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Sábado, 22 Mayo 2021 00:10

Paro amenaza mercado internacional de café y acerca productores a la ruina

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La industria, a la que ya se le incumplió, podría hacer uso de otros cafés en el mundo. Hoy los barcos no quieren saber de Buenaventura y el grano nacional pierde reputación.

El derrumbe de la economía en Colombia como consecuencia del paro nacional que llegó acompañado de bloqueos en las vías y problemas de orden público, evidencia un saldo en rojo para varios sectores productivos, principalmente para el agro y la oferta diaria de alimentos que lastimosamente debió perderse, asunto grave en un país en donde el hambre campea.

Muchos empresarios están a la orilla del barranco ya que no hay materias primas y no tiene sentido poner a funcionar una capacidad instalada que no puede hacer transformación, como si fuera poco, los hospitales y las clínicas ven cómo se agudiza el desabastecimiento de medicinas y utensilios quirúrgicos de primera necesidad. Hay que aclarar que el acaparamiento de bienes básicos ya hacía temblar al planeta, pero las manifestaciones y los cierres pusieron un mayor grado de dificultad en la industria farmacéutica, en las pymes y en todo el aparato productivo de Colombia.

Los exportadores igual hacen cuentas y ven con alarma que no podrán cumplir con sus despachos, un pésimo precedente, puesto que muchos empresarios esperan en los puertos del mundo, café y otros productos del campo. El entorno sigue oscuro, no hay luz al final del túnel y todo muestra que el país productivo pagará, injustamente, una factura que se suma a las cuentas de cobro de las reformas tributarias, del atraso en infraestructura, de la globalización y de la línea errónea en materia de modelo económico.

Hoy mientras el país arde y se consume en la desesperanza, la impotencia y el pánico, muchos hacen su llamado agónico a superar las diferencias sobre pilares de diálogo, concertación y cumplimiento. En estos momentos de caos, la sensatez está llamada a aparecer porque si Colombia no cumple, el tema es fácil, reemplazan su oferta exportable con otros países, nada difícil ni fuera del sentido común.

El Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez Vallejo, dijo que el tema nacional es muy complicado porque a los bloqueos viales se suma el vandalismo que llegó a los puertos como sucedió en Buenaventura, ciudad en donde la Sociedad Portuario reportó daños graves en las bodegas, generando deterioros en productos sensibles, entre ellos el café.

Cuestionó la iniciativa de un grupo organizado de personas que protagonizó hechos anárquicos, de manera tan arbitraria que tumbaron, increíblemente las paredes de las diferentes empresas para robarse los productos, una situación preocupante a todas luces. Para el tema cafetero, la coyuntura es de total alarma habida cuenta que Buenaventura es el puerto por donde sale la mitad del grano colombiano de exportación cada mes.

 

“Por citar un ejemplo, si Colombia exporta más o menos 1.2 millones de sacos mensuales de café, 600.000 van por Buenaventura, en esta ocasión cuando entraron los vándalos tan solo había 1.300 sacos de esos 600.000. No se ha desbloqueado la vía al puerto bonaverense, estamos coordinando con el ministerio de Defensa y con otros actores con el fin de establecer si podemos hacer una caravana para llevar parte del café a puerto. De manera paralela nos está ocurriendo algo más complejo, pues las líneas marítimas, es decir los buques, no quieren ya parar ni recalar en Buenaventura, primero porque no pueden descargar porque el puerto está lleno y segundo como no hay carga, decidieron cambiar la programación para no arribar a los muelles del Pacífico colombiano, lo cual es gravísimo, no solo para la caficultura sino para todo el país”, reveló el señor Vélez Vallejo.

 

Para el dirigente gremial, las pérdidas económicas son muy grandes en materia económica y aclaró que pueden ser mayores si los bloqueos persisten. En ese sentido sostuvo que en términos de café no hay un costo puntual asociado al paro, pero aclaró que el país cafetero deja de recibir lo equivalente a medio mes de exportación, es decir que si en doce meses se despachan 3.000 millones de dólares, pues en 15 días, claramente no llegan a Colombia 500 o 600 millones de dólares por ese motivo.

Manifestó que aparte del detrimento económico hay un daño muy estimable y es el reputacional porque al no llegar el grano a las plantas en donde es transformado, los industriales del mundo tienen que salir a buscar cafés de distintos orígenes, un punto delicado porque Colombia pierde espacio y la industria sin apuro reemplaza el café de Colombia.

 

“Si mañana abren la vía al puerto, el problema no queda conjurado porque desatrasar 500.000 o 600.000 sacos de café destinados a la exportación, le toma al país, tranquilamente, tres o cuatro meses, mientras poco a poco van saliendo las exportaciones normales y de manera paulatina se descongestiona el puerto con las cargas rezagadas”, explicó Vélez Vallejo.

 

Una preocupación adicional es que, precisamente, el actual, es el momento de la recolección cafetera en el sur del país y el café debe salir por su puerto natural que es Buenaventura, toda una pesadilla porque hay inconvenientes de logística, una pata más que le sale al gato, puesto que al no haber exportación, no hay ingreso, con el riesgo apenas obvio que los productores no puedan vender su café en vista que no hay ni plata ni espacio para almacenar el fruto de su trabajo.

Es bueno precisar que en este momento no hay café en las vías porque el grano sigue estancado en los centros de trilla y en las bodegas de exportadores, de la Federación y de las mismas cooperativas. Casualmente, una cooperativa en Antioquia, informó Vélez Vallejo, tiene 20.000 sacos listos para enviar a Buenaventura, pero ha sido imposible porque no hay transporte, segundo porque hay vándalos impidiendo el flujo de mercancías y tercero la dificultad que hay para llegar al puerto, es por eso que se hace vital poder conformar caravanas y llegar a los muelles.

 

 

La caficultura, subrayó el Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros está paralizada, los 500.000 o 600.000 sacos que deberían estar listos para salir o que pudieron estar en altamar, siguen represados y no se han podido mover, un problema de gran calado por donde se le mire.

En su análisis de la situación, el directivo recalcó que el contexto puede dejar un gran perdedor con los bloqueos y es el productor por cuanto de seguir el problema, muchos se van a quedar con el café en las fincas porque no habrá forma de comprarles el grano, técnicamente, dijo Vélez Vallejo, es imposible ya que dinero no hay, aspecto muy grave porque ello llevaría a una crisis humanitaria en las 540.000 familias cafeteras que no tendrían cómo comprar alimentos o mercado, algo irónico porque todo acontece en el momento de mejores precios para el café colombiano en su historia.

Al retomar el tema de las navieras que han expresado su preocupación por la estrecha capacidad de almacenamiento en el puerto de Buenaventura, un escenario difícil para ellas porque no facilita la evacuación de contenedores, haciendo más onerosa la operación y atrasando barcos, Vélez puntualizó que no solo se trata de una decisión grave sino del prestigio que pierde el país, todo ello tomando en cuenta que Colombia ya incumplió con clientes en el exterior.

 

“Claramente, estos retrasos le pegan fuertemente a la reputación del café colombiano que si bien recibe una prima, esta tiene dos componentes, la calidad y el cumplimiento de los embarques. La industria conoce y sabe de muchas calidades de café en el mundo, pero premia el grano colombiano por la capacidad y responsabilidad que tienen los productores para embarcar en los meses en donde el país suele comprometerse. El asunto hoy es apremiante y se afianza como una amenaza para la caficultura”, concluyó el Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo.

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