Domingo, 23 Enero 2022 00:29

Ganado Pardo Suizo, ideal para cruces y repoblamiento en el trópico

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Los cruces han arrojado tan buenos resultados que a la fecha hay escasez de toros puros, muy demandados para mejoramiento genético.

La ganadería en Colombia ha pasado por varias etapas y dentro de éstas se ha experimentado la llegada paulatina de nuevos ganados que mostraron muy buenos rendimientos en leche y carne, un doble propósito que en un comienzo manejaron los productores colombianos y de América Latina con las razas criollas, las que llegaron en 1493 al Nuevo Mundo.

El tiempo pasó de manera vertiginosa y con la multiplicidad de razas en Colombia, hubo una que logró ascender al olimpo merecido del posicionamiento, el Pardo Suizo, un ganado milenario, originario de las gélidas cordilleras suizas, de espectaculares características, unos bovinos óptimos en leche y carne que garantizan rusticidad, adaptabilidad y rentabilidad.

Según la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, los animales de esta raza se caracterizan por su talla mediana, capa con buena pigmentación "café-gris", el cual varía en tono, prefiriendo las sombras oscuras y las áreas de un color más claro se localizan en los ojos, hocico, orejas y en las partes bajas de las patas.

El pelo de este linaje es corto, fino y suave, la piel pigmentada, muestra tono negro en la parte expuesta como en el hocico. Los cuernos son blancos con puntas negras, medios o pequeños, dirigidos hacia afuera y arriba, encorvándose en las puntas. La cabeza de estos rumiantes es ancha y moderadamente larga. La espalda es amplia y la línea dorsal recta. El pecho es amplio, las costillas bien arqueadas. El Pardo Suizo es reconocido por sus buenas patas y pezuñas, rasgos necesarios en la evolución de la raza en los Alpes Suizos, lo que confiere ventajas en el pastoreo, las partes extremas o cascos negras. La ubre se encuentra bien desarrollada, está en general perfectamente adherida y tiene excepcionales pezones.

Una raza con historia

 

 

Hablar de Pardo Suizo o Brown Swiss implica subir en la cápsula del tiempo e ir muchos siglos atrás porque se trata de una raza milenaria. Los conocedores aseguran que este Bos Taurus tiene unos inicios atávicos, a tal punto que ubican sus orígenes en la zona del lago Dwellers, 2.000 años antes de Cristo. En el sitio fueron encontrados huesos fósiles que datan de la edad del bronce y el hierro. Este tipo de bovino se desarrolla en los valles y montañas de Suiza central, constituyéndose en un núcleo de enorme pureza y gran atractivo por su fuerza, tamaño y rusticidad.

La raza Pardo Suizo es famosa a nivel mundial por ser la segunda en rendimiento lechero luego de la casta holandesa Holstein, como si fuera poco, es la más antigua de las seis estirpes lecheras taurus, Shorthorn, Holstein, Jersey, Guernsey y Ayrshire. Hay que reconocer que la raza tiene abundantes bondades, no en vano dio inicio al camino de la selección especializada hacia la rama lechera, dejando ver en los últimos 50 años el mayor repunte entre las demás razas.

Este es un linaje de muy buena adaptación lo que explica la expansión del Pardo Suizo en diversas latitudes, en vista que se acomoda en países que van desde del círculo polar ártico hasta el trópico. Es tan confiable que logra adaptabilidad en pisos térmicos al nivel del mar, pero igual con buen comportamiento en montaña, soportando alturas superiores a los 3.800 msnm.

Quienes siguen esta formidable raza dicen que, pese a los siglos, mantiene idéntico el color, igualmente la pigmentación de la piel, pezuñas y fortaleza entre otras características.

La Asociación de Criadores de Pardo Suizo & Braunvieh, dice que los primeros registros tendientes a evaluar la raza por medio de su rendimiento en leche se dan en Suiza en 1.800 cuando se abre el libro de control lechero. En 1.856 se realiza la primera feria internacional en Paris y en 1.862 en Londres donde llama poderosamente la atención de ganaderos norteamericanos, los cuales la importan a su país por primera vez en 1.869, con un total de 140 vacas y 25 toros. En 1.880 es fundada la Asociación Americana de Criadores de Ganado Pardo Suizo y con ella se da comienzo a los libros de registros de los ejemplares a partir de sus padres y abuelos, con una acelerada selección para obtener un animal especializado en la producción de leche, como consecuencia la raza ganó tamaño y aparecieron las clásicas cuñas lecheras.

