La industria farmacéutica de Colombia expresó su preocupación por la compleja situación del mundo, afectado por la pandemia de Covid-19, enfermedad que con su rebrote está haciendo de las suyas en los frentes social y económico. Es de tal calibre el inconveniente, que hay una seria amenaza de desabastecimiento en medicamentos por la baja disposición en el planeta de productos básicos o primarios.
El presidente ejecutivo de la Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia, Asinfar, José Luis Méndez, le dijo a Diariolaeconomia.com, que actualmente en asuntos de insumos y materias primas para los medicamentos, sigue habiendo una fuerte competencia entre las naciones, ello porque los proveedores no son tantos como se quisiera y aparte de todo, reveló, hay naciones cerrando negociaciones grandes con quienes abastecen el mercado, conllevando a una dispareja competencia.
“Sigue habiendo gran nerviosismo e inquietud, pero gracias a las acciones adelantadas con el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, INVIMA, el Fondo de Estupefacientes y la industria, en las mesas de trabajo para prevenir el riesgo de desabastecimiento, se ha logrado, en cierta forma, tener provisto el mercado, pero las proyecciones no son tan intactas, estas varían, precisamente, según por número de contagios, para el tema pandemia, el número de camas UCI sigue reduciéndose, pero todos estamos atentos a contribuir con la solución de esos problemas”, declaró el señor Méndez.
La coyuntura de materias primas es tan delicada por culpa de la pandemia, que Asinfar no descarta desabastecimiento de medicamentos en algunos países del mundo. El tema es, desde todo punto de vista, apremiante y el gremio estima que el riesgo es inminente y permanente.
Según comentó el contertulio, cada día, cada semana y en todo momento se están tomando las medidas y haciéndose los análisis de consumos y de existencias o inventarios de materia prima para producir, igual de medicamentos en proceso. Añadió que hay un juicioso análisis de temas logísticos, importaciones y todo lo que rodea el mercado. El directivo expuso que es necesario acopiar toda la información posible porque el riesgo siempre está presente a causa de un visible consumo inusitado que no es fácil de proyectar con exactitud, un factor de mucho apuro, y detrás, reveló, está todo el contexto internacional, asustador por demás puesto que Colombia no tiene la producción ni la provisión de materias primas, un factor que hace al país dependiente de las importaciones.
En medio de las amenazas y nubes negras, Asinfar cree profundamente que el país puede salir adelante con el concurso decidido y la cooperación de todos los colombianos, ello sobre la base de comprender que hay un momento duro en donde se necesitan capacidades locales, pero igual apoyo e incentivos para la industria de producción local con el fin de poder enfrentar emergencias como la que azota a los colombianos en este momento sin depender de otros. Una industria farmacéutica potenciada y caminando en la dirección correcta es capaz de enfrentar la guerra que hoy, impetuosamente, plantearon los virus.
Colombia no está preparada para producir vacunas contra el Covid-19
Al entrar de lleno en el tema de las vacunas, el dirigente gremial indicó que lamentablemente Colombia no está lista o preparada para producir las vacunas que sirvan de contención al Covid-19 y otras en su totalidad. Anotó que hay grandes inconvenientes para hacer desarrollos y una posterior elaboración a escala industrial.
Esa preparación, expuso, no está presente porque no hay plantas preparadas para una obtención masiva de vacunas en el momento actual.
Ante la cruda realidad en medio de la pandemia, explicó Méndez, Colombia está dependiendo de las importaciones en un tiempo relativamente cercano, pero aclaró que para mediano y largo plazo el país tendrá que prepararse, haciendo todo lo posible por recuperar las capacidades que se tuvieron hace 20, 25 o 30 años, tiempos en los que el país producía vacunas localmente, actividad que necesariamente y ante los retos presentes y futuros urge retomar.
“Es el momento de pensar en eso y de volver a recuperar las capacidades porque el país no puede depender de la oferta extranjera en instantes de emergencia y porque hay capacidad a toda prueba en capital humano, intelecto, compromiso y una medicina que goza de confianza, credibilidad y prestigio, Colombia puede recuperar su sistema de producción de vacunas e investigación sin ningún problema”, conceptuó el prestigioso directivo.
