La empresa antioqueña Léssence du féminin dedicada al diseño y a la costura de prendas íntimas de mujer lleva tan solo un año en el mercado y ha mostrado un potencial y una calidad que le abrió puertas en Colombia y en el exterior por el valor agregado que maneja.
La gerente de mercadeo de Léssence, Elisa Ruíz Tobón, le dijo a Diariolaeconomia.com que en un quinquenio la firma ha logrado desarrollar la mejor ropa interior para dama para lo cual debió optimizar moldería, procedimientos y telas para poder abrir sus puertas hace doce meses.
La empresa hizo todo un proceso para erigir la fábrica y sobre conceptos muy definidos de competitividad y productividad canalizó clientes en el mercado doméstico con reconocidas boutiques y de la mano de proexport la compañía ya ha hecho incursiones importantes en el mercado exógeno.
“Para ser más exitoso se requiere de ofrecer mayor valor agregado en el mercado, en donde sea común denominador la innovación, la creatividad y el espíritu emprendedor sin dejar de citar las ganas por hacer bien las cosas porque estos son procesos empresariales relativamente lentos, pero para eso hay que dedicar tiempo y esfuerzo para llegar a buen puerto”, declaró Ruíz Tobón.
Una empresa con buen portafolio
La empresa cuenta con una gama amplia en corsetería, en vestidos de baño y prendas de control sin costura, con materiales inteligentes como aloe vera, vitamina E, ácido hialurónico, bambú y PET. La empresa utiliza materiales que ayudan con la preservación del medio ambiente y la mayor producción de agua.
Al mismo tiempo L´essence produce prendas sin costuras las cuales son posibles con fusiones y la utilización de calor que hace sustituir los arcos, las varillas y los materiales incómodos, llevando al mercado ropa íntimas mucho más confortables, frescas y más adecuadas para el día a día.
Agregó que este tipo de prenda brinda comodidad y naturalidad total. Esta empresa que opera en el municipio de La Estrella logró desarrollar un tipo de ropa íntima que consiente el cuerpo.
La firma tiene un importante aporte social toda vez que le da empleo a 30 personas en planta de producción y a 15 en la parte administrativa. Los 45 trabajadores están en las mejores condiciones y disfrutando de la calidad laboral.
La empresa fabrica un promedio de 20.000 prendas al mes y anualmente la cifra supera las 240.000.
Bien el mercado externo
Actualmente la empresa está exportando un volumen importante de panty sin costura que son los termofijados al igual que tops sin costura alguna.
Los mercados que reciben este tipo de ropa son Costa Rica, Venezuela y Estados Unidos, sin embargo la empresa ya mira con interés destinos como México, Chile y Europa. Sobre el Viejo Continente sostuvo que llegar allí cautiva por la alta demanda que hay en los países que conforman ese mercado.
Una de las ventajas para las fábricas de ropa interior para dama es que a nivel mundial este producto nacional tiene la mejor fama y ha logrado acuñar un prestigio que se logró con diseños y calidad en prenda de otras fábricas que incursionaron en el mercado años atrás. “Cuando decimos que somos de Colombia los clientes inmediatamente nos abren las puertas porque saben de la calidad y la innovación en nuestras prendas”.
Dentro de los planes de la empresa a mediano y largo plazo esta llegar con la marca a otros países sobre la base de una distribución con representaciones en el exterior en diferentes canales para poder masificar los productos y posicionar el sello.
En el mercado interno se encontró una excelente respuesta y es así como más mujeres buscan el producto por todo el componente de valor agregado, diseño y calidad que ofrecen las prendas de esta casa que crea prendas únicas para cuerpos naturales y reales. Estos vestuarios están creados para que brinden un ajuste perfecto en cualquier talla.
La mujer colombiana le ha dado buen recibo a la oferta de ropa interior porque encontró en la marca valor añadido y la respuesta a las mejoras significativas que pedía el mercado para mayor placer a la hora usar las prendas.
