Los dolores de cabeza que genera el sistema de salud en Colombia a la hora de analizar cifras y acreencias sin honrar, no logran conjurarse puesto que los tratamientos y asistencias médicas siguen haciéndose al debe, todo, en absoluto, apuntado en el viejo cuaderno como si el negocio fuese un estanco o tienda de barrio en donde generalmente se vive del producto fiado, el asunto es que las poblaciones vulnerables en la quincena pagan, mientras que las deudas contraídas con las IPS, se hicieron casi perennes, un castigo a la eficiencia y a un régimen en donde el dinero debe circular para evitar inconvenientes que finalmente tienen que ver con bienestar y vida, un derecho constitucional.
En Colombia funcionan 1.965 hospitales y clínicas, unos centros de atención son del sector público y otros de iniciativa privada, para el caso de los hospitales hay una estructura mixta en donde algunos inversionistas apuestan por mejorar las instalaciones, así como el portafolio de algunas instituciones y entran en un negocio potestad del Estado. La cifra no es endeble pues hay salud en buena parte del territorio nacional, un país con 1.123 municipios ubicados en 32 departamentos en donde todos hacen sus votos por mejorar, crecer y afianzar expansión de servicios y desde luego ampliar consecuentemente la cobertura.
Hay términos de moda como cambio, revolcón y transición, todo desde luego para mejorar, y dentro de las transformaciones, una que se espera con mucha expectativa es la que tiene que ver con el sector salud puesto que necesita mayor dinámica, menos sufrimiento por la carencia de recursos para operar y una gerencia transparente, eficaz y diligente, algo que de verdad les ponga punto final a los vicios, hoy presentes, en la administración de los dineros destinados a los servicios de salud, una serie de correctivos que finalmente, le den oxígeno al cuerpo médico y los colaboradores de los sanatorios en todo el territorio nacional.
A junio, la deuda con los prestadores de salud llegó a 13.8 billones de pesos con 57 por ciento de cartera vencida, una cifra que no cubre a la totalidad de centros asistenciales, tan solo un grupo tomado para el estudio que aglutinó más de 200 entidades hospitalarias, más o menos entre el 15 y el 20 por ciento de representatividad, una cifra impresionante porque cuando se habla con la Superintendencia Nacional de Salud, las cifras superan los 30 billones de pesos, algo que los médicos tildan de intolerable porque hay de por medio un costo por servicio de deuda y el patrimonio de las entidades.
El problema es más apremiante porque los gastos hospitalarios son de corto plazo y la nómina es cada quince días, los insumos, medicamentos y dispositivos deben pagarse a 30 o 60 días, de tal manera que, si al hospital le pagan un servicio en 200 días, el desface es enorme y por ello los gerentes son especialistas en gimnasia financiera.
En charla con Diariolaeconomia.com, el Director General de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, ACHC, Juan Carlos Giraldo Valencia, reconoció que hay una serie de problemas acumulados que no son culpa del actual Gobierno sino que vienen de mucho tiempo atrás y que tienen que ver con todos los relacionamientos dentro del mercado de la salud al igual que con pendientes, cartera, trámites y compensaciones con las entidades pagadoras y compradoras de servicios de salud, un tema muy difícil de todos los años que se agudiza siempre al final de cada vigencia porque en el ocaso de cada periodo llegan las discusiones sobre cómo deben ser los incrementos de la unidad de pago por capitación, UPC, y de qué manera deben ser los traslados de esa potencia económica a todos los agentes del sistema, léase IPS, proveedores y trabajadores del entorno médico.
Es de señalar que la UPC tiene que ver con el valor que se reconoce por cada afiliado al sistema general de seguridad social en salud con el fin de garantizar los servicios contemplados en el Plan Obligatorio de Salud, POS, en cualquiera de sus regímenes, subsidiado o contributivo.
