Tristemente hay que reconocerlo, Colombia y el mundo siguen debatiéndose entre la vida y la muerte, todo de acuerdo con el grado de responsabilidad que adquiera cada sujeto para consigo mismo, en el entorno familiar y la sociedad. Algunos pensaron que la pandemia tan solo se iba a quedar en una palabra temerosa que restringía y guardaba a la gente. Después de fiestas, paseos, días sin IVA, marchas y protestas el número de muertos empezó a crecer y la cifra dio un salto espantoso cuando en pleno pico de pandemia, de manera inexplicable, las autoridades locales y nacionales le dieron rienda suelta al consumo con la llamada reactivación económica.
De una cifra alarmante de 200 decesos diarios en promedio, el país pasó a 600 y 700 fallecidos por día, una barbaridad, todo por falta de sentido común y por el afán de una cerveza. Hoy, los que tan bueno pasaron en las mal llamadas “vacaciones de Semana Santa”, una bofetada otrora, y quienes dieron el salto a las compras y la vida social, diurna y nocturna, ya están en el Camposanto, brille para ellos la luz perpetua.
Ese es nuestro país, no tenemos otro, igual América latina es única, sui géneris, un sitio en donde cada uno hace lo que se le viene en gana, al amparo de lo ilegal, pero lo más grave, en donde nadie, absolutamente nadie, asume culpas o errores.
Hoy, por el desorden, el Covid-19 es una bola de nieve, un problema inatajable y con cifras al alza, para muchos no hay luz al final del túnel y si la vemos, quizás sea la luminosidad eterna. Esta, la parca, es la consecuencia de tenerle miedo a pensar o de no darle a la razón el sitio que se merece, en síntesis, todo un reinado de la estupidez.
Con un lío desbordado, no hay de otra, encerrarnos en las casas, restringir la calle y dejar por un tiempo las compras. Es mejor cuidar la clientela y hacer que extiendan en el tiempo el uso del plan exequial. El comercio tiene que entender que poco a poco será posible retornar, eso sí, en medio de medidas sanitarias óptimas y unos protocolos exigentes e inamovibles, por más vacunas que haya, el problema seguirá con nosotros y solamente el buen juicio nos permitirá recibir el 2022, llegar al 31 de diciembre cantándole al año viejo, el de la chiva, la burra negra, la yegua y la muy buena suegra, en fin, un anhelo posible.
Los sectores de la salud hacen su mejor esfuerzo, los médicos atienden los casos de Covid-19, luchan contra el virus, enfrentan la muerte para salvar vidas y en varias ocasiones pierden el desafío, a tal punto que sacrifican su existencia en un trabajo que no admite descanso.
Lo propio hace el sector farmacéutico y los laboratorios que siguen dándole la pelea al SARS-Cov-2. En ese tinglado, nada está definido, pero lo cierto es que continúan los avances, hay inoculaciones que hacen menos agresiva la patología y los esfuerzos siguen, porque la idea es, algún día no muy lejano, escuchar el grito de júbilo, “tenemos la cura”.
En charla con Diariolaeconomia.com, el presidente ejecutivo de la Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia, Asinfar, José Luis Méndez, aseguró que en la coyuntura hay dos retos, en primer lugar, el abastecimiento de los medicamentos de primera necesidad a tiempo, pese a las dificultades de orden público, un compromiso férreo de la industria que no ha sido fácil por el tema internacional que muestra dificultad en los despachos y con la disponibilidad de materia prima, sin dejar de lado los precios que reportan incrementos importantes.
Por otro lado, afirmó el dirigente gremial, hay un desafío sectorial, y es aportar a las vacunas contra el Covid-19, un asunto en el que está sumamente comprometida Asinfar y sus afiliados.
Recalcó que independiente de precios, hay asuntos paralelos en el globo como inconvenientes logísticos, repunte en el costo del flete y un acaparamiento de medicinas y componentes básicos, muchos de estos insumos en manos de las grandes potencias y los países con musculatura financiera, situación que impacta y afecta a la industria en América Latina y otras latitudes.
