Domingo, 08 Octubre 2023 01:23

Palmas del Cesar, sin duda, el fruto de la excelencia

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Esta empresa no solamente crece y sigue manejando conceptos empresariales de avanzada, apuesta por tejido social, inclusión y concertación con las comunidades.

A 1960 se le recuerda por ser un año cargado de historia, por todo lo que acontecía políticamente en África, fue un año de independencia, Francia vio como la declararon Costa de Marfil, la República Centroafricana y la República de Chad, pero también porque en Estados Unidos un 12 de agosto la NASA puso en órbita el primer satélite globo, el Echo, igual en Colombia este arranque de década marcó un hito por lo registrado en materia de orden público, la persecución en caliente al bandolero Efraín González Téllez y una serie de hechos que involucraron a las desmovilizadas guerrillas liberales, fue un año en el que Hernán Medina Calderón se proclamó ganador de la Vuelta a Colombia, igual escenario del Campeonato Sudamericano de Natación, casualmente de elecciones legislativas, un periodo de Juegos Deportivos Nacionales, recordado ambientalmente por la puesta en marcha del Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos en el Macizo Colombiano entre Huila y Cauca, y desde luego por el campeonato de Independiente Santa Fe, pero un acontecer grato y que marcaría el derrotero del progreso fue la fundación de Palmas del Cesar, una estructura industrial y empresarial que nació proyectando futuro y sostenibilidad en Santander y Cesar con las siembras de palma de aceite.

El hecho generó beneplácito en la sociedad, pero igual en el gobierno que estrenaba el Frente Nacional, el de Alberto Lleras Camargo que sucedió a la recordada Junta Militar.

El entorno era colorido y alegre, el mundo se movía a ritmo de rock and roll, twist, stroll y otras propuestas musicales, las mujeres descrestaban en Estados Unidos y Latinoamérica con sus llamativas minifaldas de tono pastel y botas en cuero, en plena Guerra Fría la gente trataba de explorar cambios y las sociedades fueron migrando hacia la liberalización de pensamiento algo que trastocó las buenas costumbres y el mismo comportamiento.

En Colombia ya se hablaba de los grandes de la música en Estados Unidos, como no pedir música de Aretha Franklin, Ray Charles, Brenda Lee, Jimi Hendrix y otros, pero igual de verdaderos fenómenos que venían de Europa, The Rolling Stones o la sensación de Liverpool, los Beatles.

 

 

Colombia ya era un emporio musical y sus cumbias, porros, gaitas y vallenatos, sonaban y ponían a bailar a nacionales y latinoamericanos, empezaba a conformarse el tremendo grupo los Corraleros de Majagual, seguía con fuerza el ritmo de Pacho Galán, las notas de “Lucho” Bermúdez y se perfilaban tremendos fenómenos como Rodolfo Aicardi que ya estaba en la mira del proyecto “Los Hispanos”, formalizado en 1962 por el eterno empresario Antonio Fuentes.

El 60 fue un año muy musical, aún retumban los tambores y las letras de Pedro Laza y sus pelayeros, de tantos exponentes de la cumbia pura, la salsa y el vallenato. Colombia había adoptado la música ranchera y por eso en bares y hogares se subía el volumen a la radiola con la música de José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Jorge Negrete, Antonio Aguilar, Flor Silvestre, Miguel Aceves Mejía, Javier Solís y tantos intérpretes con los que se acompañó más de una tusa, borrachera o celebración.

En fin, los sesenta llegan y con ellos Palmas del Cesar que escogió el mejor entorno para ver la luz empresarial e iniciar un camino arduo, complejo, pero retador y lleno de metas, las que se fueron cristalizando de manera paulatina y con la mayor precisión.

De Palmas del Cesar hay mucho que narrar y describir, pero cierto es que se trata de todo un emporio industrial que supo condensar en un solo sitio diversas soluciones, lo cual incluye trato amable al medio ambiente, generación de empleo de calidad, producción de bio-abonos y generación de energía propia a partir del tratamiento de aguas y material de desecho. Dicho en otras palabras, todo un paradigma productivo y punto de referencia del éxito en agroindustria.

La empresa apostó por una agricultura bien hecha, productiva, competitiva y bajo parámetros de buenas prácticas agrícolas, además afianzó su grupo de colaboradores como una gran familia en donde las ilusiones generalmente se hacen realidad.