La ya acostumbrada charla de fin de año, manifestó Giraldo, es la coyuntura en la que se encuentran las clínicas y hospitales ahora, con una cuestión que es un hecho sobreviniente en 2022 y que a todas luces es un asunto global, nada exclusivo de Colombia por cuanto aparte de todo lo que dejó el contexto, unas tensiones naturales por la presión generada por la demanda en los servicios más los temas acumulados al interior del sistema y los pormenores financieros, hay una serie de ítems estimables relacionados con la inflación, devaluación, alza en tasas de interés, incremento de costos por la escasez de ciertas moléculas y varios insumos para la atención, unos factores que hacen aún más retador el cierre de 2022 y el inicio de 2023.
“Ya ha habido voces que decían ojo con 2022, nosotros decimos ojo con 2023 porque se necesita que haya equilibrio, suficiencia en la unidad de pago por capitación y un traslado completo de esos recursos a las relaciones con las IPS, es decir a las tarifas al igual que a los salarios. Ese es un tema de conversación y de mucha fricción en estos momentos, tan solo esperamos que el ejecutivo nos haga los anuncios de cuáles son las cifras y los mecanismos para que el beneficio del incremento de la UPC se pueda extender al todo el sector”, puntualizó Giraldo Valencia.
Agregó que el asunto no es del resorte exclusivo del ministerio de Salud, en ese sentido la ACHC le hizo un llamado al ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, funcionario que conoce muy bien el sector de la salud, porque la asociación cree que indudablemente en el primer trimestre del próximo año se van a requerir adiciones al presupuesto porque si los cálculos de la UPC solamente están basados en lo histórico, muy seguramente quedarán incompletos habida cuenta que ese desequilibrio macroeconómico encabezado por la inflación, implica que deben hacerse unos ajustes al alza a los cómputos o partidas inicialmente establecidas.
Para el Director General de la ACHC, se trata de un tema de país, de gobierno y del sector salud, tan determinante que debe servir para unir a todas las partes en la búsqueda de unas mejores condiciones.
Si el sistema funcionara mejor, caviló el profesional, el sector hospitalario estaría mucho más avanzado, algo indudable que invita a construir sobre la base que se tiene para poder optimizar las cosas que están aparte. Consideró que el país se beneficiaría mucho, y es una petición elevada al Gobierno en el plan de desarrollo, no para que como algunos dicen, se reabra el Fondo Nacional Hospitalario, FNH, que hizo crisis en 1992, sino crear un banco o una institución de fomento del sector prestador de servicios más exactamente una financiera hospitalaria nacional para que se dedique a estructurar proyectos, a crear proformas, a tener unos planos exactos y recursos para prestar de cara a promover proyectos de desarrollo y de actualización tecnológica del sector hospitalario público y privado, inyectando también capital para infraestructura como también dotación.
La financiera trabajaría como la banca multilateral que se dedica a hacer proyectos de inversión, a prestar dinero y a hacer concesiones de recursos de fomento para los dos sectores, el público y el privado, pero dentro de una disciplina de formulación de proyectos, verificación en todo lo que se necesite y creando unos organismos independientes, que, como un tercero, pueda apoyar los planes trazados y evitar que se vayan a crear elefantes blancos o cosas innecesarias.
“Esa es una salida muy buena y tenemos un antecedente reciente, la Banca de Desarrollo Territorial, Findeter, una entidad que funciona bien y que podría parir un hijo que fuera esa Financiera Nacional Hospitalaria o del sector salud que nos ayudara como institución de fomento para todo lo que se debe hacer de cara a mejorar en prestación de servicios para la salud”, precisó Juan Carlos Giraldo.
Pagos oportunos, parte de la solución
Dentro de los ajustes que pide el sistema de salud está el pago a tiempo para los prestadores de servicios, muchos de ellos en serios líos económicos por incumplimientos, demora o no reconocimiento de las obligaciones contraídas, toda una pesadilla en momentos de apuro en flujo de caja.