“Como lo decimos en nuestra promoción, garantizamos ropa interior femenina de más confort, con mayor bienestar para quien la usa y de mucho más seguridad. Nosotros tenemos prendas interiores únicas con estructuras innovadoras y creadas con arte, tecnología e ingeniería”, explicó la joven y hermosa, Elisa Ruíz Tobón.
Con trabajo todas las empresas son viables
Sobre la viabilidad y la sostenibilidad de la empresa en el mercado, Ruíz comentó que la clave del éxito y de la permanencia está en investigar permanentemente, viendo las tendencias y canalizando las necesidades del cliente para saber a ciencia cierta lo que él está buscando.
Sobre la financiación de la empresa y los créditos, apuntó que la banca ha sido un apoyo importante, entre otras cosas porque ven en la factoría proyectos prospectivos que justifican los desembolsos y el acompañamiento.
En la reunión de emprendedores en Bogotá, las empresas como L´essence encontraron una respuesta positiva por parte del ejecutivo a la innovación y a las nuevas propuestas de mercado.
Sobre la banca de segundo piso como Bancoldex, aseveró que la firma no toca esas puertas sencillamente porque hay mucha intermediación, complejidad en los trámites y una dificultad muy grande para llegar a ese tipo de solución financiera con respaldo estatal. “Sería magnífico y lo más deseable llegar a esas herramientas financieras que brinda el gobierno, pero la verdad es muy difícil llegar a eso”.
De momento la empresa no ha hecho parte de las misiones empresariales que promueve Procolombia, pero la idea es trabajar duro para lograr abordar un vuelo en donde vaya una misión comercial para ampliar el comercio de las prendas de Léssence.
La compañía está trabajando en toda la innovación del brasier estructurado para todo tipo de cuerpos y para todas las zonas del mercado que tienen por lo general necesidades diferentes. Dentro de este plan está la adaptación de prendas a cada mercado a donde se llegue.
Sin temor por TLC o China
Destacó el interés que por los productos Léssence hay en Estados Unidos y en Europa. La gerente de mercadeo afirmó que España, Inglaterra, Dinamarca y otros países europeos suelen ser buenas plazas, pero aclaró que por la coyuntura de la Euro Zona hay que tomarse un compás de espera.
“A los TLC tenemos que sacarles todo el provecho porque como nuestras telas son importadas de Europa, entonces nos ayuda la certificación de origen y todo lo demás”, expuso Ruíz Tobón.
Sobre las prendas asiáticas y puntualmente de China que se consiguen a un dólar o a precios irrisorios, la vocera empresarial dijo que ese fenómeno se contrarresta con la innovación, el diseño, la calidad y el valor agregado.
“Desde que la gente vea un producto nacional bueno y a un precio justo en donde la relación costo beneficio sea suficiente, yo creo que ahí no hay en donde o con quién competir, no hay porque afanarse, la guerra queda para los que brindan únicamente el precio”, anotó.
Sobre China especificó que este mercado, como amenaza comercial, ha cedido un poco lo cual se ve reflejado en las últimas cifras de crecimiento del gigante asiático. Otra explicación está por el lado de la innovación y en la absorción de nuevas tecnologías que son lecturas que capta el mercado y por eso el importante respaldo. No menos importante es el escenario cambiario que con devaluación aleja las importaciones de todo tipo.
Ropa para el futuro
Para el largo plazo, la ropa del futuro estará basada en prendas inteligentes que pueden inclusive ser de un positivo impacto medicinal tal y como pasa con los cosméticos que cuidan la piel y para lo que será vital el ácido hialurónico que ya se tiene desarrollado.
Expresó que a futuro vendrán prendas que podrán detectar enfermedades a través de las zonas térmicas del cuerpo como cáncer y otras de alta complejidad, lo cual sería la evolución total. “Aparte de detectar enfermedades habría la curación de enfermedades de la piel como el caso de La Plata, que es una tela certificada y en a la cual se le comprobó que ayuda a sanar quemaduras y a curar problemas de dermatitis en el cuerpo”.
