Sábado, 08 Julio 2023 07:16

Agricultores dependen de la misericordia del gobierno: Fedearroz

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La situación campesina es bien compleja, el ejecutivo centra su acción en tierras que ya generan inconvenientes, apartándose de la productividad, un ejercicio necesario para alimentar la población.

De manera recurrente se viene hablando de la situación de los productores rurales así como de las dificultades del agro-negocio que pasa por uno de sus peores momentos por la falta de entendimiento con el Gobierno que al parecer se aparta de algunas peticiones hechas por los gremios y los cultivadores, generando una distancia malsana que golpea a las familias porque finalmente si cae el abastecimiento serán los hogares quienes lleven del bulto porque aún no se logra reemplazar importaciones y el camino agropecuario tiene hoy más talanqueras y cercados de los que se piensan.

Es urgente abrirle paso a un gran diálogo nacional agropecuario que permita exponer ideas e inquietudes para destrabar la economía primaria y empezar a fomentar los caminos de una buena agricultura, de provisión tranquila y rentable para quienes se dan el lapo con dificultades, empezando por infraestructura casi inexistente, carencia de bienes públicos y diversidad en modos de transporte pues olímpicamente acabaron los trenes, la base logística del desarrollo, empezando por el repunte del campo.

No puede obviarse que no hay herramientas jurídicas para trabajar, los agricultores se sienten abandonados y con un desconocimiento del Estado y la sociedad que los vio trabajar con las uñas, inclusive en los luctuosos y asustadizos momentos de la pandemia. Los labriegos, muchos de manera arcaica, siguen poniendo semillas en la tierra y lo peor, en manos de unos intermediarios abusivos e impíos que se quedan con la utilidad de quien se rompe el lomo independiente de los factores atmosféricos.

Llegó la hora de hacer del campo la gran empresa, ojalá una multinacional de bienes y alimentos que les lleve abastecimiento a los consumidores en el mundo, pero primero a los nacionales que quieren cosechas de tremenda calidad para alimentar con la garantía de una excelente salud a sus familias, es el momento de poner en oferta, crédito barato para quien labra y cría animales, pero también es el instante de morigerar los impuestos al sector rural y promover políticas sociales y económicas que premien al que hace la tarea en los campos y por esa vía recuperar la mano de obra fugada de las veredas por el temor a morir como los abuelos o los padres, de hambre, pobres, endeudados, atracados y amenazados, por citar unas pocas circunstancias de la retahíla.

 

 

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Director Ejecutivo de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, en Casanare, Luis Faver Mosquera aseguró que los inconvenientes siguen siendo el pan de cada día porque no hay condiciones para la producción agropecuaria que sigue con serias dificultades porque no hay incentivos o mecanismos seguros que permitan fortalecer el ingreso al productor sin afectar a las amas de casa que pueden tener la seguridad que con el agro colombiano llevan a su mesa calidad, equidad e inocuidad.

Actualmente, aseveró el directivo, como se vio en épocas pasadas, la agricultura depende de los milagros, no solamente de San Isidro Labrador que por el cambio climático recuperó su vigencia sino de Dios, la Santísima Virgen y otros aliados celestiales que son vitales en el reverdecer de la agricultura, casi sepultada por las políticas neoliberales con la apertura económica y por otras movidas de libre comercio que agarró a muchos en fuera de lugar en competitividad y en total desventaja por la precariedad vial más los subsidios y ayudas para los agricultores a enfrentar por parte de sus gobiernos.

En opinión de quien firma, poca astucia en las negociaciones y demasiado afán a la hora de entregar lo poco que quedaba de país.

Es tan complejo el panorama de los agricultores que ante los oídos sordos del Gobierno se hace perentorio acudir a la misericordia del mismo ejecutivo porque a la fecha los arroceros en alto número están en serios problemas porque sembraron arroz, pero sigue haciendo falta la garantía para los agricultores que necesitan que la inversión hecha sea acorde con el precio y no perder utilidad con unos elevados costos de producción ya que nadie trabaja para lo que vean pues no puede esfumarse el término rentabilidad, un término que debe traducirse en mejores condiciones para el consumidor y el industrial.