 

 

El Gerente de Palmas del Cesar, Fabio González Bejarano, le dijo a Diariolaeconomia.com, que la empresa nació en 1960, es decir hace 63 años, todo por la iniciativa de emprendimiento de un señor santandereano, don Ramón Pinto quien fundó con su familia no solo empresas en Santander como las de palma sino gaseosas Hipinto y otras que le dieron desarrollo y opción a la región.

La familia Pinto, precisó, es considerada un baluarte en la región santandereana por sus aportes al desarrollo económico y social.

Dijo que Ramón Pinto tuvo la empresa palmera hasta el año 1984 quien se la cedió a un grupo de empresarios de Medellín que son los actuales propietarios, reconocido por su dinámica industrial, pero tienen las plantaciones como inversión y herencia de algunos de los fundadores.

La empresa ha sido vanguardista e innovadora y por eso no deja de invertir, aún durante la pandemia tuvo la fortuna de sostenerse en medio de las dificultades y todo el tiempo está pensando en mejorar y capitalizar, no en vano Palmas del Cesar tiene un área de innovación muy importante por donde han pasado más de 30 proyectos que han sido implementados, pero por ideas de los trabajadores que van desde las más sencillas hasta las más complejas. En materia de inversiones, explicó González Bejarano, la empresa mira siempre a diez o veinte años adelante sobre todo en sostenibilidad porque la compañía tiene dos plantas y en una de ellas, con diez años, se hizo con tecnología muy avanzada, dotada con generación y una cantidad de detalles que la muestra con muy buen nivel técnico, algo que permitió procesarles a 326 agricultores aliados con 10.000 hectáreas de palma más los predios en producción del grupo.

 

 

Con toda esa apuesta se creó un núcleo palmero muy importante en la región, una palanca tremenda para desarrollar toda la zona de influencia. A la fecha, Palmas del Cesar suma 3.500 hectáreas, es decir un núcleo de 13.500 hectáreas en San Martín, municipio fundado el 20 de enero de 1954. A criterio del Gerente no es un gran tamaño, pero no deja de ser importante por todo lo que implica en crecimiento y generación de empleo.

Para nadie es un secreto que la pandemia se consolidó como una universidad experta en comercio exterior y economía porque con la enfermedad llegó la crisis global logística, el desabastecimiento y la inflación, pero como si fuera poco estalló la guerra entre Rusia y Ucrania un escenario complicado para el suministro y la comercialización de commodities.

A propósito de este tema, el Gerente de Palmas del Cesar dijo que es difícil todo el engranaje de las materias primas en el mundo, pero comentó que ese tema irá decantándose como suele suceder con el universo del comercio, sin embargo, dijo, para el aceite de palma la coyuntura terminó siendo favorable porque el mundo no dejó de comer y las empresas que producen alimentos no pararon, con el rompimiento de la cadena de suministro el aceite ganó en precio y siguió trepando con el conflicto en Europa del Este.

Puntualizó que, pese a que con la crisis logística se disparó el precio de los fertilizantes, los elevados valores del aceite neutralizaron los efectos de los costos logísticos.

 

“Qué tenemos ahora, lo más importante es que no se perdieron empleos durante la pandemia porque la compañía pudo operar lo que resulta trascendental por cuanto mucha empresa que perdió puestos de trabajo después no los pudo recuperar, creo que es un balance en donde hubo retos muy grandes y de manera paralela, unas oportunidades importantes”, afirmó el directivo.

 

 

La posible desglobalización de la que se habla, detalló González, es un asunto que hace parte aún de la teoría porque son percepciones y puntos de vista de diferentes tendencias de los economistas, algunos ven un mundo poniendo palos en la rueda a la internacionalización de los mercados, pero otros vislumbran otras cosas, un libre comercio fluido y en transición hacia las nuevas realidades.

Manifestó que mientras China e India que son grandes países, sigan consumiendo, sobre todo en el área de commodities, los temas de logística no serán un problema. Un hecho para destacar según el Gerente de Palmas del Cesar es que los fertilizantes están bajando dramáticamente de precio pues abonos que llegaron a 2.000 y 3.000 dólares la tonelada, descendieron hasta los 800 dólares. Tal y como se ven los temas, González Bejarano estimó que las cosas poco a poco han tenido una decantación y confió en que habrá tiempo para que las empresas se acomoden.