En los antecedentes del Pardo Suizo, la asociación evocó que en 1928 nació en Estados Unidos la que recientemente se nombró como la “Reina Madre de la Raza” la vaca Jane of Vernon, cuya influencia en la evolución del Pardo Suizo orientado a la producción de leche fue inmensa.

Lee’s Hill Farm se consolidó como una finca élite con las cinco hijas de Jane y su hijo, Jane’s Royal, dominando así el panorama norteamericano hasta la década del 60, cuando comienza la era de Welcome in Farm que tiene el privilegio de ver nacer en su finca al reformador y modernizador de la raza WELCOME IN STRETCH.



 

Entre 1.960 y 1.980 aparecen además de Welcome in Farm, otros hatos de amplia influencia como Norvic, cuna de Lilason Beautician, Voegeli farm en Wisconsin, HyCrest farms, Tateyama farms, White Cloud, Top Acres, y otras de no menor importancia Niermans, Blessing farms, R-Hart, Bridge View, Rolling View y muchos más.

Así como la granja “Welcome in” por una feliz casualidad aportó a la raza a su transformador – modernizador, el toro STRETCH; la Hacienda “Norvic” fue escogida oficialmente por la Asociación Norteamericana para hacer un reproductor minuciosamente estudiado. La comisión de jueces, clasificadores y ganaderos designada para tal fin solicitó a “Norvic” preñar la vaca Loa-Beauty con el toro Norvic Larry’s Lilason, un hijo de Master Larry, por lo tanto, nieto de Lee’s Hill Marterpiece M, el gran tesoro racial que vino a Colombia y fue infortunadamente desaprovechado.

El cruce aconsejado, dijo la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, se realizó y el macho esperado nació sin descrestar o generar buenos impactos visuales. El ternero fue llamado Norvic Lilason’s Beautician, que desde pequeño fue de pobre apariencia; de todas maneras, la comisión de expertos encargada de evaluarlo, estimó prudente dejarlo crecer un poco y volverlo a mirar.

Pasaron meses y en recurrentes visitas su fenotipo no convencía. Un tanto estrecho en el tórax con ancas desniveladas y articulación de la cadera baja, ofreció muchas dudas a la comisión que, sin embargo, basada en su sólido Pedigree, optó por autorizar usarlo como reproductor a manera de prueba, llegando así a ser el magnífico padre de muchas hijas e hijos hasta obtener el Qualified Sire.

 

Ganado Pardo Suizo y su arribo a tierra colombiana

 

 

Los primeros animales Pardo Suizo, aseveró la Asociación, llegaron a Colombia en 1928, cuando la Sociedad de Agricultores de Antioquía, importó de Suiza 12 ejemplares.

 

“Don Pedro Uribe Mejía, gran líder cafetero, adquirió algunos ejemplares y estos sorprendieron en su producción, el señor Uribe organizó durante varios días, el ordeño de una vaca Parda en la plaza principal de Manizales. Los colaboradores iban colocando la leche en vasos. Un día llegó a dar 120 vasos de leche, una ecuación que dejó al final 30 litros de producción, en una época donde no se suministraba concentrado, sino solo pastoreo”, narra una anécdota de los albores de la raza en territorio colombiano.

Entre los hatos que se fundaron en Colombia por aquellos años, dijo la afamada asociación ganadera, sobresalen tres que dejaron huella por las buenas sangres que difundieron por todo el país: “Vuelta del Cerro” de Alberto Kling; “El Vergel” de Fernando Carrizosa, desde hace varias décadas pertenece a la familia von Fedak y “Suislandia”, de Heliodoro Bonilla Guzmán. A continuación aparece “Serramaya”, Secretaria de Agricultura y Ganadería de Santander, Comité de Cafeteros del Norte de Santander, Hermanos Carreros de Cúcuta, al igual que Humberto Faillace, “El Ocaso”, “San Felipe”, “Candilejas”, “Los Castaños”, “Maguncia”, “Montellano”, “Normandía”, “Madrigal”, “Chotayatá”, “Lomaverde”, “La Argentina”, “El Carrizal”, “La Mejorana”, “Vasconia”, “Quisqueya”, “Mirolindo”, “La Colombia”, “Villa Lilia”, “la Holanda” actualmente El Trejito; “Suecia”, “Los Alpes”, “Chapetes”; hablando de Braunvieh, actualmente sobresalen “Hacienda del Río” y “San Felipe” y muchísimos más de un extenso relicario que exigiría mucho tiempo para recordarlos.

