Hablar de Somondoco implica referenciar el potencial productivo y turístico de Boyacá, es mirar con admiración las verdes y solemnes montañas del Valle de Tenza en donde sopla el viento plácidamente llevando la herencia de los ancestros, esos enormes habitantes precolombinos que le dieron sentido, identidad y toda la pertenencia al otrora poblado indígena, el fortín vulnerable, pero lleno de espiritualidad del señor Sumindoco. Algunos hablan del cacique, otros del zaque, lo cierto es que este respetable aborigen de marcado linaje regía las apetecidas minas de esmeralda expresamente relacionadas con la espiritualidad. Por desgracia la codicia de los españoles empezaría a generar inconveniente. Es necesario decir que entre 1500 y 1536, el hoy Somondoco estaba compuesto por doce capitanías y parcialidades en un extenso territorio habitado por descendientes chibchas los cuales conformaban el cacicato del zaque de Tunja.
Somondoco, fundado el primero de noviembre de 1537, año en el que empezarían las complicaciones para las familias indígenas del muy bello costado oriental de Boyacá, fue doblegado de manera impía por fuerzas españolas comandadas por Gonzalo Jiménez de Quesada quien recibió del capitán Pedro Fernández de Valenzuela unas muestras de finas y exóticas esmeraldas. Los historiadores señalan que la ejecución de Sumindoco obedeció a que el cacique ocultó el sitio de donde eran extraídas las gemas ya que ante la negativa, Fernández de Valenzuela ordenó su muerte.
Una vez asesinado el señor Sumindoco, el pánico hizo presa fácil de los indígenas que de inmediato revelaron las zonas en donde existían las valiosas y brillantes piedras verdes.
Con el correr del tiempo el Libertador Simón Bolívar arribó a Somondoco el siete de febrero de 1821, lugar en donde estuvo dos días y en el que decidió erigir cuartel general, sitio en donde fueron firmados trascendentales documentos.
Somondoco es historia, el municipio se encuentra insertado en la cordillera oriental, población a la que se llega partiendo de Guateque, capital del Valle de Tenza. En sus zonas planas, el casco urbano y las montañas hay un silencio que alivia el espíritu y reina una calma que en alguna ocasión se vio alterada por la presencia de agentes armados, parece que finalmente el alma de Sumindoco y la esencia ancestral decidieron abrazar esta tierra sagrada en donde sus habitantes recuerdan al eminente cacique inmolado por la rapacidad hispánica a tiempo que saludan con devoción al Todo Poderoso y a la Patrona cuando pasan por el frente de la pomposa iglesia, decoro de la plaza principal, que convida a santiguarse.
El muy bonito Somondoco es un pueblo bendecido, al contar con tierras altas de páramo y otras bajas, así como cálidas ofrece diversidad en agricultura y cría de ganado, aves de corral y especies menores. En algunos predios el riego ayuda y por eso el municipio produce piñas y otras frutas, también cosecha café, caña panelera, habas y trigo entre tantos productos de su sector primario.
Esta municipalidad fue dividida en 17 veredas, Richa, Guaduas, Zarzal, Cabrera, Barreras, Canos, Bohórquez, Pancupa, San Antonio, Cucuayaca, Resguardo, Cobavita, Sabanetas, San Sebastián, Boya uno, Boya dos y Zona Centro. En cualquier punto de la geografía somondocana hay un entorno agradable que invita a disfrutar de los encantos colombianos expresados en paisaje, cultura, producción, clima y gastronomía.
El recorrido por las espectaculares calles de Somondoco se hace mucho más agradable por sus viejas casonas y por los balcones coloridos que le dan un lugar a la historia. El seductor municipio tiene un parque central de gran belleza.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el sacerdote de la parroquia de San Sebastián, un emblema de fe en Somondoco, José Faustino Mendoza Mendoza, aseveró que la población tiene el privilegio de contar con gente muy católica y en ese sentido ha logrado construir convicción y seguridad, una condición que le permitió a la comunidad levantar el Santuario del Santo Cristo del Cerro, un lugar que se convirtió en un eje central, no solamente de turismo sino de fe. Este espacio, apuntó el presbítero, es tan especial y maravilloso que muchos se quedan sorprendidos por la vista que brinda el paraje pues no en vano permite ver nueve municipios toda vez que es el territorio más alto de la región.
