El arroz es sin lugar a dudas uno de los alimentos de mayor consumo en el mundo, a las personas este cereal les encanta por su flexibilidad, tabla nutritiva y desde luego por su delicioso sabor pues va muy bien en comidas saladas como una paella, risotto o un básico arroz blanco guisado, pero igual encanta en su versión dulce, verbigracia arroz de leche, arroz con coco y una gama amplia de postres y bebidas.
Cabe anotar que el arroz, con más de 80.000 variedades, es una cultivo milenario que brota en todo el mundo. Según los expertos existen más de 50.000 plantas que pueden ser consumidas por el hombre, pero de ellas tan solo el quince por ciento suministra el noventa por ciento de la dieta de energía alimentaria. Un estudio publicado por la revista National Geographic afirma que el arroz, el maíz y el trigo componen dos tercios de ese tipo de alimentación.
La historia del arroz, el segundo cereal más producido en el mundo, tiene su origen según algunos científicos en Asia, cuando apareció hace 7.000 años en países como China e India, precisamente los dos principales productores en el mundo. Otros hombres de ciencia argumentan que el arroz tuvo sus inicios en la India hace 10.000 años, empero señalan que su cultivo y domesticación se dio en China. De Asia el cereal viajó a Europa en el año 800 antes de Cristo y con las invasiones musulmanas arriba a España de donde se diseminó por todo el Mediterráneo para luego ir a América con el descubrimiento, la conquista y la colonia.
Otra versión dice que hace 3.500 años el arroz empezó a cultivarse siendo los hindúes los directos responsables de su domesticación, algunos estudios apuntan a que fueron pioneros en su producción y consumo diario al verlo trascendental en la dieta.
Lo cierto es que más de 3.500 millones de personas consumen arroz a nivel mundial y han hecho del cereal un alimento esencial que está en la mesa de domingo a domingo, un producto infaltable que cada vez enamora más y más paladares.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, la economista y experta en comercio y mercados de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, Shirley Mustafá afirmó que al analizar las perspectivas de oferta y demanda en el mercado mundial del arroz en el periodo 2024-2025, surgen algunos pronósticos llamativos, aclarando que la temporada arrocera está en la mitad de su meta, pero desde luego avanzada, escenario que facilita analizar los primeros resultados. A juicio de la conocedora, las primeras cifras son bastante positivas pues a nivel mundial se observa un fuerte incremento en las áreas plantadas con arroz a tal punto que las siembras mundiales alcanzarían un record histórico de casi 172 millones de hectáreas lo que llevará a que la producción global crezca en 0,8 por ciento relativo al resultado que ya era excelente en el ejercicio 2023-2024, hasta alcanzar un record mundial sobre la base de arroz elaborado de 538 millones de toneladas en promedio, una perspectiva de abundancia en términos globales, aunque obviamente a nivel país y regiones los resultados varían.
Todo ese contexto, expuso Mustafá, hará que suban los inventarios mundiales de arroz a un nivel record de cerca de 205 millones de toneladas, existencias del cereal en el ámbito global que crecieron en las últimas dos temporadas, pero aclaró que la diferencia esperada para el periodo actual estará matizada por unos crecimientos más generalizados, es decir que impacten a exportadores e importadores.
Una mayor producción, dijo la economista, garantizará un suministro más amplio lo que ha hecho que algunos gobiernos bajen barreras a las exportaciones arroceras que complicaron el comercio internacional en los dos últimos años. Anotó que con base a esa relajación y eventual eliminación de restricciones la exportación de arroz, particularmente por la India que es el jugador en ventas de arroz más importante del mundo, las cotizaciones internacionales del arroz han bajado decisivamente, de hecho, al cierre de noviembre de 2024, según el indicador utilizado por la FAO para medir la evolución en los precios internacionales del arroz, el valor del alimento estaba su nivel más bajo desde diciembre de 2022.
