Domingo, 17 Noviembre 2024 07:51

Algunos palmeros no dimensionan daño por deforestación: Fedepalma

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En ese sentido Fedepalma sigue trabajando en concientización y traslado de conocimiento, así como de pedagogía sobre la importancia de mantener el bosque vivo. El gremio insiste en que el cambio climático es una realidad.

La palma de aceite sigue afianzándose en Colombia como un excelente modelo de inclusión, asociatividad, ingreso y calidad de vida, a esos temas debe agregarse la permanente innovación, investigación y adopción de tecnología. Este cultivo ha mejorado la rentabilidad de los campesinos de 21 departamentos y 161 municipios. Si bien hay dinámica en todo el país las regiones con mayor participación son los Llanos Orientales ya que hay una participación superior al 41 por ciento en departamentos como Meta, Casanare, Vichada y Arauca. En ese marco le sigue la Zona Centro que aporta el 31 por ciento de aceite con destino al mercado local y a los clientes internacionales.

En charla con Diariolaeconomia.com, la Gerente de la Zona Central de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, Adriana Marcela Toro Torres anotó que el departamento de Santander y particularmente la Zona Central tienen un grande potencial de crecimiento ya que se tienen unas sub-zonas muy interesantes como es el caso del Catatumbo en Norte de Santander, una región que ha estado en constante crecimiento y que muestra una magnífica proyección. Destacó que la zona tiene muchos palmicultores de pequeña y mediana escala que están creciendo en la Zona Central.

 

“Hoy en día tenemos cerca de 4.000 palmicultores y el 99 por ciento son de pequeña y medina escala. Con esto estamos rompiendo paradigmas porque siempre que se habla de palmicultura se piensa en grandes productores que son terratenientes, pero afortunadamente estamos comprobando con estadísticas y con la realidad en el territorio que el 99 por ciento, casi 3.800 palmeros son de pequeña y mediana escala, los de pequeña escala reportan hasta 20 hectáreas y los de mediana entre 20 y 500 hectáreas, luego para nosotros es una gran noticia ver la cantidad de personas que asisten a los eventos regionales como el de Barrancabermeja en donde se comparten excelentes experiencias, buenas prácticas. Hable con un pequeño productor que de manera trascendental incluyó tecnificación, innovación y tecnología para poder tener control sobre sus cultivos y por ende mejorar la productividad, luego ese es el tipo de vivencias que queremos compartir y visibilizar, un paso importante que viene desde los pequeños productores, algo que nos hace felices en Fedepalma”, declaró la señora Toro Torres.

 

 

 

Los logros de los palmicultores de Santander y Norte de Santander merecen ser aplaudidos de pie por cuanto han logrado hacer agricultura y patria desde un simple azadón hasta las más sofisticadas herramientas y la infaltable tecnificación, unas metas alcanzadas en medio de tantos conflictos y vicisitudes, un caso para mostrar es el Catatumbo y la Gabarra pues en medio del conflicto la gente aprende a diferenciar entornos y apuesta decididamente por una agricultura rentable que demuestra que de lejos la paz está en el campo y en unos cultivos generosos, rentables e incluyentes.

En ese orden de ideas la agricultura enarbola el nombre de los departamentos y hace pensar que cuando hay trabajo, compromiso y fe todo es posible, hay futuro.

La directiva anotó que la palmicultura en Colombia es un sector que ha demostrado la transformación de la agroindustria en el país porque incorpora y requiere ciencia, tecnología e innovación y a eso, aseveró, se dedica Fedepalma a través del socio y hermano que es el Centro de Investigación de la Palma, Cenipalma, algo que ha permitido hacer visible el sector que día a día sigue posicionándose pues demuestra que sí es factible hacer una palmicultura más rentable y más sostenible, un entorno que beneficia al pequeño productor en el mediano y corto plazo.

Un punto para destacar es que cada vez el pequeño palmicultor participa más activamente en el frente de industrialización de una manera más marcada en Santander, un logro que demando tiempo, disciplina y todo un proceso.

 

 

Para Adriana Toro Torres algo de resaltar también de los nuevos modelos que acopia la palmicultura es consolidar el modelo de asociatividad que les permitió a los palmeros fortalecerse y hacerse socios de los núcleos palmeros. Apuntó que una vez el pequeño productor se da cuenta que no solamente es el campesino que está en el primer eslabón de la producción, sino que también hace parte del segundo paso que es la transformación de la fruta se compromete mucho más lo que le da una visión mucho más amplia de lo que es la industria, un ejercicio que le permite mejorar y optimizar sus procesos desde el primer eslabón que es la palmicultura básica, pero transformada igualmente a través de la tecnología.

No hay duda, el campo cuenta con dos modelos excepcionales para mejorar las cifras de la agricultura, el cafetero y el palmero y allí el rol principal que se tiene desde el gremio es defender los intereses de los palmicultores y por eso se adelantan unos ejercicios sumamente importantes a través de los diálogos palmeros en donde se recogen todas las inquietudes y preocupaciones a nivel de tributario, jurídico razón por la cual desde Fedepalma se fijan las diferentes posiciones que son a su vez elevadas a las instancias gubernamentales departamentales y nacionales para poder ser con toda coherencia la voz de los palmicultores en el territorio.

 

“No son intereses particulares ni de los grandes productores sino los de ese pequeño palmicultor, inquietudes que canalizamos desde esos diálogos palmeros adelantados en las regiones”, anotó la experta.

 

 

 

Expuso que el modelo de asociatividad de la palma en los departamentos de Santander y Norte de Santander ha sido un esquema replicado por otros sectores productivos como por ejemplo el arroz en Norte de Santander que también ya viene tomando la dinámica asociativa, pero asimismo de hacer y vincular a esas asociaciones como miembros activos o inversionistas de esas grandes empresas que hacen transformación.

