Domingo, 05 Noviembre 2023 00:57

Centro Experimental las Lagunas, arroz con mejoramiento a toda prueba

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El cambio climático es sin duda un enorme reto, vendrá todo tipo de plagas y enfermedades, pero hay blindaje y todo el compromiso de los encargados de mejoramiento genético.

La genética moderna, ese gran paso científico que llegó de la mano de Gregorio Mendel en el siglo XIX con su trabajo relacionado con los principios de la herencia, fue sin duda el salto de calidad para el mejoramiento genético que fue dejando sólidos cimientos en ciencia a tal punto que hoy la investigación sigue apalancándose en esos principios.

De todas maneras y sin pasar por alto al enorme Mendel, hay vestigios que revelan que desde hace 10.000 años, los labriegos acudieron a los arcaicos fitomejoradores, esos expertos en la técnica exploratoria a partir de la cual se cruzan diferentes variedades de una misma especie vegetal con el fin de optimizar sus tipologías o atributos genéticos para alcanzar mejoras genéticas hasta obtener plantas de mayor resistencia y altamente productivas, como quien dice que la agricultura que arrancó hace 12.000 años en pleno neolítico, ya mostraba inquietud por la sostenibilidad y sanidad de las plantaciones.

En ese tiempo los sembradores no solo buscaban aumentar los rendimientos sino conseguir con esas técnicas alimentos con mejor sabor y con mayores niveles nutritivos. Los siglos pasaron, la agricultura siguió evolucionando y hubo siempre esa inquietud por apelar a técnicas para mejorar, vino la genética y luego la biotecnología agrícola, otro paso más para ofrecer alimentos cargados de inocuidad y totalmente confiables.

Sigamos en la apasionante máquina del tiempo, viajemos 8.000 años antes de Cristo y sorprendámonos, los granjeros empezaron a seleccionar las semillas de las plantas con mayores calidades y cualidades. El trabajo fue juicioso y por eso las frutas y verduras, muy importantes en la dieta humana, fueron domesticadas con esos métodos elementales de mejoramiento. Algo que no se puede pasar por alto es que el trigo que hoy pone pan y pastas en la mesa es el resultado, no de siglos, sino de milenios de ardua selección.

 

 

El hombre ha sido osado y tozudo, quizás por ello en 1700 entre agricultores y ciencia le dan vida al nabicol-rutabaga, un vegetal que se logró al cruzar nabo con repollo.

En 1940 los fitomejoradores se muestran más audaces e inquietos, hacen uso de la radiación e inclusive de sustancias determinadas ello con el fin de estimular mutaciones en semillas y así lograr plantas con particularidades atractivas y apetecibles. Estas alteraciones aleatorias redundaron en productos agrícolas con nuevas características atinentes a tamaño, sabor y color.

Los años 80 llegan con mayores y mejores herramientas y es así como los científicos se apalancan en la ingeniería genética como el gran instrumento para mejorar plantíos al empotrar genes de excelentes particularidades para cultivos puntuales y de mayor explotación.

En 1996 aparecen los cultivos transgénicos que en su primera etapa estuvieron a disposición de los granjeros para sembrado y mercantilización, aún se recuerda que los pioneros en esta técnica fueron la soya que logró tolerancia a los herbicidas y el maíz que toleró insectos.

La ciencia como se advirtió no para y de manera vertiginosa continúa apostando por el desarrollo de instrumentos biotecnológicos para seguir mejorando cultivos y garantizando con ello altos rendimientos, seguridad alimentaria en un mundo que demanda día a día mayor flujo de productos del sector primario, un compromiso de suministro que respeta el medio ambiente y los ecosistemas.

La Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, creada en 1947 en medio de las llamadas intervenciones programadas del Estado en la economía y de una ola de violencia cruda e impía que debió enfrentar en su momento el presidente Mariano Ospina Pérez, no ha cesado en su labor de velar por el bienestar de los agricultores, de darles representación ante el gobierno y el Congreso, pero también de ofrecer herramientas técnicas, investigación y todo lo relacionado con mejoramiento genético y la obtención de materiales de calidad, confiables y garantizando rendimientos, ahorro en agua e insumos y no menos importante firmando el compromiso de seguridad alimentaria.