Recalcó que hacer un poco de proyección y prospectiva para concluir que el comercio cambiará dramáticamente en el corto plazo no es asunto fácil porque en el globo quien necesita compra y para el experto predecir en economía es complicado porque la economía es cíclica, súbita y asombrosa.

Frente a 2022 el precio del aceite ha bajado, pero hoy la tranquilidad reina en la industria porque hay unas cotizaciones muy razonables que permiten seguir navegando a vela tendida y rumbo a puerto seguro.

La empresa acopia normas que certifican el buen desempeño ambiental de la compañía, pero aun así tiene áreas de conservación de alto valor ecológico en donde hay especies protegidas. Palmas del Cesar tiene un inventario de fauna y flora, por ello la biodiversidad en la compañía está perfectamente identificada.

 

 

Para hacer seguimiento a todo ese tipo de temas, la empresa tiene un área ambiental muy rigurosa. Según el amable Gerente, en materia ambiental la compañía está full certificada y sigue mejorando porque definitivamente es la apuesta irreversible que se tiene porque lo ideal es generar condiciones apropiadas en el ecosistema en el que se habita.

Frente a la Ley de deforestación de la Unión Europea, Fabio González expresó toda su tranquilidad y confianza ya que la empresa tiene certificado de cero deforestaciones y una exigente trazabilidad que garantiza que la empresa y los agricultores aliados están haciendo una palmicultura sostenible verdaderamente, no de palabra, de hecho, lo que resulta muy importante.

Gracias a la operación de Palmas del Cesar, unas 750 familias devengan su sustento de manera directa y unas 600 de forma indirecta más los agricultores que pueden ser más de 300, fácilmente se puede hablar de otras 1.000 familias, un bloque importante que puede llegar a más de 2.000 familias con ingreso y posibilidad de demandar bienes y servicios.

 

Un Gerente con alma santandereana

Nacido en Fusagasugá, Cundinamarca, Fabio González Bejarano es un rolo que llegó a Santander hace 40 años, como quien dice se hizo santandereano por adopción. Su historia en la agricultura empezó como ingeniero agrónomo y lo anecdótico es que al terminar su carrera ingreso a Palmas del Cesar, su única empresa en donde tras ejercer su profesión por espacio de siete años, incursionó en el área administrativa y desde hace 27 años está al frente de la Gerencia, hoy es el CEO más antiguo de todas las empresas palmeras.

 

 

González anotó que, si bien hay un prestigio de por medio, hitos relevantes y unos íconos que se fueron consolidando, ello hace parte claramente de una estrategia que va desde los accionistas, la Junta Directiva y por encima de todo la gente que ha dado todo de sí para hacer de la firma una de las más sólidas en el sector de agroindustria. El prestante invitado manifestó que, en la compañía hay 750 personas, cada una con un rol, con un aporte y una enseñanza.

La empresa, señaló el directivo, tiene un enfoque muy humanista que potencia a las personas, algo que es del verdadero interés de Palmas del Cesar.

 

“Las palmas son una maravilla, son las que nos dan de comer, pero ellas no se gestionan solas, todo lo hacemos con la gente y eso para nosotros es el secreto de la diferencia con algunos otros sectores de la producción”, declaró el señor González Bejarano.

 

La palma para fortuna de la industria resultó polifacética porque es un cultivo noble con tremenda capacidad de generación, transformación y cambios en la sociedad, en los mercados, un producto demasiado versátil y de gran provecho puesto que se aplica en infinidad de productos, verbigracia, jabones, cosmética, biocombustibles, producción de aceite de cocina y muchos otros usos.

En opinión del Gerente de la compañía, más allá de las bondades de la palma aceitera, sin duda es en las regiones en donde este cultivo tiene el mayor impacto porque transforma comunidades, gente y desarrolla en un país rural como Colombia en donde no hay tanta presencia del Estado.

 

 

Una empresa palmera, aseveró, es en definitiva motor del cambio, el valor más importante porque involucra un cultivo que llega y permanece como la compañía, 63 años, la que aspira a quedarse entre palmeras otros sesenta. Expuso que lo anterior significa que a los sembradíos se va a echar raíces, a cambiar culturas, formas de vida, pero igual a propender porque de verdad la sociedad progrese y asegure futuro.

