La caficultura colombiana como muchos creen no está amenazada única y exclusivamente por plagas como la roya y la broca sino que también está en la mira de las autoridades nuevas enfermedades y plagas que se afianzan y se fortalecen por el calentamiento global, el enorme reto de la agricultura.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Coordinador Nacional del Programa de Gerencia Técnica,Carlos Mario Jaramillo Cardona, indicó que sin duda hay nuevas amenazas y desafíos que por fortuna han sido muy bien sorteados por el Centro de Investigación del Café, Cenicafé
En opinión de Cardona más que cambio climático, lo que el mundo enfrenta es una variabilidad climática porque dicho cambio es algo que viene pasando en el planeta y es evolutivo. Lo anterior quiere decir que hay cambios intempestivos de temperatura, de lluvias intensas y de comportamientos atmosféricos irregulares que ponen a los productores del campo en calzas prietas.
“Aquí rápidamente estamos en un niño y luego pasamos a una niña, es decir que pasamos de tiempos muy secos a unos extremadamente húmedos lo cual trae un panorama diferente porque hay plagas como la broca que se expresan más en tiempos secos y otras como la roya que son más agresivas en tiempos de elevada pluviometría. El gran reto de la caficultura colombiana y la investigación es ayudarle al cafetero para que enfrente ese tipo de problemas enfocado a cada uno de los escenarios climáticos”, expuso el experto.
Dentro de las nuevas amenazas están la cochinilla arenosa que es una plaga que está apareciendo con frecuencia en nuevas siembras y lotes de café.
De África está en la mira la conocida enfermedad del fruto de la cereza de café bautizada como CBD la cual no ha llegado a Colombia, pero la cual preocupa en menor medida toda vez que la nueva variedad Castillo ha demostrado ser resistente a dicha patología que cuenta con algunos genes que blindarán al productor de esta amenaza.
“Con la variedad Castillo, Colombia dio un importante paso adelante y le ganó tiempo a un problema que ya tiene a muchos penando en África”, comentó el señor Jaramillo Nieto.
Esta enfermedad es fácil de identificar por cuanto el mal ataca el fruto del café en donde aparecen unas estructuras que simplemente es el hongo que prolifera en la planta.
Jaramillo añadió que con el fin de fortalecer la caficultura y dispersar conocimiento y experiencia el gremio cuenta con los extensionistas que son un destacado ejército de expertos con camisas amarillas que llevan no solo conocimiento sino mensajes de optimismo todas las familias cafeteras del país.
“En este inmejorable equipo todos tenemos puesta la camiseta por una mejor caficultura y por esa marca Juan Valdez y ese prestigio café de Colombia que tanto nos compromete”, concluyó.
Hay que trabajar en prevención a pesar del clima
A su turno el extensionista del Comité de Cafeteros de Antioquia, Juan Sebastián Márquez, indicó que daños en la cosecha como la de un sector del Huila que se vio afectada por broca tiene su explicación en las variaciones de temperatura.
Explicó que el aumento de calor hace que los ciclos de la broca sean más cortos por lo tanto habrá en las zonas con mayor temperatura una visible intensidad del daño por este insecto.
“En Este caso la clave s el manejo integrado lo cual implica la suma de muchas herramientas, de igual manera incide el manejo cultural, el control biológico y finalmente, si se hace necesario, el control químico”, declaró Márquez.
Sostuvo que hay un aspecto fundamental para el control de la broca y es que después de traviesa es apropiado hacer un repase el cual debe repetirse después de cosecha. Se trata, dijo, de adelantar una recolección de todos esos granos secos que están en el suelo y que pueden ser caldo de cultivo para la broca en perjuicio de los cafetos.
Para el extensionista el tema cafetero pasa por hacer una cosecha sanitaria y preventiva es decir, recalcó, repace después de traviesa y repace posterior a cosecha lo cual es fundamental para evitar contratiempos fitosanitarios.
Destacó que la labor de los extensionistas tiene como deber el asegurar la permanencia del caficultor a través de herramientas tecnológicas como las variedades compuestas, las variedades resistentes y otras seleccionadas a nivel regional.
“Con las variedades buscamos mayor productividad, resistencia a roya, pero de igual manera le apuntamos a mantener la calidad del café colombiano que es lo que nos ha identificado a nivel mundial”, aseveró.
Las siembras como el clima han cambiado
En opinión del extensionista Juan Sebastián Márquez, el clima y los aumentos de temperatura han hecho que en algunos lugares en donde antes se sembraba café ya no sean aptos para esta actividad como pasó en el municipio de Zulia en Norte de Santander.
Precisó que actualmente en Antioquia hay zonas fuertemente afectadas por el fenómeno de El Niño y por eso se exploran desde los extensionistas diversas estrategias de manejo para hacer que los caficultores permanezcan en sus zonas y puedan vivir dignamente sin perder el apreciado ingreso cafetero.
“Tenemos algunas zonas que normalmente producían café en altitudes de 1.300 y 1.400 metros sobre el nivel del mar y que hoy se han visto afectadas por mayor calentamiento en los suelos y en la atmosfera en dónde prospera la broca. En esos sitios sigue la actividad cafetera, pero es innegable que hay dificultades y por eso insistimos en que se deben buscar los sistemas productivos adecuados para esas zonas en donde se deben tipificar densidades y soluciones, en los cuales no se pueden descartar sistemas agroforestales para darle sostenibilidad a la caficultura”, afirmó.
Márquez invitó a los productores a combinar productividad con calidad para asegurar una buena caficultura con el fin de tener garantizada la sostenibilidad que redundará en la economía de las futuras generaciones.
Aseguró que por fortuna Colombia tiene caficultura para rato lo cual se plasma en los excelentes suelos, en los climas, la pujanza y el talento de hombres y mujeres del café que tienen en sus venas amor y conocimiento por esta siembra. Sostuvo que en Colombia hay un ADN cafetero que hace que el compromiso por seguir adelante sea cada vez mayor.