 

 

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el presidente de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, Carlos Enrique Castillo Mantilla, indicó que con esta apuesta la ganadería nacional ha avanzado en mejoramiento genético y en unos rendimientos que redundan en mayores ingresos, así como en sostenibilidad.

El directivo expuso que el eslogan de la asociación no pudo ser más acertado ya que la Pardo Suizo es a toda prueba, “la mejor raza para producir leche y carne en el trópico”. Agregó que el común denominador es el rendimiento y el valor agregado en genética. Según Castillo Mantilla el país con este linaje tiene diferentes variaciones de acuerdo con los pisos térmicos, porque el ganado puro muestra su verdadero potencial y el mejor desempeño en zonas frías en vista que sencillamente no hay garrapatas, un enemigo mortal de los ganados Taurus puros europeos como Holstein, Jersey, Angus, Ayrshire, Pardo Suizo y todos los genuinos, a los que este tipo de parasito les da durísimo, algo que llama poderosamente la atención porque a los cebuinos casi que ni los mira.

 

“Afirmó que increíblemente ese es un factor determinante para saber cómo un productor se acomoda mejor con su ganado y de esa manera evitar sobrecostos o pérdidas”, anotó el señor Castillo Mantilla.

 

Un manejo acertado de la raza tiene que ver con mejoramiento genético, puesto que este abolengo bovino y su descendencia se acoplan a la nueva realidad climática en el globo y puntualmente en zonas de trópico alto medio o bajo, todo un reto en donde los cruces han entregado lo mejor de sí para adaptar animales en zonas extremas sin perder el factor rendimiento.

En ese sentido, el presidente de la asociación dijo que para enfrentar el cambio climático es determinante hacer los cruzamientos adecuados, porque en dónde hay garrapata a los ganados genéticamente mezclados, el problema no los afecta, especialmente a los mejorados con razas cebuinas. Apuntó que en climas fríos los híbridos obtenidos entre Pardo Suizo y Holstein son maravillosos, porque suelen ser fuertes, longevos, y para el caso de las vacas, apuntó Castillo Mantilla, muy buenas productoras de leche; el cruce de Pardo Suizo con Jersey es excelente, pero hay menor cantidad de ejemplares.

Recalcó la tremenda calidad de los ganados puros de la raza cuya justificación, más allá de la producción de leche o carne, es generar los sementales para trópico bajo en donde son cruzados con vacas de estirpe Cebú. Destacó la unión genética de Pardo Suizo con Gyr, una mezcla perfecta para aumentar la producción lechera, un aspecto que no solo involucra cantidad sino calidad.

Indicó que ese tipo de bovinos, mejorados o cruzados con Cebú se adaptan fácilmente a alturas de cero metros sobre el nivel del mar, no les pasa absolutamente nada cuando son media sangre y deben enfrentar temperaturas elevadas e inclementes.

 

“En la medida que se va aumentando el Taurus en un cruce, se hace necesario un mejor manejo y además ir cambiando la altura, algo indiscutible porque los animales necesitan tierras más frescas a mayor porcentaje de Bos Taurus. Igual pasa con el Braunvieh, es lo mismo, porque esta no es ninguna raza diferente, sino que, en el origen, el Pardo Suizo hace más de 120 o 130 años tuvo una selección estricta en Estados Unidos, totalmente direccionada hacia la leche, luego apareció un nuevo fenotipo expresado en las vacas puras de leche, las americanas”, puntualizó Carlos Enrique Castillo Mantilla.

 

 

Añadió que el ganado tradicional y original suizo fue seleccionado en México y Canadá, direccionado hacia la producción de carne, dejando claro que el Pardo Suizo fue un bovino de triple propósito porque incluyó trabajo, pero eso quedó atrás y hoy, quizás, en algunas comarcas europeas aún utilizan bueyes suizos. Dijo que en Europa fueron cruzando los ganados locales con americanos, lo cual le dio origen a otro tipo de vaca, mucho más fuerte que la estadounidense, pero con excelentes ubres, patas inmejorables y altísimas producciones.

