Según los arqueólogos es factible que el hombre haya empezado a consumir aves de corral hace 8.000 años cuando la actividad de domesticación inició en China, en ese tiempo ya era normal ver gallinas y hombres sacando provecho de éstas. La cría en mención empezó a expandirse por Europa occidental al parecer cruzando la imponente Rusia. Los últimos análisis de carbono 14 dicen que no hubo gallinas en el oeste de Europa antes del primer milenio antes de Cristo. La exploración científica deja claro que estos ovíparos prosperaron en el Sudeste Asiático y en India precisamente con el crecimiento de los cultivos de arroz.
Las redes comerciales fueron importantes para que pollos, gallos y gallinas arribaran al Mediterráneo Oriental, los griegos al igual que los fenicios llevan la novedosa especie emplumada a la Península Ibérica y al sur de Francia, de allí pasa al norte del continente europeo gracias a los celtas, pero el comercio en boga lleva las aves a las Islas Británicas, en síntesis, el hombre comió pollo en ese lugar del mundo solamente en la Edad del Hierro debido al proceso de colonización.
Hipótesis hay varias, los expertos anotan que en India es posible que el sometimiento de gallinas se haya dado de manera aislada hace 4.000 o 6.000 años antes de Cristo, pero otras versiones llevan a pensar que las aves fueron transportadas desde el sur de Asia hasta el país del río Indo. El tema avícola en India ha resultado trascedente ya que hace 3.000 años eran comunes los gallos de pelea, luego es apenas consecuente que la cría de gallinas tenga igualmente raíces en ese mágico país.
Es también conocido que las gallinas de granja o de casa surgieron hace muchos siglos en África en donde hoy son de suma importancia en el diario vivir de las comunidades del continente negro. La cría de aves tiene una lista larga y una serie de opciones en cuanto a su origen. La famosa cría de aves es ubicada por connotados investigadores en el sudeste asiático, o por lo menos así lo analizó Charles Darwin quien expuso que las gallinas que hoy consumimos proceden de un gallo rústico conocido como Gallus Bankiva, especie que es nativo de Asia, según el científico desde India hasta Filipinas, de todos modos en ese tiempo se ubica su domesticación, unos 7.000 años atrás.
La avicultura es demasiado antigua, pasó de un tiempo de descubrimiento y consolidación junto a la agricultura y la cría de animales a ocupar puestos de privilegio en las grandes y más vetustas o milenarias culturas, dentro de la actividad avícola añeja estaba el engorde y puesta a punto de gallinas, patos y gansos, el asunto era lograr acopiar huevos y poner carne de calidad en la mesa. En el antiguo Egipto se creó el hábito de criar las llamadas aves de corral, en esencia gallinas y patos, estos animales hacían parte de su modo de vida y con el trabajo hecho en granjas aseguraban alimentos con huevos y carne. Los faraones vieron como la actividad avícola crecía no como usanza doméstica sino como industria de gran relieve, los egipcios desarrollaron trabajos admirables en granjas técnicamente adecuadas, pero lo más tenaz, algunos avicultores lograron especializarse en oferta de proteína recurriendo al mejoramiento con lo cual aumentaron la producción de huevos y carne sacando lo mejor de las gallinas y aves con óptimas aptitudes y características.
De todas maneras los estudios apuntan a que las gallinas domésticas provienen de un ave silvestre de la selva asiática. Con los años las aves de corral, en este caso pollos, gallos y gallinas, fueron afianzándose como negocio y fuente de alimento. Así se definieron dos tipos de explotación, carne y huevos, las de doble propósito no muy apreciadas en los mercados, pero fueron y siguen siendo útiles como fuente de proteína en los campos.
Hace mucho tiempo razas como New Hampshire y Light Sussex fueron determinantes para obtener aves de alto rendimiento tanto en huevos como en carne, pero genéticamente el mundo fue avanzando y surgieron nuevas razas y con ellas otras propuestas productivas en un mercado cada vez más demandante de proteína.
