El tema obligado de hoy en día es seguridad alimentaria, el gran temor de estas épocas es la hambruna y los inconvenientes con productividad y suministro de alimentos, pero el sector primario consciente de esos retos sigue trabajando en la parte genética para lograr nuevas variedades en semilla y poder sembrar todo tipo de soluciones alimentarias amén del cambio permanente en el clima y de los comportamientos súbitos experimentados en la temperatura y la misma pluviometría, actualmente la agricultura como un todo se enfrenta a una atmósfera renuente que al parecer está pasando factura por la contaminación, enorme cuota del desarrollo que arrancó con la primera revolución industrial en 1760 aproximadamente cuando en ese periodo del siglo XVIII Inglaterra le dio vía libre a las máquinas a vapor, una tendencia que duró hasta 1840, pero que se hizo progresiva en el tiempo.
Actualmente la globalización de los mercados, los temas internos y los impactos geopolíticos están marcando una nueva era, a la fecha es fácil ver cómo se desmorona la multilateralidad, fenómeno que viene en paralelo con un marchitamiento del mercado internacional y por esa vía se abren opciones consecuentes como las mismas cadenas regionales de valor.
Hay asuntos por abordar como la producción de alimentos que demanda nuevas investigaciones, echar mano de las semillas nativas y explorar cepas no solo resistentes sino de elevados rendimientos que mejoren la productividad y la sostenibilidad del sector primario.
Uno de los productos que ha estado presente de manera milenaria en la mesa de los colombianos, los prehispánicos y los actuales, es la papa, cabe recordar que este tubérculo se sembró inicialmente en el sur del Perú y el nororiente de Bolivia hace 5.000 u 8.000 años antes de Cristo. Luego del descubrimiento este alimento se propagó por todo el mundo hasta ubicarse como un cultivo básico para la dieta de la humanidad.
Es necesario anotar que los indígenas Muiscas no tuvieron que esperar mucho, se sabe que sembraban de manera esencial maíz, papa, frijoles, frutas y ahuyama. Según los científicos dentro de los platos preferidos de este pueblo del Altiplano Cundiboyacense estaban los envueltos de mazorca, la arepa, tortillas, mute, tamal de picao y mazamorra chiquita y de dulce, ello porque en ese momento ya se producía como insumo básico la harina de maíz.
En tiempos de los Muiscas o parte de la gran nación Chibcha era también usual sembrar y recolectar arracacha, cubios, ibias, chuguas, calabazas, gulupas, curubas, melones y la dulce e infaltable guayaba, pero la papa fue reina porque con ella se preparaban en tiempos precolombinos sopas, cocidos, pucheros y sancochos, platos descubiertos con carbono catorce y muy vigentes actualmente en estufas de todo tipo, incluidas las de carbón de leña, en fin, la papa siempre ha estado de moda y no puede hacer falta en la buena mesa, lo vimos ayer, hoy y seguramente mañana, por qué no, pasado mañana.
Cobró tal importancia la papa en las comunidades prehispánicas que sirvió como medio de pago, impuesto, obsequio y el llamado presente en las visitas ancestrales. Toda una historia podemos establecer con la papa, cultivo de los gélidos Andes que vio la proclama del cóndor en los aires congelados como soberano de las alturas intimidantes de esos altozanos y picos blancos atiborrados de nieve en la retadora cordillera.
El tubérculo sigue siendo muy importante en la dieta de colombianos y americanos como un todo, el mundo al parecer no sabe vivir sin papa y por eso el alimento es susceptible a ajuste en precios, escasez, fluctuaciones y siembras.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Gerente General de la Federación Colombiana de Productores de Papa, Fedepapa, Germán Palacio Vélez anotó que el gremio sigue muy dinámico y a la vanguardia en la producción de papa. Dijo que como representante del segundo producto en importancia de la cadena alimenticia de los nacionales, está impulsando una mayor productividad, nuevas variedades, agricultura de precisión y más tecnologías porque a los agricultores hay que hacerlos mucho más rentables para garantizar un alimento de manera permanente en los hogares colombianos.
Actualmente hay problemas con el fenómeno de El Niño que obligó a mover el calendario de siembras pues normalmente en los primeros meses del año se planta el tubérculo para recoger en el segundo semestre que básicamente representa la cosecha del altiplano cundiboyacense, pero expuso que por el fuerte verano, los cultivos debieron correrse razón por la cual los precios de la papa están altos, de todas maneras confió en que para finales de agosto o arrancando septiembre la oferta logre el equilibrio para que los precios retornen a la normalidad.