Una de las bonitas lecciones de la palma de aceite es que genera integración y asociatividad bajo el lema “no lo haga solo, hagámoslo entre todos”. Palmas del Cesar, apuntó González Bejarano, tiene una fundación que interactúa muchísimo con las diez comunidades del entorno, gentes que enseñan demasiado y con quienes se ayuda a mover la economía a que las mujeres crezcan en conocimiento y desarrollo de sus habilidades, por ello hay programas para las féminas, pero también para ancianos y niños.

Según narró el Gerente de Palmas del Cesar, el plan de la fundación diseñó y puso a funcionar parques y hoy está adelantando un proyecto de vivienda, todo de la mano de los líderes comunales porque reconoció que de espaldas a ellos ningún proyecto empresarial puede llegar con soluciones que es el último trabajo después de ir, entender el problema, conversar con las comunidades y de esa forma quitarles las prevenciones que puedan tener frente a las empresas.

 

“La idea es sacarlos del verbo protestar y llevarlos al verbo proponer. Ese tipo de vínculo que se genera con las comunidades termina permeando la compañía porque además los trabajadores nuestros son la comunidad, ellos viven acá, sus familias igual. Tiene que ser una comunicación de doble vía, una conversación permanente lo que resulta fundamental porque una empresa no puede ser sana si su entorno no está sano”, agregó González.

 

Desde hace 50 años Fabio González Bejarano no visita su terruño, Fusagasugá en donde alguna vez bailó con su morena, pero hoy su vida es alegre, llena de metas cumplidas y con puertos esperando otras, se hizo santandereano y palmero, director de una orquesta en donde todos entonan la misma pieza, innovación.

Palmas del Cesar es una empresa para imitar, la sociedad siembra su palma, tiene una planta extractora de gran capacidad, acopia fertilizantes en unas bodegas construidas recientemente, fabrica compost y garantiza vida en los suelos y como si fuera poco genera electricidad aprovechando las aguas residuales que van a unas celdas en donde se produce gas metano que posteriormente va a una red eléctrica para el movimiento de la empresa, hay planes de ofertar energía en el mercado.

 

Aceite de palma, todo un proceso

 

 

Cabe anotar que en la etapa de recepción se hace una calificación porque como toda fruta, es importante que llegue en un estado adecuado de maduración ya que de acuerdo a esa madurez se obtiene un aceite de verdadera calidad. En esta etapa se evalúa la fruta sobre madura y verde que finalmente son las dos calidades que afectan la acidez del aceite.

Después de ser escogida y calificada la fruta sigue en avanzando en los métodos de agroindustria, paso seguido se hace el proceso de llenado de vagones momento en el que la carga es preparada para el siguiente paso, el de esterilización en donde los racimos de palma son sometidos a la acción del vapor en un equipo que se llama autoclave o esterilizador.

La carga entra, se cierra el equipo y se expone a un calentamiento con vapor saturado, un cocimiento de los racimos cercano a los 90 minutos. Los expertos de la planta aseguran que la finalidad de esta esterilización es inactivar una enzima conocida como la lipasa, causante de la acidez en el racimo.

Otro objetivo primordial de la esterilización es lograr que los frutos adheridos al racimo se puedan desprender fácilmente en las siguientes etapas productivas, una vez los frutos son hervidos van a la etapa de desfrutación en donde se vacían los vagones con la fruta esterilizada y se introducen en un tambor eficiente en arrancar fruta porque gira y con unos impactos que va recibiendo el tanque, van cayendo una a una las nueces de palma.

Una vez desprendidos hay dos fenómenos, por un lado, va el fruto y por el otro la tusa que es el soporte natural de los racimos y de las nueces.

Los frutos llegan a la siguiente etapa que se llama digestión prensado en donde dichos frutos son golpeados levemente en su pulpa para ablandarla, todo con la finalidad que cuando lleguen a la prensa el resultado sea el esperado, que la nuez sea exprimida, un proceso que técnicamente se llama prensado, un efecto que se logra con este paso porque al interior de la fruta hay unas semillas o nueces que permite el efecto de prensado entre ellas, resultado de esa presión es obtener el aceite que está contenido en ellas.