“Para el consumidor las noticias son muy buenas porque especialmente para aquellos que satisfacen su demanda con importaciones, puede haber un descenso en los precios internacionales del arroz, muy a la mano de los consumidores”, explicó la economista y experta en comercio y mercados de la FAO, Shirley Mustafá.
Al ver el mapa agrícola y puntualmente arrocero de América Latina es notoria la importancia del arroz en la región el primer productor es Brasil, pero le siguen Perú, Colombia y Ecuador, igual Uruguay, Paraguay y Argentina, estos tres últimos con Brasil los mayores exportadores. Latinoamérica no tiene problema y prácticamente se autoabastece. Para Shirley Mustafá, en términos de producción y volúmenes de arroz, Latinoamérica como región representa el cuatro por ciento de la oferta mundial del cereal, sin embargo, aunque el porcentaje puede ser relativamente limitado, el sector arrocero desempeña un rol extremamente importante en la dinámica de alimentación de la región, igual, expuso la experta, el cereal es trascendental en lo que respecta a los aspectos económicos, locales y culturales.
Anotó que más allá de la proporción de la producción mundial que puede originar en América Latina, hay obtención arrocera en todas las américas ya que en Norteamérica hay exportadores de arroz importantes como Estados Unidos, el quinto exportador mundial, de todas maneras en el ranking de los diez países con mayor exportación en el mundo figuran también Brasil, Uruguay y Argentina, una macro-región que por una parte consume arroz, es decir que el cereal cumple un rol doméstico bastante marcado, pero asimismo con opciones para el extranjero.
En su charla, Shirley Mustafá manifestó que el arroz es un producto predominantemente alimentario, de hecho, precisó, el 80 por ciento del consumo total o utilización tiene como finalidad la dieta de los hogares en el planeta. A nivel global, especificó, el consumo promedio por persona es de 53 kilos año aunque los niveles de consumos y sus tendencias en el tiempo varían de región a región.
“Dentro de América Latina, comentó la vocera, hay una diversidad notoria en materia de consumo por cuanto hay algunos países como México en donde la utilización del alimento es baja, siete kilos promedio año per cápita, de todas maneras, hay otras naciones como Panamá y Perú en donde el consumo del arroz es muy fuerte, más de sesenta kilos por persona año. El arroz a nivel mundial juega un rol demasiado importante, de hecho, este alimento es la principal fuente de energía humana en la dieta global”, declaró la señora Shirley Mustafá.
Es oportuno recordar que las exportaciones de India, Paquistán, Tailandia, Estados Unidos y Vietnam representan más del 80 por ciento del comercio mundial del arroz. La oferta arrocera de los 10 principales productores sobrepasa el 73 por ciento de la producción global.
Colombia va bien en sus cultivos de arroz
Al precisar sobre la actividad arrocera nacional, la experta del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO, anotó que Colombia es un país realmente sorprendente algo que quedó reflejado en el pasado Congreso Nacional arrocero en donde salieron a relucir varias temáticas, escenario ideal con agendas y discusiones minuciosamente detalladas, heterogéneas y bien profundizadas.
En Colombia, al arroz le va bien, el consumo per cápita supera los 40 kilos por persona al año es decir que juega un papel muy importante en la seguridad alimentaria del país. En su análisis, la versada reconoció el buen trabajo De los productores colombianos para garantizar el suministro con cereales de calidad, pero vio con satisfacción la posibilidad de que el país entre a futuro en el terreno de las exportaciones, una vez queden despejadas trabas y barreras.
El mundo necesita productos sanos de suelos sanos
Un reto inmediato para muchos consiste en la producción limpia de alimentos, buscando inocuidad y ojalá baja presencia de química o agentes que finalmente conllevan a la enfermedad en humanos. Sobre este aspecto, más que apuntar a un cambio radical con siembras orgánicas, lo consecuente sería alcanzar un equilibrio sano en el cual el uso de los insumos se optimice, dicho de otra manera evitar los excesos y aplicar estrictamente lo que un cultivo pide con el fin de obtener productos alimentarios de buena calidad, con buenos impactos en la salud y en el medio ambiente, ello para buscar sostenibilidad en donde el punto de equilibrio se refleje en temas económicas, sociales y ambientales ya que no se trata de mejorar con un extremo u otro sino de lograr la justa armonía y estabilización siempre optimizando siembras y recursos.