Por todo lo anterior, especificó Castillo Mantilla, no es tan fácil definir qué es una Pardo Suizo, porque depende del lugar, de la altura, continente y el país, todo eso lo hace complejo puesto que con la raza hay un contexto de cambio y adaptación, todo con diversos climas, así como manejos.

La Pardo Suizo es una raza demasiado versátil, dijo el experto, lo cual la hace fundamental para los cruzamientos habida cuenta que, al recorrer Colombia, en cada rincón de la geografía es fácil ver el color pardo.

 

“Los resultados genéticos son sin temor a la exageración, rimbombantes, pues encontramos novillas ParGyr que llegan a producciones superiores a los 20 litros en primer parto y ya preñadas continúan con obtenciones diarias de 14 y 15 litros con 8 meses de paridas”, expuso el directivo.

 

Una vaca pura de la raza Pardo Suizo puede producir más de 45 litros de leche diarios, con unos atributos destacados en sólidos, proteína y grasa, características que hace de estos rumiantes, de lejos, superiores. En Santander, tuvo ganadería quien puede decirse, fue uno de los grandes representantes y apasionados de la raza, el emblemático empresario Alejandro Galvis Ramírez, quien en vida reportó animales en su hacienda El Madrigal, situada en la Mesa de los Santos, con producciones lecheras de 45 o 50 litros día, las mismas que iban a las ferias y arrasaban con premios y reconocimientos.

Un punto para tener en cuenta es que en materia ganadera la mejor leche y con sobrados méritos, la más apreciada carne está en las razas europeas, algo indiscutible.

El cruce de Braunvieh con Cebú, mejora la habilidad materna, por lo tanto, los rendimientos son admirables en sus crías, que conservan unos atributos asombrosos en carne. Desde su perspectiva, ilustro Castillo, el cruce de Pardo Suizo - Braunvieh con cualquier cebuino tiene un resultado con nombre propio: “extraordinario”.

 

 

El mejoramiento hecho con Pardo Suizo es tan contundente que actualmente hay escasez de toros puros para cruce, puesto que la demanda creció a unos niveles muy altos. La raza, escribió Carlos Enrique Castillo Mantilla, pasa por un magnífico momento teniendo en cuenta que es una verdad absoluta porque los más conocedores saben que es la raza que mejor se cruza para el trópico y por ello, señaló, pueden inventar o importar lo que quieran, pero en temas genéticos y de mejoramiento, el linaje sobresaliente en cruce desarrollado en geografía tropical es el experimentado a partir de Pardo Suizo.

Recalcó que los novillos no solamente con Pardo Suizo, sino con Braunvieh, son extraordinarios, ya que registran buen rendimiento en canal, son precoces y tienen otras ventajas como la pigmentación que les ayudan a soportar de mejor manera los rayos solares, una bondad porque a todas las razas europeas, sin hablar mal de ellas, el astro rey les da muy duro, ya que les produce trastornos de piel, unos daños severos que afectan la salud del animal por falta de pigmento, que junto a las patas, son fundamentales en los linajes Pardo Suizo.

Esta raza es posiblemente la más antigua y por el trabajo juicioso de unos monjes que se dieron a la tarea de conservar el historial genético, una labor esencial gracias al apego que la iglesia siempre tuvo por el campo. Manifestó su admiración por las mejoras genéticas de Pardo Suizo hechas en Estados Unidos a partir de finales del siglo XIX, unos cambios fundamentales que la hicieron apetecible.

Como en muchos aspectos de la vida, Castillo Mantilla afirmó que la experiencia no se improvisa, razón por la cual los más viejos de las comunidades son los llamados a dar los consejos y a optimizar las prácticas en varios frentes. Por ello no se le puede decir a un ganadero de San Alberto, Cesar, que cruce con Pardo Suizo indefinidamente, porque al final sus ganados serán totalmente desadaptados al trópico. El tema es producir masivamente F-1, debido a que, en tierras demasiado ardientes, extremadamente calurosas, las plagas atacan el ganado sin contemplación alguna, golpeando la productividad y estocando inversión y desde luego rentabilidad, la misma que muere con los vacunos.