Así las cosas, explicó, el tema ha sido de diplomacia sanitaria al ciento por ciento porque hay países que así como tienen acaparada la producción igual tienen retenida la distribución y lo que queda debe repartirse con el resto del mundo, un asunto que se experimenta con las vacunas, haciendo el escenario muy difícil, pero Méndez resaltó que con las vicisitudes, la industria se ha mantenido firme en su compromiso con el país para suministrar los medicamentos a tiempo, a fin de darle manejo a las circunstancias que bien se conocen desde el punto de vista médico.
El problema de abastecimiento con medicamentos puntualmente para el cáncer que tuvo en vilo a los niños y los oncólogos que adelantan estricto tratamiento, no se extendió a otras ramas de la salud. Según reveló el directivo, la complicación existente tiene que ver más con los medicamentos que se absorben en las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, como miorrelajantes y anestésicos, productos que iban a escasear a partir de un aumento desmesurado en el consumo, tema que ya se había dado por descontado y que estuvo en las proyecciones del sector salud y la industria.
“Entre más gente haya en UCI, en la medida que se llenen estas unidades, más difícil será lograr cumplir con la demanda de todos estos medicamentos, pero tengo entendido que en otras áreas como la oncológica, no hay conocimiento formal y sistemático de inconvenientes en el suministro de productos en particular”, apuntó el señor Méndez.
2020, un año inalterable para la industria
En la asamblea del sector farmacias que hacen parte de la industria nacional, el balance fue más que aceptable, ya que en los reportes dicen que 2020 fue un año estable para las empresas que notaron un daño cíclico el cual tuvo sus momentos dentro de la pandemia, unos de disminución de la venta de algunos productos de formulación porque los pacientes dejaron de ir a los consultorios médicos, pero igual en otros escenarios aumentó el despacho de medicamentos populares de venta libre o sin prescripción facultativa como vitaminas, analgésicos y otros reservados a la prevención, tratamiento o atenuante a síntomas de enfermedades leves reconocidas apropiadamente por el público.
Vino después, comentó Méndez, una ligera compensación al regresar los pacientes a consulta con los médicos, lo cual estabilizó lo que se había disparado inicialmente, por ello 2020 fue un año estable que logró mantenerse sin duda dentro de las expectativas de la industria.
Por el llamado autocuidado, fueron generosas las ventas de vitamina C, alcohol, gel antibacterial, antigripales, suplementos como la cola granulada, ácido acetilsalicílico y otros de prevención y fortalecimiento vitamínico. En este punto, precisó el presidente de Asinfar, hubo un deseo de la gente por abastecerse de ese tipo de productos que mostraron un interesante repunte por unos meses, nada permanente y sí esporádico que luego logró estabilizarse.
Amén de balances y análisis de mercado, un punto que siempre revisan las empresas locales o quienes invierten en Colombia, es el de las reglas de juego y su estabilidad, las empresas farmacéuticas, como todas, pretenden seguridad jurídica y tranquilidad porque hay de por medio capital, empleo y la búsqueda permanente de sostenibilidad.
En opinión de José Luis Méndez, en el frente de la farmacia, siempre ha existido la inquietud del balance entre lo importado y lo producido localmente entonces, efectivamente, sostuvo, con la no aprobación de la reforma tributaria que se quedó en proyecto de ley, hay por ahora un cierto respiro porque siguen vigentes las normas que efectivamente cambiaron el régimen del IVA para los medicamentos y sus componentes. Recalcó que en este momento persiste cierta quietud o relativa calma chicha, pero sigue la expectativa en el empresariado porque esto no se reverse, una realidad que no se puede ocultar, el tema no resulta para nada subyacente, puesto que eso había logrado allanar un poco la inmensidad entre los importados que no tenían ese tipo de impuesto y los nacionales que sí empezaron a tenerlo durante unos años, pero que gracias a la transformación legislativa de 2019 fue posible equiparar esas condiciones.
