Es posible que para abordar la caficultura huilense nos toque viajar hasta el siglo XIX, más exactamente a 1886 cuando la región del Tolima fue categorizada a Estado Soberano del Tolima. En esa cálida zona del Alto Magdalena hacían convergencia dos provincias demasiado importantes y estratégicas, el Tolima con Mariquita como uno de los municipios importantes y el Huila, región muy rica y con unas tierras de enorme fertilidad y generosidad.
Sin duda era un momento especial en el territorio tolimense y huilense, el incipiente país experimentaba la colonización antioqueña y muchos migrantes paisas alcanzaron las montañas de las cordilleras oriental y central, una zona dura, escarpada y retadora por donde igual entraron mulas, caballos y asnos, fundando trochas, caminos y poblados. Antes de la división hay reseñas que dan cuenta de cultivos de café en el Tolima en 1875 lo cual sugiere una caficultura también novedosa en la región opita.
El país experimentaba cambios políticos y sociales, después de la Guerra de los Mil Días que empezó en 1899 y terminó en 1902, para un total exacto de 1.130 días, Colombia y sus regiones tomaban decisiones mientras superaban la quiebra social y económica a tiempo que se alistaban para la pérdida o cesión de Panamá, tema aún por definir, en 1903.
Para no desentonar Huila se separa del Tolima en 1905 dejando a la ignífera Neiva como capital, en ese entonces la economía huilense era básicamente agrícola y sus suelos fueron extremadamente bondadosos en los diferentes climas. Ya con siembras cafeteras importantes nace el Comité de Cafeteros del Huila en 1928, una señal de compromiso, trabajo y metas que se fueron cumpliendo y de qué manera.
Hace 94 años muchos no imaginaban que detrás de la primera, figurativa primera piedra, daría inicio una osadía cafetera que ubicaría al Huila como el departamento con mayor producción y líder absoluto en calidad, así como en valor agregado.
Hoy el café se siembra en 35 municipios del departamento, labor que amorosamente desempeñan en promedio 83.000 familias que adelantan cultivos en 144.895 hectáreas aproximadamente. Cabe anotar que el Huila es dueño indiscutible de sabor, aroma y notas especiales en un grano sencillamente espectacular. En la región brotan las mejores expresiones de café arábico de las variedades Castillo, Colombia, Caturra, Típica, Borbón y Tabi.
El café huilense cuenta con denominación de origen desde abril de 2013. Tiene como particularidad una impresión global balanceada, con notas dulces, acidez y cuerpo medio-alto, fragancia intensa como su aroma y un decoro al gusto por las sensaciones frutales y acarameladas.
Huila suma tres grandes zonas productoras de café divididas en región centro con siete municipios que producen un grano de significativo perfil, sembrado a una altura de 1.600 metros sobre el nivel del mar lo cual lo hace de gran sabor en donde se articula fragancia y sabores a frutas, caramelo y acidez cítrica.
La región Norte la conforman 13 municipios cafeteros entre los que se destacan Santa María, Palermo, Teruel y Neiva, referentes de la zona. Este rincón del Huila acopia un café de gran taza, la matiza una fragancia única y conquistadora, grano especial de notas cítricas, panela, fritos rojos y chocolate amargo que se disfrutan con una acidez media.
La región sur está conformada por diez municipios productores, pero cuenta con los dos pueblos con mayor productividad y área sembrada, Pitalito y Acevedo. El café que sale de esas tierras del sur del Huila es de acidez media-alta, tiene aromas a chocolate, frutos rojos y dulce. Es conocido por sus finas notas frutales y su fresca flor de café.
Actualmente la caficultura del Huila es muy de gama alta, tiene alta productividad y calidad, si bien hay temas atmosféricos de por medio, el departamento no defrauda y sigue creciendo exponencialmente, pues pareciera que los dioses del café hubiesen tocado con su vara sagrada los cafetos que semejan imparables factorías de cerezas cargadas de sabor y atributo. Con sobrados méritos, el opita es el mejor café de Colombia y en consecuencia del planeta, quien prueba este bebestible vive la mejor experiencia ya que detrás de sus siembras hay trabajo y secretos que fascinantemente se combinan con mitos y leyendas.