Frente al dilema con las vacunas para enfrentar el Covid-19, el experto indicó que la mejor opción en aras de blindar a la humanidad es lograr la aprobación conjunta de varias vacunas, con diferente tecnología, teniendo en cuenta que hay diversas plataformas y métodos tecnológicos para el desarrollo y la producción de las inmunizaciones. En la medida de viabilizar o darle existencia a varias opciones certificadas para enfrentar la pandemia, el panorama es mucho más alentador, empero, indicó, tan solo hay una y es la de Pfizer. De todas maneras el vocero apuntó, hay varias vacunas en fila por lo que es esperado, con la mayor certidumbre, que el vademécum logre ampliarse en este tema y con el cual las personas tengan alternativas para enfrentar la enfermedad.
No necesariamente, dejó claro el dirigente, debe hablarse de un negocio antes que de una tarea babélica y vertiginosa por la salud, ello porque hay un esfuerzo en la ciencia por contribuir a la resolución de la actual pandemia, un trabajo evidente en muchos aspectos que debe ser democratizado ya que todos los países tienen el derecho a acceder a la información y al desarrollo de las nuevas tecnologías.
“Eso es lo más importante porque en la medida en que se logre difundir, ampliar, estimular y apoyar la producción local como consecuencia de unas políticas internas e industriales que motiven la fabricación local, seguramente las cosas van a ir mejorando para todos, y en esa línea es que debe estar nuestro país igualmente”, comentó José Luis Méndez.
Muy a pesar de los mitos y las leyendas tejidas alrededor de las investigaciones y las vacunas, Asinfar cree que lo más importante y fundamental en las ciencias de la salud es la vivencia y por ello calificó de muy importante, frente a todo aquel que genere evidencia, la demostración rigurosa así como soportada en estudios científicos serios, que le permita al investigador ser evaluado por las autoridades regulatorias de cada país con esa misma rigidez y equivalente altura, pues consideró, las cosas deben salir muy bien, una vez los expertos determinen el éxito de la investigación, corroborando con toda mística que el desarrollo y los procesos cumplen con las expectativas de seguridad y eficacia, ojalá, estimó, con la participación de la industria local por tanto no está de más involucrar, en la medida de lo obtenido parcial o totalmente en las negociaciones, a los actores nacionales representados en la academia, los laboratorios encargados de hacer ese tipo de investigación, como también en la industria, responsable de la producción a escala.
Hoy por hoy, especificó el presidente de Asinfar, la industria local podría participar en algunas de las vacunas, no en todas, en la última fase que es la del llenado, certificado y distribución lo cual ayudaría a agilizar la producción de dosis, siempre y cuando alguna de esas vacunas pueda ser aprobada en el país.
La pandemia dio una lección para jamás olvidar y es que nunca, pero nunca debe bajarse la guardia porque en materia de infectología de manera súbita hace su aparición el más complejo y letal problema infeccioso que demanda tener la infraestructura lista para hacer investigación y producción de inmunizaciones.
En opinión de Méndez, es perentorio retomar la actividad en vacunas puesto que el país debe prepararse para el futuro, más cuando los expertos a nivel mundial vienen advirtiendo que posiblemente el Covid-19 sería una de las tantas pandemias que fácilmente llegarían. Apuntó que nadie sabe cuándo arribará otro mal, sin embargo, afirmó que el país debe estar preparado para eso.
“Tenemos el capital humano, tenemos las ganas, contamos con capacidad y talento, lo que hace falta es acceder a estímulos para poder desarrollar todo ese potencial a nivel industrial y que ello resulte favorable porque si alguien opta por invertir, el futuro se hace promisorio, precisando que en la mayoría de los casos son cifras importantes las que rodean los proyectos, toda vez que superan los veinte millones de dólares para hacer una adecuación final por citar un ejemplo. También hay inyecciones de capital que ascienden a sesenta millones de dólares con los cuales es viable erigir una planta competitiva y más de 100 o 150 millones de dólares para adelantar una línea de desarrollo en unas instalaciones de altos estándares”, expuso Méndez.
Dijo que las inversiones en farmacia y básicamente en vacunas, suelen ser altas y generalmente a manera de grupo porque por los montos es sumamente complejo adelantarlas al unísono. El negocio, aseveró, inclusive puede venir de una alianza público-privada, entre el estado, la academia, la industria y el sector empresarial. Subrayó que si alguien opta por hacer la inversión, necesariamente requiere de garantías y saber que el país en efecto, le va a comprar su producto, que respaldará las aprobaciones, que habrá acompañamiento y que no será, ni levemente posible, ceder ante presiones internacionales que manden al traste las iniciativas y los tremendos esfuerzos.