Los precios de la papa, explicó el directivo, varían de acuerdo a la variedad y la región, pero hay información de 160.000 pesos por bulto en la central de Abastos de Bogotá, Corabastos, valor que a juicio del dirigente gremial debería ser inferior.
A la fecha Fedepapa sigue trabajando para ponerle corazón a la comercialización ya que en muchas ocasiones el productor primario, literalmente lleva del bulto, porque la central mayorista, cuando quiere, paga precios irrisorios. El Gerente General de Fedepapa expuso que en el momento hay 25 asociaciones que agrupan en promedio 1.500 productores para que puedan enfrentar a los pocos compradores que hay en las grandes mayoristas que son las finalmente le ponen el precio a la papa.
“Estamos buscando que los productores de papa se empresaricen y puedan defenderse con un músculo mayor de los grandes compradores de papa de estos centros de comercialización de alimentos”, declaró el señor Palacio Vélez.
Nueva crisis logística pone a pensar
La situación global no da para ser optimistas y por eso muchos productores y empresarios tienen ciertas reservas por lo que puede acontecer con la economía a futuro puesto que hay un marcado ajuste en el precio de los fletes marítimos que tienen la tarifa por encima de 10.000 dólares y hasta de 20.000 dólares para vehículos eléctricos y otras mercancías.
Los productos todos pueden experimentar un alza y eso podría cubrir los insumos agropecuarios que se elevarían de manera consecuente con la realidad del transporte. De todas maneras el Gerente General del gremio estima que por ser la papa un cultivo de ciclo corto, es decir que un alimento que se cosecha permanentemente, invita a ser algo más optimistas en vista que tiempos de pandemia se alinearon los planetas en desmedro de los agricultores porque cerraron hoteles, cafeterías y restaurantes y para colmo de males los bloqueos de 2021 hicieron añicos la economía campesina, como si fuera poco vino la guerra en Ucrania, escasearon los fertilizantes provenientes de Rusia y Europa del este, llegó la inflación al mundo, las economías caminaron por la cornisa y se dispararon los fletes marítimos a niveles impensables lo cual afectó los costos de producción, un asunto que hizo que los productores de papa tuvieran todo tipo de inconvenientes por los apuros geopolíticos que como era previsible impactaron el país.
En el actual momento, reveló Palacio Vélez, hay normalidad en los costos de producción en cuanto a insumos importados y los que se producen en el país. El gran dolor de cabeza del momento, afirmó, es el alto costo de mano de obra, la escasez de la misma y los altos precios en los fletes, unos temas que están golpeando considerablemente los costos de producción y por obvias razones la rentabilidad de quienes producen papa, empero estimó que los agricultores deben ser resilientes y buscar alternativas.
Independiente de que los fletes estén por las nubes, el directivo sostuvo que las vías secundarias y terciarias son muy malas, algo que causará serios problemas con el venidero fenómeno de La Niña o exceso de lluvias, un tema complejo porque la papa se produce en zonas de ladera, generalmente en pequeñas extensiones y las plantaciones no tienen tanto lío de anegamiento o encharcamiento de la tierra, sin embargo, aclaró, entrar los insumos y sacar el producto terminado se vuelve un verdadero apuro porque incrementa los costos de producción y la rentabilidad de los productores de papa.
Preocupa que la mano de obra joven es mínima apenas el 13 por ciento es de menos de 29 años, los inconvenientes son todos con el relevo generacional que es muy bajo. La papa es un cultivo intensivo en generación de ingreso pues la actividad conlleva a que en promedio 20 millones de jornaleros deriven su sustento de la siembra y recolección de papa. Este producto representa el 4.9 por ciento del PIB agropecuario y su producción puede valer cuatro billones de pesos al año, un bien muy importante para la economía doméstica.
Siglo XXI, agro se sigue haciendo con mulas y a lomo de hombre
Para el Gerente General de Fedepapa es muy grave lo que acontece en estas alturas del siglo XXI ya que no hay infraestructura en los campos, las carreteras son una utopía, todo parece indicar que vio más progreso el explorador y naturalista alemán Alexander Humboldt en 1799. A la fecha es absurdo hablar de bienes públicos porque sencillamente no existen, los distritos de riego vienen mayoritariamente de las nubes y de la santa voluntad de San pedro y ni que hablar se silos y almacenamiento, un atraso que a decir verdad produce vergüenza aunque en Colombia en el Congreso o en el aparato estatal nadie se pone mínimamente colorado.