Fedearroz es un paradigma gremial ya que en años ha construido soluciones, logró multiplicar activos y apostó por tecnología, ciencia y avance al servicio del campo, un gremio diferenciado, actualizado y metido de lleno en calidad, investigación y la producción de semillas mejoradas que han redundado en muy buenas cosechas, con granos de enorme atributo que permiten fortalecer la nutrición de los colombianos. Dentro de las apuestas de Fedearroz están los centros experimentales en donde se analizan granos, suelos y múltiples características del arroz y su entorno, igual en los laboratorios se adelanta un admirable trabajo en mejoramiento genético y creación de semillas de grandes propiedades, en su totalidad para enfrentar cambio climático, enfermedades y plagas, una labor que propende igualmente por mejorar la calidad del cereal y sus rendimientos.

 

 

En diálogo con Diariolaeconomia.com, la investigadora de Fedearroz Yeimy Carolina Tirado Ospina del Centro Experimental las Lagunas en Saldaña, Tolima, afirmó que el principal objetivo de este recinto dotado de las mejores herramientas es la investigación y la transferencia de tecnología. Explicó que la línea base para todo lo que se desarrolla allí es el área de Fito-mejoramiento, en donde las Lagunas es muy fuerte a la cabeza de su Director, el fitomejorador Nelson Amezquita.

Destacó que en el Centro Experimental las Laguas, se desarrolla en gran proporción todo el programa de Fitomejoramiento que resultó exitoso gracias a las pruebas hechas con distintos materiales, no solo En Saldaña sino en otros centros de experimentación como Santa Rosa en Villavicencio, el de La Victoria en Montería y Aipe en el noroccidente del Huila,

 

“En cada uno de esos centros experimentales se prueban nuestras variedades y tenemos como ventaja que son sitios para la investigación con condiciones climáticas y edáficas muy disímiles en donde es factible ensayar o examinar todos los materiales y líneas en cada una de esas atmósferas y entornos diferenciados. Este Centro Experimental, además de toda la transferencia de tecnología tiene un objetivo muy importante en ese programa de Fitomejoramiento, pero también contamos con el área de Fitosanidad lugar ideal para hacer investigación aplicada para que el agricultor cuente con las herramientas frente a las diversas problemáticas fitosanitarias de la región”, declaró la Coordinadora del laboratorio de Fitopatología y miembro del grupo de Fitosanidad del Fondo Nacional del Arroz.

 

Expuso que en el majestuoso Centro Experimental las Lagunas, igualmente existen proyectos a nivel de Fisiología para lo cual se cuenta con la experiencia del fisiólogo Gabriel Garcés quien hace ensayos o pruebas de adaptación climática de todas las variedades de arroz. Agregó que así mismo son desarrollados distintos proyectos con cofinanciación ya que no solamente la investigación y los planes en marcha se logran con la Cuota de Fomento Arrocero. Esa búsqueda de recursos, indicó la investigadora, permite apalancar otros proyectos trascendentales como Satreps que tiene dentro de sus objetivos darle un manejo eficiente al agua.

 

Este Centro Experimental impulsa también proyectos como Fontagro que promueve la innovación en la agricultura familiar puntualmente en el área de gases efecto invernadero, un tema bastante importante para el gremio arrocero y sus centros de investigación y experimentación. Hay que decir que el centro Experimental las Lagunas tiene reconocimiento internacional, un punto nada menor puesto que ello le facilita hacer intercambios permanentes con universidades de China y Suramérica, toda una meca de saber y conocimiento.

 

Investigación al servicio de los arroceros

La cuota de Fomento Arrocero da para todo, el gremio maneja los recursos de la mejor manera, hace investigación, invierte en nuevas tecnologías y no conoce pausa en la exploración de mejores variedades. En opinión de Yeimy Carolina Tirado Ospina, la investigación adelantada y la transferencia de tecnología son factores totalmente enfocados a dar respuesta a los problemas que reportan los arroceros a nivel nacional.

