Después de años y años de espera por fin llegó al Congreso de la República un proyecto de reforma a la salud que pretende optimizar y fortalecer el alicaído y endeble Sistema General de Seguridad Social en ese frente y con ello dar las garantías constitucionales en lo referente a la prestación de servicios como un derecho universal.
Cierto es que la Ley 100 1993 no fue perfecta, tuvo inconsistencia y en salud no midió el futuro de entidades con el mismo rasero, mientras hubo fiestas de EPS, al extinto Instituto de Seguros Sociales le dejaron como exclusividad la atención de cáncer, VIH y todo tipo de enfermedades de alto costo. La reglamentación modernizó muchos aspectos sociales que parten de la seguridad social, pero dejó ver falencias, errores y de alguna manera favores porque como en Corabastos se permitió una intermediación con los recursos de la salud que le daño el rato a los verdaderos prestadores de salud, a las clínicas y hospitales que atienden, diagnostican, intervienen y salvan vidas.
Con la iniciativa del Presidente Gustavo Petro Urrego, el ejecutivo busca potenciar el sistema de salud, hacerlo para todos y por ello la propuesta está orientada hacia un sistema de salud preventivo, predictivo y resolutivo. Hay que recordar que en la presentación del proyecto, el Primer Mandatario recordó que para que la propuesta tenga asidero deben existir determinantes sociales de la salud, verbigracia, acceso al agua potable, óptimas condiciones sanitarias, seguridad alimentaria, vivienda digna, buenos y seguros entornos laborales, medio ambiente y otras condiciones que propendan por vidas más sanas.
Un punto esencial del proyecto es la desaparición de la intermediación financiera que hacen las EPS, dejando en manos de la estatal Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud, ADRES, el giro de los dineros por prestación en salud, directamente a las clínicas y hospitales, entidades que hoy muestran un pasivo estimable porque la plata no llegó al sitio adecuado.
El Gobierno dejó claro que la medida quiere atacar la corrupción y sobre las EPS expuso que pueden seguir operando siempre y cuando no estén en proceso de liquidación, eso sí acomodándose a la nueva política y a un nuevo sistema de salud de forma ordenada y progresiva.
Otro aparte para el análisis tiene que ver con el Consejo Nacional de Salud, ente que se encargará de concertar y promover políticas públicas en salud, presentar iniciativas normativas y llevar a cabo todo un proceso de evaluación y monitoreo del nuevo sistema. Al Consejo llegarán representantes del Gobierno, trabajadores agrupados en las centrales obreras, empresarios, asociaciones campesinas, organizaciones de pacientes, etnias, población en condición de discapacidad, sociedades de IPS, academia, representantes de la mujer y de las comunidades LGBTIQ+.
El nuevo proyecto abre una puerta interesante para optimizar las condiciones laborales del personal del sector salud y sugiere la formalización de personal asistencial como también administrativo, facilitando formación y educación permanente ya que se pretende mejorar en la humanización de la salud.
En fin hay mucha tela de donde cortar, está el capítulo de eliminación o regulación de cuotas moderadoras, los copagos, la territorialización de las EPS, descentralización de los métodos de atención en salud y otras propuestas que serán abordadas por una agremiación seria que puede calificarse como rectora de la hospitalización y atención directa de pacientes.
En entrevista con Diariolaeconomia.com, el Director General de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, ACHC, Juan Carlos Giraldo Valencia, dijo que afortunadamente ya fue presentado el proyecto de reforma a la salud lo cual permitirá pasar de la etapa de confusión, alimentada con mucha aversión e intriga a temas concretos para poder, a partir de la propuesta gubernamental, dar opiniones, mejorar la actitud y entender los objetivos de un buen sistema de salud, analizando cuanto de eso se puede conseguir a través de la iniciativa presidencial. Bajo esa óptica, comentó el reconocido médico, llegarán fórmulas para optimizar el texto, advertir sobre riesgos que se estén viendo y celebrar así como destacar los aspectos positivos.