Consideró el dirigente muy grave el estado de las vías pues con tratados de libre comercio firmados y con la agenda interna extraviada, nadie responde por competitividad puesto que resulta más costoso llevar un producto de la finca a un mercado municipal que transportarla de puerto de las grandes ciudades, luego expuso que es necesario insistir en la inversión del gobierno en las carreteras secundarias y terciarias para que los productores del sector agropecuario sean realmente competitivos.
Inseguridad en el campo, vuelve el azote a las veredas
Hoy el campo está totalmente sitiado por la inseguridad y los grupos delincuenciales, es increíble que a un campesino que produce alimentos y lleva a cabo una función social le caigan con todo para despojarlo de sus bienes o el fruto de su trabajo. No cabe en la cabeza que los grupos armados que se supone pregonan por justicia y equidad tengan a la empobrecida y asolada ruralidad como epicentro de extorsiones, robos, amenazas y todo tipo de arbitrariedad, como es costumbre siempre el más jodido es el que sufre, el que paga los platos rotos y al que todos señalan, es al parecer un caos vivir en el campo porque el simple hecho de ser labriego convierte en objetivo militar a los de ruana, a los que muchas veces se acuestan sin comer y a los que todos visitan y amedrantan.
Hoy los productores del tamaño que sea tienen dos problemas dijo el Gerente General de Fedepapa, uno son los permanentes bloqueos básicamente en el sur del país en donde los productores a diario ven castigada su actividad porque el carro que utilizan para llevar sus cosechas a los centros de consumo es inmovilizado, obligando como ha pasado varias veces a tirar los alimentos que son perecederos.
“Hemos notado que aumentó el boleteo y la extorsión en algunas fincas de productores de papa”, denunció el directivo.
Papa, alternativas, muchas
De la papa pueden sacarse muchos provechos, etanol y todo tipo de uso a nivel industrial, de restaurante y hogares. En el tiempo presente se quieren dar pasos considerables en valor agregado motivo por el cual se están generando prototipos para generar harina de papa y con ello buscar que se utilice más tubérculo en panadería y pastelería, unas alternativas bien importantes.
En cuanto a la producción de etanol y posiblemente licores se ha detectado que el país no es competitivo pues en los ensayos y estudios hechos es realidad es palpable a la hora de lanzarse a la obtención de ese tipo de productos. A juicio del experto es viable buscar opciones sobre todo en las lavadoras de papa en donde hay desechos y estos son apropiados para la nutrición animal, es por eso que Fedepapa sigue en la búsqueda de oportunidades para crecer en alimentación animal y a futuro entrar de lleno en producción de etanol cuando las condiciones estén dadas.
En 2024 el sector de la papa producirá más de 2.5 millones de toneladas, ello aprovechando que siguen en el sector alrededor de 90.000 productores de papa en el país, cabe indicar que de este número el 90 por ciento son agricultores de menos de tres hectáreas y el 80 por ciento de menos de una hectárea lo que ratifica que la papa es un cultivo de pequeños productores que hacen parte de la economía de subsistencia. Otro dato relevante es que el 37 por ciento de productores tiene que ver con madres cabeza de hogar.
Un factor a tener en cuenta es que la mayoría de los predios en donde se siembra papa son tierras tomadas en arriendo y no como muchos piensan, de propietarios directos. Colombia cultiva papa en 109.000 hectáreas, una actividad que le lleva ingreso a 350.000 familias y a millones de colombianos
Hoy hay un problema generalizado en el campo colombiano y es la falta de titularización de tierras, un asunto que poco a poco va entrando en la entraña de los labriegos que posiblemente por desconocimiento y falta de cultura en la propiedad no legitimaron sus predios, asunto que paulatinamente debe mejorar.
Para producir papa, orientó Palacio Vélez, hay que hacer rotación de cultivos y por eso quienes siembran el tubérculo van rotando los cultivos en hortalizas, zanahoria, arvejas y pastos. En papa hay opciones y complementos pues la mayoría de papicultores tienen ganado de leche y cosechan hortalizas.
Exportaciones están llamadas a crecer
Colombia exportaba alrededor de 3.000 o 4.000 toneladas anuales de papa algo ínfimo si se tiene en cuenta que el país produce 2.5 millones de toneladas. En los últimos meses comentó el Gerente General de Fedepapa, los agricultores tuvieron reuniones con el Ministro de Comercio explorando opciones para retomar el mercado venezolano a donde podrían ir entre 40.000 y 50.000 toneladas, algo se está despachando, señaló el directivo, pero ilegalmente por la trocha cuando lo que se quiere es que esas exportaciones sean formales permitiendo que los productores de papa puedan sacar sus cosechas.