El tema invita a que se creen los mecanismos para que las clínicas y hospitales reciban de manera inmediata los pagos por servicios prestados y no tomar a estas instituciones como las de salir del paso para luego llevarlas a extremos cuando de pagarles se trata. El gremio reconoció las bondades de las herramientas puestas por estado como la factura electrónica que debe tener un despliegue completo y universal en Colombia, dejando claro que, si bien la factura es trascendental, lo verdaderamente importante es el pago, es decir relación o cuenta digital atada con giro automático de los recursos, una de las grandes aspiraciones, pero también una de las falencias que ha tenido el sistema actual que desafortunadamente castiga la eficiencia y compromiso de las IPS, todo por la enorme transaccionalidad que tiene el método de salud, algo llamado a evolucionar.
“Qué tal que la banca funcionara como lo hace el sistema de salud en el movimiento de los recursos, sencillamente sería fácil ver un corralito y por eso aprendiendo de sectores tan desarrollados como infraestructura, tecnología, banca y finanzas, por citar algunos, sería más fácil trabajar y eso porque hay investigación, algoritmos, procedimientos y mecanismos que hacen que los recursos se muevan sin que tantas manos los estén tocando, una serie operaciones que alejan la plata de la de la corrupción, del desgreño o el desorden”, expuso el vocero.
El caos de la transaccionalidad, explicó Juan Carlos Giraldo, conlleva a que el sistema de prestación disponga de gigantescos equipos humanos que se tienen que dedicar a esas cuentas y actividades, cuando deberían funcionar de manera automática. Ese batallón de personas, acentuó, debería estar en clínicas, hospitales, al interior de la IPS, en la entidad ambulatoria o domiciliaria, haciendo lo que les gusta y saben, atender pacientes, operar, hacer consultas y aliviar a la gente.
El tema en opinión de la ACHC debería ser una pieza clave en cualquier reforma al sistema y eso, reiteró, se puede construir sobre las estructuras actuales, pero solo cambiando formas de administrar, mover y poseer los recursos dentro de la norma o estructura de salud.
La gran paradoja, añadió el Gerente General de la ACHC, es que la mayoría de gobernantes en el mundo se la pasan buscando plata para cada uno de los sectores y en Colombia, con el diseño del sistema, hay una serie de recursos grandes, en gasto salud muy cercanos al ocho por ciento del PIB, una cifra buena porque en otros países el indicador es del dos o el tres por ciento, con enormes problemas porque la bolsa no alcanza.
El de Colombia, expresó, es un patrimonio que puede ser muy funcional, pero sobre el entendido que todo dinero rinde si se mueve rápido y si es usado estrictamente para lo que necesita, algo que termina siendo eficaz, pues cuando se dan tantos pasos teniendo plata, se pierde la potencia de la masa monetaria, llevando a los problemas que hoy reporta el sistema nacional de salud.
Otra gran crítica la hizo Giraldo Valencia al sinnúmero de disputas por el tema de los recursos, así como a las luchas redistributivas al interior de la salud, algo absurdo que muestra que infortunadamente el sistema no aprendió, un punto neurálgico de lo que tienen que ser las conversaciones de la reforma al sistema.
Por todo lo visto hay que repensar la globalización
No hay un sector de la economía que haya salido ileso de la crisis global logística, ya superada, y de la guerra entre Rusia y Ucrania, elementos que corroboran que la geopolítica marca la agenda mundial, impactando y de qué manera los mercados y el funcionamiento de las empresas en todas sus expresiones. Sobre el tema, Giraldo recalcó que una de las grandes lecciones del Covid-19 es que la globalización hay que repensarla, dejando claro que debe observarse y considerarse un binomio porque una cosa es la internacionalización y otra la localía.
El gran aprendizaje, matizó el médico caldense, es que el país y las diferentes latitudes no pueden confiar ciegamente en la globalización y menos descuidar de manera eterna el desarrollo nacional, algo que lleva a buscar un concepto esencial llamado equilibrio y en eso tiene mucho que ver, exteriorizó, el fomento a la industria colombiana y desde luego el impulso al sector primario, algo que necesariamente debe estar en las primeras páginas de todo tipo de planes. De todas maneras, insistió es necesario reflexionar sobre la reingeniería que demandan las relaciones internacionales y la globalización.