 

“Toda esa indagación científica que desarrollamos, incluyendo la básica, que debe hacerse sí o sí, tiene como objetivo trasladar el mayor porcentaje de la investigación aplicada, finalmente la base de uno de los programas bandera como lo es Adopción Masiva Tecnología, AMTEC. Toda esa averiguación o pesquisa en laboratorio generadas son necesarias para sustentar cada uno de los parámetros existentes dentro del AMTEC, un programa que busca la competitividad de los arroceros a través de asistencia técnica integral. Como el personal no es muy numeroso en el área técnica, se hace necesario capacitar a otros ingenieros agrónomos en el programa AMTEC, lo que explica las constantes capacitaciones dentro del curso creado para ese plan. Justamente hace dos meses terminó el curso AMTEC hecho en la presente vigencia y desde luego enfocado a ingenieros agrónomos recién egresados, todo un escenario de aprendizaje para ser más los profesionales prestando una asistencia técnica integral a los agricultores que buscan la competitividad en el sector”, apuntó Tirado Ospina.

 

 

Las semillas de Fedearroz tienen como común denominador mayor evolución y mejores calidades debido al programa de Fitomejoramiento bastante sólido con años de experiencia que ha permitido que las variedades del gremio tengan representación en más o menos un 70 por ciento del área cultivada actualmente, ello porque son unos tipos o especies de arroz desarrolladas y adaptadas a las condiciones climáticas de las diferentes zonas arroceras.

Según la experta, el Centro Experimental las Lagunas entrega toda una investigación que sustenta el manejo agronómico de cada una de esas variedades y por eso en 26 años de existencia, el centro ha generado alrededor de 51 variedades, igual híbridos y en el mercado hay cinco variedades con distintas tecnologías para el manejo del arroz rojo principalmente. De igual manera ese programa de mejoramiento no solamente va enfocado a la productividad y al potencial de rendimiento, sino que también hay un esquema bien fuerte que busca en ese arroz una calidad nutricional ideal.

El compromiso con la nutrición es absoluta y por ello en la actualidad el Centro Experimental las Lagunas tiene una variedad en el mercado que es biofortificada con hierro y zinc sumamente importante porque suma el contenido nutricional que finalmente aporta a la seguridad alimentaria del país.

En agricultura, y arroz no es la excepción, lo ideal es tener menores hectáreas en siembra, pero con mejores rendimientos como consecuencia de semillas potenciadas. En este punto es oportuno precisar que siempre Fedearroz y sus centros experimentales buscan y hacen dentro del programa AMTEC, es que los agricultores sean conscientes de cuáles son las áreas realmente productivas que por obvias razones deberían quedarse para hace más eficiente la agricultura.

 

“Aquellas áreas en donde hay dificultad de acceso o que reportan diferentes problemas, generalmente son más costosas para producir arroz y por ello insistimos en que deben haber predios y zonas dispuestas pues nuestro objetivo es llegar a todos los agricultores, pequeños, medianos y grandes, para que sean competitivos, meta que se logra disminuyendo costos de producción, aumentando rendimientos, pero siendo eficientes y sostenibles tanto social, económica como ambientalmente”, comentó Tirado Ospina.

 

Cambio climático, un desafío de grandes dimensiones

 

 

Lo dicen los agricultores, el clima enloqueció, en tiempos de verano llueve torrencialmente, en época de aguaceros hay sequía y no es fácil predecir qué pasará con la atmósfera, lo único cierto es que hay problemas y un cambio climático inclemente que conmina a trabajar duro en investigación porque las semillas ganadoras serán las resistentes a los entornos que súbitamente vayan llegando.

Precisamente uno de los objetivos del programa de Fitomejoramiento para afrontar los retos que se vienen con la variabilidad climática, tiene que ver con desarrollar variedades que tengan tolerancia a altas temperaturas, igual al estrés hídrico para que sean productivas más allá de las condiciones adversas que se puedan presentar. Sostuvo que el clima no puede verse hoy como un enemigo sino como un factor ideal para buscar estrategias para adaptar las especies al cambio climático, una labor que viene haciendo con todo empeño y compromiso el Centro Experimental las Lagunas porque habrá veranos intensos, estrés por sequía, sin embargo, los desarrollos apuntan a mayor eficiencia en la toma de nutrientes entre otras características para enfrentar las impredecibles condiciones climáticas.

