En el año 2006, buscando máxima competitividad, la centralización de labores gerenciales y una integración consecuente en la cadena cárnica nació la empresa Frigoríficos Ganaderos de Colombia S.A, Friogan, fruto de la fusión de cuatro empresas dinámicas y con manejo de mercado en el país, Fricolsa S.A, Frigorífico de Oriente S.A, Frigorífico del Magdalena Medio S.A y Frigorífico de las Sabanas de Sucre. Las articulaciones no pararon y en 2008 entra en el negocio Frigonorte S.A.
Friogan llegó al mercado colombiano con una oferta generosa de valor agregado expresada en cortes de primera calidad para atender la demanda interna y unos mercados exógenos que desde ese entonces pintaban muy promisorios. Luego de mucho trasegar, la firma es restructurada en diciembre de 2017, lo cual llevó a sanear la marca financieramente con capital independiente y participación accionaria mixta.
Esta audaz apuesta del sector ganadero escaló con mucho trabajo y hoy Friogan logró afianzarse como la empresa colombiana líder en el sacrificio de ganado bovino. Su vigorosidad es tan visible que la compañía alcanzó resultados favorables aún en medio de la pandemia. El profesionalismo con el cual maneja la actividad cárnica hizo que la proteína nacional tuviera mayor demanda en el extranjero por su mejor sabor, inocuidad, calidad y textura. Un factor que pesa fuertemente en la oferta de carne óptima, tiene que ver con los ganados del país que engordan en pasturas naturales, con espacio y juiciosamente atendidos en hatos y fincas en donde prosperan sanos y con buenas conversiones.
En charla con Diariolaeconomia.com, el Gerente de Friogan, Carlos Roberto Patiño Largacha , dijo que pese a la complejidad del 2020 por el tema pandemia, el año resultó muy positivo para el frigorífico ya que al hacer parte de la cadena de abastecimiento, participó de manera activa en el suministro de carnes, lo cual conllevó a un riesgo en la salud de los colaboradores de Friogan que igual hicieron uso del plan de contingencia trazado por la compañía, eso sí, cumpliendo con el deber de proveer los hogares con la mejor carne.
Al final de 2020, la empresa cumplió con los objetivos estratégicos proyectados lo cual hizo que fueran culminadas las obras en el último semestre para la ampliación de la capacidad instalada en las plantas. Igual fue posible certificar los sitios de beneficio con autorización sanitaria 1.500 para Dorada, Villavicencio y Corozal, quedando pendiente la meta la planta de Cúcuta.
En estados financieros, la compañía cerró con un crecimiento importante frente al año 2020 en cuanto a EBITDA y utilidades, un factor que arrojó los mejores números toda vez que al amparo de la emergencia, Friogan tomó las medidas correspondientes para generar ahorros y darle viabilidad a unos sistemas de seguimiento, de tal manera que hubo manejo, así como prudencia con los ahorros de la organización, manteniendo todos los puestos de trabajo y la dinámica, pese al reporte de menores ingresos plasmado en el ejercicio de 2019, una situación totalmente entendible que no afectó el buen desempeño de la empresa que dejó ver muy buenos resultados porque logró consolidarse con utilidades positivas y unos estados financieros sólidos que contaron con la bendición de la revisoría fiscal.
“La empresa cumplió con todas sus obligaciones, honró el compromiso de reorganización adquirido con la Superintendencia de Sociedades, pasó muy bien el año y la conclusión es que se hicieron muy bien las cosas y que nos estamos proyectando para este 2021 y darle rienda suelta a planes de exportación. En síntesis, el año fue muy positivo para nosotros”, declaró el señor Patiño Largacha.
Un asunto que llama poderosamente la atención es el nombre que sigue ganando la carne colombiana, cada vez con mayor demanda en el globo y en la mira de mercados de grueso calibre. Si bien en 2020 la venta exógena fue importante por lo hecho con Emiratos Árabes a donde fueron siete contenedores de la marca en el mes de julio, una operación satisfactoria porque tuvo aceptación, ratificando que la carne de Friogan y la colombiana, tiene muy buena receptividad, básicamente en los países de Medio Oriente.