Hay un tema importante y es definir cuanto debe durar una prenda íntima porque no se puede usar hasta que se acabe porque puede ser contraproducente para la salud, no solo por el uso continuo sino por la exposición a detergentes y a diferentes atmosferas.
Elisa Ruíz anota que el ideal de vida una prenda que se gaste mucho se mide en las lavadas y estas no pueden pasar de 100 porque ya resulta complicada.
Dentro del portafolio, la empresa le apunta a productos como prendas de control, moda en vestidos de baño y ropa para el hogar que se pueda usar en el día a día de una manera fresca y cómoda con telas orgánicas como el bambú y la soya que son más absorbentes que el algodón.
“En esta empresa trabajamos duro, no importan las coyunturas porque lo ideal es trabajar en pro del proyecto, de nuestros empleados, de la cadena valor y procurando que todos crezcamos al unísono porque la idea es que nos vaya bien a todos”, concluyó.
La historia en calzones
Es increíble, pero los pantys o calzones o son relativamente jóvenes. Tan solo logró desarrollarse esta prenda en el siglo 19.
En el antiguo Egipto, Nefertiti usó como prenda íntima el Shenti que era una especie de enagua bordada en oro, Cleopatra fue algo más atrevida y apeló a una especie de taparrabo que de manera exclusiva usaban las mujeres egipcias más bellas.
En síntesis las mujeres no usaban calzones, sus cuerpos eran cubiertos por túnicas. En Grecia y en Roma esta túnica iba desde los pechos hasta las caderas, pero generalmente sobre estas se ponían una túnica o atuendo mayor.
La historia dice que los primeros precedentes de calzones en el mundo se vieron en Europa del norte cuando las mujeres de los bárbaros usaban un tipo de pantalón que las protegía del intenso frío y les permitía cabalgar. Hay publicaciones que dan cuenta que en los 5.000 iniciales años de civilización, las mujeres no usaron calzones.
En 1455 las mujeres inclusive depilaban su pubis y luego se pintaban de blanco hasta las rodillas para evitar que los hombres les vieran sus partes íntimas al bajar de los caballos.
Hasta el siglo 18 las mujeres no usaban ropa interior, tan solo blusas largas y batas. Los corsés se reducían solamente a las clases más ricas.
En Europa oriental llegan como parte de la solución las bombachas largas o pantalones turcos que fueron luego ajustándose al cuerpo con cintas laterales cuando la prenda llegó al occidente del viejo continente y se amoldó con el Renacimiento a la aristocracia. Hasta allí venía la solución a un complejo problema, pero hubo un contratiempo, la bombacha era incómoda y dejó de usarse, quedando relegada a las bailarinas y mujeres del espectáculo por una ordenanza o ley francesa que rezaba textualmente que "Ninguna actriz o bailarina deberá aparecer en el escenario sin calzones".
Ya en el siglo 19 Estados Unidos entrega la solución y es así como la activista norteamericana, Elizabeth Smith Miller, impulsa el recorte del vestido hasta los tobillos y el uso de las bombachas más cortas, hasta las rodillas.
Hay dos escenarios determinantes en la historia de los calzones y es el robo de semillas de caucho por parte de empresarios ingleses en Brasil con lo cual se saturó el mercado y se le dio vida a cintas flexibles y otras materias primas para la industria de los textiles. La segunda fue la aparición de la bicicleta en 1890.
Con el siglo 20 llegaron los calzones de algodón con blondas o encajes y desde ese momento la industria encontró en la protección de las partes ocultas de la mujer un negocio que inició con el simple cubrimiento de las zonas erógenas para luego ir evolucionando en diseño, formas y colores. Pasamos de los calzones largos a los llamados talegos o “mata pasiones”, pasando por las tangas brasileras los levanta colas y los cacheteros. Se impuso hasta la muy sugestiva ceda dental que prácticamente no cubre nada íntimo con lo cual muchos pensaron que en cuestión de calzones, todo pasado fue mejor.