El médico y salubrista público indicó que en temas tributarios lo importante es que no haya inequidad ni diferenciaciones que ayuden a unos y golpeen a otros, todo, dijo, debe pasar por el equilibrio, porque la idea es tener facilidades de vender y comprar, pensando básicamente en el usuario, por cuanto se habla de productos de primera necesidad y que ante circunstancias como las actuales, con agudos líos de salud pública, pueden impactar las finanzas de los hogares. Insistió que por ello lo primordial es contar con instrumentos que faciliten la economía sin que se recienta el bolsillo de toda la comunidad por todo lo que implica una política ecuánime, razón más que sólida para invocar la equidad en su máxima expresión.
Hablando de igualdad, dijo, son visibles algunos efectos del libre comercio en donde los países más pudientes se quedaron con materias primas y medicamentos, incluyendo vacunas, mientras que otros países con la plata en la mano no pudieron comprar insumos y menos los inmunizantes, todo un problema que debe replantear transacciones de bienes básicos y esenciales para la vida en momentos de calamidad.
En Colombia, el pasado de oro en farmacia debe volver
Ante esa realidad Asinfar dijo que es importante concentrase, de manera perentoria, en el logro de la autonomía sanitaria, de tener la forma de autoabastecer al país y producir los principios activos, así como materas primas localmente, algo que no se logra de la noche a la mañana y ello invita al Gobierno, a la industria y a todos en el país a enfocarse en esa meta.
“Por fortuna hemos tenido ciertas señales del ministerio de Comercio a través de estudios que se están realizando para empezar a promocionar la inversión en producción de componentes o sustancias activas, pero igual de materias básicas para la elaboración de medicamentos en Colombia y a eso apunta la iniciativa que podría cristalizarse. Igual está sobre la mesa el tema de recuperación de capacidades para la fabricación de vacunas a nivel interno y en ello ha habido buenas noticias puesto que se avanza hacia ese propósito, a recuperar un camino que ya se tenía. Nosotros creemos que el gran paso, el país lo amerita, que tiene el capital humano para lograrlo, que hay ganas y una población nada despreciable que se convierte en un mercado interesante para cualquier emprendimiento que se realice en ese sentido”, enfatizó el presidente de Asinfar.
El país, acentuó el dirigente, está trabajando para retomar en lo que fue mejor años atrás, fabricando vacunas y dándole soporte a una rígida política de higiene que arrojó muy buenos resultados, asuntos que una vez se recuperen deben tener toda la sostenibilidad. Para Méndez este es otro punto a favor muy importante porque Colombia puede convertirse en exportadora de tecnología para toda la región, una solución para aquellas naciones que no han decidido incursionar en el campo farmacéutico y científico, siguiendo la disposición de mantenerse como consumidores más no como productores.
Los logros son promisorios, aseveró Méndez, porque Colombia está en la misma línea de Brasil, Argentina y México, luego estimó que el país debe seguir fortaleciendo sus capacidades, y ese, dijo, es un tema de colaboración entre empresarios, inversionistas, técnicos, científicos y el sector salud como tal, acogiendo de la mano del Estado un fortalecimiento de ese triángulo, Estado, academia, industria, e incluso sociedad civil, aportando al desarrollo.
“Estamos convencidos que todo eso apuntará a la autonomía sanitaria, la cual podrá fortalecerse gracias a una política industrial farmacéutica en Colombia sobre todo si se tiene en cuenta que estamos en un país muy capaz, lleno de conocimiento, con grandes capacidades en el área médica y con avances en múltiples temas de la medicina, unas características que tienen también la infraestructura, es decir que cualquier iniciativa es totalmente viable”, expresó José Luis Méndez.
