abrir nuevos frentes de exportación.
El gremio viene trabajando conjuntamente con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para promover el uso de semillas certificadas, que cumplan con los estándares sanitarios.