Viernes, 06 Diciembre 2024 22:03

Fondo Nacional del Café e institucionalidad, activos de los caficultores

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Los caficultores hicieron una declaración en la que reconocen que hay grandes retos como renovación, fertilización y el empuje para alcanzar una mejor caficultura.

Terminó el 93 Congreso Cafetero y con el llegaron las reflexiones y la exploración de retos y labores para tener en los próximos meses y años una producción cafetera de calidad, con buenos volúmenes y respondiéndole a un mercado que sigue pidiendo de manera preferencial Café de Colombia, el mejor del mundo.

La lectura de la declaración gremial estuvo a cargo del presidente del 93 Congreso Cafetero Juan Francisco Suárez quien a nombre de los caficultores le recordó al gobierno que el Fondo Nacional del Café es de los cafeteros, asunto que no tiene la menor duda toda vez que son los productores quienes lo nutren con la contribución cafetera razón por la cual los cafetaleros en consenso y con la democracia gremial que soporta la Federación Nacional de Cafeteros como estructura organizacional, tienen la capacidad de administrarlo y determinar de qué manera se invierten los recursos.

A juicio de los productores esa tarea se ha hecho siempre bien ya que todos los caficultores colombianos reciben sus beneficios, multiplicados gracias a la capacidad institucional de acoger otros actores para cofinanciar y sumar fuerzas y recursos. Agregó que la garantía de compra, la investigación científica, la extensión rural, la promoción del café de Colombia y el desarrollo social representado en obras, programas y proyectos, llegan a todos sin excepción, con las diferencias propias que implican la priorización.

 

“Este no es un gremio de oligarcas, es un gremio que agrupa familias, el 95% de ellas pequeñas, con parcelas de menos de 5 hectáreas. Esa es la verdadera base gremial, aquella que ha significado dignidad para este país. Sin embargo, esto no significa que podamos desconocer a los medianos y los grandes productores, pues son ellos generadores de empleo, responsables de buena parte de la producción y, en ese mismo sentido, importantes contribuyentes al Fondo Nacional del Café”, manifestó el vocero.

 

 

Sostuvo que mientras algunos han pretendido desestabilizar el Fondo buscando controlar esos recursos, podrían más bien ayudar a fortalecerlo quitándole el ancla que ha significado tener que asumir, con recursos de los caficultores, el pasivo pensional de 75 mil millones de pesos anuales de la Flota Mercante Grancolombiana. Una verdadera muestra de interés por los caficultores colombianos, expuso, sería que el Estado por fin asuma esa obligación y se liberen los recursos para destinarlos a renovación y fertilización.

Para los cafeteros que cerraron su 93 Congreso, mención aparte merece el Fondo de Estabilización de Precios del Café que también recibe recursos de los caficultores vía contribución cafetera.

 

“Es momento de que empiece a ser un recurso útil para la caficultura colombiana. Los caficultores hemos sido y seguiremos siendo generosos en el aporte anual al Fondo, pero esperamos empezar a ver resultados que impacten de manera directa un ingreso digno. Por ejemplo, se pueden explorar alternativas en materia de seguros de cosecha, coberturas para fijaciones de futuros o para la renovación de cafetales. Nos corresponde entonces liderar las reformas necesarias, que se deben tramitar en el Congreso de la República para lograr este propósito”, apuntó el señor Juan Francisco Suárez.

 

 

Persisten desafíos

 

 

En opinión del presidente del 93 Congreso cafetero, la siembra de café es un negocio al sol y al agua que no permite controlar la variabilidad climática. Expresó que lo que sí pueden hacer los productores es mitigar el impacto ambiental y mantener los cafetales renovados y fertilizados, como esencia del ingreso cafetero para evitar la dependencia de otros actores.

 

“Un programa que nos incluya a todos, que atienda mejor la realidad de las densidades de siembra en las regiones, sin descuidar la importancia de fomentar el incremento en áreas y que vincule también a medianos y grandes, pues todos contribuimos; por consiguiente, por mera equidad, todos debemos recibir los beneficios. En este sentido, saludamos con agrado y resaltamos la iniciativa de nuestro Gerente General, para destinar parte de las utilidades de Almacafé a un fondo rotatorio de fertilización”, destacó el presidente del 93 Congreso Cafetero.

 

En su lectura de cierre, Juan Francisco Suárez aseveró que la seguridad es hoy una de las mayores preocupaciones de los productores. Afirmó que desde el Congreso Cafetero, que representa a más de 600 municipios en el país, los caficultores hacen un llamado al Gobierno Nacional para redoblar esfuerzos en esta materia, de manera que se pueda seguir trabajando en el campo y desarrollando la economía como se ha hecho hasta ahora. Sin seguridad, sentenció, no hay inversión rural posible.

Dejó claro que un relacionamiento respetuoso con todos los gobiernos, ha hecho posible que los cafeteros lleguen a 100 años. Puntualizó que el gremio cafetero y la institucionalidad del sector son aliados para el sector público y no un enemigo.