La avicultura pasó de la simple venta de gallinas o pollos de gran tamaño para aumentar los ingresos de las granjas a entrar por una senda empresarial que necesitó inversiones en investigaciones, mejoras genéticas y la adecuación de una infraestructura adecuada para darle paso a una producción a gran escala de carne y huevos en galpón, productos esenciales en los hogares, pero igual en el sector gastronómico que incluye asaderos y lugares de comidas especializadas en donde el pollo se constituye en una espectacular opción al paladar. La gran industria empieza a mover mercados en Estados Unidos y Europa entre los siglos XIX y XX.
En Norteamérica la gran historia empezó hace 100 años, en 1923, cuando Cecile Lang Steele, una mujer que criaba entre veinte y treinta pollos y pollas, por equivocación terminó cuidando 500 pollitos, lo grave es que el pedido era de tan solo 50, una falla en el despacho de la incubadora Steens que obligó a que esta pionera se diera a la tarea de engordarlos después de renegar y lamentarse de la situación. Todo ocurrió en Delaware, esta dama de familia humilde empezó a levantar sus pequeñas aves, la cama, una vieja caja de piano, luego los pollos pudieron evadir el frío en una casa de madera de 16 por 16, encargo que hiciera Cecile a un carpintero de la región.
Finalmente y después de 18 semanas, lograron vivir 387 pollos con un peso de 2.5 libras, la mortalidad alcanzó el 22.5 por ciento, en ese momento vendió la libra de pollo a 62 centavos de dólar, algo que la incentivó porque notó un generoso retorno de la inversión. Para su siguiente cría pidió 1.000 pollitos, igual funcionó el negocio lo que la llevó a solicitar 10.000 y en 1928 levantó más de 26.000 pollitos. La actividad fue tan rentable que otros propietarios de fincas o granjas replicaron la actividad avícola de la emprendedora Cecile, en poco tiempo Delaware llegó a registrar más de 500 granjas. Esa apuesta le dio vida a grandes corporaciones como Perdue Farms, una de las más grandes productoras de pollo, no en vano llegó a ofertar más de 600 millones de aves.
La gallina en Colombia
En principio se cree que las gallinas llegaron a América después del descubrimiento de América en 1492, lo cierto es que al igual que las aves de corral en el mundo, hay estudios que dicen que este tipo de cría ya estaba en las Indias de Cristóbal Colón. Para el capítulo Colombia dicen los investigadores que con la llegada de los conquistadores en el siglo XVI fueron introducidas las primeras especies de gallinas, gallos y patos. Las aves fueron internadas para el consumo de los colonizadores quienes, según reza en un documento del Banco de la República, fueron entregadas a los nativos para su crianza. Es por eso que entre los siglos XVI y XIX la cría de aves domésticas y cerdos hacía parte de las actividades económicas de las comunidades indígenas que sirvieron no solo de alimento sino de cambio para hacerse con otros bienes para su sustento.
Según relatos hechos por viajeros locales o extranjeros, en 1823 en Bogotá las familias más pudientes añadían huevos fritos a las comidas que generalmente llevaban carne, papa, yuca y plátano, igual en 1825 se hablaba del desayuno “rolo” de los ricos que consistía en huevos revueltos o fritos con chocolate. Reza el estudio del Banco Central que desde luego en Colombia durante el siglo XIX e inicios del siglo XX, para los campesinos o personas pobres comer huevos o carne de aves era un lujo destinado solo para ocasiones especiales. El consumo de estos productos se masificó a mediados del siglo XX con el surgimiento de la avicultura comercial.
La historia de la gallina en Colombia y en América dio un giro considerable con el estudio de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences, la investigación concluyó que el ave vino a tierra americana desde Polinesia en tiempos precolombinos. Al hacer la comparación de huesos los que posiblemente pertenecen a gallinas antiguas que habitaron Chile entre 1321 y 1407 coinciden con el ADN de aves naturales de Tonga y Samoa
En una carta escrita por el propio Cristóbal Colón a los reyes Católicos tras su cuarto viaje a América en 1502 aseveró que vio gallinas como las de Castilla, pero más grandes y contó que las plumas eran como lana.