La vacuna que ataque y cure la Covid-19 será un trabajo de larga espera, teniendo en cuenta que después de la Gripe Española en 1918, es decir más de un siglo, los adelantos tecnológicos han ido avanzando de manera aterradora. Si bien, entre el siglo XIX y el siglo XX vinieron desarrollos médicos de alto impacto como el suero antirrábico de Louis Pasteur y la penicilina, descubierta en 1928 por Alexander Fleming, los desarrollos no serán iguales en el tiempo. Hoy, es bueno recalcar, no se trabaja con las uñas y caso opuesto la era digital, la inteligencia artificial y los grandes avances acortan caminos en investigación sin que ello implique resultados inmediatos, de todas maneras el escenario permite sentarse en la poltrona del optimismo.
En su charla, José Luis Méndez, afirmó que en 100 años el desarrollo de la ciencia ha resultado considerable porque los métodos de investigación, análisis y los procesos de perfeccionamiento biotecnológicos, que es justamente lo que en este momento está siendo probado con unas vacunas, las mismas que se han trabajado en varios lugares del mundo, dejan ver resultados esperanzadores porque se basan en ARN mensajero, la máxima expresión de biotecnología que deja ver unos avances los cuales ratifican que los tiempos también son diferentes a los de 1918 y que sin duda se pueden asesorar, insistiendo en que ponerle un plazo exacto es muy difícil porque todo depende de la plataforma, agilidad de los equipos investigadores y del manejo del Big Data, herramienta que igual ha venido evolucionando muy de la mano de la informática.
Entre todos esos instrumentos a disposición de los proyectos la solución podría darse mucho antes de los cinco años sumando otras ayudas, por ejemplo, la ciencia geoestacional o la misma nanotecnología entre tantas opciones.
“Bueno y afortunado es decir que los grandes logros de Fleming y Pasteur con las herramientas limitadas y existentes con las cuales trabajaron sus proyectos en tan lejanas épocas, los ubica en el pedestal de los sabios, el asunto es que hoy, en estos tiempos, tenemos muchos talentos y profesionales capaces de explorar y entregar soluciones. Contamos con equipos de tecnología avanzada, personal en la industria, verdaderos maestros en las universidades y hasta científicos que trabajan en el anonimato”, dijo Méndez.
Sostuvo que, en calidad de dirigente gremial, al recorrer el país, buscando ese tipo de iniciativas se sorprende positivamente, pero anotó que se hace necesario insistir porque se requiere apoyo para esos equipos y al desarrollo de la ciencia, igual, dogmatizó, debe haber entendimiento entre la ciencia y la industria para volver los proyectos realidad, haciéndolos útiles para la sociedad. Colombia, puntualizó, está en esa línea de avance al destacar que como país hay muchas ventajas frente a otros pueblos porque afortunadamente cuenta con centros de investigación y grandes logros en ese sentido.
Finalmente el presidente Ejecutivo de Asinfar manifestó que en asuntos de inoculaciones, tratamiento o cura para el Covid-19, debe haber sinergias y un trabajo aunado, pensando en la humanidad, dejando por fuera o evitando la llamada guerra fría de las vacunas. El tema, complementó, es delicado e invita más a contemplar términos como equidad y solidaridad, impidiendo esas posiciones unilaterales que no hacen ningún bien con distanciamientos, ambiciones o egoísmos.
Dijo que el camino para salir del actual atolladero se llama unión, un trabajo complementado entre los grandes científicos del mundo en donde todos puedan con fervor y profesionalismo aportar por la vida, la salud y la tranquilidad.
En medio del optimismo y de la industria nacional por contribuir y poner su case para poder salir adelante, no deja de llamar la atención que en todo diálogo hecho en Colombia, las palabras más usuales es hubo, había, tuvimos, hacíamos, éramos, fuimos. Todo en pasado y totalmente envuelto en nostalgia, una muestra adicional que la apertura y las medidas de globalización cerraron, quitaron, vendieron, liquidaron, feriaron, haciendo de Colombia un sinónimo de remota existencia holgada. Una Conjugación lamentable del verbo tener en pretérito perfecto simple como “yo tuve”, o pretérito imperfecto, “yo tenía”, el verbo que sea, pero lastimosamente en retrospectiva.
Es posible que por fuerza mayor e iniciativa privada, el país retome sus empresas, reanime el campo y apueste por el futuro, incluida la prevención, la pandemia así nos lo está enseñando, hay que hablar en términos de tener, valorar, administrar y recuperar.