Con el Covid, detalló, se internacionalizó la patología, pero no necesariamente la economía, una tremenda lección para enfrentar circunstancias futuras. Hoy, dijo el respetadísimo galeno, las tensiones de hace dos o tres años han ido cediendo y por eso ya es visible como se empiezan a normalizar los suministros de materias primas que tienen que ver con medicamentos, insumos y muchas cosas al interior del mundo médico, sin embargo, aseguró que, si bien se viene mejorando, el coletazo de los incrementos, precios altos y algún grado de escasez, todavía se siente.
Para el año próximo la ACHC espera el retorno pleno de la normalidad, de todas maneras, hay un aspecto a tener en cuenta y es que localmente la economía tiene que reaccionar, todo apalancado en una sólida política de fomento que ayude al país empresarial y productivo para que en el futuro siempre y sin importar las circunstancias, Colombia pueda tener una reserva estratégica nacional de muchas cosas, no solamente en salud, es algo que igual se debe abordar como país.
En medio de los problemas, clínicas y hospitales demuestran fortaleza
Al hacer un balance de los aspectos positivos, el Gerente General de la ACHC indicó que, sobre los hombros de clínicas, hospitales y en general de las IPS, en gran parte fue soportada la pandemia, todo en medio de una presión muy grande a la que llevó el Covid-19, sin embargo, el directivo resaltó la dinámica de los centros médicos o nosocomios que no perdieron su continuidad, y caso contrario demostraron con atención profesional la solidez y capacidad para los más agudos desafíos.
Con el paso del tiempo, expuso Giraldo Valencia, el sector prestador no solo enfrentó la asistencia de los remanentes por el virus sino que debió darle solución a una serie de labores que estuvieron represadas como atención a la población, algo que se ha venido dando con mucha fuerza durante todo el 2022, luego el sistema de salud desde clínicas y hospitales sigue atendiendo Covid y patologías no Covid, lo que hace que el sistema hospitalario tenga, como es costumbre, un nivel alto de ocupación y de demanda de servicios, un escenario que implica un apremio asistencial muy importante.
“Con todo y los retos seguimos poniéndole el pecho a la situación, la labor sigue con mucho compromiso y muy de frente, vamos avanzando en esa responsabilidad que tenemos, un encargo perpetuo y por eso aquí seguiremos marchando y mejorando en eso”, declaró el señor Giraldo Valencia.
En materia de innovación, el hospital promedio de Colombia frente al de la región y en general versus el entorno internacional, el nivel de desarrollo hospitalario es adecuado y apropiado para las necesidades existentes, igual hizo una salvedad porque dentro de todo promedio hay extremos y por ello revisando rangos es fácil ver entidades que están con dificultades y atrasos tecnológicos en ciertas regiones del país, pero hay otras, básicamente en las ciudades, en donde hay hospitales y clínicas que perfectamente encajan en cualquier nación del primer mundo porque son altamente competitivas.
Más allá del promedio, la mezcla entre eficiencias públicas y privadas, luego de mirar región por región y ciudad por ciudad, será fácil detectar que hay casos en los que se necesitan inversiones y adecuaciones para actualizar, pero existen otros que ya están en tecnología de punta.
A criterio de Giraldo, el país debería promover que todos los prestadores de salud eleven su nivel, es decir, que aquellos que reportan atraso traten de igualar o avanzar hacia las categorías más florecientes para que el promedio de desarrollo tecnológico pueda crecer.
El prominente cirujano fue enfático al decir que el sector de clínicas y hospitales ama la tecnología, la innovación y la actualización, algo que no se puede perder de vista, sin que sea de naturaleza jurídica y destacó que en el sistema de salud colombiano hay unas preexistencias muy adecuadas en lo público y privado que permite que la prestación de servicios de salud se dé adecuadamente a la población.