En una amena charla con Diariolaeconomia.com, el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro Polanía, manifestó que el cierre del año cafetero es más que positivo puesto que en el balance entregado por la Federación Nacional de Cafeteros, FNC, el Huila sigue liderando la caficultura del país, afianzándose como un referente, paradigma y modelo, no solamente a nivel nacional sino internacional en lo que tiene que ver con la productividad y la excelsa calidad de sus cafés.
En ese sentido, dijo, el Comité de Cafeteros del Huila, viene haciendo un ejercicio con recursos que permiten dimensionar tanto las necesidades como la visión que debe tener el departamento con el fin de aumentar la productividad dentro de la hoja de ruta que tiene la FNC y la institucionalidad cafetera regional de poder acrecentar en sus sistemas de obtención, unas variedades de mayor resistencia y con mayor volumen en recolecta.
La idea, expuso el directivo, es también progresar cuantitativamente en densidades de siembra, nutrición de plantas y diminución de las edades en los árboles.
Así las cosas, el Huila mantiene en términos generales la producción de café, se consolida en ese ranking de la extracción de café suave nacional y el departamento, explicó Montenegro Polanía, seguirá sin pausa generando esa dinámica. El distinguido líder y orientador de la economía cafetera departamental reconoció el incondicional trabajo de los caficultores huilenses y a un equipo de trabajo que con la camiseta bien puesta han permitido, de la mano del Comité de Cafeteros, hacer de la provincia opita un referente de gran argumento local y exógeno.
Los menesteres del Huila en café no pasan exclusivamente por el volumen de su cosecha que de manera directa le salva la papeleta a la federación en cuanto a productividad, sino en el logro de unos cafés especiales fruto de unas metas definidas en el frente de cafés especiales altamente diferenciados y con exigente clientela en todo el mundo.
“Yo pienso que el gran aporte que le ha hecho la caficultura del Huila al país es que dentro de los cafés de calidad, la región ha generado la temática de los cafés especiales diferenciados, una contribución enfática del departamento a las calidades en grano de la Colombia cafetera para seguir apostando por la consistencia en la calidad, un propósito que demandó jornadas de capacitación y acciones de aprendizaje con los caficultores pues como lo dijo el Gerente General, Roberto Vélez Vallejo, el faro de la caficultura, per se, es el atributo del café”, declaró el señor Montenegro Polanía.
Por fortuna en la caficultura hay liderazgo
Luego de producirse la renuncia del Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, inesperada y súbita por demás, las voces no se hicieron esperar y llegó de hecho un espaldarazo de los caficultores federados a la gestión del economista.
Frente a este hecho, Montenegro deploró la renuncia y destacó que las cifras dejadas por Vélez Vallejo avalan cualquier gestión más si se tiene en cuenta que debió enfrentar problemas de mercado, una crisis agravada por la pandemia, las protestas sociales, la crisis global logística y una cereza en el postre, la guerra entre Rusia y Ucrania que dejó al mundo sin provisiones, entre ellas los fertilizantes.
Aseveró que al país cafetero no se le puede olvidar que fue precisamente Vélez Vallejo quien convocó a los caficultores del mundo para buscar sinergias y fuerza en el sector para blindar la economía cafetera de las injusticias de los especuladores y jugadores de los mercados bursátiles, más exactamente el de Nueva York que quita y pone precios en favor de la industria, desconociendo al sector primario y a una caficultura que sufre ante los embates de los fondos y quienes apuestan y ganan muy a pesar de la tragedia económica de millones de familias productoras en el globo.