“Esa será la lógica que nosotros como gremio hospitalario vamos a mantener en este debate que ya empieza y en eso si tomamos un poco de distancia de los que simplemente polarizan y que no ven todos los extremos, o que todo es perfecto o que todo es malo. A mí me parece que en la vida real, sobretodo en un sistema de salud como el nuestro, son necesarios muchos puntos de vista médicos, varios colores intermedios y en eso nos vamos a desempeñar”, declaró el señor Giraldo Valencia.
El texto abocado, recalcó, permitirá continuar aportando con el mejoramiento perentorio al sistema de salud que en efecto necesita sus ajustes.
Giraldo destacó del proyecto aspectos positivos a los que nadie debería oponerse por tratarse de cuestiones se vienen hablando desde hace mucho tiempo. En primera instancia vio con buenos ojos que la propuesta tenga la intención de mejorar todos los temas de atención primaria en salud, haciendo énfasis en promoción y salud preventiva. Dijo que el proyecto tiene muchos artículos dedicados a ese tema y al desarrollo de unas alternativas o de unos medios en la base del sistema para mejorarles la vida a los ciudadanos o a las poblaciones dispersas en pequeños municipios que han visto que sus infraestructuras, sobre todo las públicas, o no existen o están muy atrasadas, luego resulta muy positivo avanzar en ese asunto y poner al día un sistema de salud impactado por deudas históricas y consideró importante que el sistema tenga el propósito de buscar a la gente en sus domicilios o que se creen mecanismos de financiación para estas políticas, de entrada a la ACHC, la iniciativa le parece muy práctica y efectiva.
Agregó que es bastante interesante que en el proyecto se mencione algo que está en la Ley estatutaria y en otras normas, puntualmente los determinantes sociales de la salud porque de entrada dice que se comprende que la salud no solo se consigue teniendo una infraestructura, unos hospitales o herramientas propias del sistema de salud, sino que el bienestar de las personas como concepto integral o elíptico tiene otras cosas, y hay otros determinantes como las vías, la alimentación, educación, acceso al agua potable y otros beneficios básicos enumerados en el plan.
“Es muy bueno que desde esta Ley se le llame la atención a la sociedad sobre la necesidad de trabajar coordinadamente con otros sectores y buscar acciones que no sean redundantes, ojalá inteligentes para ayudar a conseguir buenos resultados en el tema de salud en la población, ese es otro tema que yo destaco”, dijo Giraldo Valencia.
Sobre el sector hospitalario como tal celebró que a los sanatorios públicos se les dé un tratamiento privilegiado en la propuesta, ya que la presente es una infraestructura que en muchos municipios posiblemente es la única cara que ve la población de un sistema sanitario, por lo tanto, el hecho que haya la intención de fomentar ese sistema público, de crecer en infraestructura y darle condiciones para que tenga sostenibilidad económica, pero que también piense en el talento humano que labora en esas entidades y que ayude con meritocracia y nombramiento de los gerentes a través de concursos transparentes, son cuestiones que la ACHC estaba pidiendo desde hace mucho tiempo, lo mismo que el subsidio a la oferta para los hospitales públicos y que en el proyecto tiene unos desarrollos importantes.
Como en toda iniciativa, hay igualmente puntos de preocupación o de conversación sobre las mejorías que se deben hacer.
La propuesta de hacer claridad en el manejo de los recursos para que a las clínicas, hospitales o IPS les paguen directamente los servicios con un mecanismo de giro inmediato y sin intermediación es un punto en el que la ACHC ha estado insistiendo desde hace mucho tiempo. En su momento el gremio propuso la ruta lógica hacia la salida progresiva que tenía varios componentes, uno el de la salud pública o atención primaria que lo trae implícito el proyecto actual y una parte muy importante de la propuesta de las clínicas y hospitales era hacer una administración limpia de los recursos y por eso plantearon la creación de un fondo único que fuera como la banca sanitaria que pudiera ser un acumulador de riesgo, de recursos y no una maestra de información, un tema que tenía que complementarse con mecanismos de giro directo y con un cambio en el rol de las EPS para que no fueran ellas las que manejaran todos los dineros sino que solamente se les remunerara por labores administrativas.