 

“Solamente así podemos tener una economía justa, que permita crecer y amparar a los menos favorecidos que es lo que al parecer quiere el presidente de la república. Le digo, apelamos a esa misericordia porque es visible que nos tocó implorar para que nos atendieran los requerimientos, inclusive adelantando marchas y logrando poco frente a la realidad arrocera”, declaró el señor Luis Faver Mosquera.

 

 

En plena cosecha arrocera en el Casanare, los productores siguen confiando en la voluntad política puesto que, si hay eco, es factible sacar la cosecha adelante, a juicio del directivo, si la agricultura es dinámica y tiene las condiciones, se genera empleo, inclusión, crecimiento económico y la anhelada paz que siendo un tema del campo se ha quedado en promesas y un vamos a hacer que nunca se hace.

La eficiencia en el campo, insistió, llega muy de la mano de la buena voluntad estatal y de unas determinaciones y apoyos para el agro que faciliten el crecimiento del sector primario, advirtiendo que los últimos distritos se construyeron hace más de 50 años y es totalmente irónico que los productores estén reclamando y luchando década tras década por las mismas necesidades.

El conocedor anotó que Colombia se quedó sin estudios porque cada año se hacen exploraciones, pero lamentablemente no se ven los resultados lo que obliga a reclamar políticas serias que conlleven a construir y no a destruir lo que ya se tiene habida cuenta que es urgente avanzar sobre lo positivo que existe y lograr la máxima eficacia en los cultivos.

Expuso que el Casanare representa hoy el 46 por ciento del área total arrocera del país, motivo por el cual pesa fuertemente en la producción nacional de arroz. Este cultivo, afirmó el directivo, es muy importante en la economía regional y en aspectos sociales por cuanto es vital en la generación de empleo, básicamente de mano de obra no calificada, en síntesis, el cereal impulsa puestos de trabajo directos e indirectos porque va afianzando una cadena muy grande que se mueve en torno a la siembra de arroz por cuanto se beneficia desde la señora que vende tinto en las estaciones de servicio, los almacenes o puntos de venta hasta los talleres de maquinaria, un comercio grande, mediano y pequeño que gira en torno de la actividad arrocera.

 

 

Al destacar la importancia de la siembra arrocera en Casanare y otras zonas, Luis Faver Mosquera reconoció que cuando no se mueve el tema arrocero, las economías que gravitan en las zonas de producción están en serios problemas.
Precisó que la ventaja del arroz es que el capital invertido se queda en las regiones indexando así el progreso de las regiones en donde se planta este cereal.

En Casanare, de los 19 municipios 12 se dedican a la siembra de arroz y cabe destacar que en los últimos 10 años las áreas cultivadas vienen creciendo lo que explica porque hay más de 180.000 o 200.000 hectáreas en plena producción, aunque habrá que esperar los datos ya listos de áreas utilizadas para obtener este alimento.

El contertulio anotó que Colombia consume en promedio 220.000 toneladas mensuales de arroz lo que quiere decir que Casanare participa con cerca del 50 por ciento de la oferta nacional. La región produce en promedio un millón de toneladas anuales, un número significativo en materia agrícola.

Casanare, en donde dicen hay un rio o fuente hídrica cada 15 o 20 minutos, adolece de distritos de riego, como si fuera poco los ríos que están en el pie de monte ganan en canalización de agua, pero la pierden rápidamente generando la estacionalidad del arroz por que las 180.000 o 200.000 hectáreas cultivadas en el primer semestre bajan a 20.000 hectáreas en el segundo periodo del año. Los canales de riego que se pueden ver son aquellos que fueron construidos por los agricultores con las uñas lo cual es reflejo del total abandono de los labriegos por parte del Estado.

 

 

En su análisis, el Director Ejecutivo de Fedearroz en Casanare, puntualizó que desarrollar o construir distritos de riego beneficiarían, no solo a los arroceros, sino a la agricultura como un todo porque detrás de eso están las demás labores agrícolas, la ganadería, cría de especies menores y piscicultura, labores que podrían mejorar en rendimientos con los canales de riego, pero lo cierto es que no existen en el momento presente.