 

“Nuestra mano está tendida para el trabajo conjunto y las alianzas, pero empuñada para la defensa de nuestra independencia, autonomía y representatividad. Debemos destacar también que con el gobierno actual y especialmente con los ministros que hacen parte del Comité Nacional de Cafeteros, la relación ha sido fluida y cada vez más estrecha. Este es el camino correcto de fortalecimiento institucional y gremial”, acentuó Suárez.

 

 

 

A criterio de los caficultores, el sector tiene la tarea, que no es solo del gremio sino un proyecto de país, de conectar y formar mejor a los habitantes rurales, no solo a los cafeteros sino a todos. Estos, señaló, son los temas que deben unir al país agrario para avanzar hacia un modelo de desarrollo rural que brinde oportunidades y fomente la permanencia en el campo.

Dijo que es con acciones e inversiones reales en vivienda, vías y saneamiento, que procuren los mínimos de dignidad, como se puede mantener a las familias en sus fincas.

 

“Ya lo dijeron los jóvenes que estuvieron con nosotros en el día cero: ellos quieren trabajar en la caficultura, están conectados con el campo, pero necesitan un modelo distinto. Es hora de desprendernos de viejos paradigmas y reglamentos obsoletos, para modernizar nuestro gremio”, leyó Juan Francisco Suárez.

 

Enfatizó que Sí hay jóvenes en el campo y en la caficultura!, pero es tarea d elos federados acercarlos, registrarlos, modernizar el SICA para ampliarlo a la familia, no solo al titular del predio, sino para recopilar allí también la realidad productiva y sociodemográfica de las zonas cafeteras. De la misma manera, como se ha discutido desde hace varios años, reiteró, es el momento de hacer lo que corresponda para que la cédula cafetera sea un instrumento familiar, simple, que genere identidad y recoja de mejor manera a todos aquellos que tienen espíritu gremial.

 

Hay riesgos

 

 

En su documento los caficultores manifestaron que el modelo cooperativo que soporta la garantía de compra tiene riesgos porque los errores en materia de futuros tienen todavía heridas abiertas y amenazan la subsistencia del cooperativismo caficultor.

Es momento, resaltó Juan Francisco Suárez, de que el Gobierno se comprometa realmente para salvar a las Cooperativas; y la misma FNC, en corresponsabilidad, reconoció, los cafeteros deben hacer todo lo necesario para proteger los recursos del Fondo Nacional del Café y los bienes públicos. Sin vacilación precisó que no es el momento del miedo, es el momento de la acción y de las decisiones difíciles.

De otro lado dijo que la industrialización es el camino para potenciar el ingreso del productor. Vio con buenos ojos que los caficultores estén dando el gran paso desde la materia prima hasta la agregación de valor. Con los Centros de Experiencia Regionales, exteriorizó, el gremio cafetero avanza en el camino comercial en el que la FNC ha sido pionera siempre.

No pasó por alto el escuchar el viejo anhelo de muchas generaciones de tostar en origen y exportar con valor agregado. Este, matizó, no es un camino menor, es un salto lleno de desafíos, pero como siempre, los cafeteros estarán a la altura. ¡Adelante Gerente con su visión!

 

“Adelante también con la modernización institucional. Es imperativo seguir reduciendo costos, optimizando los recursos disponibles y asegurando la autonomía financiera. Esto debe ir de la mano de una adecuada sintonía de los empleados con la realidad de la caficultura y de las regiones; necesitamos colaboradores conectados con la vida de los caficultores”, pregonó el presidente del 93 Congreso Cafetero.

 

El documento habla de equipos de trabajo que resuelvan, propongan, innoven y solucionen. En el texto se lee que los cafeteros no quieren una institución que cierre puertas, en la que prime el “no se puede”.

Los productores divulgaron que se necesita una Federación moderna, con integración generacional para entender y desarrollar los nuevos modelos de trabajo y relacionamiento. Una institución de personas que, como dijo “Rigo” en el día cero, simplifiquen los procesos y los hagan más eficientes.

 

 

La proclama manifiesta que el cafetero no es un reto solo para la administración puesto que los mismos líderes gremiales están llamados a contribuir a la modernización, la representatividad, como también a promover la conciencia colectiva de lo que es el gremio. Esto, resaltó la máxima autoridad del Congreso Cafetero, no se hace desde las capitales o desde las cabeceras, es vereda a vereda como se encuentran los aliados, se entienden mejor las circunstancias que rodean a los caficultores y sus familias y cómo se hace visible la organización.