Cambio climático, los virus seguirán apareciendo
El Covid-19, como muchos dicen, llegó para quedarse y si no, está sumamente amañado, lo cual obliga a tomar medidas sanitarias estrictas como el uso de tapabocas, lavado de manos y uso de desinfectantes. La prevención en medicina es un activo de enorme valía y por ello la humanidad toda no puede bajar la guardia.
Nadie pondera cuando advierte que por el cambio climático vendrán nuevas patologías, uno por resistencia bacteriana, mutación y fortalecimiento de los virus que encuentran en la impredecible atmosfera el lugar apropiado para potenciarse.
Al pronunciarse sobre este espinoso asunto Giraldo dijo que enfermedad y clima hacen parte de la tormenta perfecta, un tema que no se está viendo mucho, pues tan solo con el Covid-19 y su devastadora cruzada el ser humano alcanzó a observar la amenaza que implica un hábitat maltratado.
Al ir cerrando la plática, Giraldo Valencia manifestó que ya en la parte negacionista, el tema de cambio climático va cediendo ante las evidencias, pero lamentó que por encima de cumbres y encuentros nada concreto se ve, un escenario que invita a aterrizar los incontables compromisos a la operación real. El calentamiento global, explicó, tiene que ver con salud y con los impactos sanitarios que suelen exacerbarse con fenómenos como La Niña y El Niño, inquietantemente extendidos, unos contextos que están alterando la epidemiología, puesto que hay unas temperaturas que son mucho más propicias para algunas enfermedades.
Dentro de los últimos datos que maneja el mundo médico está el que los pacientes con asma o hiperreactividad de vías aéreas por la también alarmante contaminación están siendo impactados poderosamente.
Reveló que actualmente en el mundo se dispararon las incidencias de las enfermedades asociadas al asma que están causando un promedio de mil muertes diarias en el mundo, un indicador que no incluye las patologías infecciosas, una tempestad compleja porque la variación en el clima obliga a la humanidad a consumir más recursos, es decir círculos viciosos, aires acondicionados o calefacción, cada una de las opciones alteran el tracto respiratorio y abre espacios para que lleguen más enfermedades infecciosas que aumentan los componentes alérgicos que redundan en las hiperreactividades.
A juicio de Giraldo, el tema invoca algo que los médicos generalmente tienen, pero que no siempre logran los formuladores de política y es acopiar una mirada exhaustiva, es decir, no quedarse en tratar los síntomas, dentro de estos calor, frio, mugre y todo lo atinente a contaminación, el hecho lleva a buscar un diagnóstico integrador que va por el aspecto cambio climático y todas las aristas que tiene de impacto en economía, epidemiología, asuntos demográficos y en todo, eso, sostuvo el cirujano, es casi pandémico.
“No se puede hacer el símil exacto porque se corre el riesgo de despertar muchas sensibilidades, pero indudablemente es un asunto de eventual catástrofe que hay que tratar. Cuando uno va al mundo desarrollado, por ejemplo, atendiendo asuntos hospitalarios, muchos de los indicadores hoy, tienen que ver con la huella de carbono, algo que no estamos haciendo aquí y es por ende un cometido que tenemos en la ACHC, pues estamos obligados a posicionar el tema sobre el entendido que hay una responsabilidad con la sociedad. Nosotros salvamos vidas, hacemos muchos procedimientos, pero también tenemos una cantidad de protocolos que debemos adaptar y modificar para ponernos en la línea de bajar nuestras emisiones, un capítulo llamado a evolucionar en estos países”, concluyó el Director General de la ACHC Juan Carlos Giraldo Valencia.
Cabe anotar que la ACHC fue creada en 1956 una idea que empezó a madurar en 1941 cuando se llevó a cabo en la ciudad de Bucaramanga el primer Congreso Médico Colombiano, evento en el que un grupo de profesionales de la salud consideró necesario darle vida a una asociación que agremiara a las instituciones hospitalarias del país.