Un lío adicional es el represamiento de las siembras y por eso al juntarse con otras recolectas genera saturación en los molinos por cuanto la siembra arranca con el primer aguacero de los meses de marzo, abril y de pronto mayo y terminan al mismo tiempo lo que causa el apuro. El vocero dijo que pese a tener hoy la capacidad de almacenamiento, las condiciones de recibo se dificultan y generan los trancones en donde finalmente el industrial termina poniendo condiciones de precio pues hay una sobreoferta temporal del alimento, un arroz que, si bien se necesita a lo largo del año, debe recibirse en 45 días. Todo el problema, repisó Luis Faver Mosquera, es la consecuencia de no tener distritos de riego en la región que permitieran sembrar en todos los meses del año de una manera más ordenada, generando desde luego excedentes que podrían ser exportados, todo porque el arrocero local es competitivo, maneja variedades eficientes para competir, pero urgen de infraestructura para optimizar productividad y comercialización.

Según los analistas, Casanare podría tener cerca de dos millones de hectáreas productivas en diferentes cultivos, pero la idea no es crecer de manera devastadora porque hay que pensar en el medio ambiente y la protección del entorno, de todas maneras, las hectáreas sembradas podrían dar mejor rendimiento con las variedades usadas si hubiese riego y apostar por venderle arroz al mundo.

 

El campo necesita trabajo y no asistencialismo

 

 

Hace unos días un campesino de Cundinamarca dijo que el campo estaba sin actividad por los programas de asistencialismo como “Familias en Acción”, de manera sorprendente manifestó que los dineros que generalmente se obsequian van derecho a los estancos o burdeles de las diferentes localidades. Ante esa tendencia dijo que el Gobierno en aras de la probidad debería hacer un seguimiento para saber si los dineros cumplen con su filosofía o por el contrario no les quitan el hambre a los niños beneficiados con el programa. La idea no está por fuera de la coherencia porque inclusive las quejas llegan más lejos, muchas personas reciben dinero de este plan sin tener hogar o hijos. Como dijo el lugareño, hay que corroborar y mirar con lupa las listas.

Dijo el Director Ejecutivo de Fedearroz en Casanare, que el campo no está pidiendo que le regalen nada, tan solo que se cumplan con el desarrollo y las metas estatales porque hay herramientas, personal humano, científicos y gente capaz de adelantar la ruralidad y garantizar productividad, pero bajo pilares de justicia y compromisos para que se haga tangible lo que en teoría presentan los diferentes mandatos.

 

“No lo decimos porque un gobierno sea de izquierda o de derecha, simplemente queremos que se preste atención al campo pues llevamos más de 50 años de abandono, ya es momento de que se convierta en renta y tranquilidad el sacrificio de cada uno de nuestros agricultores a lo largo del tiempo, un beneficio que debe llegar fruto del trabajo y la actividad productiva, no de dádivas o dineros que llegan sin el mínimo merecimiento, en el campo la gente sabe trabajar y dignificar sus vidas”, expresó Luis Faver Mosquera.

 

Subrayó que además de todo, el campo tiene tecnología, ciencia y personas atiborradas de conocimiento que pueden ayudar a empujar campo y mejora en la calidad de vida quienes habitan en las zonas rurales. Es urgente, anotó, la coherencia entre lo que se propone y se predica a través de los mandatos.

 

Casanare, un departamento rico en agricultura

El Director Ejecutivo de Fedearroz en Casanare añadió que la región es la despensa agrícola del país y por eso se necesita que haya armonía entre el agricultor, el industrial y las mismas políticas que el país genera, pero más allá de todo es necesario el acercamiento del Estado a través de obras, eso sí, sin dejar de lado la seguridad y las vías entre tantos componentes de la tranquilidad y la infraestructura. Expuso que una ventaja es que, al conocer las problemáticas en los diferentes frentes de la cadena, ahora lo realmente esencial es trabajar en común acuerdo para sacar adelante el proceso actual, tema que no es fácil porque no hay voluntad en su totalidad, pero no descartó buenos resultados siempre y cuando se logren sinergias en pro de la productividad y el progreso.