La gente, explicó el cura, sube especialmente en dos fechas en donde hay una importante aglomeración, Semana Santa muy en particular el viernes Santo, día del viacrucis en donde los feligreses salen del pueblo a las seis de la mañana para concluir arriba, en el cerro, justamente en la última estación en donde se da la anhelada bendición, un acto que en los últimos años ha contado con la presencia del señor Obispo a quién le gusta hacer la trayecto y rodearse de las personas. La otra fecha de gran importancia es el 14 de septiembre, que este año cae un sábado y conmemora 94 años de la existencia de la imagen en la alegórica loma, evento que reúne todo tipo de público, muchos de diversas comarcas del país, que asiste a la eucaristía celebrada a las diez de la mañana para luego bajar la imagen de la cruz que es llevada posteriormente al pueblo en donde se ofrece otra misa a las tres de la tarde, es decir que los creyentes no se pierden de tan encomiable reminiscencia.
En este momento hay un trabajo adelantado con mucho empeño y es la construcción del apartamento porque se busca tener un sacerdote que en tiempos muy puntuales y sin la necesidad del tiempo completo, asista y acompañe a los feligreses en la vida de fe, algo sensacional para la iglesia católica. Destacó el ánimo con el que se realiza la Santa Misa en la parroquia, especialmente el día domingo en donde más participación hay de los fieles.
El párroco dijo que la paz y la tranquilidad que obsequia Somondoco debería irradiarse por todo el globo para que en el nombre de Dios, su hijo sacrificado y María Santísima, cese la confrontación que tanto daño le hace a la humanidad, imploró por una bonita paz para los países hoy en guerra, petición que se eleva desde un municipio que semeja el mismo paraíso para que llegue la tranquilidad y la concertación en Europa Oriental, Franja de Gaza, India, Pakistán y en total 55 desencuentros que ponen al mundo en una situación difícil por la incertidumbre y los decesos innecesarios que se producen.
En la tierra del chicharrón de cuajada, del clima agradable, ni frío ni caliente, de los helados, las pescaderías y los buenos restaurantes las personas comparten en un ambiente tranquilo y familiar, entorno que invita a los colombianos a visitar el poblado porque el ambiente hostil cambió y hoy los ciudadanos gozan de paz, sosiego y profundo gozo, tal cual como acontece en el cerro en donde la gente se amaña tanto que decide quedarse.
“Nos gustaría percibir a toda Colombia en paz, sin ignominia o extrema violencia porque lamentablemente hay grupos armados al margen de la ley y personas que no hacen el bien y por el contrario incitan el detrimento y el sufrimiento de la población. Quisiera ver uno en el país y en todos los rincones del planeta esa paz que se disfruta en Somondoco ya que llevamos muchos años en una guerra y en medio de la más despiadada violencia sin sentido y por eso el clamor es ante Dios para que la paz sea un activo indeleble de la humanidad toda”, declaró el sacerdote.
Envejecimiento de los campesinos puede llevar a una crisis alimentaria
El clérigo destacó igualmente la capacidad de trabajo de las personas en el municipio en vista que hay labor campesina, comercio, artesanías y tener lo propio para no tener dependencia pese a que hay algunos hermanos que demandan ayuda, muchas veces por enfermedad. Aplaudió el vigor de los campesinos que sin importar su avanzada edad cogen el azadón y los demás aperos para producir alimentos y llevar tranquilidad al país, algo que se quiere ver en los jóvenes porque hoy en día los mozalbetes se siguen apartando de las labores agrícolas, toda una lástima, expresó el cura, porque se está perdiendo el trabajo del campo en donde las nuevas generaciones no se quieren comprometer con la ruralidad productiva.