Asinfar, de lleno en vacunación para atacar el Covid-19
El tema de adquisición de vacunas por parte del sector privado y la apuesta por masificar las inmunizaciones para enfrentar la dura pandemia es, a criterio de Asinfar, un tema demasiado importante, el número uno de la agenda nacional y claramente el sector orgullosamente dijo presente ya con resultados reconfortantes.
El gremio expuso que el 60 por ciento de las empresas asociadas a Asinfar ingresó al programa de vacunación por cuidado. A la fecha, reveló Méndez, están consolidados 8.200 empleados que recibirán 16.400 dosis, trabajo que beneficiará a una población menor de 40 años, un impacto interesante, habida cuenta que se trata de personal técnico, encargado de fabricación, control de calidad y del abastecimiento de medicamentos a la población, contexto que obliga a tener este tipo de colaboradores protegidos, una iniciativa importante que enorgullece al sector farmacias y laboratorios en todo el país.
A la fecha, las industrias tienen pagadas y listas 8.200 inmunizaciones que hacen parte de la primera etapa del programa y ya suma otras vacunas con el interés de pedir ingreso en este momento.
Asinfar dice que trabajar en común acuerdo, acudiendo a sinergias y de manera colaborativa, es importante porque permite avanzar en ese camino decididamente puesto que no sería oportuno frenar la iniciativa pues la situación exige tener el acelerador a fondo.
Ante las dificultades geográficas del país, frente a las distancias y a las complejidades inherentes a las poblaciones, diversas por demás, el concurso en vacunación del sector privado permite pensar que habrá mayor éxito e inclusive ampliar el radio de acción de las empresas para salir lo más pronto de la pandemia. Ante ese argumento, el presidente de Asinfar considera que todas las estrategias que se usen son válidas porque implica establecer mecanismos que ayuden a lograr más rápidamente la inmunidad de rebaño y avanzar con mayor tranquilidad hacia la reactivación económica y la estabilización sanitaria puesto que la pandemia pasó todo tipo de patrones, muchos conocidos, lo que hace inaplazable que lleguen decisiones en ese sentido porque la pandemia es en este momento el centro de todo.
Vacunas rusas estarán en Colombia
Como la globalización de los mercados incluye aspectos mediáticos que ilustran sobre tendencias y modas, pero igual sobre soluciones a todo, muchas personas preguntan por las vacunas rusas, las que han ganado terreno y prestigio por todo el trabajo que Rusia ha hecho en el tema SARS, más de 15 años en exploración e investigación.
El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, INVIMA, en cabeza de su director Julio Cesar Aldana, informó que hasta hace un tiempo, no se había presentado solicitud formal por parte de los productores de Sputnik-V y otras vacunas rusas, pero el funcionario le dijo a Asinfar en la última semana que ya había llegado la petición, por consiguiente estará en el muy riguroso análisis y próximamente habrá noticias en ese sentido, destacando que ya por lo menos llegó la postulación, lo cual es clave.
Esa cualidad científica rusa y un futuro trabajo entre grandes casas de farmacia pueden llevar a respuestas increíbles porque es indiscutible que las capacidades que se han perfeccionado en países como Rusia están avaladas por años de historia y fundamento, lo cual, al tener toda la rigurosidad de análisis, permitirá tener una vacuna confiable y que funciona. Asinfar anotó que muchos proyectos han presentado intensiones y no son conocidos, empero subrayó, que los que se aprueban dejan la tranquilidad del rigor científico en su desarrollo.
Un asunto importante es que si bien hay vacunas y unos protocolos que deben cumplirse al pie de la letra, no hay patrones que permitan establecer exactamente con fechas o plazos el final de la pandemia. Asinfar señaló que ahora más que nunca el mundo está llamado a avanzar en la línea trazada porque está confirmado que quienes reciben la inmunización van obteniendo una protección demostrada. De acuerdo con el comportamiento de la evidencia, agregó Méndez, los países pueden ir haciendo sus ajustes, pero todo al amparo de la certeza.