A criterio de Luis Faver Mosquera, es importante reconocer la labor de las mujeres en el campo y afirmó que la mujer arrocera en el Casanare ha mostrado empuje y compromiso razón por la cual se observa un buen desempeño en el tema género, sencillamente porque muchas féminas cabeza de hogar han dado el salto de calidad porque decidieron sembrar, educar sus hijos y a punta de vocación y fuerza engrandecer sus hogares. Es tan encomiable el trabajo de las mujeres arroceras que el año anterior se hicieron algunas exportaciones con lo cual se demostró que es viable cumplir metas sobre pilares de competitividad, algo que se puede seguir haciendo con el concurso del Gobierno.

Luis Faver Mosquera concluyó que la idea es poder contar con precios justos y estables para el agricultor para poder crecer de la mano del Gobierno y de los mismos agricultores.

 

 

Por último, en diálogo con el Gerente General de Fedearroz, Rafael Hernández este medio pudo establecer que en las negociaciones hay un ofrecimiento del Gobierno por 20.000 millones de pesos que serían entregados a los agricultores como incentivo al almacenamiento para que estos guarden el arroz, ello ante la negativa de los industriales de participar en el proceso.

Sobre los 40.000 millones de pesos de los que se viene hablando desde el ejecutivo en cabeza de la Ministra de Agricultura Jhenifer Mojica Flórez, tienen como finalidad unos créditos para la construcción de infraestructura de secamiento en las fincas. Hernández recalcó que incentivo para evacuar cereal en los molinos no va a haber.

 

“Este es un reto enorme para los agricultores que tenemos que demostrar que somos capaces de guardar 100.000 toneladas de arroz advirtiendo que serán unos pocos quienes lo puedan almacenar, pero de todas formas el desafío es grande. El Gobierno anotó que todo debe ir a los productores más pequeños, pero tristemente hay una realidad y es que los arroceros de menor talla no están en capacidad de hacer algo en favor de la competitividad”, detalló Hernández Lozano.

 

 

Explicó que no es fácil endeudarse en 2.800 millones de pesos para montar una planta secadora en la finca ya que los puede dejar en mala situación pensando en el futuro. La salida es asociarse, empero darles manejo a 4.000 asociaciones de agricultores es un asunto muy complicado, ante ese escenario el dirigente gremial comentó que ese tipo de modelo nunca ha dado resultado, pero enfatizó que hay que dejar que el Gobierno intente esas estrategias así se de cuenta que el mecanismo no es posible porque la limitante es la capacidad de inversión que demanda alto crédito de Finagro, algo que pone a pensar en qué o cómo sortearán el tema.

Un problema que puede darse es que la plata puede quedarse en caja porque los agricultores o los de cinco hectáreas no están dispuestos a endeudarse, sencillamente porque no cuentan con las condiciones de respaldo y menos por la pérdida de confiabilidad frente al precio de los préstamos.

Hernández acentuó que el desdén del Gobierno con el gremio arrocero y las políticas adoptadas desconocen un trabajo juicioso hecho durante décadas. Aclaró que hay confusión porque la Ministra dice que el incentivo al almacenamiento se hizo para mejorar la competitividad, cosa que no es cierta puesto que nada tiene que ver la herramienta con asuntos competitivos, este incentivo, aclaró se diseñó para hacer una labor del Instituto de Mercadeo Agropecuario, IDEMA, recoger los excedentes y guardarlos.

 

“Ese arroz que sobra debió guardarse porque estamos a las puertas de un fenómeno de El Niño y si este llega a agravarse pondrá al país contra la pared porque cuando llega la sequía lo mejor es acopiar comida, pero de esos temas poco entiende el Gobierno y lo grave es que puede aprender con un caos en el suministro” advirtió el Gerente General de Fedearroz, Rafael Hernández Lozano.

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