Pese a todo y ante la necesidad de tener un gerente profundamente competente, el directivo sostuvo que sin lugar a dudas hay al interior de la actividad cafetera un marcado liderazgo, no solo en el Huila, sino en el país como un todo, ya que internamente hay personas que conocen la caficultura, gentes llenas de experiencia en su manejo y que tienen carisma, unos factores que acompañan el oficio con gran reconocimiento.
La búsqueda de la nueva gerencia no puede dar lugar a equivocaciones pues hay tanto talento en la casa que quien haga el empalme, dadas las circunstancias, debe ser un acierto entre cafeteros y Gobierno ya que se necesita una persona llena de capacidades y condiciones para el manejo de un gremio que sigue gozando de respetabilidad y reconocimiento.
Debe llegar, expresó, un ser humano carismático, que entienda el sentir y el querer de la caficultura, pero que además la pueda proyectar a nivel nacional e internacional, sobre el entendido que Colombia es el líder de la economía mundial, lo cual exige un conductor o un gerente de tremendas capacidades y quilates para que le dé a los cafeteros el norte que pide una caficultura de lujo, capaz inclusive de superar la gestión de Roberto Vélez Vallejo, quien deja una vara muy alta, puesto que logró unificar el gremio, poniendo en manos de quien sea el elegido, un legado muy importante en cifras e indicadores, pero igual en proyección y reputación del sector cafetero.
A criterio de Montenegro Polanía, una representación que no puede perder Colombia es la que tiene al interior de los productores mundiales de café en donde el liderazgo se puso a toda prueba porque logró sentar en una misma mesa a los grandes productores del mundo, manifiestos por volumen y calidad de grano.
“Hay que darles continuidad a esos encuentros mundiales de productores, una brillante dinámica lograda por Roberto Vélez Vallejo, porque se demostró que aún con la ruptura del Pacto Cafetero en 1989, hay todavía espacio para deliberar, platicar y proyectar la economía loable a partir del café. No podemos perder la unidad lograda y menos el trabajo en equipo porque se trata de la sostenibilidad cafetera del mundo entero, todo con el propósito de que los eslabones que forman esa cadena de valor, puedan entender que debe haber corresponsabilidad y un gana-gana tanto para caficultores, transformadores, comercializadores y en efecto para el consumidor”, detalló el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila.
Los dolores de cabeza de agricultura y caficultura pasarán por el clima
Un problema considerable para el grueso de la agricultura es el cambio climático, situación retadora que le pone mayor oficio a campesinos, empresarios, genetistas y prácticamente a la humanidad en su totalidad porque el devenir del planeta está en las manos de cada uno de los habitantes de la muy aporreada tierra.
Actualmente los chubascos tienen mermada la producción y varias zonas cafeteras están con alertas encendidas porque el exceso de agua tiene en ascuas las cosechas de café, literalmente amenazadas.
Sobre ese particular, Montenegro precisó que los caficultores deben aprovechar los, todavía, buenos precios del café, e invertir de manera paralela en los sistemas productivos o plantaciones de café para aumentar la productividad, un propósito que demanda inyección de recursos en infraestructura cafetera, verbigracia beneficio húmedo y seco del grano como alternativas de transformación del bebestible.
Recalcó que el cafetero también debe ahorrar para las circunstancias difíciles que puedan aparecer por eventuales cotizaciones bajas en el café, pero para mayor tranquilidad, aseguró el directivo, debe honrar sus compromisos con la banca para tener la puerta abierta al crédito en el momento que lo requiera para optimizar o innovar la infraestructura productiva.
“El llamado no es para que el productor de enamore de unas pepitas de café por el buen precio, el asunto es hacer renovación y reconversión terminado el ciclo productivo de las plantas de café, puesto que a futuro podrán venir inconvenientes por no rejuvenecer los cultivos que como es bien sabido tienen un final en su ciclo productivo y ante unos bajos precios en el grano, los vetustos plantíos no garantizarán la sostenibilidad productiva y rentable en las fincas”, enfatizó Montenegro.