Somondoco por fortuna no tiene los inconvenientes de pobreza extrema, los habitantes del pueblo, precisó el predicador, cuentan con su plato de comida a diario, si alguien no lo tiene se busca la manera de llevar pan a la mesa de los desprotegidos, algo que se hace con responsabilidad porque la idea es que haya ayuda y solidaridad entre todos.
En opinión del sacerdote hay unas alertas encendidas porque el envejecimiento de los productores del campo, la salida masiva de los jóvenes para las ciudades y el poco interés por sembrar y garantizar alimento puede redundar en una crisis alimentaria de graves consecuencias, un apuro que conlleva a que mancomunadamente gobierno, gremios, iglesia, academia y fuerzas vivas se unan para explorar salidas y salvar la agricultura, una actividad que agoniza porque nadie quiere madrugar para sembrar y cosechar, la gran mayoría de los muchachos optan por partir a las capitales en donde generalmente sufren y pasan necesidades.
El padre José Faustino Mendoza Mendoza, es oriundo de la también boyacense población de Ramiriquí, centro que sigue prosperando gracias a la actividad agrícola que pone en el mercado de Bogotá papa, arveja, frijol y frutas.
Lamentó el presbítero el marchitamiento de los valores y las buenas costumbres, todo porque los gobiernos colombianos no están favoreciendo la educación, un comentario que nada tiene de personal, pero que se hace perentorio porque los muchachos están apartándose de escuelas y colegios y los que asisten tienen que vivir con la permisividad en donde por mandato pasan el año los que sepan y los que no, los que lean y quienes no aprendieron, igual los rajados en matemáticas y otras materias, todo por el afán de avanzar, dejando de costado el conocimiento, el respeto y la urbanidad, algo sumamente lamentable en donde hay un freno de mano a través de la Ley que no permite que los padres formen al amparo de la responsabilidad, obediencia, honestidad y verticalidad a sus hijos.
Sostuvo que si bien hay que reconocer que algunos padres han pasado la línea de la agresividad, no es afortunado que un Estado les quite autoridad a los padres de familia para que eduquen a sus retoños de la mejor manera porque un joven que se sale de las manos del ámbito familiar es un problema que aterriza en la sociedad sin que los gobiernos asuman la responsabilidad debido a una precaria concepción a la hora de formar buenas personas. El padre Mendoza dijo que lo propio sucede en los colegios en donde los alumnos irrespetan y agreden a sus maestros, todo el proceder de la llamada sociedad líquida en donde los muchachos se acomodan a cualquier entorno, no así en lo religioso porque se perdió el temor a Dios.
Dios, concluyó el sacerdote, está por encima de todo y afirmó que la fe debe fortalecerse porque las familias no pueden ni deben alejarse de la vida cristiana porque es visible que la sociedad no mejora y que caso opuesto día a día está peor, algo profundamente lamentable.
Impulso responsable y comprometido con la región
El coordinador de Cultura del municipio de Somondoco Wilmer Gilberto Calderón Díaz, anotó que desde años atrás con la mejoría de las vías se visualizó al municipio como un potencial destino turístico dentro de la región. Agregó que con la mejor vía de acceso la población ganó porque vinieron mejoras, acondicionamientos turísticos y un acoplamiento afortunado con las escuelas de formación cultural y las juntas de acción comunal, todo pensando en hacer no solo pujante el turismo sino a garantizar su sostenibilidad.
Valoró el funcionario todo lo hecho en gastronomía porque hay restaurantes con tremenda carta y diversidad en comidas, pero también con el crecimiento en hospedajes y lugares de descanso para los visitantes que llegan para aprovechar el clima, la amabilidad de las personas y todas las posibilidades que ofrece la región. Dentro de todo, matizó Calderón Díaz, están las posadas campesinas, unos sitios perfectamente dotados en el campo en donde el turista tiene a la mano un descanso temático en una atmósfera netamente lugareña.