De la moderna planta de Palmas del Cesar el aceite sale en bruto, sin embargo, también sale la nuez que está en el centro del fruto envuelta en una serie de fibras. Al aceite bruto más adelante se le agrega agua en un proceso llamado clarificación en donde muy fácilmente el aceite se separa ya que por diferencia de densidades el aceite queda en la parte superior de la solución, luego vienen la capa de lodos ligeros, la de agua y finalmente la de los grasos pesados, es decir se hace un fraccionamiento del aceite solo con agregar agua caliente.

Este aceite por obvias razones sale por el reboce de los mismos tanques y finalmente el producto se toma y se mete a un secador de vacío para que le elimine la humedad, ya limpio y seco es enviado al acopio, así se obtiene aceite crudo de palma almacenado.

Posteriormente el aceite crudo de palma pasa a la industria de oleo química para la producción de biodiesel o es conducido a la industria de alimentos para la producción aceites y margarinas vegetales. De igual manera hay otros sectores que lo demandan para diferentes usos.

 

Electricidad, la otra apuesta

 

 

Palmas del Cesar maneja un concepto empresarial integrado y por eso dentro de sus eficiencias tiene caminando el proyecto de generación eléctrica que será logrado después de tres momentos, uno el diseño para el mejor aprovechamiento del biogás y por eso las llamadas coronas son lo suficientemente amplias, hay espacios para la instalación de carpas y la adecuación de corredores de anclaje.

En este caso el elemento fundamental para tener una muy buena eficiencia tanto en remoción de DBO que es lo que busca el sistema dentro del tratamiento del influente, pero también en la mayor producción de biogás de superior calidad, es el diseño del sistema, que debe contemplar el manejo de todos los componentes, en este caso, dijeron los expertos, se diseñó un sistema muy robusto, toda una propuesta bien pensada y adelantada para extraer, reinyectar, recircular y también purgar lodo.

Este plan aborda igualmente La extracción y alivio de gas y a criterio de los técnicos encargados de este proyecto, hay que tener unos puntos de alivio automáticos y controlados para evitar que la carpa se infle demasiado, igual unos diámetros bastante amplios para no generar tantas pérdidas de carga.

En una molienda de 260.000 toneladas anuales se puede hablar de mucho más de 1.000 metros cúbicos de biogás por hora, flujos grandes que demandan tuberías robustas y grandes para que los sopladores no tengan que esforzarse demasiado.

Después de diseño viene ejecución y por ello es necesario tener un buen equipo de trabajo en donde se abordarán obras eléctricas y civiles, igual se adelantan reuniones de seguimiento permanentes, el Palmas del Cesar se están implementando cada semana, todo con los dolientes de cada área o parte, una dinámica amable que permite tomar decisiones.

El tercer punto es la operación que requiere de gente capaz, responsable, inquieta y muy comprometida porque caso opuesto puede dañarse el sistema o de manera elemental, no se le saca todo el provecho, por eso recomiendan la capacitación de los operadores, igualmente que haya un personal dedicado en el tiempo a operar el sistema, que entienda cómo funciona cada componente, el enfriamiento, lagunas, humedales y demasiado conocimiento, no se trata, explicaron, de abrir y cerrar válvulas sino que esa persona encargada esté en capacidad de intervenir ante posibles eventualidades o novedades.

Dentro de los indicadores de operación dijeron los conocedores hay que definir metas claras, 25 metros cúbicos de biogás por tonelada, de allí la empresa no se puede bajar y si baja es porque algo está pasando o está mal, un inconveniente de planta o de la misma producción.

La producción de biogás fue definida como unidad de negocio de la compañía pues si bien, aún hace falta obra eléctrica como cuarto de control y la transferencia electrónica automática, TEA, esta unidad es un asunto claro en Palmas del Cesar, tiene que pagarse, es decir, tendrá personal 24 horas, debe igual generar indicadores de gas y de esta manera es rentable y acorde con los planes de negocio.

Lo anterior demuestra que en tanto haya condiciones, las empresas pueden apostar por valores agregados como la obtención de energía, el igual de aplicación de soluciones que permiten ser más eficientes. Palmas del Cesar vio la oportunidad hace 15 años y sin vacilación la proyecto, hoy está haciendo realidad lo trazado en ese tiempo, ahora después de unos ajustes la compañía estará metida en la generación de energía ya con plantas eléctricas.

 

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