La ganadería es un fuerte generador de mano de obra en el país, a él se atribuyen un millón 100 mil empleos directos al año, que son el equivalente al 6 % del total de empleos a nivel nacional.

Algunos dicen que hay mucho discurso para el campo y poca acción, quienes saben de ruralidad no ven un horizonte claro y confiable. Colombia, de la empresa agropecuaria al pancoger.

El enfrentamiento bélico entre Ucrania y Rusia, dos jugadores importantes en la oferta de cereales ha impactado el precio de este commoditie esencial en la dieta familiar.

Los productores de grano suave colombiano expresaron su angustia porque las cosechas son raquíticas, el clima no ayuda y la guerra cazada entre Rusia y Ucrania ahondó el lío de abonos.

Después de la pesadilla Covid-19, muy seguramente llegará el protagonismo de la ruralidad que está en capacidad de garantizar seguridad alimentaria, soberanía productiva y exportaciones.

Seguridad alimentaria implica contar con alimentos suficientes, seguros y nutritivos, bajo estrictos parámetros de sanidad e inocuidad, que sean asequibles incluso a grupos poblacionales marginados.

Este factor, sostienen expertos, le abre al país una inmensa alternativa de productividad que viene con enorme apoyo en la ciencia.

El sistema agropecuario provee a la población de "tres comidas al día" y todos los eslabones del suministro de alimentos deben permanecer funcionando a pesar de la paralización.

El gremio de los industriales le dio un espaldarazo a las determinaciones del gobierno que apuntan a la seguridad alimentaria.

Este sector de la economía muestra día a día mayor dinámica, entre otras cosas porque la gente está buscando nuevas fuentes de proteína que garanticen buena alimentación y nutrición.