Según el directivo, la empresa y el país tienen proyección para seguir trabajando con los países de Oriente Medio, con los que se tiene admisibilidad, facilitando el arribo del producto colombiano, haciendo la claridad que son mercados de no muy alto valor, comparados con otros destinos comerciales en el mundo.
Reveló que la compañía y la ganadería colombiana están preparándose para mercados de mayor valor y por eso todos los esfuerzos están apuntando a China, razón por la cual no se descarta que, en el segundo semestre de este año, una vez esté listo el acuerdo sanitario, Friogan embarque carne de la mejor calidad al gigante asiático.
Todo el oficio para conquistar el mercado chino avanza de la mejor manera ya que igual están las plantas solicitadas listas para iniciar labores, pero de momento el trabajo se enfoca de manera juiciosa en Colombia, ello fortaleciendo la cadena de abastecimiento de ganado pues no se puede negar que hay inconvenientes con la provisión y con unos precios que nuevamente están muy altos, a tal punto que el factor coste hizo que la oferta colombiana saliera de competencia con algunos países como Líbano y Jordania.
No todo lo que brilla es oro
Friogan sostuvo que los actores cárnicos en Colombia están muy afectados por el daño colateral que implican las exportaciones de ganado en pie, las cuales aumentaron considerablemente en 2020 pues el despacho llegó casi a 264.000 animales con precios muy bajos, valores de pre-ceba y levante, un factor que empieza a impactar la oferta de ganado gordo para el beneficio.
“Vemos que este año ha habido una disminución en el sacrificio, pues el mes de marzo ha resultado sumamente difícil en la oferta de ganado, sin embargo esperamos que las cosas sean muy bien analizadas en el Gobierno y aguardamos por ello, una regulación de las exportaciones de ganado en pie, las cuales respaldamos, pero sin que estas, necesariamente, afecten el mercado local, y por tal razón hacemos fuerza porque el ejecutivo emane una ordenación en cuanto al peso, las exportaciones y las condiciones sanitarias que finalmente protegerán el estatus de Colombia”, puntualizó el Gerente de Friogan.
El invitado razonó que sin fiebre aftosa, la Colombia ganadera generó la apertura de mercados y facilitó el trabajo con las autoridades, incluida Procolombia, una labor que condujo a unos apalancamientos de industrialización y transformación en el sector privado como también para tener un mejor ejercicio en la exportación.
Por estos días partió un barco con 9.000 bovinos y para Friogan es difícil entender como el gremio ganadero aplaude este tipo de operaciones desde el sector pecuario porque se trata de exportaciones sin valor agregado. Patiño afirmó que, en 2016, Uruguay, que es un importante jugador en el mercado de carne, estaba pasando por una situación similar, lo cual hizo que se adelantaran unos estudios trascendentales que dejaron como resultado una cifra de dinero que deja de percibir la economía por la exportación de animales en pie. El análisis habla de 350 dólares por res, lo cual multiplicado por 260.000 arroja una pérdida superior a los 90 millones de dólares que lamentablemente no circularon en la economía del valor añadido.
Allí está de por medio, subrayó Patiño Largacha, los procesos de terminación de ceba no concluidos y el impacto en la transformación, al igual que el costo de los insumos, impuestos y gastos. Es por ello perentorio que el Gobierno analice todo muy en detalle para que expida la regulación, una medida que debe redundar en el mejoramiento de los porcentajes productivos en las hembras, natalidad, pesos al destete, ganancia de peso diario y así mismo disminuir la mortalidad entre tantos parámetros productivos. Groso modo hay que poner en forma al sector para poder afrontar las expectativas en materia de comercio exterior.
El conocedor manifestó que con el hato ganadero de hoy, el país puede ser un jugador importante, pero recalcó que el sector debe aterrizar, mejorar en la parte productiva y fortalecer las instituciones públicas como también las de vigilancia y control, verbigracia el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, INVIMA, igual, estimó, necesario trabajar muy duro en el sistema de identificación animal y trazabilidad que es un lastre que debe superarse para mejorar el escenario exportador.