Expuso que sin duda el turismo será el gran motor o la poderosa locomotora de la economía en los próximos años, lo que no es un secreto y será una realidad más en el Valle de Tenza en donde en donde hay recursos naturales, cultura y una gente capaz de aportar en ese potencial.
Dentro de todo apuntó hay una dinámica interesante en agricultura puesto que el municipio siembra maíz, yuca, garbanzo, arracacha, frijol bola roja, plátano, tomate, arveja, pimentón, papa, papaya, granadilla y gulupa, cultivo que emplea a diario más de cien personas por finca, productos obtenidos de manera transitoria mientras que Somondoco tiene identificados como productos permanentes café, en donde se nota la organización y empuje de los últimos años, caña y cítricos.
El tema cafetero es punto aparte y será contexto de fondo en este medio, pero si es visible el avance de la caficultura, toda una apuesta por mejores calidades, origen, beneficio, valor agregado y taza.
“Boyacá es la despensa de Colombia, el departamento produce el 80 por ciento de alimentos de nuestro país, luego ser boyacense y especialmente somondocano es motivo de mucho orgullo y felicidad plena porque se nota progreso, crecimiento y futuro”, declaró el señor Wilmer Gilberto Calderón Díaz.
En ganadería de trabaja con todo adeudo en mejoramiento genético, se hace inseminación artificial, ello de la mano de grandes profesionales y conocedores del tema vacuno que en común acuerdo con las Unidades Municipales de Asistencia Técnica Agropecuaria, UMATA, ponen al servicio del hato ganadero pajillas repletas de atributo una condición que hace que en un 90 por ciento se cumplan las metas en bovinos lo que permite ver ganados puros de excelente condición, verbigracia todo lo hecho con la raza Limousin y otras castas cebuinas.
Por geopolítica Colombia debe encender a toda potencia el motor del agro
A juicio del coordinador de Cultura del municipio de Somondoco Wilmer Gilberto Calderón Díaz, frente a los líos geopolíticos, las guerras y las posibilidades de que los conflictos escalen, Colombia debe encender motores y empujar con todo porque ante un escenario de esos lo primero que debe garantizarse es el suministro de alimentos, advirtiendo que más allá de ser considerados como potencia, hacen falta herramientas y condiciones para que el campo retoñe, produzca y sea rentable.
A la fecha, el país rural se queda corto en infraestructura, bienes públicos y desarrollo, pero al margen de las limitaciones, la coyuntura abre oportunidades para dar el gran salto y entrar por derroteros de eficiencia, rendimientos y alta productividad.
En Somondoco existe el mito de los mohanes que distinto a otras partes, no asustan ni se llevan mujeres bonitas, operan dicen los lugareños como guardianes del Cristo del Cerro. Según la leyenda el mohán del Valle de Tenza es una criatura pequeña que cuida la cumbre del altozano, tan es así que allá en lo alto existe la cueva de los mohanes, un sitio extremadamente oscuro que atemoriza al más guapo.
“Dicen que son los que hacen llover cuando traen al Cristo del cerro y casualmente bajan al crucificado el 14 de septiembre y justo llueve. También afirman que existe un túnel entre los cerros de Somondoco y Mamapacha de Garagoa en donde se visten de hombres campesinos pequeños que comercializan cebolla. Este cerro, Mamapacha tiene 3.450 metros sobre el nivel del mar y es visto como el santuario de osos, pumas, monos, ardillas y muchísimas especies”, anotó Calderón Díaz.
Casas asustadoras
Hay quienes afirman que en Somondoco hay casas en donde asustan, ello porque existen guacas o entierros, algunas de las propiedades con siglos encima y con nombres presidenciales no permiten que los extraños ingresen y menos que pretendan comprar el añejo inmueble. Las vetustas puertas de madera permanecen cerradas, en la noche son prácticamente imposibles y tan solo unos pocos se han atrevido a ingresar con la tranquilidad que ofrece la luz del sol. Los fantasmas de este pueblo vagan por casas viejas y deterioradas, otros van por plazas y calles, pero sostienen los ciudadanos que lo que está quieto es mejor dejarlo quieto.
