Sábado, 21 Noviembre 2020 00:34

Colombia no resiste cero incremento salarial o ajustes muy bajos: CGT

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Las centrales obreras tienen las alertas encendidas porque previo a la reunión tripartita de concertación para negociación de estipendios, hay voces que desalientan.

Los trabajadores colombianos, al igual que los del resto del globo, no tuvieron un buen 2020, desde antes de la llegada de la pandemia made in China, ya se hablaba de ciclos financieros de complejidad, de la urgencia de revisar el modelo económico y de la visible quiebra social. El mundo expresaba su inconformismo, vinieron las marchas, los cacerolazos y todo tipo de expresión de descontento. Chile, el paradigma para algunos, en la región estalló y le dijo al mundo que las políticas económicas estaban totalmente desviadas de la coherencia. El mismo inconformismo fue replicado en varios países y hoy la incertidumbre crece por los efectos del Coronavirus, pero igual por todo lo que se hizo mal en política dirigida desde hace muchos años.

En momentos en los que se habla de reactivación económica, es decir de reanimar la demanda de bienes y servicios para darle dinámica al aparato productivo y garantizar con ello los ingresos estatales, retomando la senda del crecimiento, ha surgido en algunos corrillos propuestas que apuntan a no aumentar los salarios, unos ingresos que ya vienen trastocados porque a muchos trabajadores les tocó bajarse el sueldo, toda una disyuntiva, o acepta, o acepta, tremendo coco.

El tema tiene a muchos pensando y con ese tufillo de alarma porque la realidad económica de Colombia es muy diferente con la pandemia, han quebrado cientos de miles de empresas y negocios, muchos quedaron cesantes y para rematar, la producción agropecuaria que sacó la cara por el país en momentos apremiantes, recibió como pago una bofetada porque las importaciones siguen siendo la prioridad del ejecutivo, es decir que el campo importa tres pitos.

Julio Roberto Gómez Esguerra

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Secretario General de la Confederación General del Trabajo, CGT, Julio Roberto Gómez Esguerra, reveló que previo al ritual de la discusión del salario mínimo legal, ya hay anuncios sobre incrementos pírricos e irrisorios, y lo más grave, existen posiciones que piden no aumentar el ingreso de los colombianos que hacen parte del mercado laboral para la vigencia 2021.

Sobre el particular precisó que lo más aterrador es la atribución hecha desde algunos sectores frente a un mayor desempleo, según ellos, por el incremento del salario mínimo legal, lo cual tildó de absurdo porque si la teoría fuese cierta, el Congreso de la República, en un acto patriótico, debería reducir esas dietas y pasar al golpeado y tacaño salario básico, igual los ministros, los demás funcionarios y la aristocracia colombiana, es decir, que sería ideal, bajo ese argumento, que todos en el país devengaran por igual para romper el equilibrio el cual se logra con un acercamiento entre quienes más devengan y tienen más con aquellos que no tienen absolutamente nada y que deben ascender en esa escala hasta lograr una mayor capacidad de compra.

Para el dirigente, al sumar quiebras, cierres, y desempleo la pregunta que surge es ¿cómo va a ser el tema del recaudo o de impuestos en los niveles departamental, municipal y nacional? porque la gente tendrá que decidir entre pagar los tributos o poner un plato de comida en la mesa, tremendo dilema con cargo a una crisis que arruinó al país, a la región y al mundo. Los tiempos, dijo, son muy difíciles y podrán ser peores porque la masa de contribuyentes se desplomó y los que quedaron en pie, no están lo suficientemente solventes, por lo menos para algunas capas importantes de pequeños y medianos empresarios.

 

“Lo que asoma puede ser mucho más grave si no son adoptadas las medidas o políticas que deben asumirse en perspectiva de futuro porque si hay errores u omisiones, la factura será terriblemente elevada y con unos años de espera para poder brindarle oxígeno a un empresariado valiente que hace su mejor esfuerzo, pero que necesita del gobierno para retomar los buenos caminos. Unidos todo es posible, con una línea gubernamental industrial, decidida y audaz, no solo habrá nuevas factorías empujando crecimiento sino trabajadores devengando y dejando sus ganancias en tiendas, supermercados, constructoras y centros de comercio, jalonando con ello la misma dinámica económica”, conceptuó el Secretario de la CGT.

Razonó sobre el particular, que un salario no ajustado al alza sería el equivalente a apagar el incendio con gasolina porque no habría demanda y esa situación pondría en serios aprietos a quienes ofrecen bienes y servicios. Recalcó que un incremento cero o tan bajo de dos o tres puntos, golpearía fuertemente la economía colombiana y a sus industrias porque no tendría ninguna razón producir en un país en donde no hay capacidad de compra, la misma llamada a subir para incrementar los gastos hogareños con el fin de mover los inventarios y salir del atolladero. Un país pobre y postrado, aseveró, está llamado a colapsar porque la gente que no tiene recursos como fruto de su esfuerzo, jamás adquirirá artículos o diversión en volúmenes aceptables, sus inversiones en el aparato económico sencillamente serán nulas.