Si bien hay un trabajo muy intenso por desarrollar, Friogan ve con regocijo que la carne colombiana tiene todas las características para asegurar futuro porque los mercados la reciben de muy buena manera.
En asuntos de ganadería, Patiño instó a tener mejores logros porque no puede verse a futuro la carne como un simple commoditie, pues la realidad de los mercados es a sacarla de allí para añadirle valor y hacerla más rentable, con una marca propia y altamente demandante.
A propósito de las futuras exportaciones de carne a China, el Gerente de Friogan dijo que existe la equivocada percepción que las ventas de cárnicos tiene afinidad con toda la mercadería China que llega a los distintos países. Caso opuesto, explicó, el país asiático es muy exigente en calidad de carne y por ello pide cortes con inmejorables características, proveniente de novillos jóvenes, debidamente procesados y empacados, lo que explica porque remuneran con mejores precios la proteína que solicitan, mucho más altos que los valores pagados en Oriente Medio, una invitación adicional para desarrollar la ganadería y toda la cadena cárnica.
Sobre sacrificio y los datos necesarios para conjeturar o analizar el sector desde el punto de vista producción, retención de vientres y repunte, el asunto es complejo porque las estadísticas no suelen ser muy claras, puesto que una cifra da el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, pero otras muy distintas manejan el Ministerio de Agricultura y el Fondo Nacional del Ganado. Destacó que hubo una leve disminución en el sacrificio de hembras durante 2020 lo cual hace pensar que hay un periodo de retención de vientres.
“Con esta falta de ganado que se ha registrado en los dos primeros meses del año, ya vemos que hay sacrificio de hembras por la misma escasez de ganado gordo y eso puede desequilibrar un poco la balanza, pero sí podemos decir abiertamente que hubo un proceso de retención el año inmediatamente anterior”, comentó Carlos Roberto Patiño Largacha.
En opinión de Gerente de Friogan, tener carne buena y de comprobada calidad no es suficiente porque se hace necesario, pensando en mercados y exportaciones, lograr consensos entre ganaderos, procesadores y Gobierno. Anotó que de hecho en la Cámara Cárnica Exportadora de la cual la empresa hace parte con sus cuatro plantas de beneficio con perfil exportador, se consiguió con el concurso de la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegán y el Fondo de Estabilización de Precios, sacar un sello de carne colombiana, cien por ciento en pastoreo, una verdadera apuesta por el valor agregado y un reconocimiento a la calidad de la carne producida en Colombia.
Adicionalmente la firma sigue adelante con unos trabajos de ganadería sostenible, pero indicó que la diligencia del sello para la carne colombiana es el principio de una importante articulación entre el sector público, el gremio ganadero y el sector privado. En este capítulo, Patiño Largacha supuso la necesidad de una política sectorial clara para no seguir dando bandazos ni trazando metas de corto plazo en vista que las exportaciones no pueden ser flor de un día, pero igual no todo debe enfocarse al mercado externo de ganado en pie porque sencillamente estarían canibalizándose las ventas internacionales de carne, más si se tiene en cuenta que la mayoría de los destinos de ganado vivo tienen como origen de la operación a Colombia. Por eso, indicó el gerente de Friogan, el país necesita un trabajo muy importante en política sectorial, en el fortalecimiento del ICA e igualmente sacar adelante proyectos como trazabilidad e identificación.
Al interior de la ganadería hay urgencia porque el Decreto 1500, el mismo que eleva el estatus sanitario de las plantas de beneficio y de transformación de la carne, se cristalice porque tiene como plazo para su desempeño el mes de noviembre de este año. Hay un marcado escepticismo en el cumplimiento de la norma porque después de casi trece años de dilaciones en los tiempos, son muy pocas las plantas con autorización sanitaria.
La informalidad sigue siendo una vaca loca
Un problema que sigue en boga es el sacrificio en mataderos clandestinos y por ello la ilegalidad es un tema que bien puede decirse, habita y convive con los colombianos a manera de mal endémico.
Desafortunadamente, expresó el Gerente, no dieron resultado la mayoría de las mesas de trabajo hechas a nivel regional para conjurar el problema entre otras cosas porque en tiempos de elecciones, alcaldes y gobernadores bajan la guardia puesto que se trata de medidas antipopulares que tienen su impacto.