Corre el tiempo y la industria avícola se perfila en el país, en 1920 se hacen las primeras importaciones de aves a Colombia, en esa época llegaron gallinas, gallos y pollitos de diversas razas, Rhode Island Red, Plymouth Rock, Barrada, New Hampshire, Minorca, Sussex, Chantecler, Crevecoeur, Anconas, Faverole, Orpington, Buckeyes, Jersey, negra Gigante, Javas, Dominicas, Brahmas, Cochinchinas y en baja cantidad aves Leghorn.
Décadas después, entre 1920 y 1940 era fácil observar gallinas llamadas “criollas” que resultaron de los diversos cruces con razas esencialmente españolas. En 1926 llegó el apoyo estatal pues el gobierno reconoció por primera vez y de manera oficial que la avicultura era una actividad económica de importancia, es por ello sanciona la Ley 74 de 1926 que establece la fundación de una granja avícola experimental en cada departamento y dio vía libre para la contratación de profesores para que instruyeran el desarrollo y propagación de aves de raza con alto valor industrial.
En 1930 crece el interés por la cría de aves, aumentan las publicaciones y las ganas de invertir en un sector promisorio. En 1943 son registradas importaciones de más grande cantidad de aves muy eficientes y especializadas en obtención de huevos, engorde y doble propósito. La dicha tuvo un momento apremiante, en 1950 la población de aves de corral que sumaba 18 millones fue atacada por el virus de Newcastle, murieron 12 millones entre gallinas, pollos y gallos, una hecatombe económica.
Como era previsible la producción de huevos se desplomó y en solidaridad Estados Unidos donó algunos millones de huevos, una cantidad trascendental que sería rechazada porque los colombianos se habían acostumbrado al consumo de huevos grandes, de cascara roja y yema roja, los que llegaron de Norteamérica eran producidos por gallinas Leghorn de las que se obtenían huevos pequeños con cascara y yema de color blanco. Algunos afirmaron que se trataba de huevos sintéticos, hechos en incubadora. Ante la parálisis llegó personal autorizado de Inglaterra y en cabeza de Silvia MacCowen, diseñan estructuras para 500 aves y orienta a por medio de cursos de avicultura sobre eficiencia y control, un trabajo que aprovechó el Valle del Cauca y otras regiones que luego de escuchar concluyeron que la actividad avícola debía tomarse más con carácter industrial que a manera de explotación casera. La lección dio sus frutos y desde entonces vinieron los correctivos, la adopción de tecnologías, usos genéticos, industrialización, comercialización y tecnificación. Con la avicultura mejorada y con incubadoras modernas y plantas de gran tamaño y dotación tecnológica llegan multinacionales de la farmacia veterinaria así como firmas expertas para ayudar al sector.
El 28 de septiembre de 1983 nació la Federación Nacional de Avicultores, Fenavi, gremio que llegó con fuerza y con el ánimo de impulsar la industria avícola nacional sobre pilares de eficiencia, innovación, compromiso, conocimiento y perspectiva.
El presidente Ejecutivo de Fenavi, Gonzalo Moreno Gómez, le dijo a Diariolaeconomia.com, que la avicultura es un sector que viene creciendo en los últimos veinte años. El año pasado, expuso, la industria produjo 2.8 millones de toneladas de carne de pollo y huevo, 1.8 millones de toneladas de carne de pollo y un millón de toneladas de huevo que al final repercuten en 17.000 millones de huevos.
Este año, reveló el directivo, habrá un leve crecimiento en el subsector de pollo cercano al uno por ciento y en el subsector de huevos el repunte alcanzará el cinco por ciento. Con la dinámica, comentó el dirigente gremial, los empresarios pudieron por fin recuperarse de los bloqueos del año 2021 lo cual fue peor que diez veces la pandemia para el sector avícola que tuvo afectaciones grandes en producción ya que las aves infortunadamente no recibieron todo el alimento requerido lo que impactó la obtención de este tipo de proteína.