En el proyecto presentado por el Gobierno, manifestó Giraldo Valencia, hay algunos puntos que pueden coincidir porque se habla de mantener la ADRES, la gran caja y regente de recursos a nivel central. En la iniciativa, expuso, crean el Fondo Único, es decir, la ADRES será como ese gerente del banco y crean el Fondo Único de Salud que es una tesorería o el cajero de ese enorme banco en donde a través de una cuenta única de recaudo se sumarían una cantidad de dineros de distintas fuentes, de aportes fiscales, parafiscales y otros rubros que serían agregados.
“A nosotros nos parece que eso es sano del proyecto, es decir la estipulación del citado fondo, que haya la vocación de hacer esa acumulación de recursos en esa caja que debe ser totalmente visible, pero hay temas que empiezan a preocupar porque siempre decíamos, ojo, esa caja o fondo único no tiene por qué, ni tiene como hacer labores de auditoría o verificación de facturas, cuentas y cosas de detalle, del uno a uno, y en la propuesta del Gobierno, si bien no lo hace a nivel central la ADRES o el fondo único, si crean unos fondos regionales derivados del instrumento que al parecer se dividiría en siete zonas, algo muy parecido a los otrora Consejos Regionales de Planificación Económica y Social, CORPES, unas regiones conformadas por ciertos departamentos, con alguna afinidad y determinados por la ubicación. Aquí también habrá unos fondos regionales que serán los encargados de hacer gestiones de contratación, verificación, auditorías, seguimiento a las cuentas, y finalmente será quien dé la orden para pagar servicios”, dijo el Director General de la ACHC.
En el análisis del gremio, el fondo no manejará la plata, lo cual da seguridad y tranquilidad porque los recursos están arriba, sencillamente cumple unos trabajos y ordena para que el Fondo Único gire de manera directa los peculios a quien prestó el servicio.
A pesar de que el asunto suena muy bien, a la ACHC le preocupa la capacidad que efectivamente esos fondos regionales, de los cuales se derivaran unos fondos departamentales y distritales, tengan para hacer labores de auditoría y verificación día a día, de una vez porque desarrollar esas habilidades, acumularlas y manejarlas bien no se hace de la noche a la mañana, luego en ese asunto es bueno decirle al Gobierno que por qué no utiliza las capacidades que tienen muchas de las EPS de hoy en sus oficinas locales con la connotación que la figura de EPS cambió su papel, que será un articulador o administrador, es decir que no manejará la plata, pero que cuentan con esas capacidades.
En opinión de Giraldo Valencia, todo indica que una manzana bajita es esa, ahí está la solución, es cuestión de usar lo que ya existe, cambiarle las denominaciones, los regímenes, pero utilizar esos aprendizajes y con eso la transición se hará más corta o casi que inmediata, algo que tendrá que discutirse en el Congreso de la Republica.
A la ACHC le parece que el proyecto tiene unos qué importantes en ese sentido, pero apuntó que los cómo llevarán a un proceso que puede ser largo, prolongado y de difícil aprendizaje, algo que no se digiere fácil porque en salud no se ahorra con tiempo, es decir que las necesidades en ese sector deben resolverse inmediatamente.
Comentó que mientras un sistema demanda tiempo medido en meses y años, la población con sus enfermedades y sus requerimientos de servicio no dan espera, luego hay un riesgo que la asociación le está advirtiendo al Gobierno, puesto que cree que en eso el ejecutivo puede mejorar, aceptando esa otra vía que no es más que una medianía, una ventaja considerable porque no se arranca de cero puesto que ya hay capacidades instaladas, el tema es ponerle unos límites y cambiar el rol, es sencillamente hacer uso de lo que ya hay.
Hay temores
El Director General de la ACHC, Juan Carlos Giraldo Valencia aseveró que existe temor en los afiliados porque las platas estarán adyacentes o muy cercanas al manejo de las entidades territoriales. Precisó que no se puede perder de foco que hay una vertiente de recursos que va sobre todo para la prestación de los servicios, sin embargo, acentuó, se encuentra otra inclinación que es la que nutre todas las actividades de atención primaria en salud y la conformación de los Centros de Atención Prioritaria en Salud, CAPS. Este eslabón, aseveró Giraldo, tendrá una cercanía mucho mayor en el manejo de los recursos a las entidades territoriales.