Dijo que, al hacer cuentas de servilleta, con el censo ganadero puede haber una oferta de alrededor de siete millones de bovinos aptos para sacrifico, lo cual incluye novillos, toros y vacas destinadas para carne. Lo cierto es que la cifra da un sacrifico de tres millones largos de animales anuales, dejando una pregunta en el aire, ¿en dónde están los otros rumiantes?, muy sencilla la respuesta, en la informalidad y la ilegalidad con una cifra que debe preocupar a todos en un país.
Esa es la realidad, las plantas formalmente constituidas, que pagan impuestos, generan empleo y producen riqueza siguen compitiendo de manera increíble con la informalidad y allí está de por medio, no solo el acto ilegal como práctica espuria sino la precaria educación del consumidor que debe aprender a pedir carne sana, de calidad y confiable, igual a preguntar sobre el origen de los ganados y su trazabilidad. Allí, expuso el experto, deben fortalecerse los entes territoriales, las secretarías municipales y departamentales de salud, sencillamente nunca se llegará a un mercado legítimo e inocuo.
Para Friogan lo ideal en aras de luchar eficientemente contra la ilegalidad sería la unificación de sistema de registro, vigilancia y control del INVIMA con las entidades territoriales porque a criterio de Patiño, no tiene sentido que el INVIMA solamente vigile las plantas de beneficio y las regiones se encarguen del ojo avizor y las alertas en transporte y expendio, esos menesteres deben, acentuó el vocero, articularse para el firme cumplimiento de la ordenanza.
Friogan sacrificó en 2020 un promedio de 290.000 bovinos, siendo la empresa con mayor participación en el mercado. La meta para 2021 es llegar a los 310.000 animales, advirtiendo que las curvas en beneficio vienen en descenso de manera importante desde el año 2013, intentó nivelarse en 2018, pero las plantas no volvieron a reportar los sacrificios de años anteriores.
La caída la explican entre tantos factores, la ilegalidad y la informalidad, empero también la contracción del ingreso de los colombianos que castiga el rubro de alimentos cuando la plata no alcanza.
Otro inconveniente para tener en cuenta es el contrabando de ganado procedente de Venezuela, gran responsable de la aparición en Colombia de la fiebre aftosa y a la pérdida en general del espacio sanitario. Hay que decir, no obstante, que con el inicio de la pandemia y el cierre de frontera colombo-venezolana, los sacrificios formales en la planta de Friogan en Cúcuta empezaron a subir, a tal punto que el crecimiento estuvo cercano al 30 por ciento, fruto de un control estricto al contrabando de carne y de ganado.
Un propósito, que demanda urgencia y que debe atenderse a la mayor brevedad es la reglamentación de la movilidad de los animales y el tener al día el origen de los predios que exportan ganado en pie, habrá una motivación muy grande para que siga haciendo curso el contrabando.
Friogan sigue adelante con unos procesos rigurosos de beneficio en las plantas de San Cayetano en Norte de Santander, Corozal en Sucre, la dinámica planta de la dorada y Villavicencio en el Meta.
Hoy la ganadería dedicada a la venta y exportación de carne tiene un escenario amable, pero retador pues hay optimismo y ganas de hacer muchas cosas, de todas maneras, hay consciencia que es muy necesario fortalecer la cadena de valor en el sector cárnico para que esta le dé rueda suelta al potencial que tiene.
Actualmente y en términos de carne, el consumo per cápita mostró una caída al pasar en 2019 de 18,6 a 17,1 kilogramos por persona al año en 2020. Otra cifra llamativa es el sacrificio general de bovinos en Colombia que cerró el periodo anterior en 3.2 millones de cabezas, una caída del 4,3 por ciento frente a 2019 cuando la cifra superó los 3,4 millones de animales inmolados.
Hay una hoja de ruta, fueron trazadas unas metas y por ello Friogan le apuesta a unos mejores resultados, igual a conquistar mercados y poner la marca cárnica de Colombia muy arriba, en sitios preferenciales porque la calidad y los esfuerzos dan para ello y mucho más. ¡En buena hora!