 

“Hace muchos años hubo en el departamento de Córdoba, una importación completa de Braunvieh que murió a causa de la tripanosomiasis, enfermedad transmitida por los tábanos. No podemos inventar lo que ya está inventado, pero tampoco le podemos recomendar a la gente que haga cosas distintas, aunque hay algunas haciendas en tierras ardientes que tienen unos manejos especiales y que pueden tener ganados estabulados, implementado ventiladores y todo lo que implique calidad de vida para animales en climas extremos, solo así es viable tener animales de mayor porcentaje al F-1, pero la mayoría de los ganaderos del potrero y sombra bajo el árbol, no puede. Hay magníficos resultados en fincas como Rancho la Angostura, en Ricaurte, Cundinamarca, un sitio donde las buenas prácticas ganaderas superan la imaginación por cuanto hay prioridades como nutrición y unos mecanismos de cría de avanzada, advirtiendo que el hato no maneja hembras puras, tan solo el macho reproductor que participa en la obtención de unos ganados cruzados de alta calidad”.

 

Gracias a la genética, se han logrado cruces con Pardo Suizo para todos los climas, reiterando que el máximo confort lo encuentra la raza pura en trópico alto.

 

La ganadería necesita sinergias y verdadera colaboración

 

 

Retomando el capítulo Santander, hay lugares como Floridablanca en donde la garrapata mata los animales de manera alarmante, una situación para tener en cuenta desde varias entidades estatales, por cuanto no hay una contundente investigación como se esperaría de Agrosavia e inclusive de la autoridad sanitaria representada en el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA.

Para el vocero de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, lamentablemente con el Gobierno no hay cercanía, quizás porque muchas entidades que están destinadas para el desarrollo rural, están politizadas, haciendo que a un ganadero le toque defenderse prácticamente solo, con vueltas engorrosas e increíblemente complejas como pedir una simple guía de movilización, todo un lío.

 

“El ICA no tiene una filosofía de verdadera ayuda al ganadero, carece de ella, eso sin desconocer que hay personas o funcionarios amables que ayudan, pero se trata de individuos más no de un principio real de servicio. Hay muchos vacíos, no existe una política de estado para el campo, no hay una mano amiga y le toca a cada quién defenderse como mejor pueda, algo increíble en pleno siglo XXI, en donde tanto se habla de competitividad, sinergias, productividad y libre comercio”, expuso Castillo.

 

Pese a que no llega ayuda de ninguna índole, hay un aspecto que salva la ganadería y es la pasión con la que se hace, un asunto fundamental en la cría de bovinos porque incide en alcanzar metas y superar escollos, por cuenta propia.

La actividad bovina, precisó el presidente de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, tiene muchas aristas, pero una de las grandes limitantes es la mano de obra, porque que tristemente a los trabajadores no se les ha entrenado o capacitado para las labores pecuarias y el manejo de razas especializadas, una falencia en el mercado laboral agrario, el ganadero se convierte en instructor o educador del empleado que llega carente de experiencia, lo que lleva a que se cometan reiterados errores. Además, como consecuencia de la desidia gubernamental, las generaciones jóvenes del campo migran a las grandes ciudades buscando “mejor futuro”, ocasionando escases de mano de obra.

Manifestó que lo único que se les dio a los campesinos fue un malsano asistencialismo como Familias en Acción y otros auxilios que patrocinaron la pereza, el desapego por la laboriosidad rural, un error gigante por se generó dependencia del aparato estatal y no un ingreso ganado con el sudor de la frente, todo un desastre porque les cambió el chip a los campesinos que canjearon la estabilidad laboral por unos cuantos billetes que gira el Estado, inclusive producto del trabajo de quienes realmente apuestan por el país.

 

“El asistencialismo se parrandeó el campo, se llevó los trabajadores y creó seres conformes con ambientes perniciosos. No cabe duda, el paternalismo es muy malo, como a los hijos, a la gente hay que enseñarla a trabajar, a que lleve decorosamente el pan a su mesa, pero hoy vemos vagos y unas políticas sociales equivocadas con efectos terribles”, apuntó el directivo.

 

No hay que abandonar las razas criollas

 

 

En medio de la plática, el directivo dijo que Colombia, así como ha acertado en muchos aspectos de la ganadería, igual incurrió en algunos errores como importar bovinos con linajes de los que había poco conocimiento, abandonando estirpes ya posicionadas y de gran rendimiento, lo cual incluye las razas criollas que tildó de formidables y bastante rendidoras.