Reconoció que en arroz y otros sectores ya se hace el esfuerzo y se trabaja en una transición pues hay productores que están adelantando siembras orgánicas, independiente de que bajen los rendimientos, unas limitaciones o características de los cultivos orgánicos que necesitan prácticas agrícolas diversas y de mayor exigencia.
A propósito del asunto, Mustafá dijo que hay una ventaja que con el tiempo ha crecido y es la consciencia del consumidor que pretende un producto que cumpla con ciertos requisitos, incluso con el uso moderado o limitado de agroquímicos en las labores agrícolas, algo que, a criterio de la conocedora, puede ser por un lado, una carrera o una ruta complicada con nuevas prácticas de agricultura y por otra parte puede también presentar una oportunidad para el productor que quiere poner alimentos con nuevos métodos, cargados de eficiencia y de confiabilidad.
Por crecimiento de la población deben aumentar rendimientos agrícolas
Las proyecciones en materia de población no son tan halagüeñas, se cree que para 2050 la tierra tendrá aproximadamente 9.700 millones de habitantes, cifra que sugiere una estrategia agrícola de mayores rendimientos, algo que debe hacerse con consciencia, optimizando los insumos existentes y dejando de lado el crecimiento de la frontera agrícola porque las áreas ya plantadas pueden mejorar en obtención. Mustafá detalló que los nuevos trabajos deben hacerse dentro de un contexto que garantice la sostenibilidad económica al productor, pero igualmente un acceso con precio justo para el consumidor, de esa manera subrayó se puede llegar con un suministro tranquilo y eficaz en 25 años, todo sobre la base de una dieta sana y de fácil adquisición.
Geopolítica, incertidumbre como arroz
El mundo no la pasa bien en materia de tranquilidad, hay guerras y muchos inconvenientes que de escalar generarán un caos total, razón por la cual muchos líderes piden diálogo, sensatez y menos beligerancia. Finalmente, en una guerra mueren seres inocentes, gentes que no tienen nada que ver en los conflictos, sencillamente ven como se desploman ciudades, poblados e infraestructura, igual viudas, huérfanos, amigos y familiares deben asistir a la pérdida de seres queridos y de personas que nunca le hicieron mal a nadie. Estoy seguro que muchas almas en pena de las pasadas guerras mundiales siguen preguntándose por qué se fueron abruptamente de este mundo, lo triste es que en los campos de batalla igual se ignoran las causas, llegan al frente de batalla en donde se pierde talento, trabajo y humanidad.
En este punto la economista y experta en comercio y mercados de la FAO, Shirley Mustafá expuso que la intensificación de conflictos vista en los últimos años ha creado bastantes temores desde un punto de vista global, particularmente con el conflicto en Ucrania dado el rol importante de ese país y de la Federación Rusa en la producción y exportación de trigo, pero también en los despachos de fertilizantes y otros productos vitales para el buen funcionamiento del mundo.
“El mercado del trigo se ha estabilizado y ha mostrado mejor comportamiento en los últimos dos años ello porque otros agricultores aumentaron su producción, pero los riesgos existen y así como el evento ha remarcado el mercado puede ser que haya un suministro adecuado de trigo lo cual no quiere decir que ese abastecimiento le llegue al consumidor.
Tenemos que enfrentar las temáticas complejas pero necesarias del acceso físico a la alimentación, es decir que necesitamos que el comercio internacional fluya y que los alimentos vayan sin problema de un lugar a otro, libres de interrupciones, pero es muy necesario que esos suministros alimenticios les lleguen a los consumidores en precios accesibles ya que de lo contrario ponemos en jaque la seguridad alimentaria global”, apuntó la economista y experta en comercio y mercados de la FAO.