 

“Estamos ya a poco menos de dos años de Elecciones Cafeteras: esas elecciones serán tal vez las más importantes en la historia del gremio, por dos razones: la primera, es que a quienes se elija allí, serán los representantes y líderes de los 100 años de nuestra Federación. La segunda, es que con ellas ratificaremos nuestra representatividad, que será nuestra mejor carta de presentación frente al Gobierno que llegue en el 2026 y ante la sociedad en general, para la exaltación de las 550 mil familias caficultoras y del desarrollo rural en torno a la caficultura. Somos una Federación. Y así debe concebirse siempre. Con una línea general unificada, pero con las autonomías propias que respondan a las realidades regionales. Debemos seguir empoderando a los Comités Municipales de Cafeteros como representantes legítimos de los productores de cada municipio; darles las herramientas, la formación y los recursos que permitan una adecuada y efectiva representación”, se aprecia en el oficio.

 

El presidente del 93 Congreso Cafetero Juan Francisco Suárez dijo que el gremio va muy bien en la tarea. Resaltó los resultados del gremio y de las empresas que hacen parte de la organización.

 

 

Los resultados de Buencafé con utilidades de 140 mil millones de pesos, Procafecol con 43 mil millones transferidos por regalías al FoNC o las utilidades de Almacafé por 28 mil 500 millones, son apenas una muestra del trabajo responsable, cuidadoso y disciplinado emprendido por la Gerencia con todo su equipo, lo que sin duda es un paso firme hacia la autonomía e independencia financiera.

La caficultura precisan los productores, están en un punto crucial. Los buenos precios y la buena producción han ayudado y les han dado un respiro a las familias caficultoras, a las economías locales y a todo el país. Empero, recordó que el café es un negocio cíclico. En ese orden de ideas los cafeteros consideran que es el momento para tomar decisiones inteligentes, ahorrar, invertir en la renovación y la fertilización que aseguren el ingreso futuro; y claro, también para disfrutar de los logros y los resultados, con visión de negocio, con sentido de sostenibilidad y con responsabilidad hacia el futuro.

 

“Este gremio ha hecho mucho por Colombia. Por los caminos del café ha florecido el desarrollo y la paz. Y lo seguimos haciendo. La fuerza de todos, la fuerza que nos une, es la misma que nos ha dado 100 años y nos prepara el futuro. ¡Adelante!, con convicción, paso firme y unidad gremial. Que los malos vientos no nos desvíen y que el puerto de llegada siga siendo procurar el bienestar de las familias caficultoras colombianas. Retomando sus palabras señor Gerente, construir es lo que nos convoca, porque el café de Colombia tiene más futuro que pasado”, dice la proclama leída.

 

Para los productores Colombia es café. Parece un lugar común, una de esas expresiones que a todos gustan y que de tanto repetirlas se vuelven moda. Pero es un hecho. Esta Colombia, nuestra Colombia, es el reflejo del café, de la caficultura y de lo que se ha construido durante 300 años de presencia del café en el país, 200 años de explotación comercial y casi 100 de trabajo y esfuerzo gremial.

Este Congreso Cafetero, el número 93, ha sido el Congreso de la unidad lo cual a juicio de los caficultores, no significa que no haya diferencias porque de hecho las hay; pero precisamente, dicen, la solidez gremial se refleja en saber gestionar esas diferencias sin que haya división.

 

“Es síntoma de fortaleza que seamos capaces de mantener el barco a flote, cuando hemos sido objeto de ataques y amenazas, que otros no habrían podido sobrellevar. No podemos bajar la guardia, ¡por supuesto!; pero hoy somos más fuertes, y tenemos una clara conciencia del propósito superior. Recibimos un renovado afecto y respaldo de sectores sociales y empresariales, que han visto en nosotros, en nuestra Federación, el faro de la autonomía, la autodeterminación y de la democracia misma”, se escribió la declaración gremial.

 

El texto respaldado por los caficultores anota que la renovación de 90 mil hectáreas de café en el último año es una tarea gigante que apunta al ingreso futuro. El negocio del caficultor, indica, es producir café y cada vez que se emprenden acciones encaminadas a asegurar su ingreso, los productores están contribuyendo a la disminución de los umbrales de pobreza y a la dignificación de la vida rural.

En su vistazo, el presidente del 93 Congreso Cafetero Juan Francisco Suárez afirmó que la puesta en marcha de las políticas de educación y de equidad de género, son un salto en materia social para hacer del gremio cafetero el más incluyente y equitativo. Las mujeres, anotó, avanzan en su ejercicio de liderazgo, lo que responde a la realidad de la caficultura, donde son empresarias, cuidadoras y líderes.

 

“Avancemos también en la construcción de una política de juventud cafetera y de gestión gremial, que favorezca la integración generacional. La permanencia de esta institución y que podamos llegar a otros 100 años, depende de la sostenibilidad financiera. Se ha emprendido un camino correcto de austeridad que ya representa un ahorro del 20% de los gastos en la Federación y las empresas del gremio y un esfuerzo enorme de los Comités Departamentales para equilibrar sus presupuestos. El camino debe seguir para encontrar eficiencias adicionales en todos los niveles de la organización”, concluyó el presidente del 93 Congreso Cafetero.

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