“En este momento estamos bien, pero tenemos los problemas que arropan al total del sector agropecuario en Colombia y el gran dolor de cabeza es la seguridad, algo que nos tiene sorprendidos porque un tema que no era recurrente, del que no hablamos en el pasado, que creíamos superado, otra vez está en la agenda como una preocupación”, declaró el señor Moreno Gómez.
El tema de hoy no es extorsión solamente de la guerrilla o paramilitares sino de varios grupos armados ilegales muy cercanos a la delincuencia común, Fenavi observa con angustia que son demasiadas las organizaciones o estructuras criminales, muchas que están proliferando desde las cárceles que han hecho sufrir al sector avícola desde los lugares de reclusión, una modalidad que nunca se había visto y fue el secuestro virtual de una granja ya que los delincuentes llamaron y dijeron que la unidad productiva estaba raptada y que la dejarían libre si pagaban una suma determinada.
Fue necesario hablar con el Gaula, hablaron con los trabajadores de la empresa y no contestaban, tenían los celulares apagados, llegaron a la firma productora y se dieron cuenta que no estaba pasando nada y se pudo determinar que era desde una cárcel donde se hacía la extorsión.
Tenían información y obligaron a todos los colaboradores a no contestar los teléfonos, luego lamentablemente se ve una multiplicación y propagación de bandas ilegales las cuales están afectando a todo el sector agropecuario del país.
La situación no es nada fácil, pero lo único cierto es que la inseguridad tiene físico huevo, las empresas inclusive están preocupadas porque las siguen alejando de los ejes cercanos a la fuerza pública, pero lo increíble es que siguen pasando fronteras temerarias y llegando a lugares nada recomendables.
Colombia ofrece grandes oportunidades en cría de aves
Actualmente, manifestó el presidente Ejecutivo de Fenavi, Colombia tiene un gran potencial avícola y aunque todavía no se ha llegado a maduraciones del sector a pesar de ser los mayores productores de proteína animal en el territorio nacional, las perspectivas son más que promisorias.
Un colombiano, explicó Gonzalo Moreno Gómez, se come 37 kilogramos de pollo al año versus 18 de res y 14 de cerdo, un sector de gran tamaño que puede seguir creciendo y para ello se han hecho grandes inversiones porque los productores del sector avícola han creído en Colombia y ven con buenos ojos el desarrollo del país y por eso recalcó hay preocupación porque ninguna inversión se puede asegurar puesto que sigue marchitándose la seguridad. Moreno Gómez fue enfático, “si no hay seguridad en el campo colombiano, es imposible producir alimentos”.
Los avicultores colombianos han hecho de tripas corazón porque crecen a una tasa importante y por eso dicen que hacen parte de un sector que no se sienta a llorar en una esquina sino que le pone la cara al problema. Insisten en que las empresas avícolas fueron la parte visible de los bloqueos, nadie se escondió y como es costumbre cuando hay inconvenientes, los productores siempre intentan resolverlos y avanzar. El sector generalmente, puntualizó el vocero, intenta solucionar todo, pero detalló que hay aspectos que se le salen de las manos como seguridad, infraestructura vial, bienes públicos y otras soluciones.
“Llega un momento en el que necesitamos ayudas también como país, pero en las cosas específicas del sector, esta es una industria que siempre trabaja y madruga para alimentar con pollo y huevo a Colombia”, acentuó el presidente de Fenavi.
Tema logístico obedece a una coyuntura, pero se corregirá
Una preocupación del empresariado fue el nuevo aire que tomó en alto costo en los fletes y contenedores, un tema que se había corregido después de que la tarifa superara los 18.000 dólares por un conteiner saliendo de China y desembarcando en Buenaventura. La semana anterior el flete que se ubicó en febrero y marzo en 1.200 y 1.500 dólares, de manera increíble llegó a 7.000 dólares, una situación que encendió las alarmas.