A los espantos los sigue en su campaña de miedo la patasola y el mismo Cucacuy, un varón seguramente no bautizado que selló, según la leyenda, un pacto con el diablo.
Somondoco, un viaje de embeleso
A su turno la personera municipal de Somondoco Sandra Paola Arias Morales, expuso que el turista colombiano y extranjero no puede privarse de los encantos de este pueblo de verdes montañas, climas variados y un toque de exquisitez único. Invitó a quienes están decidiendo viaje optar por los mejores chicharrones de cuajada, los helados y los dulces de chamba, una fruta que producen los campesinos somondocanos.
La funcionaria dijo que es imperdible la variedad de masatos, incluido el de mora, la mantecada, pero igual todo lo concerniente a cultura y arquitectura, eso sin obviar todo el atractivo que hay en los campos y en un paisaje alucinante, totalmente repleto de hechizo verde decorado con flores de todos los colores y en consecuencia la presencia de todo tipo de pájaros. Dentro de las actividades sugestivas están los paseos ecológicos, las caminatas y un ecoturismo cada vez más fuerte.
“Llegar a Somondoco significa hallar paz, tranquilidad, contacto con la naturaleza y reencontrarse con la serenidad que seguramente las grandes ciudades perdieron desde hace mucho tiempo, eso es Somondoco, magia, concordia y serenidad”, enfatizó la muy deferente personera.
Otra particularidad de esta población de la Provincia de Oriente es la inversión en distintos frentes, pero especificamente las focalizadas en finca raíz, una excelente apuesta teniendo en cuenta el factor valorización, algo exponencial en activos rurales como urbanos, una capitalización que en dos o tres años podría duplicar o triplicar el monto destinado inicialmente para la compra de bienes.
Las oportunidades se muestran igualmente en la construcción porque cada vez llegan más personas buscando entornos diferentes y caracterizados por la seguridad, en este municipio, expresó la personera, no hay hurtos, atracos o casos ominosos, en definitiva, dijo, no hay cabida para la delincuencia.
Para tener en cuenta, hay eventos especiales en Somondoco, en octubre el festival de chicharrón de cuajada y el concurso de música campesina que este año llega a su quinta versión, certamen que tomó vuelo alto en Boyacá y Cundinamarca entre otras cosas porque se desarrolla en medio de un día de mercado. La banda sinfónica goza de muy buena reputación y suele concursar con las bandas de los municipios aledaños. Como se puede apreciar Somondoco es sinónimo de cultura, también suma escuelas de pintura, dibujo y murales, en esta última modalidad han participado además de artistas nacionales, invitados de México y Ecuador.
Turismo, otra joya en las montañas
La propietaria del alojamiento rural y del café Mesa de los Ángeles Marcela Lemus González manifestó que Somondoco logró articular sectores esenciales para la economía, esmeraldas, caficultura, agricultura y turismo, una sinergia afortunada porque permite mostrar lo mejor de un municipio lleno de historia, pero además multiplicar en crecimiento económico y repunte del PIB regional.
A criterio de la empresaria, Somondoco es una preciosura en el Valle de Tenza, con una temperatura algo superior a los 20 grados centígrados, ello porque el municipio maneja alturas que van desde 1.650 hasta 1.870 metros sobre el nivel del mar.
“Tenemos un café espectacular, de los mejores en Colombia, enamora el paisaje cultural cafetero del sorprendente Valle de Tenza, algo extraordinario porque manejamos responsabilidad ambiental, cuidamos el agua, los árboles nativos y sembramos nuevamente nuestras raíces. Esperamos a todos los colombianos, a los extranjeros y a los amigos de la naturaleza para que nos visiten y disfruten de nuestra municipalidad, a la comunidad católica les recomendamos el cerro del Santo Cristo de Somondoco y conocer en detalle toda nuestra tradición clerical, creyente, fervorosa y Mariana, desde luego nuestros brazos están abiertos para darles a todos la bienvenida”, expresó la empresaria Marcela Lemus González.