El entorno geopolítico dejó grandes lecciones
Un gran aprendizaje lo sigue dando la geopolítica, de estimables impactos en una economía globalizada ya que los problemas de oriente los debe soportar y sobrellevar occidente. A los ojos del reconocido líder cafetero, ese tipo de aprendizaje debe tenerse muy en cuenta, anotarlos y ponerlos en práctica, pues quedó demostrado que con estrategia, el país debe estar en capacidad de adelantarse a las situaciones que puedan llegar, una iniciativa que obliga a trazar las acciones pertinentes con el fin de no padecer desabastecimiento y tener diversas alternativas de suministro, puesto que la experiencia con bienes e insumos agrícolas esenciales dejó una mala usanza para la totalidad de países.
Colombia, subrayó, ya sabe que debe dar inicio a una serie de desarrollos que permitan a futuro paliar las eventualidades y evitar los impactos globales traducidos en escasez y sobrecostos, un inconveniente bastante delicado en momentos en los que se habla de seguridad alimentaria y en la dinámica de actividades agrícolas como el café que al unísono pide soluciones.
Ese escenario hace que el Gobierno y las instituciones del campo afiancen unas sinergias y unas dinámicas en el marco de una perspectiva y visión que permitan precisamente dar respuestas a las situaciones que llegan en el entorno mundial como por ejemplo guerras, cambio climático y otras circunstancias.
Los costos de producción de café siguen elevados
Un desvelo que sigue presente en la caficultura tiene que ver con los desbordados costos de producción porque los insumos agrícolas, entre ellos los fertilizantes, totalmente fundamentales para la economía campesina, siguen sumamente caros y así la crisis logística esté superada, un hecho cierto es que los bienes no bajan de valor de la noche a la mañana porque los comercializadores hacen compras con antelación a una tarifa determinada, propiciando unos stocks que no les permite perder.
El tema es claro, en insumos hay de por medio un juego de oferta y demanda, pero también de inventarios, sin embargo, los caficultores esperan que muy pronto todo vuelva a la normalidad porque el momento actual influye mucho en los costos de producción, en este caso y de manera alarmante, los del café.
Paz y pobreza se pueden combatir sembrando café suave colombiano
Un debate que ha vuelto a la mesa es el de las siembras de cafés robustas, ello según algunos para abrir más oportunidades laborales y caminos de paz, empero para el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, la caficultura social se puede hacer con mayores recursos y con esquemas asociativos en alta montaña, pues hay mucho por hacer y una de esas cuentas pendientes está en aumentar la productividad, pero igual en afinar la investigación y propender por variedades de mayor rendimiento, con mayor resistencia sin apartarse de otras tareas como disminución de edades y nutrición de las plantas.
“Nosotros creemos que esa paz total, sumando esfuerzos y acumulando recursos, pudiera generar muchas más alternativas en divisas para Colombia, no solamente en el empleo o la economía sino en ese tejido social que todos queremos”, apuntó Montenegro Polanía.
Puntualmente con el tema de los cafés robustas, el dirigente cafetero detalló que podría darse de manera muy mínima en los sitios vulnerables, pues no se descarta que aparezcan inconvenientes atados a la paz y tranquilidad que deben tener las regiones en donde el café siempre ha llevado ingreso, sosiego, desarrollo y oportunidad, gozo del que han sacado provecho las ciudades, algo que convida a hacer un mayor esfuerzo para atenuar las grandes necesidades de la caficultura de montaña.
Los robustas, pormenorizó el directivo, podrían ser un tema para consumo interno, mas exactamente para mezclas, pues es conocido que el país importa más de dos millones de sacos de café porque la producción nacional se va en su totalidad al exterior y no queda grano para el consumo y allí podría ser apropiado echar mano de la variedad robusta sembrada en suelos colombianos, algo muy particular, ya que la luz o el foco del grano colombiano es la calidad por cuanto los cafés diferenciados y especiales son de gran valía y solo se producen en montaña.