Las circunstancias laborales y empresariales son muy complejas, pero subrayó que por eso es necesario aumentar el poder adquisitivo y por consiguiente mejorar salarios, pero enfatizó que al parecer en la agenda del gobierno el asunto en mención no hace parte de sus prioridades por lo que se cree, el escenario de la Comisión Permanente de Concertación para discutir el salario mínimo legal, va a tener que abordar el tema de modelo económico y cómo éste podrá recomponerse llegando a un gran acuerdo con la economía solidaria que a criterio de la CGT juega un papel fundamental porque no solamente agrupa cooperativas sino fondos de empleados y las cajas de compensación familiar que son una expresión superlativa de economía solidaria.

 

“Hay que ponerle el cascabel al gato, algunos se pueden sentir incómodos y seguramente van a retorcerse en su silla como si tuvieran alguna enfermedad, pero lo único cierto es que hay temas que deben ser abordados como corresponde porque es necesario hacer una reformulación total de la economía colombiana, una reingeniería a la misma, pero igual replantear el pago de la deuda y todo lo que tiene que ver con el ingreso o salario de los trabajadores, la generación de empleo y el entorno productivo. El reto es discutir los temas, mejorar lo que está mal, equilibrar las cargas o en definitiva habría que esperar el caos que definitivamente se puede venir sobre el país”, acentuó Gómez.

 

La deuda y sus altos niveles, observó, tienen con angustia a más de uno y además de eso, ilustró, hay que perderle el temor a gastar las reservas internacionales porque Colombia tiene en ese rubro más de 58.000 millones de dólares de los cuales podrían utilizarse inicialmente el 40 por ciento de dichas existencias para la renta básica, proteger la pequeña y la mediana empresa, formular políticas de empleo, desarrollar la infraestructura vial y todo lo que tiene que ver con trenes de cercanías, reactivar el Fondo Nacional de Caminos Vecinales, alimentar el desarrollo de una industria pesquera teniendo en cuenta el acceso a dos mares, Pacífico y Caribe, y dentro de las muchas opciones, financiar otros frentes que se pueden impulsar con los dineros guardados más voluntad política, quizás lo más fundamental para obtener logros.

 

La pandemia hizo visibles las falencias

 

En opinión del Secretario General de la CGT, Julio Roberto Gómez Esguerra, la pandemia puso al descubierto las falencias de un modelo económico totalmente inconveniente para el país ya que concentró riqueza para unos cuantos y excluyó a la mayoría de la población.

Sostuvo que antes de la pandemia, Colombia ya era uno de los países más desiguales del mundo, con la segunda tasa de desempleo más alta de la región latinoamericana y caribeña y a la vez unos preocupantes crecimientos en los niveles de empobrecimiento y de informalidad de la economía, ítems que tocaron fondo.

 

“En medio de la pandemia, porque no podemos hablar hoy de una pos-pandemia, no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera. Por eso nosotros consideramos que es necesario hacer un alto en el camino y apostarle a un esfuerzo para desarrollar un acuerdo social incluyente entre quienes tengamos mayores coincidencias, es decir, las cajas de compensación familiar, los movimientos cooperativo, sindical y el sector primario. El gobierno nacional debería participar en la construcción de la nueva Colombia con la puesta en marcha de políticas de carácter social. Creo que estamos frente a una oportunidad única y feliz de reformular una serie de políticas para ver si somos capaces de sacar este país adelante, pero reiteró, para ello tenemos que hacer un alto en el camino”, indicó Gómez Esguerra.

 

Un reconocimiento especial hizo la CGT a los productores de la ruralidad que han mostrado grandeza en medio de la adversidad, pero que desafortunadamente cayeron en una profunda crisis con cargo al modelo, un hecho que puso en evidencia la delicada situación de los paperos, condición que se replica en los bananeros, dejando por fuera del escenario de aprietos a las grandes exportadoras de banano, una realidad que afectó agricultores dedicados a los cítricos, cebolla, hortalizas, frutas y lácteos entre otras ofertas campesinas, porque no hay una política de estado, de hecho, menos una de gobierno, que garantice la protección para esas personas, las que siembran, cosechan, abastecen y alimentan a los nacionales.

La CGT dijo que para completar el caos, la competitividad está literalmente por el suelo, teniendo en cuenta que la red vial es casi inexistente porque carreteras secundarias y terciarias no están construidas, asunto agudizado con el crudo invierno que dejó las trochas en las más difíciles condiciones, prácticamente inutilizables, haciendo que la situación agrícola sea mucho más precaria.

Gómez comentó que para los trabajadores es urgente hacer una reformulación de políticas para proteger la agricultura colombiana, pero igual para blindar la industria nacional y garantizar, mediante unas políticas sostenibles, el ingreso de los colombianos para que haya capacidad de compra porque no tiene sentido que un país tenga en oferta bienes y servicios si la gente no tiene como demandar, muchas veces artículos de la canasta básica.