La explicación para lo que está pasando es que se ha cambiado el mapa de comercio mundial. En una conferencia mundial avícola llevada a cabo hace poco, el directivo dijo que le llamó poderosamente la atención que ya no se hablaba de globalización sino de un crecimiento dormido, luego ya no se ve un crecimiento del comercio, es visible, anotó el dirigente, que Estados Unidos está cambiando sus socios comerciales, ya no va a ser China, está buscando socios y allí se abre una gran oportunidad para Colombia, un asunto que debería ocupar al país, discutir como país como aprovechar para mandar más producto, allí los empresarios avícolas, expuso Moreno Gómez, levantaron la mano pues necesitan que se les ayude a abrir mercado. Recordó que Colombia en el sector avícola tiene un tremendo potencial en exportaciones, pero insistió en que se necesita llegar con productos a otros países porque hay calidad y competencia.
“La feria de Fenavi es muestra de ello, es el evento más grande de avicultura en español, solo hay dos ferias más grandes, una en Brasil y otra en Estados Unidos, no hay más, pero estamos hablando de los dos productores avícolas más grandes del mundo, nosotros somos el décimo productor avícola del globo, pero tenemos la tercera feria en tamaño, aquí hay competencia, innovación y ganas de salir adelante, pero necesitamos que todo el país tire para el mismo lado”, expresó el presidente de Fenavi.
Con todo lo que está pasando se abren espacio las cadenas regionales de valor y a criterio de Moreno Gómez, México las está aprovechando y Brasil está haciendo cosas impresionantes y por ello, dijo, Colombia y su industria avícola está mirando el modelo brasilero, copia el modelo de Brasil para llegar a ferias internacionales con la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegán, y con Porkcolombia, totalmente unidos, eso no fue una ocurrencia fortuita, sencillamente, manifestó el experto, Brasil lo viene haciendo hace veinte años y es el mayor exportador de proteínas del mundo.
El tema, planteó el directivo, es subirse en ese modelo y avanzar sobre pilares de eficiencia, competitividad, productividad y sostenibilidad. Apunto que la clave es copiar lo bueno de Brasil que gremialmente y como nación se mueve hacia el mismo lado, pero deploró que en Colombia ni siquiera se ha podido llegar a un acuerdo sobre la seguridad jurídica de la tierra.
Industria avícola comprará maíz colombiano
A propósito de tierras y reforma agraria, indicó Moreno, hay unas grandes extensiones de tierra que no se están utilizando sobretodo en el Vichada y la Altillanura en donde fue la Junta Directiva de Fenavi a explorar en vista que hay unos productores haciendo una labor titánica al sembrar maíz y soya. El compromiso del gremio es absorber todo lo que estos valientes agricultores produzcan, pero el tema es que también necesitan seguridad para crecer, luego en lugar de discutir que se lleva o que se trae, hay que apostar por lo bueno que hace el país y ahí, destacó el presidente de Fenavi, está el mercado.
“Nosotros somos muestra de que se puede salir adelante, fuimos allá y les dijimos que les podemos comprar todo, en vez de estar discutiendo sobre otras cosas, tenemos que abordar temas como la manera de construir una carretera apropiada para construir una carretera apropiada para conectar el Vichada y los Llanos Orientales con el centro del país y aprovechar el potencial existente en esas regiones del oriente. Al mirar un mapa de Colombia, prácticamente de la cordillera y de Villavicencio hacia el costado oriental casi no hay poblaciones, luego hay una gran oportunidad, pero es necesario lucharla”, señaló Moreno Gómez.
El tema de comprar el maíz y la soya que producen los agricultores en el llano es una gran noticia porque las adquisiciones se harán a precio de paridad, Fenavi, recalcó su presidente nunca dijo que no lo que pasa es que no hay oferta, el gremio viajó a las zonas de producción, participó en ruedas de negocios, porque hay una apuesta de país y porque hay gente que les está creyendo a Colombia, pero es imperioso crecer y mejorar la oferta de los cereales que utiliza el sector avícola.