“La federación ha hecho contactos con algunas empresas centroamericanas, en especial con factorías hondureñas en donde hemos revisado precios, de hecho ya teníamos listo un primer contingente de unas 12.000 toneladas, pero con la pandemia el negocio quedó estático y la idea es que podamos reactivar toda esta actividad para buscar alternativas de exportación. Nosotros consideramos que los productores de papa en Colombia somos eficientes y competitivos a nivel mundial”, apuntó el Gerente General de Fedepapa.
Los productores están de fiesta porque en el municipio de Villapinzón, Cundinamarca, primer productor nacional del tubérculo se llevará a cabo la Primera Feria Nacional de la Papa, evento que se cumplirá los días, nueve y diez de noviembre.
Sobre el tema contrabando el dirigente anotó que aún se ven brotes de ingresos ilegales de papa en el sur del país más exactamente por el departamento de Nariño, pero destacó la buena colaboración de la Policía Fiscal y Aduanera, POLFA y la autoridad sanitaria representada por el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, articulación que ha dado excelentes resultados en vista que ha bajado la cantidad de papa que ingresaba por la frontera primordialmente en carros pequeños, fenómeno que no golpea tanto el precio interno de la papa sino que genera una exposición considerable para que ingresen plagas y todo tipo de problemas fitosanitarios porque se trata de papa de la cual se desconoce su procedencia. Una amenaza directa para la producción local.
La importación de papa europea se frenó de manera importante porque de las 110.000 toneladas que ingresaban con prácticas desleales de comercio o dumping en 2021, cayeron visiblemente entre 2022 y 2023 y hoy la cifra se ubica en 70.000 o 75.000 toneladas que igual sigue siendo una cifra muy alta, razón y en consecuencia se sigue pidiendo ajustar los controles a las prácticas irregulares de comercio que tan solo pretenden arruinar a los productores y a la industria nacional.
Genética e investigación, el camino para potenciar variedades
A su turno el ingeniero agrónomo, doctor en fitomejoramiento genético, investigador y profesor del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional Carlos Eduardo Ñustes aseveró que en producción de papa hay grandes retos que van desde el cambio climático hasta sostenibilidad e investigación para llegar a nuevas variedades, un tema complejo en Colombia habida cuenta que los apoyos en exploración científica no son muy abundantes, sin embargo rescató que la constancia, el trabajo continuo y el compromiso de las personas que quieren los sistemas productivos en particular la papa, han hecho posible que el país haya pasado de épocas buenas, moderadamente buenas, malas y nuevamente buenas gracias a que en ese punto y a la alianza que se tiene con el Fondo Nacional de Fomento de la Papa, Fedepapa, permite que con recursos de ese fondo se pueda adelantar investigación de mucho mejor nivel y además de eso, con ese respaldo suficiente para poder llegarles a los agricultores.
Añadió que una de las cosas particularmente valiosas que rescata de todo es que la ciencia de manera independiente como acontece con las universidades, permite hacer mucho trabajo de cruzamientos, construcción de poblaciones, selección de material y genético y hasta cierto punto llegar y decir que los materiales son realmente valiosos, empero indicó que cuando se quiere escalar el tema a nivel de agricultor los costos trepan significativamente a unos niveles muy altos y ese, dijo, ha sido precisamente el punto clave en la alianza con el Fondo Nacional de Fomento porque allá han entendido claramente que un esfuerzo de investigación de tantos años como lo es el mejoramiento genético merece apuntalar esos procesos que se vuelven no manejables por un programa pequeño de una universidad que le ha dado tantos réditos a la papicultura colombiana porque para no ir tan lejos la Universidad Nacional ha transformado este sector que con las últimas variedades, resultado del apoyo decidido de la federación-fondo, espera que el sistema productivo de los agricultores sienta un beneficio significativo porque son materiales con muy buena resistencia a la gota, tienen muy buena respuesta en variables agronómicas, potencial de rendimiento muy alto, excelente calidad así como sabor, tolerancia a otros patógenos que no se han evaluado contenidamente en forma sistemática y adicionalmente a eso, apuntó el agrónomo, el hecho de tener la oportunidad de que algunas de ellas puedan ser fuentes de material para industria o igualmente que puedan también servir como un polo de desarrollo para mercados muy interesantes, rescatando la alta calidad organoléptica que tienen las variedades que, recalcó, son de espectacular sabor.