El dirigente sindical lamentó la insistencia del gobierno con las importaciones porque indicó que esas compras hechas en el extranjero atomizan la economía agraria, destruyen el empleo y echan por tierra el aparato productivo del país. Señaló que por las tierras disponibles, Colombia está en capacidad de producir por lo menos 300 millones de toneladas de alimentos al año un contrasentido cuando se importan 14 o 15 millones de toneladas anuales. Para Gómez esa situación es impresentable e incoherente.

 

“Cuando abordamos estos temas en la Comisión Permanente de Concertación en diferentes instancias, pasan a un segundo plano, es decir que no les prestan ninguna atención ni en los ministerios de Agricultura y Desarrollo, mucho menos en Planeación Nacional. Nadie oye, hay una política de desidia frente a estas situaciones, entonces el inmediatismo de hoy nos genera situaciones muy adversas de cara al futuro”, expuso Gómez Esguerra.

 

El 2021, un año que pinta difícil

Aclarando que no busca ser profeta de desastres, Julio Roberto Gómez dijo que con la destrucción de empleo en el país, consecuencia de quiebras, cierres y adelgazamiento de empresas, Colombia está de cara a una situación que ya no solamente se reconoce como la recesión económica sino que además tiende a ser muy compleja ante la carencia de políticas públicas que garanticen como salir de la indeseable coyuntura.

Añadió que se hace perentorio aumentar los ingresos de la población, subir los indicadores de consumo interno, revisar a fondo los tratados de libre comercio por los desequilibrios que están generando en la balanza de pagos del país. Estimó que el relicario de eventos invita a enfrentarlos, dialogarlos, discutirlos y crear discusiones sanas alrededor de los saldos que a la fecha ha dejado la desgravación arancelaria. Esta, apuntó, es la puerta de entrada al acuerdo social incluyente para superar por esa vía todos los escollos que tienen frenado el país.

El reconocido directivo sostuvo que hay una tendencia, no regional, sino puntual de Colombia y es no permitir mejores ingresos en la población para catapultar la economía y toda la cadena productiva ya que como pasa en Estados Unidos y otros países, la demanda es dinámica porque hay plata en los bolsillos para impulsar el desarrollo. El tema, expresó, es muy sencillo porque solo crecen las economías que reportan buenos gastos.

Vio con muy buenos ojos lo que ocurre en Chile, Perú, Ecuador, países suramericanos que están fomentando políticas que permiten aumentar el ingreso de los hogares para hacer posible el crecimiento económico y las mejores condiciones de vida de la población, un factor que indexa el repunte de todo el sector real de la economía.

En síntesis, afirmó, hay muchas acciones por adelantar y dijo que contrario a formular soluciones contundentes para una país mejor, tan solo se escuchan, por un lado, propuestas para un referendo que apunte a una reorganización constitucional en Colombia y en otro frente, sectores, oportunistamente hablando, que proponen revocar el mandato del Presidente Iván Duque Márquez. Vuelven los interrogantes, ¿y para dónde llevamos este país?

 

“El tema no es si se va o se queda el Presidente Duque, el asunto tampoco es reformular la Carta Política. Con lo que hay actualmente, se cuenta con el instrumental necesario para sacar a Colombia del problema y llevarla a un liderazgo real, permanente y rodeado de personas buenas, inquietas, emprendedoras, innovadoras, respetuosas y probas, que le den sostenibilidad al éxito, no es imposible, es cuestión de voluntad, repito”, recalcó el muy respetable Secretario General de la CGT.

 

Biden, más de lo mismo

Sobre la llegada a la Casa Blanca del presidente electo Joe Biden, Gómez Esguerra manifestó que demócratas o republicanos son la misma ecuación pues asegura que están hechos de lo mismo y su fin no es diferente. Por tal razón le dijo a Colombia que no se haga muchas ilusiones.

Dijo que como se ha demostrado a través de la historia, los gringos no tienen amigos y mucho menos en los países denominados en vía de desarrollo. Estos nacionales y sus políticos, apuntó, tan solo defienden intereses pues los señores Biden, Clinton, Bush, Nixón, Carter, Obama o Trump, el norteamericano que sea y por la colectividad que represente, seguirá mirando a Latinoamérica como su patio trasero lo cual invita a no llenarse de expectativas porque simplemente salió un republicano y llegó un demócrata.

 

“Es el mismo cuento de liberales y conservadores, solo que como en Colombia ya nadie les cree, les tocó fundar partidos a diestra y siniestra con un resultado lamentable porque en la práctica seguimos en idénticas circunstancias, se hace poco y se dice mucho, como quien dice, más de lo mismo, la herencia triste de un capítulo político y amañado llamado Frente Nacional, igual nada apartado de centralismo y federalismo o de gólgotas y draconianos, en fin, nada de nada”, concluyó Gómez Esguerra.

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