Las reformas generan incertidumbre
Las reformas generan reserva y ciertas dudas, un ejemplo expuso el presidente de Fenavi es la transformación laboral propuesta que pareciera haber sido pensada desde un escritorio en Bogotá porque no tiene en cuenta la realidad del campo colombiano pues en esa ruralidad hay un sector como el avícola, totalmente formal dentro del agro colombiano porque produce bienes exentos, pero los otros sectores del agro colombiano necesitan una reforma que formalice la agricultura nacional, todo desde la realidad de los cultivadores, pero cuestionó que no puede diseñarse desde una oficina capitalina, pensando que en las veredas todo el mundo trabaja de ocho de la mañana a cinco de la tarde.
Sobre el particular, el dirigente gremial afirmó que la realidad del campo es muy diferente y por eso debería proponerse dos reformas laborales, una para el campo productivo y otra para las ciudades. A Colombia, razonó, se le olvida que tiene un gran potencial agropecuario, pero lamentablemente muchos piensan que los plantadores o criadores tienen el mismo turno de oficina en Bogotá.
El tema contrabando que se da por épocas, dijo Moreno Gómez, obedece más a un flujo de lavado de activos porque Colombia produce más barato que los países vecinos, es la única explicación que se pudo encontrar, recalcó que el vecindario produce caro, tiene productos costosos y por ello se deduce que algunos están lavando plata.
Reforma tributaria, un cacareo sin ningún resultado positivo
Colombia es la factoría más dinámica de reformas tributarias, las hay de todo tipo y todas apuntan a lo mismo, meter la mano al bolsillo de los más vulnerables, de los empresarios que propenden por desarrollo y empleo, de los trabajadores y de quienes dicen presente a la hora de generar crecimiento, empleo y tejido social. Para muchos es bien sabido que las empresas que ganan más dinero son aquellas que venden calidad y economía, es decir si Colombia logra bajar tarifas como el IVA, elimina impuestos anti-técnicos verbigracia el 4 por 1.000 y reduce las tarifas de renta, muy seguramente habría un tremendo crecimiento, algunos dicen que la propuesta es descabellada, no, sencillo, eliminen las exenciones y sobrará la plata, seguro daría gusto ver las filas de inversionistas y muchos entusiasmados quitando el candado de las recordadas fábricas, como dicen, con voluntad, compromiso, inteligencia y arrojo, todo es posible, pero tristemente al país le cuesta pensar en favor de todos.
A juicio del presidente de Fenavi la propuesta parcialmente es viable pues ponerle IVA a los alimentos de los colombianos en el caso de las aves, afectaría el consumo, pero también la formalidad lograda.
Lo apropiado sería volver todos los productos del sector agropecuario exentos y devolver el IVA de la cadena a tarifa cero al final versus declaración de impuesto de renta en donde la avicultura es el sector que más aporta en el agro local por esa zanahoria que consiste en la devolución del IVA, pero pagando renta algo que ha ayudado a formalizar la cadena.
“Con respecto a los impuestos en general, la tasa de tributación que pagan las empresas es muy alta, sobretodo que quienes los hacen son pocos. Aquí estamos los que pagamos los impuestos, existen regiones en el país en donde el dinero se mueve en efectivo, es sorprendente, dada la mayor bancarización y disminución de costos. En una charla del Exministro Mauricio Cárdenas Santamaría, el ex jefe de la cartera de hacienda daba cuenta de la caída del recaudo vía 4 por 1.000, algo que asombra porque al final la gente está moviendo más plata en rama y la economía no tiene la dinámica de antes”, dijo Gonzalo Moreno Gómez.
En su plática el dirigente expuso que hay países como Estonia que bajó la tasa de impuesto de renta dejando una tarifa plana, pero allí el Estado funciona, pero aquí, subrayó, los empresarios pagan gravámenes y además tienen que hacer otras cosas. Se mostró de acuerdo con el control de la evasión, pero simplificando el régimen tributario porque no tiene sentido que una persona natural tenga que pagar un contador para hacer una declaración de impuesto de renta, eso, opinó, no tiene sentido como acontece con las presentaciones bimestrales de Industria y Comercio, algo complejo.