Multinacionales como Pepsico que tienen en portafolio fritos y pasabocas están demandando papa de mayor atributo y mejor comportamiento a la hora de su procesamiento. En ese orden de ideas, expresó Carlos Eduardo Ñustes, el escenario de la papa de industria en Colombia tiene hoy por hoy cuellos de botella muy fuertes. Explicó que la principal variedad que soporta la industria de papa frita en chip u hojuelas es la variedad colombiana Diacol Capiro lograda por el ICA la cual es ideal para el consumo en fresco, un ejemplo sopas o cocida con cáscara. En el país esta variedad antigua, pero de grandes cualidades es esencial para el procesamiento no solo en hojuela sino en bastón, pero se admite que los costos de producción son muy altos.
Por tener más de sesenta años en el mercado en el cual se ha sembrado semestre tras semestre, el resultado de ella en los campos es que es sumamente susceptible a todos los problemas que se pueda imaginar lo cual la hace muy costosa para producir. El docto puntualizó que un alto costo en materia prima incide muchísimo en cualquier sector productivo y en un escenario en donde la producción es industria, para los empresarios es fundamental tener materia prima de un moderado costo para poder mantenerse en los mercados también de manera plausible.
“Según entiendo para ellos es hoy por hoy demasiado alto producir Diacol Capiro y los rendimientos en línea aun cuando se mantienen como tal porque las industrias de punta tienen muy buena tecnología de obtención, la hacen cada vez menos competitiva y eso también impacta directamente en el consumidor porque un producto de materia de prima de costo alto genera una oferta terminada de mayor valor y bajo los escenarios de disponibilidad económica de las familias colombianas, son decisiones que se pueden tomar como dejar de consumir y eso ha impactado sobre todo porque los mercados también han caído, algo no deseable pues se necesitan materias primas con mayor competitividad para el sector productivo, eso en el frente de chip, en lo que tiene que ver con bastón o papa frita tipo francesa, Colombia no tiene variedades aptas porque se necesitan variedades de forma larga para que mejore ostensiblemente el rendimiento en línea de los insumos que ingresan. Hoy se trabaja con variedades redondas tamaño cero lo que genera mucho recorte y el rendimiento potencial en campo de un material que se necesita para lograr esta línea no supera el 30 por ciento en categoría cero, es necesario tener variedades largas y ese componente es una necesidad y hay que construirlo. La compañía que más dinámica tiene en este escenario es McCain, una multinacional que ha introducido genotipos del Centro Internacional de la Papa, hicieron evaluaciones y gastaron mucho dinero buscando ese tipo de papas, a la fecha tienen algunos genotipos que les están dando dejando claro que no son los ideales pues no han sido construidos ni desarrollados en Colombia y por esa razón sienten la necesidad que definitivamente Colombia debe tener variedades largas propias, perfeccionadas en nuestro medio”, especificó el entendido.
Al consultársele al ilustrado sobre la posibilidad de intentar genéticamente unir papa nativa colombiana con patatas americanas inmediatamente respondió que es imposible intentar una variedad industrial por ese lado porque la papa colombiana es de muy alto valor en el mercado, potencialmente en el ámbito internacional y en razón que el tubérculo colombiano tiene características organolépticas muy particulares. Agregó que si a un colombiano le preguntan sobre el sabor de la papa responderá que muy bien, pero precisó que si a ese individuo le suministran papa salada de la zona templada del norte seguramente notará la diferencia inmediatamente pues la disparidad es notable por sabor, textura y calidad de consumo.
“Nuestras papas nativas tienen varias características, uno muestran altos sólidos, dos, su calidad nutricional es potencialmente muy superior, tres, se prestan para hacer múltiples procesos porque la papa de Colombia no puede salir nunca fresca del país es decir la restricción existente por temas fitosanitarios para ser despachada fresca al mundo son reales, luego la única manera de exportar el alimento es procesado, frito o con otro tipo de manejo y en nuestro medio hay varias opciones, un ejemplo pre-cocidas congeladas, en cascos, encurtidas y otro tipo de innovaciones para un mercado global que no conoce este tipo de papas obtenidas en los Andes. Las papas andinas son de un contexto de calidad organoléptica muy superior a las que se tienen en zonas templadas”, puntualizó el agrónomo.