“Nos quedan dudas, es decir las reacciones no son nítidas en este sentido o en estas partes, lo que obligará a discutir el asunto intensamente en el Congreso porque la pregunta que surge a las entidades territoriales, es si tienen las capacidades administrativas para gestionar todos los recursos, programas y actividades. La salida que le voy a dar a esta conversación en el legislativo es que no se pueden confiar en que esas capacidades están, eso es algo que no se puede hacer, necesita verificación, lo que a su vez demanda un proceso de habilitaciones de esos entes territoriales, es decir que tendrán que pasar una serie de exámenes con respecto a la capacidad que tienen para adelantar esos métodos, y si los pasan, logrando acreditarse, podría dárseles una especie de licencia para que avancen con todos esos programas, si el objetivo no se cumple o no satisface, será necesario tomar decisiones desde el nivel central”, enfatizó el Director General de la ACHC.
A las clínicas y hospitales les preocupa el pasar de un momento como el actual en el que hay tantas dificultades de flujo de recursos y una lentitud en el movimiento de los dineros a otro espacio en el que no se mejore en la velocidad, pero sí se vuelva más enredado el proceso por tantos sitios de parada de las platas de la salud y con cargo a un número alto de manos metidas en ese delicado manejo. Esa, dijo el experto, es una de las grandes inquietudes, pero de entrada, reconoció, la definición es buena como la centralización de la administración de los recursos como también la creación del fondo, pero el cómo maniobrar eso en lo que tañe al menudeo y el día a día en la base del sistema, es un asunto que si no se maneja bien o de manera práctica, puede hacer fracasar cualquier reforma.
El segundo aspecto de la ACHC se basa en que como gremio tiene la tranquilidad y facilidad de escuchar los discursos del Presidente y la Ministra de Salud, igual ver en el texto que efectivamente se está teniendo en cuenta al sector privado de la prestación de los servicios porque es visible que en toda partes se habla de la red integrada, la cual estará conformada por entidades públicas, privadas y mixtas, igual se habla en todos los capítulos correspondientes del proyecto le Ley.
El gremio indicó que al igual que con las capacidades de ciertas EPS, las clínicas y hospitales creen que temas como la creación de los CAPS, puede ser como la recepción del sistema en donde se recibe la gente y se orienta hacia dónde debe ir, le resuelven temas básicos de salud y se le facilita el recorrido o destino dentro de la red médica.
Según el dirigente gremial, el Gobierno tiene planteado contar con 2.500 centros en 10 años algo que lleva a proponer el que se use toda la infraestructura pública que se va a reforzar y la privada que ya está funcionando, algo sencillo, aprovechar al máximo esas instalaciones equipadas. A propósito del tema, se ha sabido que el Gobierno ha aceptado y no descartaría tener igualmente CAPS públicos, privados y mixtos, pero el directivo insistió en que es necesario tener certeza y tranquilidad para un sector tan grande, en donde la inversión privada tenga futuro y cuente con las condiciones para su permanencia, crecimiento y mayor desarrollo.
Hay muchas voces que no involucran a la ACHC, pero lo que la gente dice en el sector es que hay temor ante la eventualidad que eso se pueda acabar porque entienden lo público fomentado, pero no ven que la apuesta privada tenga garantizada su existencia. El punto es decirle al Congreso que debe cerciorarse que efectivamente no haya necesidad de arrancar de cero en muchos temas de la prestación del servicio y que se respete la conjunción de lo público y privado, desatrasar los pendientes en el frente público y fomentar la estructura privada que ya existe, ese, dijo Giraldo, es otro de los temas grandes de preocupación y de conversación.
Dilucidó que en la mitad de esos conceptos hay un tema que se menciona en un artículo de la Ley que es el sistema obligatorio de garantía de calidad, que necesita mucho más énfasis, es decir que se garantice que luchar por conseguir mejor atributo en el sistema sea aceptado por este, pero consecuentemente bien remunerado y un punto de comparación positiva al interior de la prestación del servicio.
A criterio de Giraldo, la reforma tiene puntos buenos, unos de alerta y unos mixtos, pero invitó a conversar con serenidad, a explorar consensos y hacer que el proyecto de reforma a la salud termine siendo de total ganancia para usuarios, médicos, clínicas, hospitales y todos quienes tienen que ver con el sistema, un debate que debe darse con altura y argumentos en la sede legislativa.