De cara a enfrentar la situación geopolítica, la FAO, aclaró Shirley Mustafá, el tema no se debe reducir a las cadenas regionales de valor en vista que desde la agencia constituida en 1945 en Quebec, Canadá, desde un punto de vista global, el ente no promueve los extremos pues cree que debe existir un conjunto de herramientas para afrontar todos los riesgos que se puedan suscitar.
La especial invitada afirmó que la FAO no promueve la autarquía o característica de autosuficiencia porque no le parece que sea un modelo funcional o práctico en este punto, pero tampoco promueve, indició, la total dependencia del comercio internacional habida cuenta que se habla de encontrar un justo equilibrio en el cual un país o una región puedan contar con los instrumentos necesarios para decidir si en caso de una eventualidad como una destrucción climática, se puede hacer uso de reservas locales o foráneas para limitar el impacto negativo sobre la alimentación.
A criterio de Shirley Mustafá lo mejor es diversificar y hacer el mejor uso de las herramientas que se tienen para afrontar los riegos. Después, acentuó, vendrán las diversas dinámicas de país a país porque hay estados netamente exportadores de determinados productos alimentarios y otros importadores de bienes agrícolas, algo que debe verse a nivel local, pero generalmente, dijo, lo que recomienda la FAO es diversificar, no depender demasiado de una sola cosa sino ser abierto, flexible y ágil para poder reaccionar en caso de riesgos.
Cambiar agricultura por cemento no ayuda
En Colombia y en otras latitudes es usual ver el cierre de las fincas productivas que son reemplazadas con hoteles, casas, condominios, edificios, centros logísticos y de recreación, el espacio para las labores del campo es cada vez menor y la ruralidad productiva empezó a cambiarse por cemento, algo grave en tiempos de necesidad. Desde distintas tribunas se ha pedido revisar el asunto porque el mundo necesita comer y la verdad un ladrillo no apetece.
En este punto, Mustafá refirió que la presión sobre los suelos y la transformación del uso de la tierra para labores no agrícolas es una temática bastante importante no solo en Colombia sino en el mundo y la posición de la FAO, anotó, es que los medios para garantizar la producción y suministro de alimentos tienen que ser priorizados porque se habla de la base de la existencia humana y dijo que para que ello se realice, obviamente se necesita diálogo y detectar en donde están las efectivas prioridades, también, insistió, se necesita un grado de consciencia en toda la población lo que involucra productores y consumidores a la hora de definir la importancia del sector agrícola y de la producción de alimentos.
Recalcó que los agricultores deben tener buenos precios habida cuenta que necesitan vivir con dignidad y mejorando su calidad de vida, sin embargo la experta subrayó que los productos deben llegar a los hogares a precios accesibles, que no sean prohibitivos y permitan que los consumidores satisfagan sus necesidades de alimentación.
La intermediación, expresó, es una labor inherente a la producción que impacta varias cadenas productivas y aclaró que muchos productos salen sin procesamiento y el uso de molino y otras técnicas de transformación explican el por qué deben estar presentes estos agentes, resistidos en otras explotaciones por golpear la rentabilidad o quedarse con ella, una queja generalizada en Colombia.
Otra función de los intermediarios, explicó Mustafá, es llevar productos o excedentes a puntos en donde ese bien muestra déficit, luego hay roles importantes al interior de una cadena de valor.
“Si hay desbalances en los costos y en las efectivas ganancias que tiene un actor sobre otro, indiscutiblemente hay que reexaminarse la fórmula para que la comercialización sea más equitativa”, dijo Shirley Mustafá.
En Colombia, concluyó la economista y experta en comercio y mercados de la FAO, el arroz como otros sectores dieron el paso del campo a la agroindustria con muy buenos resultados, allí Fedearroz abrió espacios para poner la luz en tantas buenas prácticas y en tan numerosos buenos ejemplos que acopia el gremio, la experiencia en Colombia en el marco de 39 Congreso Nacional Arrocero para la vocera del organismo especializado de la ONU fue excelente.