En ese curso que implica el cambio climático, anotó la conocedora, lo afortunado es poder aprender y adquirir el mayor conocimiento para producir variedades resistentes en donde será necesario ser mucho más eficientes en el manejo agronómico que se les hace a los cultivos, unas medidas de adaptación a la realidad climática que Fedearroz y sus centros de investigación como actores directos del citado sistema productivo pueden hacer.

Un tema para tener en cuenta es que con climas más variables y agudos vendrán nuevas enfermedades, plagas blindadas con mayor resistencia y todo tipo de problemas fitosanitarios, no exclusivamente en arroz, en la totalidad de los cultivos.

 

 

Uno de los ejes principales de este centro de investigación es consecuentemente el clima y por ello dentro del Fondo Nacional del Arroz, hay un departamento de Meteorología con el cual se ha logrado avanzar y concientizar a la gente de estar mucho más pendiente de tema climático, fue por ello que el gremio desarrollo una de las plataformas más importantes de Colombia y seguramente a nivel internacional, Al Día con el Clima, un programa totalmente gratuito que se encuentra en Internet y que ofrece acceso en tiempo real a la red de estaciones meteorológicas allegadas a Fedearroz.

Esta herramienta, dijo la versada, les ofrece a los agricultores acceso a los pronósticos climáticos y a todo el tema de variabilidad o condiciones importantes a nivel atmosférico, este instrumento es altamente desarrollado y permite atender alertas frente a un fenómeno climático, verbigracia Niño o Niña. La plataforma, aseveró Tirado Ospina, es una forma para que el agricultor aprenda a convivir con el clima y tome al amparo del conocimiento las mejores decisiones.

En su plática, la investigadora advirtió que en la exploración siempre es sabido que todas las condiciones adversas que se están presentando o que llegarán por cambio climático, tiene o tendrán un efecto en la aparición de plagas, enfermedades o en la dinámica poblacional de los patógenos que afectan los múltiples cultivos. La recomendación puntual al labriego es hacer monitoreo fitosanitario permanente para evitar daños graves por patologías o plagas, un tema de poco agrado en los cultivadores, pero esencial para ganar la batalla porque no todo se logra con química, allí, anotó, es importante la observación y analizar si la finca está en el umbral de daño económico para decidir de manera perentoria los distintos manejos y por esa vía mitigar un poco el efecto que tendrá la planta en siembra por altas temperaturas y por los mismos ciclos de patógenos y plagas.

Invitó a los agricultores a ser muy conscientes con el uso de agroquímicos porque el uso excesivo de estos insumos lleva a resistencia de plagas y enfermedades razón por la cual algunos de estos bichos o patógenos, inclusive desde el punto de malezas son más difíciles de atacar y controlar, todo porque no se hace rotación de grupos químicos o de ingredientes activos, porque no se toman decisiones basadas en umbrales de daño económico, sino que hacen aplicaciones calendario o desmedidas.

 

“Pienso que ahí está el reto, entender que las condiciones ambientales modifican toda la dinámica de poblaciones, pero resulta alentador que podemos tomar medidas haciendo monitoreo fitosanitario para la decidir que se hace en caso extremo, entre otras cosas, uno de los parámetros fundamentales del programa AMTEC. Cualquier determinación debe estar basada en datos y evidencia para que sea asertiva”, subrayó la muy amable investigadora.

 

 

En materia patológica al arroz lo ataca el vaneamiento, una enfermedad que no deja que las espigas se llenen de grano, afectando la calidad del producto. Este mal es de una fuerte incidencia que ha llevado a que algunos países productores recurran a la emergencia fitosanitaria.

Hay todo tipo de males que han conducido a la pérdida de productividad en los cultivos como consecuencia de diferentes factores que golpean la productividad y causan problemas de vaneamiento en el cultivo, entre estos están los climáticos, altas temperaturas que es lo que justamente se vive hoy con el fenómeno de El Niño en los cultivos de la Meseta de Ibagué y en los arrozales de Espinal, Saldaña, El Guamo, Coello, Flandes, Purificación, Prado, Armero Guayabal, Venadillo, Lérida, Ambalema, Alvarado y Piedras, en sí en todas las hectáreas arroceras del Alto Magdalena.

