Sábado, 13 Enero 2024 00:00

Sardo Negro, ganado de atributo, útil para mejoramiento en Colombia

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En el país, apenas tres hatos trabajan la raza, pero hay interés por la casta cebuina, ideal para mejoramiento genético y repoblamiento bovino.

En ganadería, los cruces y producción de nuevas razas o estirpes sintéticas o artificiales han arrojado resultados sorprendentes ya que se obtienen nuevos animales de los cuales se optimiza la producción en carne y leche, igual se logran vacunos excelentes de doble propósito ideales en la rentabilidad del hato, pero propiciando un mejoramiento genético de grandes capacidades, peculiaridades, con espectaculares fenotipos, resistencia, rusticidad y todo lo que se necesita para sumar en la industria ganadera con mayores rendimientos, mejores partos y aguante a las más desafiantes temperaturas.

Hacer cruzamientos fue ideal porque permitió escoger los mejores rasgos de cada animal para hacer posibles nuevas razas, una de ellas el Brahman, un animal alcanzado en los inicios del siglo XIX cuando se utilizaron cuatro categorías cebuinas. Para el caso de América Latina lograron afianzarse cruces y nuevas castas como Carora (Criollo Andaluz con Pardo Suizo), Indubrasil (Gyr-Guzerá- Nelore), Tabapua de Brasil (Ganado Mocho Nacional con Nelore-Gyr-Guzerá) y Canchim, logrado por expertos brasileros tras cruzar Charolais, un bovino europeo de muy buen corte y canal con cebuinos, básicamente Indubrasil, Guzerá y Nelore.

Otras razas sintéticas son charbray, brahmousin, brangus, simbrah, Santa Gertrudis, Braford, Indusin, Senepol, Limangus, Greyman, Beefmaster, pero existen muchas otras, en Colombia por ejemplo fue desarrollada la raza Velásquez, uno de los referentes en las razas criollas.

Los bovinos Sardo Negro originarios de México tomaron fuerte impulso tras el cruce entre Gyr e Indubrasil. Esta raza cebú es de color blanco y manchas negras en su cuerpo, pero con tonos más oscuros en cabeza, patas y orejas. Los criadores aseguran que este animal reporta un alto índice de natalidad, es conocido y llevado a las fincas por sus generosas producciones de carne y leche.

 

 

El Sardo Negro es un animal de gran adaptación y admirable rusticidad, unas características totalmente afines con los ejemplares de las distintas estirpes Cebú. Puede decirse que este bovino forma parte del orgullo mexicano pues no en vano la existencia de libros de registro, es uno de los distintivos que enarbolan a la Asociación Mexicana de Criadores de Cebú, A.M.C.C, que arrancó con un gran proyecto ganadero, exitosamente convertido en Sardo Negro, una raza para mostrar y exportar.

Este bóvido es conocido igualmente por su precocidad, elevada fertilidad, alta longevidad, también por su habilidad materna, resistencia a climas secos y extremadamente cálidos, pero también se caracteriza por su tenacidad y aguante a enfermedades, contagios, ectoparásitos.

El llamado Cebú Mexicano empezó a escribir su historia en los años cuarenta cuando los ganaderos de ese país eligieron o escogieron animales que mostraban como particularidad una capa negra con pelos blancos, sus hembras muy buenas productoras de leche, llevaron con otros atributos a fundar la nueva raza, el Sardo Negro, puntualmente en 1979 la A.M.C.C, consintió la apertura del libro genealógico para darle vía libre a la primera raza mexicana de ganado Cebú. Es así como se da comienzo expresamente a la formación genealógica y productiva de la raza Cebú Mexicano o Sardo Negro.

 

 

Este ganado, oriundo de Veracruz, tiene un tamaño medio a grande, con una altura media de 130 a 140 centímetros en los machos y de 120 a 130 centímetros en las hembras. El peso promedio de los toros es de 1.000 o 1.100 kilogramos en tanto que las hembras alcanzan los 550 o 600 kilos.

La leche producida por las hembras de Sardo Negro goza de gran calidad, tiene 3,58 por ciento en proteína, 4,70 por ciento en grasa, 4,77 por ciento de lactosa y 14,32 de sólidos totales, se trata de un alimento sano, higiénico y dentro de las exigencias europeas en materia de inocuidad.

La raza es ideal para cruces, a juzgar por los últimos estudios y resultados el cruzamiento entre Sardo Negro y Holstein fue ideal en la producción de leche toda vez que arrojó crecimientos reveladores frente a las obtenciones de la raza Sardo Negro pura. A criterio de los conocedores, el intercambio de ADN entre pares de cromosomas homólogos fue óptimos frente a los parámetros reproductivos en vista que la mezcla racial Sardo Negro-Holstein no tuvo efectos adversos en fertilidad, tasa de concepción, duración de la gestación y el peso del ternero al momento de nacer.