Si bien hace más de 100 años, en 1928, Alexander Fleming, descubrió la penicilina para atacar infecciones y curar muchísimas enfermedades con cuadro infeccioso, cierto es que después de un siglo la ciencia médica, los laboratorios y toda una industria abrigan muchas más esperanzas porque hay conocimientos y herramientas trascendentales como el genoma humano y otros que anteriormente eran supremamente impredecibles. Los instrumentos y el conocimiento de hoy, a juicio del presidente de Asinfar, conducen a una salida que no solo se espera, sino que se necesita por el bien de la humanidad.
Con todas las ayudas provenientes de la ciencia y la investigación habrá rápida respuesta a la situación actual, sin embargo, es claro que las naciones deben seguir cuidándose con solidaridad, compromiso, responsabilidad y disciplina.
“Estamos todos implicados y decididamente enlazados con la estrategia país que necesitamos para esto, para salir adelante”, concluyó el presidente de Asinfar, José Luis Méndez.
Química, la consecuencia de curiosear toda una vida
La industria química moderna nació como tal a mediados del siglo XVIII cuando John Roebuck, desarrolla en 1746 las cámaras de plomo en las cuales logró producir ácido sulfúrico, igual los avances siguieron con la producción de ceniza de sosa o carbonato de sódico en 1791, trabajo de Nicolás Leblanc, que entusiasmado por un recompensa de 2.400 libras ofrecidas como premio a la ciencia por el rey Luis XVI de Francia, hizo su mejor esfuerzo hasta poner en funcionamiento una fábrica en la ciudad de Saint-Denis con el álcali pedido por el soberano, pero su descubrimiento terminó siendo gratis, ya que le fue negado el dinero por la Revolución Francesa.
Según la historia, la química industrial se practicaba en la mitad del siglo XIX, pero solo hasta 1880 cuando se reconocieron los elementos esenciales para controlar los procesos químicos, se le abrió paso a la ingeniería química, gracias a que los procesos fueron vistos como una labor profesional diferente. El primer ingeniero en el planeta fue George E. Davis, quien fue pionero en dictar cursos de ingeniería química en la Universidad de Manchester en 1887, sitio donde a través de doce conferencias definió múltiples aspectos de la destreza de la nueva área investigativa.
De todas maneras, desde la antigüedad, con los trabajos e investigaciones de Galeno, el médico, cirujano y filósofo Turco, nacido en la población de Pérgamo, los avances en ciencia médica siguen un paso raudo, no en vano, durante mil años sus tratados se impusieron en campos como la anatomía, fisiología, patología, farmacología y neurología, por su escuela puede decirse que aprendió de las lecciones de Hipócrates.
La influencia helena hizo que este médico se formara bajo el techo del templo de Esculapio, dios griego de la medicina. Sus procedimientos fueron tan tenaces que pasó de ser el médico de los gladiadores a especialista de Marco Aurelio, el emperador. Desde sus días, tardes y noches de exploración, la medicina fue creciendo y con ella otras industrias como la farmacia que lograron un máximo desarrollo en el siglo XIX muy de la mano de la botánica.
La búsqueda de medicamentos es una práctica de toda la vida, inclusive los retos llegaron casualmente con las pandemias e infecciones que asolaron países y regiones. El hombre y la enfermedad han vivido en plena afrenta, pero hay que decir que las patologías fueron potenciándose por la ausencia de higiene, las guerras, las migraciones, cambio climático, resistencia bacteriana, mutaciones, algunas costumbres mal sanas y la falta de prevención.
En esta ocasión llega el Covid-19 como una tromba, destruyendo vidas y enlutando globo, pero afortunadamente están los médicos, la ciencia y la farmacia que siguen trabajando y buscando con prisa el remedio definitivo para una de las tantas enfermedades que ya se encuentran pidiendo pista, a estas alturas un SARS Cov-2, pesadilla que cabalga y que pasará a la historia de la humanidad como una de las patologías más renuentes, complejas y luctuosas.