Por ahora, especificó, Tirado Ospina, en algunas regiones no se ha visto déficit hídrico, pero anotó que también es uno de los efectos de este escenario climático ya que en algunas zonas es más marcada la disminución de lluvias.

Dentro de su análisis Fitopatológico, la ilustrada manifestó que hay unas enfermedades que causan más vaneamiento en la gramínea, verbigracia Pyricularia oryzae cuando afecta el cuello de la panícula, el añublo bacteriano también de la panícula causado por Burkholderia Glumae, pero igual genera apuros en este cultivo la Gaeumannomyces Graminis que también puede causar pérdidas importantes.

 

 

En arroz el ojo avizor es demasiado importante porque hay muchos líos fitosanitarios amenazantes como quemazón o piricularia, pudrición de la vaina o sarocladium, tizón de la vaina también conocida con el nombre de rhizoctonia, virus de la hoja blanca, manchado de grano y panícula como bien se anotó.

Son muchos los problemas, pero igual las causas, habida cuenta que influye en las enfermedades del arroz la falta de planificación en las siembras, mal manejo del suelo, abuso de agroquímicos como también de fertilizantes. Ante estos escenarios se hace vital el manejo agronómico y allí el camino de las buenas prácticas agrícolas y la prevención conducen a AMTEC porque tiene parámetros que coadyuvan con el aumento de la productividad, reduciendo el riesgo de vaneamiento, unos de los problemas más recurrentes en los últimos meses.

 

Urge sembrar en suelos vivos

 

 

Una meta que tiene la agricultura en general es hacer una transición hacia cultivos orgánicos y con menor síntesis química porque de un lado los suelos se ven expuesto a un daño irreparable y por el otro, los compradores en el exterior no quieren saber de alimentos fumigados, con fertilizantes nitrogenados y tratados con una amplia gama de síntesis química. La humanidad quiere productos sanos, sin riesgos y con cero exposiciones al cáncer.

Sobre este asunto, la investigadora de Fedearroz Yeimy Carolina Tirado Ospina del Centro Experimental las Lagunas ubicado en la muy cálida población de Saldaña detalló que desde el Fondo Nacional del Arroz se ha venido trabajando fuertemente en unos proyectos en donde se contempla una fertilización integral, es decir, no acabando el producto químico en su totalidad por lo necesario en zonas complicadas del trópico, pero sí haciendo uso de unas fórmulas que permiten mezclar fertilización química con orgánica y con biofertilizantes para aumentar la eficiencia agronómica de los abonos.

 

“Es por eso que nosotros tenemos un proyecto grande en donde estamos dándole a conocer a los agricultores esas herramientas de manejo integral de la fertilización el cual contempla concientizar los granjeros que se debe ya no solo adelantar un análisis químico del suelo sino hacer un estudio microbiológico de los suelos ya que para que un nutriente se solubilice y esté disponible para la planta, se necesita sí o sí que hayan suelos vivos, que tengan una actividad microbiológica, entonces por eso debemos hacer un análisis biológico del predio o terreno, pero también un examen físico y exhaustivo del suelo. Muchas veces con casamos solamente con la química y olvidamos toda la importancia del componente microbiológico y físico de los suelos cultivables”, aseveró la investigadora.

 

En el Centro Experimental las Lagunas, recordó Tirado Ospina, se ofrecen servicios de elevada calidad, entre ellos dos laboratorios de Fitopatología erigidos por determinación del Fondo Nacional del Arroz, ubicados en Saldaña y en Santa Rosa para hacer minuciosamente el perentorio análisis microbiológico del suelo con el cual se puede determinar qué cantidad de microorganismos benéficos y cuales patogénicos pueden habitar al interior de las superficies agrícolas y basado en los resultados tomar decisiones.

 

 

A criterio de Carolina Tirado Ospina, todas esas herramientas conducen disminuir un poco el uso de fertilización química y aumentar la materia orgánica del suelo, pero igual acrecentar la eficiencia agronómica de los fertilizantes. Unos resultados de diferentes lotes que se desarrollaron en la zona centro del país dejaron ver que la fertilización integral, la mezcla de químico, orgánico y biofertilización basada en un diagnóstico previo, aumentó en 20 por ciento los rendimientos y disminuyó los costos de nutrición en 14 por ciento, un ejercicio que contempla AMTEC sobre la base del análisis anticipado que muestra cuáles son las necesidades de cada uno de esos lotes.