 

Raza con historia reciente en Colombia

 

 

El Sardo negro ingresó a Colombia por solicitud de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Cebú, con el respaldo de algunas ganaderías que vienen trabajando la raza, principalmente en el departamento de córdoba, Asocebú Colombia autorizó el comienzo de la selección de la raza bajo los lineamientos del programa de cebú colombiano clasificado. La Junta Directiva en cesión del día 17 de febrero de 2011, aprobó abrir los libros genealógicos de la raza Sardo Negro.

 

Ganado en El Carrito

Según Asocebú, los inicios de la producción de Sardo Negro en la Ganadería El Carrito se remontan al año 1976, cuando el ganadero Cristóbal Mejía adquiere unos toros Sardo Negro puros que alguien en la región habría importado de México. Sin conocer que hacían parte de una raza muy importante, pero rescatando un vistoso fenotipo y una excelente producción en carne y leche, Mejía decide trabajar los toros en una vacada cebuína con muy buena habilidad lechera.

En el año de 1995 con el fallecimiento del productor Cristóbal Mejía, su nieto Darío Piedrahita Mejía, opta por conservar la genética trabajada por su abuelo y unas vacas cebú con esas mismas características que poseía su padre Luis Alberto Piedrahita, que hacían parte de la producción lechera de la finca. Asocebú narra que aún sin tener conocimiento de que eran cruces con Sardo Negro puro, pero mostrando un gran apasionamiento por su apariencia física y sus altos niveles productivos, Darío continúa con este legado tratando siempre de conservar las características raciales más predominantes.

 

 

Cinco años más tarde, encuentra en una revista mexicana una pauta publicitaria de la Ganadería Oro Verde y se da cuenta que la raza que su abuelo había trabajado durante tantos años tenía un nombre propio “Cebú Mexicano Sardo Negro”. Comenzó con todo entusiasmo a buscar a través de internet, criadores mexicanos reconocidos que con su genética pudieran hacer un aporte importante tanto en tipo como en producción de carne y leche. Al hacer contacto, las ganaderías de Oro Verde y Puente de Dios en México deciden depositar un voto de confianza en este joven emprendedor, enviando 110 pajillas de sus mejores toros.

 

“En el año 2002 comienza el proceso de inseminación de dicha vacada y una vez probados los sementales Darío decide viajar a México para conocer de primera mano los ranchos dedicados a criar esta raza. El viaje significó un gran paso para la Ganadería El Carrito pues estrechó lazos de confianza y amistad con los ganaderos mexicanos y la Asociación Mexicana de Criadores de Cebú, AMCC, quienes de inmediato comenzaron a trabajar por el posicionamiento de la raza Sardo Negro en Colombia, a través de Antonio Reyes Cerón, director técnico de la AMCC, quien desde el inicio mostró gran interés y entusiasmo por el tema del Sardo Negro en territorio colombiano.

 

Luego vino un trabajo arduo y constante, perseverando y mostrando las bondades de la raza lo que implicó hacer presencia en algunas ferias del país dejando ver la tarea realizada en ese momento.

 

Francia y Lusitania, haciendas esenciales para el Sardo Negro

 

 

La Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú, Asocebú, expuso que paralelo a la selección del Brahman rojo en las haciendas Francia y Lusitania, se desarrolló la ganadería comercial para lechería. La historia del sardo Negro, afirmó el gremio, se inicia con el nacimiento del toro Lusitania 220/67, en el año1997, el cual se produce a partir de una vaca media sangre Gyr por Indubrasil, hija del toro INCA (Gyr), que se cruza con el toro Maravilla de Faisao (Gyr).
El toro 220/67 es ¾ Gyr por ¼ Indubrasil; orígenes comunes a la raza Sardo Negro. El toro, aseguró la asociación, fue conservado para padrear las vacas de ordeño de la ganadería por su gran genética en producción de leche y se utilizó en vacas F1 Holstein negro, Brahman gris y rojo.

 

“Toda la información de la ganadería se encuentra sistematizada por lo que se conoce la historia productiva y reproductiva de cada uno de los vientres, igualmente los porcentajes de razas que la conforman. Asociado al riguroso manejo de registros, la selección del pie de cría se fundamenta en parámetros de impacto económico principalmente fertilidad, crecimiento y producción de leche, anotó Asocebú.

 

Cuando comenzaron a nacer las crías con el color de pelo “sardo”, que es un color muy apetecido en el mercado, se incluyó este criterio para seleccionar las crías, identificando los toros que fueran aptos para mejorar en producción y que fijarán el color sardo muy bien pigmentado a sus descendientes. Al final, precisó Asocebú, el resultado de esta selección fue tener hembras de color sardo y de muy buena producción de leche y fertilidad.

