Germán Enrique  Núñez Torres

Germán Enrique Núñez Torres

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Las pequeñas empresas siguen en bancarrota y las que sobreviven dejaron de comprar telas nacionales porque las importadas son mucho más baratas. Hay un agudo problema de mano de obra.

Los trabajadores y científicos lamentan que la entidad pasó de ser un instituto fuerte en investigación a un avalador de importaciones y exportaciones, una medida deplorable y absurda.

Colombia tiene grandes retos para salir adelante en medio del momento, hacer reingeniería estatal, bajar la carga tributaria, ofrecer verdadera competitividad y enfrentar la corrupción.

Los productores han hecho avances importantes en productividad, ofrecen garantía en seguridad alimentaria, pero no ven voluntad de apoyo gubernamental en momentos de bajos precios.

Hoy los caficultores ven a manera de espejismo unos precios altos que ilusionan, pero no hay grano para la venta y las cotizaciones serían muy útiles en plena recolección de grano.

Los agricultores insisten en la necesidad de retomar el incentivo al almacenamiento pues hay precios bajos y amenazas de bancarrota.

Una máquina inyectora de poliuretano de 12 puestos hecha en Bogotá para una producción de 500 pares diarios está en 320 millones de pesos, un costo bajo frente a las importadas.

La empresa ha gustado en Centroamérica y el Caribe, pero sigue explorando oportunidades puesto que sus diseños deportivos tienen encantados a muchos dentro y fuera del país.

Empezó con pie derecho la posicionada feria internacional Footwear & Leather Show (IFLS) + Exhibición Internacional del Cuero e insumos, Maquinaria y Tecnología (EICI).

Este rimbombante lugar tiene entre tantas cosas embrujo en las llanuras, potencial turístico y una cita ineludible con la historia, legalizar el casco urbano con la Corporación Caribabare.

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