Las inversiones en salud son estratégicas y respetables
Una gran expectativa está por el lado de estimular las inversiones y hacer que el sector privado sea un aliado estratégico de la salud, pues detrás de las capitalizaciones e inyecciones de dinero hay una finalidad que no es solo atesorar riqueza y nada más, se trata de contar con más activos y soluciones médicas que les lleven a los colombianos calidad de vida, atención y servicios de enorme característica.
Informó que los integrantes del sector privado en salud son mayoritariamente profesionales del ramo, un ejemplo un consultorio particular o independiente, el laboratorio de la esquina y otras soluciones en diferentes partes del sector de la prestación.
“El sector privado es esa unión de médicos o profesionales que se asociaron hace 20 0 30 años y arrancaron en un pequeño centro médico en una localidad para luego a fuerza de trabajo y reputación expandirse hasta llegar a ser una gran clínica. No todo lo que hay en salud desde la tribuna privada es de grandes grupos, no, la mayoría es empuje familiar, profesional y la apuesta de muchos integrantes de la sociedad que encontraron en la alianza una forma de trabajar, de manera ordenada y con vocación de servicio, hoy afianzados como parte del sector privado de la salud, un tema para tener en cuenta porque hay un patrimonio social que necesita blindaje y mucho cuidado, pues resulta vital en la atención médica profesional”, puntualizó Giraldo Valencia.
Todo esto, dijo el conocedor, hay que hablarlo en el debate porque hay muchos otros asuntos aparte de la calidad y otros que son trascendentales en el sector salud. Un punto nada menor, exclamó, es fomentar la actualización en las entidades, un paso que debe hacerse más que por obligación, por vocación, algo que lleva a la expansión, la seguridad y mayores niveles de humanismo, en el proyecto el tema no es muy claro, pero desde luego, con la mayor altura se discutirá.
Dentro del relicario de preocupaciones, añadió el Gerente General de la ACHC, está el asunto del tarifario único, algo que si no se maneja debidamente se convierte en un absoluto control de precios lo que al final premia a quienes no lo hacen bien y desincentiva a los más disciplinados, correctos e incisivos, luego para el directivo, eso que parece tan inocente, hay que mejorarlo en el proyecto, ya le dijimos al Gobierno que cuando hable de tarifas, que en efecto lo debe hacer, debe pensar mejor en un piso tarifario donde quepan los costos de las entidades que prestan los servicios, pero que por encima de ese piso dé la facilidad de tener unos diferenciales de acuerdo a la tecnología, educación, actualización, seguridad y premios conseguidos por calidad.
Un tarifario único se puede convertir en un desincentivo para los profesionales de la salud y en un control de precios que al final generará cierre de entidades, caso opuesto, si hay tarifas con un piso más diferenciales positivas, el asunto se puede convertir en una gran señal que organiza el sector y promueve movimientos interiores del sistema para mejorar, ascender de nivel y ganar puntos en calidad y eficacia de la prestación.
Sobre el proyecto de reforma a la salud, Giraldo indició que hay cosas que parecen diferencias semánticas y no, son cuestiones que pueden ser técnicamente muy desiguales y causar impactos absolutamente disímiles, un ejemplo de las conversaciones que se tendrán en el Congreso de la República.
El proyecto pisa cayos
Como todo revolcón o cambio en un sistema, el proyecto de reforma al sistema de salud pisa cayos porque como dice Giraldo, con la iniciativa se están cambiando muchas cosas, por ejemplo el tema de los recursos, las competencias de los agentes, a unos les pone nuevas incumbencias a otros les modifica las que actualmente está desarrollando, luego el plan toca muchos intereses, algo que genera reacciones.