Montenegro aseguro que lo ideal es aumentar la productividad cafetera en menor número de hectáreas, pero con semillas genéticamente identificadas, mejoradas y certificadas para que el caficultor pueda tener unas plantaciones sostenibles y un café suave colombiano totalmente aparte de las demás propuestas en arábicas.
Caficultura del Huila, cuando de alta gerencia se trata
No es un secreto que el manejo que se la ha dado a la caficultura huilense en los últimos años deja un buen sabor y hace pensar que ese departamento merece mucho más a la hora de los reconocimientos. La labor, por encima del encargo, la probidad y las metas trazadas, hace visible una gestión para enmarcar porque hoy el departamento es la región a donde los más versados de café gourmet llegan, pues de lo contrario quedaran con una deuda pendiente en el conocimiento del verdadero café colombiano.
Quienes conocen al Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro Polanía, lo relacionan con oficio, pasión y compromiso, en su momento recibió un Comité importante y hoy conduce uno mega-importante, sencillamente porque puso su profesionalismo al servicio de una caficultura distinta, muy valiosa y digna de todo olimpo.
Los caficultores del Huila agradecen el derrotero por el que los llevó Montenegro y sacan pecho, con toda razón, porque actualmente su actividad es para mostrar y replicar. En este momento el Huila tiene su mejor embajada en el café y en una administración resplandeciente que ratifica que en el país es posible hacer las cosas al derecho.
Montenegro dijo que todo lo que ha hecho es el resultado afortunado de trabajar en equipo, al que ingresan los 34 comités municipales, los caficultores todos, el Comité de Cafeteros y un grupo de colaboradores orientados por la dirección ejecutiva.
Este servidor sin límite en su trabajo lleva 31 años en el Comité de Cafeteros del Huila y nueve de ellos como Director Ejecutivo, tiempo que le sirvió para consolidar el primer lugar que hoy ostenta en producción y calidad la caficultura huilense. En el 2014, Huila tenía una participación del 15.2 por ciento y Antioquia mostraba el 15.1 por ciento, los desafíos no se hicieron esperar y vino entonces un crecimiento exponencial de la actividad opita hasta superar el 18 por ciento en dicha contribución.
Los logros del Huila en materia cafetera, señaló Montenegro, son la consecuencia de planificar y organizar a través de una prospectiva en una misión que definió hacia donde tenía que ir la caficultura regional y para ello desde luego fueron necesarios los recursos, no solamente de la Federación Nacional de Cafeteros, del Comité de Cafeteros del Huila sino con dineros aportados por los entes públicos, léase Gobernación, alcaldías o cooperación internacional, desembolsos que le permitieron al Huila generar una dinámica cafetera muy clara y bien definida.
“Cuando llegamos al Comité de Cafeteros en 2014, la caficultura huilense estaba sembrada en variedades susceptibles en un 58 por ciento, es decir, teníamos alrededor de 42 por ciento en varietales resistentes. Empezamos a hacer el ejercicio con el Comité y en este momento contamos con una caficultura en variedades susceptibles entre el 21 y el 20 por ciento, es decir que hoy reportamos una producción de café con el 79 y 80 por ciento de selecciones o gamas resistentes a plagas o enfermedades como el asunto de la roya”, afirmó Montenegro Polanía.
En sus albores, como guía y derrotero de los cafeteros, el Director Ejecutivo, gracias a una planificación muy detallada y minuciosa, se propuso con su equipo y los productores a aumentar la productividad, lo cual era posible con cargo a las necesidades se siembra, en donde los caficultores recibieron un incentivo de 250, 280 y hasta 300 pesos por árbol renovado por el sistema de soca, el mismo corte de la planta a los 30 centímetros para que en 18 meses empiece a producir sobre nuevos brotes o vástagos. Ese mecanismo, aclaró, le permitió al cafetero, una vez terminado el ciclo productivo, ajustar el sistema de obtención a una mayor densidad de árboles por hectárea, a la disminución de las edades y a una mayor nutrición de plantas, ejercicio que redundó en mejores cosechas.