Sostuvo que el cruce de Pardo Suizo con Blanco Orejinegro produce unos animales de espectacular calidad. Al destacar las características de los ganados criollos, Castillo, señaló que estos bovinos tienen la misma adaptación de los cebuinos, porque debieron aguantar por más de 500 años, hambre, malos tratos y como ocurre en el trópico, precario clima, unos elementos que las robustecieron, les dio rusticidad y las hizo importantes para mantener linajes o hacer cruzamientos.

Como se dijo, la elevada demanda de machos puros de la raza Pardo Suizo para cruces en las zonas de trópico bajo en donde son eficientes en su mezcla con cebuinos, terminó generando escasez de toros. Dentro del hato puro del destacado linaje hay en Colombia unas 3.000 hembras excelsas y una caída en la oferta de sementales, sin embargo, por cruzamiento es interminable el número de vacunos, ya que la descendencia por monta natural o inseminación artificial ha aumentado la población híbrida con la mejor genética, todos de fácil adaptación a los diferentes climas, con múltiples opciones y unas fortalezas únicas.

Un torete puro Pardo Suizo de año y medio, listo para el servicio puede costar diez millones de pesos, una suma que demuestra que apostar por este tipo de ganado es rentable y muy fácil de hacer. Al ver las posibilidades que ofrece esta noble raza, es fácil para quien quiere invertir en un hato, apostar por Pardo Suizo, unos bovinos que están regados por todo el país y en todos sus pisos térmicos.

Un toro de gran rendimiento y calidad explicó Castillo, exige buena comida, concentrado, suplementos, sales, agua y protegerlo de las garrapatas. Recomendó de vez en cuando, hacerle al macho tratamientos preventivos. Una iniciativa de la asociación es cambiar el horario de este tipo de torete pardo y volverlo nocturno, es decir soltarlo con las vacas en la noche y de esa manera acoplarlo a un ambiente tranquilo y sin los rigores del estrés climático, ya que en trópico bajo hay temperaturas que superan los 40 grados centígrados.

En una próxima entrega contaremos en detalle la interesante historia del ganadero Carlos Enrique Castillo Mantilla, una persona entregada a la ganadería y socia de Asopardo hace 50 años. En 1971 este ganadero inicio con mucho entusiasmo, un pie de cría que consistió en una novilla adquirida en “Los Castaños” y un ternero puro en “El Vergel”, la cuota inicial para una vacada de muy buena condición.

 

Contrabando, un lío que sigue haciendo daño

 

 

La Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh, hizo un llamado al Gobierno y a las autoridades para que metan en cintura un problema de nunca acabar y que tiene que ver puntualmente con el contrabando de bovinos, todo por una frontera porosa de 2.219 kilómetros en dónde el ilícito fluye sin control alguno.

En el asunto hay una manifiesta irresponsabilidad de autoridades, ganaderos, frigoríficos y comerciantes, por cuanto recurrentemente se sabe de actos de corrupción, todo para ingresar bovinos de Venezuela, un acto delictivo e irresponsable que expone el hato a un contagio de Aftosa o cualquier otra enfermedad delicada, derrumbando todo lo que se ha hecho desde la cría legal y formalmente constituida, que cobija la gran mayoría de criadores.

Este comercio espurio, subrayó, no lo hace un ganadero responsable y es por eso por lo que debe haber ojo avizor en las fronteras para frenar la llegada de ganado que pueda significar un enorme riesgo y la eventual pérdida del estatus sanitario, logrado con todo el esfuerzo.

Regresando al Pardo Suizo, debemos reconocer su mansedumbre y fácil manejo, fue y es un animal que sedujo a los productores; tan efusiva resultó la llegada del bóvido que el 30 de octubre de 1945 se le dio vida a la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo, actualmente: Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Pardo Suizo & Braunvieh “ASOPARDO”.

Los precursores de la asociación se dieron a la tarea de abrir los libros genealógicos de la raza, hicieron los trámites pertinentes para las importaciones y arrancaron con la multiplicación del Pardo Suizo. En su momento los fundadores recibieron el apoyo del ganadero estadounidense Lancey N. Óbice, ex¬-vicepresidente de la Brown Swiss Association.

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