En esta nueva, la de la sostenibilidad, recalcó la profesional, Fedearroz por medio de AMTEC está impulsando la disminución de la carga química pues está de por medio no solo la viabilidad o perdurabilidad económica sino la social y ambiental, un contexto ideal para morigerar las aplicaciones tóxicas y de síntesis química, pero igual hacer las mezclas en fertilizantes y retomar la importancia de la materia orgánica, así como el uso de biofertilizantes y microorganismos.

La especialista resaltó lo que estimó muy importante y que Fedearroz ha estado incentivando, el manejo de los residuos de cosecha que actualmente se llama coproductos orgánicos, una disciplina esencial puesto que el restante de recolección o tamo es una fuente de silicio y de potasio como también de materia orgánica. Llamó la atención para que los agricultores no quemen ese tamo porque incinera todos los nutrientes.

 

 

La federación y sus centros experimentales están sacando adelante un programa en donde se le enseña al agricultor cómo manejar los residuos de cosecha para luego incorporarlos al suelo y hacer lo que se conoce como ciclaje de nutrientes para alcanzar mayor competitividad.

El Centro Experimental las Lagunas, sumamente bien dotado, tiene el laboratorio de Fitopatología, otro de biotecnología para hacer ensayos y trabajos de Fitomejoramiento, un laboratorio de fisiología para evaluar todas las líneas y los materiales que se guardan bajo diferentes condiciones climáticas y que igualmente se aprecian y observan con y sin sombra para ver los comportamientos antes de lanzar un producto al mercado.

Otro laboratorio trascendental es el de calidad molinera porque allí se miran las propiedades del grano a la hora de pasar a la agroindustria bajo la premisa que se mejoramiento debe satisfacer diferentes frentes, en primer lugar a los agricultores con variedades cada vez más resistentes y productivas, a la industria que busca tipos de arroz con buena calidad molinera, apta para adelantar el proceso de industrialización y finalmente a los consumidores que reciben un cereal con estudios culinarios para determinar si es del gusto de los consumidores.

Otro activo invaluable en el Centro Experimental las Lagunas es el banco de germoplasma, una riqueza incalculable ya que hay más de 7.000 accesiones de diferentes líneas de arroz, todas determinantes a la hora de hacer Fitomejoramiento, un recurso genético básico y primordial. Finalmente, está en las Lagunas toda el área de investigación para lo cual hay cerca de 13 hectáreas dedicadas plenamente a la exploración científica solucionando los diferentes inconvenientes reportados en el cultivo del arroz.

 

 

Fue muy grato dialogar con esta ingeniera Agrónoma de la Universidad del Tolima, totalmente enterada de los pormenores de los campos de arroz y ya lista a graduarse en fitopatología, el área de plagas y enfermedades que apasiona a esta especial, risueña y muy capaz ibaguereña, hoy al frente de la investigación y transferencia de tecnología.

Es bueno cerrar esta nota con un dato interesante adicional, las siembras de arroz datan de aproximadamente 10.000 años cuando fueron adoptadas en diversas zonas húmedas tropicales y subtropicales de Asia, en ese inicio la especie utilizada fue la Oryza sativa. Sus orígenes están definidos según la ciencia en la región del Himalaya y el suroeste de China.

En Colombia el arroz posiblemente se siembra desde 1580 cuando prosperaron los cultivos en Mariquita, Tolima. Muchos aseguran que fue muy propicio para esta actividad el Valle del Magdalena. En la municipalidad de Prado, dicen, se siembra arroz desde hace más de 300 años, de todas maneras, se sabe que en 1778 la comunidad Jesuita lo introdujo en Antioquia, más exactamente en San Jerónimo. Actualmente se siembra en 211 municipios, dejando claro que están tipificadas cinco zonas de producción en donde la economía depende en un noventa por ciento o más de la labor arrocera. Las mayores siembras y producciones están en los Llanos Orientales, seguidas por centro y bajo Cauca.

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