 

Productividad en veremos

Los palmicultores de Santander y Zona Centro se han quejado por la caída en la productividad y ello explicó Adriana está atado a fenómenos climáticos que cada vez afectan más y hacen mayor daño, si bien, comentó Toro Torres, hay consciencia de que han cambiado los ciclos en las cosechas por cambio climático, nada puede hacerse para optimizar las condiciones atmosféricas, sin embargo hay una tarea intensa hecha desde Fedepalma a través de todos los programas gremiales, pero sobre todo de Aceite de Palma Sostenible de Colombia, APSCO, esa certificación de aceite de palma sostenible que lleva tres ejes fundamentales de la sostenibilidad y que son el social, ambiental y económico.

 

 

Explicó que a través de formación, capacitación y la misma concientización de los productores de la región es más fácil ayudarlos en la preparación debida para enfrentar esos fenómenos que son naturales, pero que de una u otra manera pueden minimizar el impacto si los palmeros tienen buenas prácticas agrícolas, una labor en la que hay todo el compromiso y dedicación, todo con el acompañamiento y apoyo técnico que brinda Cenipalma en campo, algo que ayuda a empoderarse de que todos en los cultivos son parte de la solución, un tema que evita quejas y pone a los productores de frente a un gran reto, el cambio climático que ya no es una hipótesis sino un hecho real y palpable que ya golpea rendimientos en múltiples sectores productivos de la ruralidad.

 

“Hoy estamos en una etapa de adaptación al cambio climático y en eso nos hemos concentrado desde Fedepalma y Cenipalma porque ya la situación es latente, la estamos viviendo y el asunto pasa por de qué manera nos vamos a acomodar o a adaptar al cambio medioambiental”, dijo la conocedora.

  

 

 

Las relaciones del gremio son muy buenas con las regiones y por eso se firmó un acuerdo de entendimiento con la gobernación de Santander que permitirá incluir dentro del plan de desarrollo a la palma como un sector estratégico.

Anotó que desde la Gobernación de Santander existe la intensión de extender la palma en la región con 10.000 hectáreas razón por la cual se trabaja de manera juiciosa con la Secretaría de Agricultura en cómo se va a estructurar ese proyecto, de tal manera que esté alineado también a los intereses y necesidades del sector y a los que desde Fedepalma se ha visibilizado como potencial. Expuso que en el caso de Norte de Santander también en todos los municipios palmeros de esa región que llegan a cinco, se incluyó a la palma como un sector estratégico y dentro del plan departamental de la gobernación también está incluido, cosa que es bien importante y por eso tendremos próximamente un encuentro con el gobernador de Norte de Santander con quien se rubricará el acuerdo de entendimiento que permita materializar ese fortalecimiento del sector palmero en Norte de Santander.

Dentro del cambio climático, expreso Adriana Toro Torres, hay que contemplar prevención, aseguramiento, buenas prácticas agrícolas y un trabajo que debe hacerse al unísono con la Colombia urbana porque el reto es para todos y si hay daños a futuro, el país sobrellevará las consecuencias.

 

“Eso nosotros lo venimos promoviendo desde nuestra certificación de Aceite de Palma Sostenible ya que no es solo un tema de competitividad y posicionamiento en los mercados internacionales sino de responsabilidad y compromiso porque el consumidor local e internacional se fija y sigue la trazabilidad del producto que está consumiendo, entonces esa garantía y calidad debe tener los componentes esenciales de qué tan amigable es el cultivo con el medio ambiente, qué tan responsable es socialmente con las comunidades impactadas el producto que se consume, pero también mira como está beneficiando económicamente no solamente al gran productor sino al pequeño palmicultor. Nosotros hemos recogido en esa certificación todo lo que es importante desde el ámbito de la sostenibilidad y definitivamente nos obliga a seguir en campo llevando este mensaje ya que nos hemos dado cuenta a través de nuestros diálogos palmeros, un gran escenario, que a pesar del esfuerzo que hacemos en visibilizar nuestra estrategia de Aceite de Palma Sostenible, todavía al pequeño no le llega la información”, especificó la Gerente de la Zona Central de Fedepalma.

 

 

 

Aunque suene increíble, aún existen productores que no tienen claro qué es la deforestación y que lo hacen sin querer causar daño, pero finalmente generando un daño y por ello es urgente llevarles los conocimientos de cómo ser agrícolamente responsable y sostenible, un desafío grande para Fedepalma pues es necesario llegarles con mayor intensidad a los pequeños y hacer más presencia en campo, enseñarles que ser sostenibles y responsables con los ecosistemas no necesariamente implica una gran inversión porque ese es otro paradigma que debe romperse. Por momentos, indicó Toro, la gente creería que se está volviendo a épocas milenarias, recogiendo muchas buenas prácticas que se pueden hacer con lo que se tiene al alcance.

A juicio de Adriana Toro Torres es posible hacer una palmicultura sostenible con los recursos de los pequeños productores, pero asimismo con el apoyo que brindan todos los núcleos palmeros que finalmente son a los que les interesa tener unos palmeros con un producto sostenible pues finalmente es el núcleo el que vende ese aceite exigiendo de sus proveedores esas buenas prácticas agrícolas.

Desde su punto de vista es importante que el pequeño productor entienda los conceptos básicos de la sostenibilidad, un tema en el que se viene trabajando desde Fedepalma, entre otras cosas porque hay metas muy grandes de certificación de pequeños productores, una labor en la se enfocará el gremio durante 2025.

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