“Nosotros desde nuestro gremio que es mixto, hospitales públicos y clínicas privadas también vemos que aquí hay un potencial para mejorar muchas cosas, observamos aspectos positivos, pero igual otros temas que hay que tocar. No puede ser que una acción genere una híper-reacción que al final termine haciendo más daño, la invitación que cursamos es a dar un debate inteligente y sereno porque se oye mucha algarabía, lamentablemente las voces técnicas y autorizadas varios no las quieren escuchar porque tan solo se pretende el grito y veo con preocupación que hay un gran afán de todos los que hablan sobre este tema de polarizar, de matricular a todas las instituciones o a la gente que opina sobre si está a favor o en contra de este texto de reforma”, dijo Giraldo.
Lo anterior se sintetiza, a criterio del galeno, es una visión muy reduccionista y dañina ya que desde la ACHC siempre se han promovido unos ajustes del sistema para optimizar, con el fin de que las personas estén bien atendidas y para que el sector hospitalario pueda crecer, igual que los aportes que hace el sistema se vean reflejados en una mejor calidad y desde luego enfrentando las enfermedades de mejor manera, sin ir tan lejos, para lo que está diseñado un sistema de salud.
Hay voces de todo tipo, resaltó, y cuando hay enemigos o gente en contra de la reforma, la pregunta sosegada es ¿quieren todos quedarse petrificados en el momento actual?, eso es un error porque finalmente los asuntos de la reforma a los sistemas de salud son temas de discusión diarios en todos los países porque las grandes variables que enfrentan los regímenes de salud son la epidemiología, los cambios demográficos, el envejecimiento, urbanización y otros que están estrechamente vinculados en los niveles de salud.
A juicio de Giraldo Valencia los sistemas de salud son como el remedio para enfrentar esas enfermedades, ya que, si el mal va creciendo y modificando, sencillamente se cambia de terapéutica. El Director General de la ACHC fue tajante y dijo que es muy obtuso el que se opone a una reforma al sistema de salud, en vista que las transformaciones son estadios naturales de los sistemas de salud, partiendo que se espera una buena reforma, puesto que nadie impulsa una para quedarse igual o peor.
Giraldo insistió que con la nueva reforma no se parte de cero ni se está en la prehistoria, pues Colombia, según los estudios sobre sistemas de salud, ocupa puestos decorosos, no en vano se ubica en un nivel mediano, el tema, dijo, es no conformarse con quedarse medianos para siempre, pues hay que aspirar al progreso.
“Nosotros no estamos en contra de un proceso de reforma y no se puede confundir una reforma con una ley, a veces las transformaciones se hacen en el día a día con las acciones, con los cambios terapéuticos y nuevas tecnologías. Las reformas se pueden hacer vía administrativa, por decreto, con ajustes a la norma ya existente o hay necesidad, de vez en cuando, de hacer cambios en las normas matrices, a los marcos normativos generales, y este sería, tal vez, uno de esos casos. Cuando uno habla de reforma lo hace pensando en la integralidad de las acciones que se deben emprender, no solamente en una ley, pero cuando me preguntan si estoy de acuerdo o no con esta reforma, tengo que responder como lo vengo haciendo, tengo unos puntos a favor que son muy promisorios y otros que definitivamente conllevan a trabajar para convertirlos en algo mejor de lo que ya tenemos”, concluyó el Gerente General de la ACHC, Juan Carlos Giraldo Valencia.
Hoy el Gobierno destapó sus cartas, sobre la reforma quedó notificado el Congreso, y por eso los agentes entran a otro escenario en donde la idea es sentarse a aportar más cuando los médicos, los hospitales, clínicas y profesionales de la salud no se pueden ir para otro sector, como bien lo dice la ACHC, allí nacen y mueren los que deciden hacer el juramento hipocrático y sus colaboradores. El tema para la agremiación es aportar, no ve bien oponerse o simplemente omitir, al debate deben ir facultativos, y sectores varios como el farmacéutico, de las tecnologías, de dispositivos, hospitales y clínicas, así como profesionales de salud que deben remodelar la casa en donde vivirán a futuro. El gremio expresa su angustia por la gran polarización, pero igual por los titulares con descalificación, hechos por personas que seguramente no saben que existen dos textos adicionales, uno del representante Andrés Forero del Centro Democrático y otro de Pacientes Colombia, la ida para ACHC es buscar lo mejor de todos esos mundos, pensando en sociedad con la mejor hoja de ruta, nunca pensando en que se le dará un espaldarazo a algo dañino o espurio.