Los caficultores del Huila sostienen que el mercado cafetero necesita recuperar el orden y trazar así un norte porque las multinacionales y quienes procesan café tienen que entender que el negocio del bebestible debe ser un tema de corresponsabilidad pues los eslabones que conforman la cadena están llamados a experimentar lo que se conoce como el gana-gana, es decir que debe haber rentabilidad para el productor, para el tostador y para el comercializador.
El Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro, dijo que las divisas que genera la caficultura en cadena deberían estar mejor repartidas, pero reconoció que eso no sucede en la actividad cafetera toda vez que los comercializadores y los tostadores son los que se están llevando la utilidad y la rentabilidad que triste e injustamente no les llega a los productores de café.A criterio del señor Montenegro el negocio se queda en el bolsillo de las transnacionales, pero la banca rota en el arrinconado productor primario.
“Aquí hay empresas enriqueciéndose con la pobreza del caficultor a quien le exigen, con precios irrisorios, cada vez mayor calidad en el grano, si dejar de lado que igual exigen en aspectos sociales y ambientales”, aseveró Montenegro.
El Huila tiene una ventaja y es que produce café con un elevado valor agregado lo cual les permite a unos productores obtener una mayor ganancia por calidad, pero hay que aclarar que eso hace parte de un mercado pequeño que no cobija a más del diez por ciento de la caficultura regional.
Por revaluación y por los inventarios de grano que sacó Brasil, lo cual estimuló la caída de los precios, la caficultura opita prevé que el daño en el café puede ser para largo rato, aspecto que genera alarma porque no hay compensación en los precios que cayeron hasta 692.000 pesos en el mercado interno, dejando a muchos aburridos, endeudados y sin margen de recuperar porque la rentabilidad no se ve en un sector que le dio tanto desarrollo a Colombia.
Para el Director Ejecutivo, la rentabilidad se traduce en capital de trabajo, en buenos créditos, en infraestructura productiva y en buenos precios, es por eso que el cafetero asegura que sin duda alguna es mejor no crecer tanto en el PIB, y recuperar rentabilidad.
Tras un análisis, los caficultores huilenses precisaron que un mecanismo para combatir la revaluación del peso tiene que ver la adopción de un sistema de obtención mucho más productivo, es decir que la idea es producir más café a menor precio o a igual costo en donde el factor eficiencia se hace apremiante para no perder la rentabilidad, hoy venida a menos y con muchos productores asustados y con ganas de cambiar de actividad.
El Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro, sostuvo que el caficultor debe hacerle un ajuste a su sistema productivo y para ello, explicó, requiere de variedades mucho más fructíferas y lucrativas, que sean desde luego más resistentes a las plagas, que permitan una mano de obra mucho más cómoda, pero en síntesis, el cafetero debe apostarle a una caficultura moderna en donde aumente la rentabilidad y bajen los precios de producción.
“Eso lo tienen que hacer los caficultores en esta y en otras coyunturas, pero la Federación Nacional de Cafeteros tiene que generar las condiciones en ese sentido porque los precios del café y la revaluación son temas que el gremio cafetero en términos reales no puede entrar a controlar por ese principio económico de oferta y demanda”, comentó el dirigente cafetero.
Para Montenegro, el gobierno puede dar una mano en los costos de producción en lo que tiene que ver con los costos de los insumos y los fertilizantes por cuanto si hay una importación de materias primas a menor precio por el costo del dólar, lo importante es que ese beneficio se traslade a los caficultores tal y como pasa cuando el efecto es a la inversa y los productores asumen los precios que llegan por ley de mercado.
Si baja el dólar, expresó el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, lo que espera el caficultor es que el precio de los insumos tiene que bajar, pero denunció que lo que se está viendo es lo contrario ya que los precios siguen elevados y si control de ninguna entidad estatal.
“Cuando un producto como el nitrógeno, que se procesa a través de la atmosfera y no tiene que ver con el tema del petróleo, lo que no entendemos es por qué tiene que subir pues por el contrario, los costos de producción tendrían que bajar”, expuso Montenegro.
Desde el Huila los cafeteros le hicieron un llamado al Gobierno colombiano representado por el Ministerio de Agricultura y por la misma Superintendencia de Industria y Comercio para que meta en cintura los precios de los insumos que deben responder de acuerdo a la realidad del mercado porque no es consecuente, a criterio de los productores, que mientras los caficultores pierden por precio y revaluación, los que venden insumos importen a menor precio y dejen en el mercado los valores de la devaluación.
La Dirección Ejecutiva del Comité de Cafeteros del Huila manifestó que ante la situación de devaluación del dólar, lo consecuente es que los precios de los insumos como es el caso de los fertilizantes que son generalmente importados deben por fuerza de mercado ir a la baja. El gremio departamental consideró urgente que el ejecutivo entre con decisión a revisar esos temas que terminan afectando a los caficultores cuando podrían tener mejores precios gracias al fortalecimiento de la moneda local.
“Aquí pedimos que la ley de la oferta y la demanda, así como las coyunturas operen para todo, porque muchos hacen fiestas en vacas gordas pero en las vacas flacas igual se la gozan en detrimento de muchos y eso no es mi leal ni justo”, apuntó.
Sobre la cosecha, Montenegro dijo que para el caso del Huila, las noticias son alentadoras porque en el norte y en el occidente del departamento que es la primera cosecha la cual representa entre el 40 y el 45 por ciento de la región, la merma puede oscilar el veinte y el treinta por ciento, pero la compensación está en el sur en donde la cosecha pinta muy bien, es decir que lo que se perdió el año anterior en una región este periodo lo suple la caficultura laboyana y otros sectores del fértil y próspero sur del Huila.
El año pasado Huila produjo un poco más de 2.5 millones de sacos y con la promisoria cosecha del sur, seguramente la producción se mantendrá en ese mismo orden, aclarando que la recolecta sureña no solo será mejor en cantidad sino en calidad.
“La caficultura está de malas, los planetas se alinearon lamentablemente y todo lo adverso llegó al tiempo, revaluación, bajos precios internacionales, flacas remuneraciones la cosecha brasilera y el marchitamiento de la rentabilidad. Reiteramos, el Gobierno puede impactar en los precios de producción, teniendo en cuenta que las circunstancias deben ser para todos, acatando los ciclos económicos en donde insistimos está de por medio la oferta y la demanda”, dijo el vocero.
En opinión de Montenegro, ante la cruda situación, el estado bien podría propiciar unas comisiones o unos incentivos como el crédito que estén acordes con el sistema y con el ciclo productivo en la caficultura para que la actividad pueda ser sostenible y competitiva.
Otro tema tiene que ver con la infraestructura productiva en café y allí, manifestó, el ejecutivo puede propiciar incentivos y créditos para todo lo atiente a la infraestructura de secado para que el productor pueda secar su café y generar así un recurso alternativo y no vender el grano en verde que tan solo es aprovechado por los comercializadores de café.