Al conocer de la existencia de la raza cebuína Sardo Negro, se analizó y estudió la raza, concluyendo que el color, la caracterización racial y los orígenes, son particularidades muy similares a las que transmite el toro 220/67.

En algún momento, dijo Asocebú, el producto iba a llamarse “Sardo Lusitano”, pero viendo que los objetivos que se pretendían con este toro como son buena producción de leche y musculatura adecuada, los cuales eran muy similares a los de la raza Sardo negro, se decide cruzar el producto de la ganadería con toros Sardo Negro mexicanos, buscando tener ejemplares muy adaptados al trópico, con muy buena producción de leche y musculatura adecuada para una ganadería doble propósito.

La raza Sardo Negro, matizó Asocebú, tiene gran demanda en los trópicos por transmitir a su descendencia sus cualidades. Buenos pesos al destete, buenos incrementos post-destete y al cruzarse con animales criollos o con alguna influencia de raza europeas como el Suizo Americano y el Holstein, se tienen hembras capaces de dar buena producción láctea. Estas cualidades le han dado al Sardo Negro mucha popularidad en Centroamérica.

 

 

En charla con Diariolaeconomia.com, el Director Técnico de Asocebú, Germán Gómez, indicó que la raza Sardo Negro se viene manejando para el capítulo Colombia en dos ganaderías, hatos que han hecho un muy buen trabajo como criadores.

Recalcó que Asocebú le abrió en su momento libro genealógico para trabajarse con un programa llamado “si un colombiano clasifica” o porque se consideró desde el punto de vista de los soportes, la trayectoria y la información que se tenía de la raza que hacía falta más investigación para incorporarla en los libros genealógicos de Asocebú como una casta pura, razón por la cual hoy la asociación está registrando animales puros, pero basados en un proceso de selección interna que hace Asocebú con las ganaderías inscritas.

El experto destacó las cualidades del Sardo Negro, raza que muestra adaptabilidad, rusticidad y muchos otros atributos. Añadió que esta raza, considerada de doble propósito se comporta muy bien en condiciones de trópico bajo, aseveración que se da por los resultados en las ganaderías que crían esta raza.

 

 

Por sus rendimientos en leche y carne, pero atendiendo los llamados del mundo en seguridad alimentaria, el Cebú, a criterio de Germán Gómez, es la raza a tener en cuenta porque además se comporta muy bien en cruces con distintas estirpes cebuinas, pero igual con castas europeas, una versatilidad a toda prueba, pero de igual forma, la opción de mejorar los hatos y la población bovina destinada a la alimentación.

Asocebú, comentó el Director Técnico Germán Gómez, cerró muy bien el 2023 por tratarse de una agremiación fuerte y bastante sólida, que sigue creciendo exponencialmente día a día, una asociación de raza cebuina líder, no solo en Colombia sino a nivel internacional.

Dijo que como todo periodo, el 2024 trae sus desafíos y metas. Climáticamente hablando sostuvo que ojalá los fenómenos que se puedan presentar en su momento no lleguen a extremos climáticos como es el caso de los veranos porque definitivamente eso afecta, como pasa con cualquier extremo atmosférico, porque con mucho sol o lluvias excesivas, generalmente hay merma y perjuicio en la productividad.

Dijo que independiente de todo, el ganadero debe con tiempo prepararse, algo que no es fácil porque sencillamente la naturaleza se expresa súbitamente lo cual no se sobrelleva con las estrategias que el ganadero pudiera adoptar en casos meteorológicos extremos. En opinión del versado los impactos se pueden mitigar, pero un caso severo de clima afectará las explotaciones ganaderas porque golpea la productividad y reproductividad de los bovinos.

 

 

Las contingencias para enfrentar los embates del clima son numerosas, pero para el Director Técnico de Asocebú Germán Gómez, en la medida que el ganadero pueda acopiar pasto en la finca llámese verde o seco, estará dando un paso importante y obtendrá un gran logro porque de ahí en adelante, apuntó el conocedor, hay múltiples alternativas, dejando claro que la suplementación y otras prácticas para mantener el ganado en condiciones están asociadas a unos costos altos.

 

“El tema es seguir manejando todo en torno a la cultura de sostenibilidad, sistemas pastoriles neo-estacionales, con mucha sombra y bastantes árboles para mitigar por otra vía los efectos del clima, en síntesis ir construyendo una ganadería de bosque, amigable ambientalmente y desde todo punto de vista sostenible”, declaró el señor Gómez.

 

 

Buenos entornos, ideales para cruzamientos