La ganadería colombiana ratificó con creces su inquebrantable compromiso con la sanidad animal, en este caso la bovina y bufalina, al lograr niveles de vacunación muy superiores a los esperados, teniendo en cuenta las limitaciones a las que llevó la pandemia generada por Covid-19. Hoy el parte que entregan los productores es de total tranquilidad pero enfatizaron que amén de las metas no debe bajarse la guardia, un criterio que comparte el gremio de los vacunos con la autoridad sanitaria.
El segundo ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa en Colombia logró inmunizar 28,8 millones de animales (28.832.858), cifra que significa un gran logro para la sanidad animal del país, cuya cobertura fue del 98,4 % en el hato bovino colombiano.
Dicha cifra es superior a la obtenida en el primer ciclo del 2020 cuyo resultado fue la inmunización de 27,9 millones (27.958.174 animales), con lo cual obtuvo el 98 % de cobertura.
Así lo dio a conocer Deyanira Barrero León, gerente general del ICA, y Juan Gonzalo Botero, viceministro de Asuntos Agropecuarios, en rueda de prensa virtual realizada de manera conjunta con José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegan.
“Dicho ciclo fue totalmente exitoso y eso se atribuye a dos razones fundamentales: la primera es la alianza público-privada entre Fedegan-FNG y el ICA que cada vez muestra su eficiencia por la experiencia que ha dejado la ejecución de los diferentes ciclos de vacunación realizados durante de 23 años consecutivos, la segunda es la fuerte cultura sanitaria que hemos logrado implementar en las unidades productivas de este sector económico del país. Los ganaderos tienen un profundo sentido de pertenencia con la sanidad animal y la aplican precisamente como una estrategia trascendental para el buen ejercicio de su negocio de cara a las oportunidades que presenta el comercio exterior ganadero”, resaltó Lafaurie.
El líder gremial hizo un llamado a los productores para que no bajen la guardia y continúen fortaleciendo la sanidad. En opinión de Lafaurie, solo de esta manera el país productivo puede generar confianza en los mercados y gestionar la correspondiente admisibilidad en los países de mayor demanda ganadera del mundo como son Estados Unidos y China.
Envió un agradecimiento también al equipo compuesto por 5.500 personas entre los cuales se encuentran vacunadores, técnicos, programadores y las Organizaciones Ejecutoras Ganaderas (OEGAS).
Proteger el estatus
Por su parte Deyanira Barrero León, gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, destacó que fue un ciclo sobresaliente al permitir blindar el hato bovino y bufalino del país contra la fiebre aftosa en el territorio colombiano.
“De los 28,8 millones de bovinos protegidos contra la fiebre aftosa, los departamentos que obtuvieron la mayor participación fueron: Atlántico (99,9 %), seguido de Casanare (99,8 %) y Sucre, Quindío, Caldas y Córdoba con 99,7 %”, expuso la señora Barrero.
Resaltó que la gestión del ciclo permitió la vacunación de 615.367 predios que equivalen al 97,4 % del total. Esta última estadística, informó, es superior a la del ciclo I del 2020 que culminó en 96,7 %.
Brucelosis
A su vez, Lafaurie Rivera, expuso que el segundo ciclo también protegió el hato bovino de la brucelosis bovina. “Se vacunaron 1,3 millones de terneras entre los 3 y los 9 meses de edad (1.285.797 hembras), es decir, el equivalente al 97,7 % de la población marco establecida por el ICA.
Dicha gestión se realizó en el 96,3 % de los predios, esto es, en 234.123 fincas ganaderas.
Rabia
La campaña sanitaria permitió, asimismo, la vacunación contra la rabia bovina en los departamentos establecidos por la autoridad sanitaria del país, que es el ICA. Así se llevó a cabo en 3 regiones específicas: Meta, Norte de Santander y el Huila.
De acuerdo con el ente oficial, se inmunizaron 64.831 animales, cifra que equivale al 98,1 % de la población marco programada para erradicar dicha enfermedad.
Los modelos exitosos trazarán el derrotero de la nueva agricultura
A la fecha no son pocas las inquietudes que surgen por la situación apremiante del campo colombiano en donde las importaciones están a la orden del día en desmedro de muchos sectores productivos. Colombia es de los pocos países que se da el lujo de importar papa en plena cosecha del tubérculo, leche, cuando la producción está a tope, arroz, subsector con los inventarios llenos gracias a la juiciosa labor de los arroceros, cebolla, con zonas altamente productivas y hasta compras internacionales de café para surtir de manera inexplicable a la tierra que presume tener el mejor grano suave y lavado del mundo.
Hoy los productores piden políticas integrales para el agro, aprovechando modelos productivos y competitivos como el mostrado por la ganadería, el café, el arroz y otros renglones, para diseñar una verdadera hoja de ruta que permita retomar la economía rural, apartándola de importaciones. La Colombia ganadera y la que siembra, aclarando que el país es de vocación netamente agraria, reclama a futuro gobiernos comprometidos con el campo, en donde los esfuerzos vayan dirigidos a devolverle a los colombianos una importancia que empezó a derrumbarse desde la misma apertura económica de 1991 cuando colapsaron muchos agricultores.
Hoy Fedegan tiene claro que el camino es trabajando y buscando fórmulas sobre lo construido con inmejorables resultados para replicar métodos e innovación al grueso de la ruralidad que aún está tiempo de resurgir con ese segundo o tercer aire que reclaman quienes producen alimentos porque si de algo sabe Colombia es de agricultura y ganadería, actividades que ha sacado adelante aún con espesas y negras nubes sobre los campos, llanos, sabanas y montañas.
El presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie Rivera, le dijo a Diariolaeconomia.com, que para poder desarrollar un proyecto de país productor de bienes agroalimentarios a nivel mundial es necesario hacer inversión y replicar los modelos exitosos que han alcanzado con éxito algunos sectores como la ganadería, el café, el arroz, la palma y otros.
Aclaró que lamentablemente las inversiones que se hacen en el sector rural son muy bajas porque al analizar las ventajas competitivas de Colombia frente a cualquier otro país, caso puntual, Brasil que en treinta años, logró convertirse en una de las naciones más importantes en la oferta de productos agropecuarios, ratifica que evidentemente Colombia tiene un gran atraso porque el país, perfectamente puede sustituir los más de doce millones toneladas de bienes agroalimentarios que importa todos los años.
Agregó que en Colombia urgen cambios imperativos porque como se recordará con bombos y platillos, el Gobierno del presidente Santos anunció la famosa locomotora del sector agropecuario, una máquina que nunca salió o arrancó descarrilada porque tan solo conllevó a destruir las inmensas potencialidades que tiene el sector rural.
“Creo que tarde que temprano tendrá que llegar un gobierno que entienda que las posibilidades que Colombia tiene para ser un país completamente desarrollado, no están en los sectores que demandan altas inversiones en bienes de capital como acontece con la industria ni tenemos tampoco ventajas comparativas. Hoy en la nueva revolución que pasa, fundamentalmente por tecnología hay un adeudo porque no tenemos ni el personal capacitado como tampoco las inversiones en investigación y desarrollo. Tan solo tenemos un apreciable activo entregado por el Creador que consiste en una oferta ambiental impresionante como país tropical expresadas en sol, agua y magníficas tierras. Ojalá que algún día haya un gobierno capaz de entender que nuestras ventajas comparativas son aquellas que nos permitirían ser un país en pleno desarrollo”, concluyó Lafaurie Rivera.